Bibliografía
Las obras consideradas de especial interés o importancia aparecen marcadas con un asterisco.
Entre las numerosas historias generales de la guerra detacan seis obras: H. Delbrück, History of the Art of War within the Framework of Political History (4 vols., Westport, 1975-1985); J. F. C. Fuller, A Military History of the Western World (2 vols., Nueva York, 1957); J. Keegan, A History of Warfare (Nueva York, 1993); W. H. McNeill, The Pursuit of Power. Technology, Armed Force and Society since AD 1000 (Oxford, 1983); R. L. O’Connell, Of Arms and Men. A History of War, Weapons and Aggression (Oxford, 1989); y A. Vagts, A History of Militarism (Londres, 1959). Además, M. Howard, War in European History (Oxford, 1976), realiza casi un milagro al exponer el tema escogido por él en 143 páginas.
Abundan también las obras sobre las causas de la guerra. E. Luard, War in International Society. A Study in International Sociology (Nueva York, 1986), es una de las más ambiciosas; G. Blainey, The Causes of Wars (Londres, 1976), una de las más legibles (aunque, en realidad, sólo tiene en cuenta el periodo posterior a 1700). R. I. Rotberg y T. K. Rabb, The Origins and Prevention of Major Wars (Cambridge, 1988), contiene un gran número de ensayos que examinan teorías generales además de ejemplos concretos.
Entre las reflexiones sobre cómo prepararse para la guerra y llevarla a cabo destacan E. N. Luttwak, Strategy. The Logic of War and Peace (Cambridge, Mass., 1987); P. Paret (ed.), Makers of Modern Strategy from Machiavelli to the Nuclear Age (Princeton, 1986); y W. Murray, A. Bernstein y M. Knox (ed.), The Making of Strategy. Rulers, States and War (Cambridge, 1994). M. van Creveld ofrece en Command in War (Cambridge, Mass., 1985) unas excelentes consideraciones sobre los retos planteados por la guerra a quienes tienen el control, y J. Keegan una descripción inigualable de los desafíos que supone el combate para quienes participan directamente en él, en The Face of Battle. A Study of Agincourt, Waterloo and the Somme (Londres, 1976). Finalmente, los diversos intentos de imponer algún límite a la guerra en Occidente son estudiados por los distintos colaboradores de M. E. Howard, G. Andreopoulos y M. R. Shulman (ed.), The Laws of War. Constraints on Warfare in the Western World (New Haven, 1994).
Aunque son de importancia primordial para la práctica de la guerra en Occidente, las consecuencias militares de la tecnología no atrajeron apenas la atención hasta 1945, e incluso entonces no comenzaron a aparecer obras relevantes sobre el tema hasta los años ochenta. Entre ellas ocupa un lugar de honor la trilogía de D. R. Headrick –The Tools of Empire. Technology and European Imperialism in the Nineteenth Century (Oxford, 1981); The Tentacles of Progress. Technology and Transfer in the Age of Imperialism, 1850-1940 (Oxford, 1988); y The Invisible Weapon: Telecommunications and International Politics, 1851-1945 (Oxford, 1992)–, en la cual se examina la aportación de la tecnología a la expansión de Occidente. Véase también el estudio general de M. van Creveld Technology and War from 2000 b.C. to the Present (Nueva York, 1989), que (a pesar de su título) trata principalmente de Europa.
Sobre la función de las armadas y el poder marítimo, véanse los estudios de carácter general de J. Glete, Navies and Nations. Warships, Navies and State Building in Europe and America, 1500-1860 (2 vols., Estocolmo, 1993); C. S. Gray, The Leverage of Seapower. The Strategic Advantage of Navies in War (Nueva York, 1992); y G. Modelslki y W. R. Thompson, Seapower in Global Politics (Londres, 1988). Finalmente, sobre la importancia esencial del precio de la guerra (tema constante en nuestro libro), véase L. Neal, War Finance (3 vols., Aldershot, 1994).
Los colaboradores de este libro analizan las obras que tratan de la guerra en uno o más de los distintos periodos cronológicos estudiados en él; no obstante, dos escritos de J. Black abarcan ampliamente los cinco siglos últimos: War and the World. Military Power and the Fate of Continents, 1450-2000 (New Haven, 1998), y War: Past, Present and Future (Stroud, 2000).
Capítulo 1. Génesis de la infantería
No existe ninguna exposición completa sobre la guerra en Oriente Próximo, aunque el estudio general de Y. Yadin, The Art of Warfare in Biblical Lands in the Light of Archaeological Study (2 vols., Londres, 1963), es a la vez accesible y agradable de leer. A. Ferrill, The Origins of War (Nueva York, 1985), incluye capítulos genéricos para los no especialistas sobre las formas de combate en Oriente Próximo y Egipto en la Antigüedad.
El campo de la historia militar griega se ha ampliado enormemente en los últimos veinte años, sobre todo a consecuencia de la publicación ininterrumpida de la monumental obra de *W. K. Pritchett The Greek State at War (5 partes, Berkeley, 1971-1991), y los trabajos adjuntos Studies in Ancient Greek Topography (8 vols., Berkeley, 1965-1993), que tratan de los campos de batalla y las rutas de campaña en Grecia. La conducción de la guerra antes del siglo v a.C. es el tema de la rigurosa obra de P. Greenhalgh Early Greek Warfare: Horsemen and Chariots in the Homeric and Archaic Ages (Cambridge, 1973), y de las de G. Ahlberg, Fighting on Land and Sea in Greek Geometric Art (Estocolmo, 1971), y *J. Latacz, Kampfparänese, Kampfdarstellung und Kampfwirklichkeit in der Ilias, bei Kallinos und Tyrtaios (Múnich, 1977).
En *F. Adcock, The Greek and Macedonian Art of War (Berkeley, 1957), P. Ducrey, Warfare in Ancient Greece (Nueva York, 1986), Y. Garlan, War in the Ancient World (Nueva York, 1975), y especialmente *J. K. Anderson, Military Theory and Practice in the Age of Xenophon (Berkeley, 1970), podemos encontrar exposiciones fiables y legibles sobre táctica, estrategia y evolución de la guerra hoplítica. En las obras generales de J. Hackett (ed.), A History of War in the Ancient World (Londres, 1989), J. Warty, Warfare in the Classical World (Nueva York, 1980), y P. Connolly, Greece and Rome at War (Londres, 1981), hallamos algunas interesantes recreaciones artísticas de la práctica de la guerra en Grecia, junto con valiosos mapas y gráficos.
El medio y la experiencia de la lucha hoplítica se abordan en *V. D. Hanson, The Western Way of War. Infantry Battle in Classical Greece (Nueva York, 1989), y V. D. Hanson (ed.), Hoplites: The Ancient Greek Battle Experience (Londres, 1991). Los problemas sociales y económicos de la guerra en Grecia han sido tratados por V. D. Hanson, Warfare and Agriculture in Classical Greece (Pisa, 1983), J. P. Vernant (ed.), Problèmes de la guerre en Grèce ancienne (París, 1968), e Y. Garlan, Recherches de poliorcétique grecque (París, 1974). La base para el estudio de las armas y armaduras griegas sigue siendo los trabajos de A. Snodgrass, Early Greek Armour and Weapons (Edimburgo, 1964), y Arms and Armour of the Greeks (Ithaca, 1967). Tres obras excelentes sobre el regionalismo y la especialización en la práctica griega de la guerra son J. Lazenby, The Spartan Army (Westminster, 1985), G. Bugh, The Horsemen of Athens (Princeton, 1988), y J. Best, Thracian Peltasts and their Influence on Greek Warfare (Groninga, 1969). D. Kagan, New History of the Peloponnesian War (4 vols., Ithaca, 1969-1987), contiene descripciones breves, pero excelentes, de las principales batallas terrestres y marítimas entre el 431 y el 404 a.C.
Capítulo 2. De la falange a la legión
No existe un estudio de conjunto de la larga y complicada historia de la guerra helenística, pero se pueden ensamblar los perfiles generales recurriendo a una multiplicidad de estudios especializados. *W. W. Tarn, Hellenistic Military and Naval Developments (Cambridge, 1930), ofrece una visión global poco actual, pero todavía valiosa. Son más completos el primer volumen de H. Delbrück, Warfare in Antiquity (Westport, 1975), J. Kromayer y G. Veith, Heerwesen und Kriegführung der Griechen und Römer (Múnich, 1928), y *H. Launey, Recherches sur les armées hellénistiques (París, 1949).
Entre las numerosas biografías de Alejandro Magno que analizan en detalle sus logros militares, N. G. L. Hammond, Alexander the Great: King, Commander, and Statesman (Londres, 1981), revela cómo dominó este autor durante toda su vida la historia militar de Grecia. J. F. C. Fuller, The Generalship of Alexander the Great (Londres, 1960), D. Engels, Alexander the Great and the Logistics of the Macedonian Army (Berkeley, 1978), y una serie de artículos escritos por A. M. Devine (en las revistas Phoenix [1983, 1986] y Ancient World [1985, 1986, 1987]) tratan de campañas y batallas concretas.
La creciente práctica de contratar ejércitos es el tema de G. T. Griffith, Mercenaries of the Hellenistic World (Cambridge, 1935), y H. W. Parke, Greek Mercenary Soldiers (Oxford, 1933). Las fortificaciones y las poderosas murallas de las ciudades helenísticas han sido bien estudiadas por A. W. Lawrence, Greek Aims in Fortification (Oxford, 1979), y F. E. Winter, Greek Fortifications (Toronto, 1971). F. W. Marsden analiza la progresiva evolución de las catapultas y máquinas de asedio en su obra en dos volúmenes Greek and Roman Artillery (Oxford, 1969-1971). B. Bar-Kochava, The Seleucid Army (Cambridge, 1976), es la única exposición especializada dedicada a los ejércitos de los diádocos. Tanto E. L. Wheeler, Stratagem and the Vocabulary of Military Trickery (Leiden, 1988), como D. Whitehead, Aineias the Tactician: How to Survive Under Siege (Oxford, 1990), analizan el género progresivamente abundante de la ciencia militar griega.
El primitivo ejército romano cuenta con una inmensa bibliografía. Entre las exposiciones generales accesibles a los no especialistas se hallan F. E. Adcock, The Roman Art of War under the Republic (Oxford, 1940), E. Gabba, Republican Rome, the Army, and the Allies (Oxford, 1976), L. Keppie, The Making of the Roman Army (Totowa, 1984), y H. M. D. Parker, The Roman Legions (Oxford, 1971). En la obra monumental de P. A. Brunt Italian Manpower, 225 bc-ad 14 (Oxford, 1971), así como en L. Keppie, Colonisation and Veteran Settlement in Italy, 47-14 bc (Londres, 1980), y C. Nicolet, The World of the Citizen in Republican Rome (Londres, 1983), se analizan cuestiones fundamentales sobre recursos humanos y reclutamiento durante la República. J. A. Brisson (ed.), Problèmes de la guerre à Rome (París, 1969), J. Suolahti, The junior Officers of the Roman Army in the Republican Period (Helsinki, 1955), y P. Couissin, Les armes romaines (París, 1926), estudian la organización y formación de la legión a lo largo del periodo republicano.
Capítulo 3. La práctica romana de la guerra
Las legiones imperiales han sido objeto de numerosos estudios convencionales. Los más accesibles, quizá, a los no especialistas son G. Webster, The Roman Imperial Army (Londres, 31985), G. R. Watson, The Roman Soldier (Londres, 1983), y M. Grant, Armies of the Caesars (Nueva York, 1974). Las siguientes obras analizan temas de mayor amplitud y más controvertidos sobre la estrategia imperial y la función del poder militar: *E. Luttwak, The Grand Strategy of the Roman Empire (Baltimore, 1976); A. Ferrill, The Fall of the Roman Empire: The Military Explanation (Londres, 1986); B. Isaac, The Limits of Empire: The Roman Army in the East (Oxford, 1990); y *C. R. Whittaker, Frontiers of the Roman Empire (Baltimore, 1994). E. Wheeler analiza estos diversos planteamientos sobre la gran estrategia romana en The Journal of Military History, lvii (1993), pp. 7-41 y 215-240.
El problema, cada vez mayor, de mantener los recursos humanos de las legiones y las condiciones reales del largo servicio profesional se aborda en E. Birley, The Roman Army. Papers 1929-1986 (Ámsterdam, 1988); R. Davies, Service in the Roman Army (Nueva York, 1989); y J. C. Mann, Legionary Recruitment and Veteran Settlement during the Principate (Londres, 1983). Para otros problemas entre civiles y legionarios, véase R. MacMullen, Soldier and Civilian in the Later Roman Empire (Cambridge, Mass., 1963). El equipamiento y la infraestructura militares en Roma se fueron complicando progresivamente en la época imperial: véase A. Johnson, Roman Forts (Londres, 1983); H. R. Robinson, The Armour of Imperial Rome (Londres, 1975); M. Bishop y J. Coulston, Roman Military Equipment (Londres, 1993); y V. A. Maxfield, The Military Decorations of the Roman Army (Londres, 1981). Sobre las fuerzas no legionarias, véase G. L. Cheesman, The Auxilia of the Roman Imperial Army (Oxford, 1914); P. A. Holder, Studies in the Auxilia of the Roman Army from Augustus to Trajan (Oxford, 1980); y más recientemente D. B. Saddington, The Development of the Roman Auxiliary Forces from Caesar to Vespasian (49 bc-ad 79) (Harare, 1982).
Las diversas guerras contra una multiplicidad de adversarios resueltos han sido examinadas por un gran número de excelentes exposiciones. Comencemos por J. F. Lazenby, Hannibal’s War (Warminster, 1978); G. Webster, The Roman Invasion of Britain (Londres, 1980); M. Fentress, Numidia and the Roman Army (Oxford, 1979); e I. Rossi, Trajan’s Column and the Dacian Wars (Londres, 1971). Sobre barcos y armadas romanas, consúltese L. Casson, The Ancient Mariners (Londres, 1959), y Ships and Seamanship in the Ancient World (Princeton, 1971); J. Rouge, La marine dans l’Antiquité (París, 1975); y en especial C. G. Starr, The Roman Imperial Navy (Nueva York, 1941). Sobre el tema de los barcos de remos en la Antigüedad, en general, es indispensable *J. S. Morrison y R. T. Williams, Greek Oared Ships 900-322 bc (Cambridge, 1968).
Capítulo 4. Las murallas romanas
Los lectores pueden confiar con cierta seguridad en dos historias militares sobre la Edad Media en general. La primera, por P. Contamine, War in the Middle Ages (Oxford, 1984), representa las investigaciones llevadas a cabo por un destacado historiador militar medievalista (realizadas, no obstante, a finales de los setenta, lo que sitúa la obra tres décadas por detrás de los estudios punteros). En 1992 se publicó en francés una edición revisada que contenía un aparato crítico actualizado. La segunda, por J.-F. Verbruggen, The Art of War in Western Europe during the Middle Ages, from the Eighth Century to 1340 (Ámsterdam/Nueva York, 1977), ofrece una síntesis excelente, pero representa una investigación concluida antes de 1954 y no incluye, por desgracia, las notas al pie de la edición original en holandés.
Un conjunto considerable de libros importantes y relativamente recientes sobre temas concretos ha modificado notablemente las opiniones tradicionales expuestas por Contamine. *J. Bradbury, The Medieval Siege (Woodbridge, 1992), y R. Rogers, Latin Siege Warfare in the Twelfth Century (Oxford, 1992), leídos junto con B. S. Bachrach, «Medieval Siege Warfare: A Reconnaissance», en Journal of Military History lviii (1994), demuestran la necesidad de un replanteamiento fundamental del tratamiento dado a la historia militar medieval. La obra pionera de K. R. deVries, Medieval Military Technology (Peterborough, 1992), apoya también una reconsideración en este ámbito. Para una reinterpretación de la demografía militar medieval es básico *K.-F. Werner, «Heeresorganisation und Kriegsführung im deutschen Königreich des 10. und 11. Jahrhunderts», en Settimane di Studio del Centro Italiano di studi sull’alto Medioevo (2 vols., Spoleto, 1968), pp. 791-843.
La interpretación de la época anterior a las Cruzadas desarrollada en este capítulo se basa en *B. S. Bachrach, Merovingian Military Organization, 481-751 (Minneapolis, 1972), Armies and Politics in the Early Medieval West (Londres, 1993), y The Anatomy of a Little War: A Diplomatic and Military History of the Gundovald Affair (568-586) (Boulder, 1994). Para el siglo xi y el periodo posterior, veánse los brillantes artículos de J. Gillingham «Richard I and the Science of War in the Middle Ages», en J. Gillingham y J. C. Holt (eds.), War and Government in the Middle Ages. Essays in Honour of J. O. Prestwich (Woodbridge, 1984), pp. 78-91 «William the Bastard at War», en C. Harper-Bill, C. Holdsworth y J. L. Nelson (eds.), Studies in Medieval History Presented to R. Allen Brown (Woodbridge, 1989), pp. 141-158, y *«War and Chivalry in the History of William the Marshall», en: P. R. Cross y S. D. Lloyd (eds.), Thirteenth Century England (Woodbridge, 1990), pp. 1-13.
Las obras básicas sobre Inglaterra siguen siendo *C. Warren Hollister, AngloSaxon Military Organization (Oxford, 1962), y The Military Organization of Norman England (Oxford, 1965); a su vez, R. Abels, Lordship and Military Obligation in AngloSaxon England (Berkeley, 1988), ofrece algunas interpretaciones interesantes, y J. H. Beeler, Warfare in England, 1066-1189 (Ithaca, 1971), es de carácter enciclopédico. Respecto a España, véase J. Powers, A Society Organized for War: the Iberian Municipal Militias in the Central Middle Ages, 1000-1284 (Berkeley, 1988); y para Alemania, L. Auer, Studien zum Heer der Ottonen und der ersten Salier (919-1056) (Bonn, 1985).
En relación con las Cruzadas, *R. C. Smail, Crusading Warfare 1097-1193 (Cambridge, 1956), y C. Marshall, Warfare in the Latin East, 1192-1291 (Cambridge, 1992), son dos libros básicos, y deberían complementarse con D. C. Nicolle, Arms and Armour of the Crusading Era, 1050-1350 (2 vols., Nueva York, 1988), que es una obra de referencia magistral y va mucho más allá del tema estricto de las Cruzadas. Bizancio ha sido bien estudiado en muchas obras técnicas, como, por ejemplo, J. Haldon, Byzantine Praetorians (Bonn, 1984), M. C. Bartusis, The Late Byzantine Army: Arms and Society, 1204-1453 (Filadelfia, 1992), y J. R. Partington, A History of Greek Fire and Gunpowder (Cambridge, 1980).
R. H. C. Davis, The Medieval Warhorse (Londres, 1989), a pesar de adolecer de graves deficiencias, es, no obstante, una obra útil. C. Gillmore, «Practical Chivalry: The Training of Horses for Tournaments and Warfare», en Studies in Medieval and Renaissance History, n. s. xiii (1992), pp. 7-29, es fundamental para entender la guerra a caballo, y J. Bradbury, The Medieval Archer (Nueva York, 1985), es un libro decisivo para el estudio de las armas de tiro. Sobre asuntos navales, véase R. W. Unger, The Ship in the Medieval Economy, 600-1600 (Londres, 1980); A. R. Lewis y T. J. Runyan, European Naval and Maritime History, 300-1500 (Bloomington, 1985); J. H. Pryor, Geography, Technology, and War. Studies in the Maritime History of the Mediterranean, 649-1571 (Cambridge, 1988); y J. Hayward, Dark Age Naval Power: A Reassessment of Frankish and Anglo-Saxon Seafaring Activity (Londres, 1991). Todos ellos incluyen bibliografías útiles.
En *J.-F. Finó, Fortresses de la France médiévale (París, 31977), R. A. Brown, English Castles (Londres, 31976), y C. L. Salch, Dictionnaire des châteaux et des fortifications du Moyen Age en France (Estrasburgo, 1979), podemos hallar un cúmulo de información sobre fortificaciones. Este tema, sin embargo, está muy deficientemente conceptualizado desde la perspectiva de la historia tanto militar como bélica; cfr. B. S. Bachrach (en colaboración con R. Aris), «Military Technology and Garrison Organization: Some Observations on Anglo-Saxon Military Thinking in Light of the Burghal Hidage», en Technology and Culture xxxi (1990), pp. 1-17, y el breve artículo de reseña de B. S. Bachrach en, Albion xxiv (1992), pp. 301-304.
Capítulo 5. Armas nuevas, tácticas nuevas
Aparte de los estudios generales de Verbruggen y Contamine indicados en la bibliografía del capítulo 4, *P. Contamine, Guerre, État et société à la fin du Moyen Age. Études sur les armées des rois de France, 1337-1494 (París, La Haya, 1972), sigue siendo una obra fundamental sobre la organización militar en la Francia de la Baja Edad Media, mientras que sus artículos completos, La France aux XIVe et XVe siècles. Hommes, mentalités; guerre et paix (Londres, 1981), incluye muchos contenidos útiles para el estudio de la guerra en ese periodo. Para Inglaterra, H. J. Hewitt, The Organization of War under Edward III, 1338-1362 (Manchester/Nueva York, 1966), es mucho más ligero, pero, al insistir en la logística, adopta un planteamiento moderno en su estudio de la guerra. M. G. A. Vale, War and Chivalry. Warfare and Aristocratic Culture in England, France and Burgundy at the End of the Middle Ages (Londres, 1981), resalta y defiende el cometido de la nobleza en la guerra, mientras que su ensayo «New Techniques and Old Ideals: the Impact of Artillery on War and Chivalry at the End of the Hundred Years War», en C. T. Allmand (ed.), War, Literature and Politics in the Late Middle Ages (Liverpool, 1976), pp. 57-72, analiza el uso de la artillería y su impacto. B. H. St. J. O’Neil, Castles and Cannon (Oxford, 1960), relaciona el desarrollo del cañón con las innovaciones arquitectónicas. K. A. Fowler, (ed.), The Hundred Years War (Londres, 1971), es una útil recopilación de ensayos escritos por un gran número de estudiosos, entre ellos C. F. Richmond, quien en «The Keeping of the Seas during the Hundred Years War: 1422-1440», en History xlix (1964), pp. 283-298, analiza la aportación y las limitaciones de la guerra naval en el marco de la época. *C. J. Rogers, «The Military Revolutions of the Hundred Years’ War», en Journal of Military History lvii (1993), pp. 241-278, es una importante contribución al debate sobre las innovaciones militares en la Baja Edad Media. Sobre la difusión del manual militar más popular, véase C. Allmand, «The De Re Militari of Vegetius in the Middle Ages and the Renaissance», en C. Saunders, F. Le Saux y N. Thomas (eds.), Writing War. Medieval Literary Responses to Warfare (Woodbridge & Rochester, NY, 2004), pp. 15-28.
Capítulo 6. La revolución de la pólvora
Los cambios militares ocurridos en Europa en los años en torno a 1500 han suscitado gran atención. Véase *G. Parker, The Military Revolution. Military Innovation and the Rise of the West, 1500-1800 (Cambridge, 1988; ed. revisada, 2000), y C. J. Rogers (ed.), The Military Revolution Debate (Boulder, 1995). Otras obras importantes sobre el cambio en el terreno militar durante esta época son C. Cresti, A. Fara y D. Lamberini (eds.), Architettura militare nell’Europa del XVI secolo (Siena, 1988); A. Guillerm, La pierre et le vent. Fortifications et marine en Occident (París, 1985); J. R. Hale, Renaissance War Studies (Londres, 1984); y *S. Pepper y N. Adams, Firearms and Fortifications. Military Architecture and Siege Warfare in Sixteenth-Century Siena (Chicago, 1986). Nuestra comprensión de la guerra de asedio ha experimentado más recientemente una transformación gracias a J. M. Ostwald, «Vauban’s siege legacy in the war of the Spanish Succession» (Ohio State University, tesis doctoral, 2002). Véanse también otros dos libros dirigidos por J. Black, War in the Early Modern World (Londres, 1999) –una obra miscelánea que (de manera poco habitual) responde a su título al incluir capítulos sobre la guerra en todo el mundo–, y The Cambridge Illustrated Atlas of Warfare. Renaissance to Revolution, 1492-1792 (Cambridge, 1996), que contiene cuatro secciones sobre Europa y dos sobre el mundo en general.
Capítulo 7. Navíos de línea
*C. M. Cipolla publicó un estudio que abrió nuevos caminos –Guns and Sails in the Early Phase of European Expansion 1400-1700 (Londres, 1965)– y sigue siendo actual e informativo. A. Guillerm, La pierre et le vent, y G. Parker, The Military Revolution, contienen secciones pertinentes para el tema, pero el puesto de honor le corresponde al ambicioso estudio comparativo de J. Glete, Navies and Nations (véase página 482). Sobre el desarrollo de la guerra en el Mediterráneo destacan dos libros: *J. F. Guilmartin, Jr. Gunpowder and Galleys. Changing Technology and Mediterranean Warfare at Sea in the Sixteenth Century (Cambridge, ed. revisada, 2003), y J. H. Pryor, Geography, Technology and War. Studies in the Maritime History of the Mediterranean, 649-1571 (Cambridge, 1988). Sobre el desarrollo de la armada inglesa, véase D. M. Loades, The Tudor Navy. An Administrative, Political and Military History (Londres, 1992); B. Capp, Cromwell’s Navy. The Fleet and the English Revolution, 1649-1660 (Oxford, 1989); y, sobre todo, *N. A. M. Rodger, A Naval History of Britain (2 vols. hasta la fecha, Londres, 1997-2004): el vol. 1 abarca el periodo de 660 a 1649, y el vol. 2 el de 1649 a 1815. Sobre el poder naval español, véase R. A. Stradling, The Armada of Flanders. Spanish Maritime Policy and European War, 1568-1668 (Cambridge, 21992), y C. J. M. Martin y G. Parker, The Spanish Armada (Manchester, 21999). Sobre conflictos posteriores, véase G. Symcox, The Crisis of French Sea-Power 1688-1697 (La Haya, 1974); J. Pritchard, «From Shipwright to Naval Constructor: the Professionalization of Eighteenth Century French Naval Shipbuilders», en Technology and Culture xxviii (1987), pp. 1-25, y *J. Ehrman, The Navy in the War of William III 1689-97. Its State and Direction (Cambridge, 1953).
Capítulo 8. La conquista de América
La espectacular historia de las fulgurantes conquistas de los españoles en el Nuevo Mundo inspiró la imaginación del gran historiador narrativo del siglo xix W. H. Prescott, cuyas obras Conquest of Mexico (1843) y Conquest of Peru (1847) sentaron criterios que pervivieron más de un siglo. *J. Hemming, The Conquest of the Incas (Nueva York, 1970), alcanzó un nuevo nivel; y H. Thomas, The Conquest of Mexico (Londres, 1992), se sitúa casi a su altura. Los relatos de Cortés sobre su campaña han sido espléndidamente traducidos al inglés por A. Pagden bajo el título de Letters .from Mexico (New Haven, 1986), y el relato de su capitán Bernal Díaz del Castillo apareció con el de The Conquest of New Spain (Baltimore, 1963).
Sobre Perú, el segundo volumen de los Royal Commentaries of the Incas (1617; Austin, 1966), de Garcilaso de la Vega, ofrece una versión de lo ocurrido escrita por el hijo mestizo de un capitán español. El mejor estudio táctico sobre la guerra de los españoles contra los incas es el de J. F. Guilmartin Jr., «The Cutting Edge: an Analysis of the Spanish Invasion and Overthrow of the Inca Empire, 1532-1549», en K. Andrien y R. Adorno (eds.), Transatlantic Encounters (Berkeley, 1991). *L. Clendinnen, Ambivalent Conquests: Maya and Spaniard in Yucatan, 1517-1570 (Cambridge, 1987), ofrece la mejor historia en inglés de la conquista de Yucatán.
Varios dirigentes religiosos españoles del siglo xvi criticaron la brutalidad de la guerra en el Nuevo Mundo. Fray Bartolomé de Las Casas, The Devastation of the Indies (1552, Baltimore, 1992), condenó los abusos militares. Otros sacerdotes del siglo xvi ayudaron a escritores nativos a crear relatos antitéticos o a escribir crónicas ilustradas, denominadas códices, en las que se mostraba el alcance de la devastación: fray Bernardino de Sahagún ayudó a crear uno de esos textos, conocido con el nombre de The Florentine Codex (12 vols., Santa Fe, 1950-1982); fray Diego Durán fue el creador de otro: Historia de las Indias (2 vols., México, 1967). El rey Felipe II de España consideró, sin embargo, subversivos esos relatos, y ninguna de estas dos críticas fue publicada hasta el siglo xx. The Broken Spears (Boston, 1962), de M. León Portilla, resume parte de esa literatura en un formato accesible. La obra de *R. Hassig, Aztec Warfare (Norman, 1988) estudia la práctica indígena de la guerra sirviéndose de la información recogida por clérigos críticos. Para el caso de Brasil es excelente J. Hemming’s Red Gold: The Conquest of the Brazilian Indians (Cambridge, 1978).
D. Leach, Flintlock and Tomahawk (Nueva York, 1966), es una exposición deficiente pero de lectura amena sobre la Norteamérica inglesa, mientras que la obra de P. Malone Skulking Way of War (Lanham, 1991) ofrece un excelente relato sobre la adaptación de los indígenas a la tecnología europea. La experiencia militar holandesa en Norteamérica ha sido relativamente descuidada, pues gran parte del material sobre las primeras guerras con los nativos fue recopilado por facciones contrarias a ellas. Los autores que se oponían a la guerra fueron traducidos por F. Jameson en Narratives of New Netherland (Nueva York, 1909); en A. J. F. Laer, Documents Relating to New, Netherland (San Marino, 1924), aparecen detalles de ingeniería sobre la fortaleza original levantada en Manhattan.
Las publicaciones sobre la práctica bélica de los franceses en el Nuevo Mundo han tendido a centrarse en Canadá, descuidando así la región del Caribe; véase no obstante, G. Havard y C. Vidal, Histoire de l’Amerique Française (París, 2003), y P. Boucher, Cannibal Encounters (Baltimore, 1992). Sobre Drake en el Caribe, no se han superado los volúmenes publicados por la Hakluyt Society: K. R. Andrews (ed.), The Last Voyage of Drake and Hawkins (Cambridge, 1972; 2ª serie, cxlii), y M. F. Keeler (ed.), Sir Francis Drake’s West Indian Voyage, 1585-1587 (Londres, 1981; 2ª serie, cxlviii).
Capítulo 9. La guerra dinástica
El estudio clásico de C. W. C. Oman, A History of the Art of War in the Sixteenth Century (Londres, 1937), sigue ofreciendo el relato más detallado sobre sucesos militares particulares, aunque su enfoque ha quedado anticuado. *M. S. Anderson, War and Society in Europe, 1620-1789 (Londres, 1988), *J. R. Hale, War and Society in Renaissance Europe, 1450-1620 (Londres, 1985), Hale, Renaissance War Studies (Londres, 1984), y F. Tallett, War and Society in Early Modern Europe, 1495-1715 (Londres, 1992), son estudios globales más exigentes, aunque con menos datos concretos.
Uno de los nuevos terrenos de investigación más interesantes e importantes de este periodo es el de la logística: véase M. van Crevelt, Supplying War. Logistics from Wallenstein to Patton (Cambridge, 1977); J. A. Lynn (ed.), Feeding Mars: Logistics in Western Warfare from the Middle Ages to the Present (Boulder, 1993), que estudia los ataques lanzados por ejércitos colosales y las nuevas perspectivas; y G. Parker, The Army of Flanders and the Spanish Road. The Logistics of Victory and Defeat in the Low Countries’ Wars 1567-1659 (Cambridge, 1972; ed. revisada, 2004). La importancia del cambio tecnológico para la conducción de la guerra aparece destacada por los colaboradores de J. A. Lynn (ed.), Tools of War. Instruments, Ideas and Institutions of Warfare 1445-1871 (Urbana, 1989).
El mejor planteamiento sobre la práctica de la guerra en Italia es el de los meticulosos estudios de casos expuestos en M. Mallett y J. R. Hale, The Military Organization of a Renaissance State: Venice, ca. 1400-1617 (Cambridge, 1984), y Pepper y Adams, Firearms and Fortifications (véase la bibliografía del capítulo 6). La práctica francesa de la guerra en la Edad Moderna no ha sido tan bien tratada, quizá porque el predominio de la escuela historiográfica de los Annales tiende a desdeñar la importancia de la guerra. Véase, sin embargo, F. Lot, Recherches sur les effectifs des armées françaises des guerres d’Italie aux guerres de religion, 1494-1562 (París, 1962), y P. Contamine (ed.), Histoire militaire de la France. i. Des origines à 1715 (París, 1992). Para España, véase sobre todo I. A. A. Thompson, War and Government in Habsburg Spain, 1560-1620 (Londres, 1976). Sobre la lucha de España por lograr la hegemonía en Europa, véase G. Parker, The Grand Strategy of Philip II (New Haven, 1998); Parker, Spain and the Netherlands, 1559-1659 (Londres, 1979; ed. revisada, 1991); y Parker, The Dutch Revolt (Londres, 1977; ed. revisada, Harmondsworth, 1985). La Guerra de los Treinta Años ha sido tratada (entre otros) por G. Parker, The Thirty Years’ War (Londres, ed. revisada, 1997), y H. Langer, The Thirty Years’ War (Poole, 1980: especialmente sólida en su análisis de la historia social de la guerra). Para las guerras en las Islas Británicas, véase la obra general clásica de J. P. Kenyon The Civil Wars of England (Londres, 1998), y el sustancioso análisis de *C. Carlton, Going to the Wars. The Experience of the British Civil Wars, 1638-1651 (Londres, 1992), quizá la mejor aproximación publicada hasta la fecha a la «realidad del campo de batalla» en la Edad Moderna.
Capítulo 10. Estados en conflicto
Para obras generales acerca de la guerra y la sociedad en la Europa de la Edad Moderna, véase la bibliografía del capítulo 9. Las fuerzas militares de Luis XIV han sido objeto de mucha atención en los últimos años. El análisis más completo del ejército francés en el siglo xvii es el ofrecido por J. A. Lynn, Giant of the Grand Siècle: The French Army, I610-1715 (Nueva York, 1997). El estudio sobre la administración militar realizado en este libro ha sido complementado y superado por D. Parrott, Richelieu’s Army: War, Government and Society in France, 1624-1642 (Cambridge, 2001), y G. Rowlands, The Dynastic State and the Army under Louis XIV: Royal Service and Private Interest, 1661-1701 (Cambridge, 2002). La lectura de las obras clásicas de L. André, Michel Le Tellier (París, 1906), y C. Rousset, Histoire de Louvois, 4 vols. (París, 1862-1864), sigue mereciendo la pena, al igual que la de A. Corvisier, Louvois (París, 1983). En cuanto a la armada, no hay nada que iguale a D. Dessert, La Royale: Vaisseaux et marins du Roi-Soleil (París, 1996).
Véase J. A. Lynn, The Wars of Louis XIV, 1667-1714 (Londres, 1999), para un tratamiento general de las guerras y campañas. P. Sonnino, Louis XIV and the Origins of the Dutch War (Cambridge, 1989), ofrece una visión interesante de la política del Rey Sol. La biografía es una forma útil y popular de analizar la guerra y la política exterior. Véase, por ejemplo, J. Bérenger, Turenne (París, 1987), y C. C. Sturgill, Marshall Villars and the War of the Spanish Succession (Lexington, 1965). S. Baxter describe la vida y obra del enemigo más acérrimo de Luis en William III and the Defense of European Liberty, 1650-1702 (Nueva York, 1966). El último conflicto de Luis XIV, la Guerra de Sucesión española, fue el escenario de las actividades del máximo capitán inglés, el duque de Marlborough, y no es de extrañar que sus hazañas hayan sido objeto de considerable atención por parte de autores británicos: véase W. Churchill (descendiente suyo), Marlborough: his life and times (6 vols., Londres, 1933); *D. Chandler, Marlborough as a Military Commander (Londres, 1973); y The Art of War in the Age of Marlborough (Londres, 1976). Sobre el ejército, véase R. F. Scouller, The Armies of Queen Anne (Oxford, 1966).
Sobre el ascenso de Rusia como potencia militar, véase *C. Duffy, Russia’s Military Way to the West (Londres, 1981), y sobre el propio gran zar, V. O. Klyuchevsky, Peter the Great (Nueva York, 1958). En cuanto a la aparición de Prusia, véase G. Ritter, Frederick the Great: a Historical Profile, tr. inglesa de P. Paret (Berkeley, 1968), y C. Duffy, The Military Life of Frederick the Great (Nueva York, 1986). Este prolífico autor describe también a los adversarios austriacos de Federico en The Army of Maria Theresa (Newton Abbot, 1977). Sobre el ejército británico en el siglo xviii, véase J. A. Houlding, Fit for Service: the Training of the British Army 1715-1795 (Oxford, 1981). El estudio estadístico más completo sobre las personas alistadas en el ejército francés es el de A. Corvisier, L’armée française de la fin du XVIIIe siècle au ministère de Choiseul: le soldat (2 vols., París, 1964). L. Kennett ofrece un buen estudio de la administración militar en The French Armies in the Seven Years’ War (Durham, NC, 1967).
Sobre el abastecimiento, véase *G. Perjés, «Army Provisioning, Logistics and Strategy in the Second Half of the Seventeenth Century», en Acta Historica Academiae Scientiarum Hungaricae, xvi (1970), así como las obras de Van Creveld y Lynn analizadas en p. 492. El importante tema de las fortificaciones ha sido objeto de un excelente tratamiento general en tres obras de C. Duffy; para el periodo abarcado aquí, véase The Fortress in the Age of Vauban and Frederick the Great, 1660-1789, Siege Warfare, ii (Londres, 1985). Sobre la guerra en América del Norte, véase la breve introducción de *H. H. Peckham, The Colonial Wars, 1698-1762 (Chicago, 1964), y la obra magistral de G. S. Graham Empire of the North Atlantic: the Maritime Struggle for North America (Toronto, 1958). Philip Mason ofrece un ameno relato de los conflictos suscitados en la India a través de las campañas de Arthur Wellesley en A Matter of Honour: and Account of the Indian Army, its Officers and Men (Londres, 1974). Esta visión anglocéntrica se debe compensar con otros puntos de vista. Véase P. Barua, «Military Developments in India, 1760-1850», en Journal of Military History lviii (1994), pp. 599-614, sobre las campañas y la política de la conquista. Para la creación de ejércitos de cipayos, véase J. A. Lynn, Battle: A History of Combat and Culture, edición revisada (Boulder, 2005), capítulo 5, «Victories of the Conquered: The Native Character of the Sepoy, 1740-1805», y C. Wickremesekera, «Best Black Troops in the World»: British Perceptions and the Making of the Sepoy 1746-1805 (Manohar, 2002).
Capítulo 11. Naciones en armas
El mejor estudio general de las relaciones internacionales en el periodo cubierto por este capítulo es el de P. W. Schroeder The Transformation of European politics, 1763-1848 (Oxford, 1994). La Guerra de Independencia norteamericana fue excelentemente tratada por P. Mackesy, The War for America, 1775-1783 (Cambridge, Mass., 1965), y *D. Higginbotham, The War of American Independence: Military Attitudes, Policies, and Practice, 1763-1789 (Nueva York, 1971). C. Royster registra los sentimientos populares respecto de la guerra, una vez iniciada ésta, en A Revolutionary People at War: the Continental Army and American Character, 1775-1783 (Chapel Hill, 1979). Sobre la estrategia norteamericana durante la guerra, véanse los excelentes capítulos de *R. Weigley, The American Way of War (Nueva York, 1973). J. Shy, «Logistical Crisis and the American Revolution: an Hypothesis», en J. A. Lynn (ed.), Feeding Mars: Logistics in Western Warfare from the Middle Ages to the Present (Boulder, 1993), brinda nuevas interpretaciones.
Los aspectos franceses de la época aparecen descritos en una obra reciente: *J. Delmas (ed.), Histoire militaire de France, ii, De 1715 à 1871 (París, 1992). Sobre el periodo reformista que precedió a la Revolución, véase S. Wilkinson, The French Army before Napoleon (Oxford, 1915); R. Quimby, The Background of Napoleonic Warfare (Nueva York, 1957), libro cuya principal virtud es la de haber sido escrito en inglés, y J. Colin, L’infanterie au XVIIIe siècle: la tactique (París, 1907), una obra más original y mejor, de la que Quimby ha tomado mucho en préstamo. La obra magistral sobre el ejército francés durante la Revolución es *J.-P. Bertaud, The Army of the French Revolution: from Citizen Soldiers to Instruments of Power, tr. inglesa de R. R. Palmer (Princeton, 1988). S. F. Scott, The Response of the Royal Army to the French Revolution (Oxford, 1978), analiza la composición, acciones y destino del antiguo ejército real hasta su disolución oficial en 1793. Sobre la conducción de la guerra, véase G. Rothenberg, The Art of Warfare in the Age of Napoleon (Bloomington, 1978), excelente introducción breve a todo el periodo. Sobre el modo de combate revolucionario tenemos la obra de J. A. Lynn The Bayonets of the Republic: Motivation and Tactics in the Army of Revolutionary France, 1791-94 (1984, ed. revisada, Boulder, 1996). Las guerras napoleónicas han servido de inspiración a un sinnúmero de volúmenes. J. Tulard, Napoleon: the Myth of the Saviour (Londres, 1984), es una biografía moderna escrita por un especialista famoso. El libro clásico de D. Chandler, The Campaigns of Napoleon (Nueva York, 1966) sigue siendo una exposición sumamente valiosa de las tácticas y operaciones napoleónicas. Debería complementarse con la obra más crítica de Owen Connelly Blundering to Glory: Napoleon’s Military Campaigns (Wilmington, 1988), y con la más reciente de C. J. Esdaile, The Wars of Napoleon (Londres, 1996). Sobre el fatal desastre en España, véase D. Gates, The Spanish Ulcer: a History of the Peninsular War (1986). A. W. Palmer aborda el mayor descalabro del emperador en Napoleon in Russia (Nueva York, 1967).
Otras obras sobre las reformas militares austriacas y alemanas son: G. Rothenberg, Napoleon’s Great Adversaries: the Archduke Charles and the Austrian Army, 1792-1814 (Bloomington, 1982); W. O. Shanahan, Prussian Military Reforms, 1786-1813 (Nueva York, 1945); y *P. Paret, Yorck and the Era of Prussian Reform (Berkeley, 1966). E. Longford relata la vida de quien fue la perdición de Napoleón en Wellington (2 vols., Nueva York, 1969-1972). El triunfo de Gran Bretaña en el mar aparece tratado en C. D. Hall, British Strategy in the Napoleonic War, 1803-1815 (Manchester, 1992). E. Vincent, Nelson: Love and Fame (New Haven, 2004), detalla la vida del almirante más famoso de Gran Bretaña, y D. Howarth describe su máxima victoria en Trafalgar: the Nelson Touch (Londres, 1969).
Capítulo 12. La industrialización de la guerra*
No es de extrañar que exista una extensa bibliografía para los temas tratados en este capítulo. W. McElwee, The Art Of War, Waterloo to Mons (Bloomington, 1974), ofrece una visión general del periodo. Sobre la Guerra de Crimea, véase C. Hibbert, The Destruction of Lord Raglan (Londres, 1961), y C. Woodham Smith, The Reason Why (Londres, 1965). G. Craig, The Battle of Königgrätz (Filadelfia, 1964), presenta un cuadro convincente de la batalla decisiva de la Guerra de las Siete Semanas. D. Showalter, Railroads and Rifles: Soldiers, Technology, and the Unification of Germany (Hamden, 1975), trata con brillantez las repercusiones de la tecnología entre los prusianos, mientras que M. Howard, The Franco-Prussian War (Londres, 1961), sigue siendo el criterio de comparación para las buenas obras de historia militar.
La mejor historia de la Guerra Civil norteamericana en un solo volumen, tanto por su amenidad como por su erudición, es *J. M. McPherson, Battle Cry of Freedom, The Civil War Era (Oxford, 1988). Existen también dos excelentes historias sobre la guerra en tres volúmenes: B. Catton, The Centennial History of the Civil War (Garden City, Nueva York, 1961), y S. Foote, The Civil War, A Narrative (Nueva York, 1958). Entre las numerosas memorias de guerra destacan las de Ulysses S. Grant, Personal Memoirs of U.S. Grant (Nueva York, 1984); Mark Twain las describió, con sólo una ligera exageración, como la mejor obra literaria en inglés del siglo xix. Finalmente, no deberíamos olvidar M. Shaara, The Killer Angels (Nueva York, 1974), obra de ficción que reconstruye con brillantez la batalla de Gettysburg y dice más sobre la guerra que la mayoría de los libros de historia, al igual que J. W. Thomason, Jr., Lone Star Preacher (Nueva York, 1941), una historia semiliteraria del 5º Regimiento de Texas de la Confederación.
Capítulo 13. Hacia la guerra mundial
Varias obras interesantes evalúan la profesionalización de los ejércitos europeos antes de la Primera Guerra Mundial. I. B. Bond, The Victorian Army and the Staff College, 1854-1914 (Londres, 1972), enumera las dificultades experimentadas en Gran Bretaña por esa clase de iniciativas. Sobre la evolución del ejército francés tras la catastrófica derrota de 1870-1871, véase D. B. Ralston, The Army of the Republic: The Place of the Military in the Political Evolution of France: 1871-1914 (Cambridge, Mass., 1967). G. Ritter, The Sword and the Scepter, The Problem of Militarism in Germany (2 vols., Miami, 1970), cubre de manera magistral el lado alemán. Sobre el contexto de la experiencia rusa, véase W. C. Fuller, Jr., Civil-Military Conflict in Imperial Russia, 1881-1914 (Princeton, 1985). D. Walder, The Short Victorious War, The Russo Japanese Conflict, 1904-1905 (Londres, 1973), es una exposición clara y amena. Las mejores obras sobre las guerras coloniales de las potencias europeas son las de D. R. Morris, The Washing of the Spears, A History of the Rise of the Zulu Nation under Shaka and Its Fall in the Zulu War of 1879 (Nueva York, 1965), y T. Pakenham, The Boer War (Nueva York, 1979).
La bibliografía sobre los orígenes de la Primera Guerra Mundial está alcanzando proporciones inmanejables. *L. Albertini, The Origins of the War of 1914 (3 vols., Nueva York, 1952), va a seguir siendo la obra clásica sobre el estallido de la guerra. G. Ritter, The Schlieffen Plan: Critique of a Myth (Nueva York, 1958), desentraña las erróneas suposiciones del Estado Mayor general alemán. Bucholz, Moltke, Schlieffen and Prussian War Planning (Nueva York, 1991), examina los orígenes del proceso de planificación alemán. Sobre los planes de guerra británicos, véase J. Gooch, The Plans of War, The General Staff and British Military Strategy, 1900-1916 (Nueva York, 1974); para el contexto de la planificación en el periodo previo a la guerra, véase P. Kennedy (ed.), The War Plans of the Great Powers, 1880-1914 (Londres, 1979). S. R. Williamson, Jr. The Politics of Grand Strategy. Britain and France Prepare for War, 1904-1914 (Cambridge, Mass., 1969), ofrece un soprendente relato de la planificación conjunta por parte de las dos potencias.
Capítulo 14. Occidente en guerra
El estudio más completo sobre la Primera Guerra Mundial sigue siendo el de C. R. M. F. Cruttwell, A History of the Great War, 1914-1918 (Oxford, 1934); sólo recientemente se halla en preparación una obra superior: Hew Strachan, The First World War. Volume I: To Arms (Oxford, 2004), actualmente en proceso de producción, es de momento la única obra que va a superarlo. Pronto aparecerán dos nuevos volúmenes. W. Churchill, The World Crisis (Nueva York, 1930), argumenta a veces de manera sesgada, pero está escrito en un estilo tan brillante que recompensa a cualquier lector. L. Woodward, Great Britain and the War of 1914-1918 (Boston, 1967), constituye el mejor estudio general de la experiencia de una nación concreta en la guerra. Sobre la guerra desde la perspectiva de las Potencias Centrales, véase H. H. Herwig, The First World War: Germany and Austria-Hungary, 1914-1918 (Nueva York, 1997). J. H. Morrow, Jr., German Air Power In World War I (Lincoln, 1982), disipa el mito de la ineficacia de la aviación en la Gran Guerra y sitúa la guerra aérea en una perspectiva económica. F. Fischer, Germany’s Aims in the First World War (trad. al inglés, Nueva York, 1967), sólo es objeto de controversia para quienes se siguen tragando la campaña de desinformación lanzada por los alemanes después de 1919. *J. M. Winter, The Experience of World War I (Oxford, 1989), ofrece una visión general evocadora en palabras, imágenes y gráficos.
Abundan las monografías valiosas sobre episodios particulares de la guerra. B. Tuchman, The Guns of August (Nueva York, 1962), a pesar de su ataque flagrante y sumamente injusto a Clausewitz, ofrece todavía una interesante exposición de las operaciones militares durante el primer mes de la guerra. T. Lupfer, The Dynamics of Doctrine: The Changes in German Tactical Doctrine During World War I (Leavenworth, 1981), abrió nuevos caminos en el replanteamiento de la dinámica táctica de la guerra, mientras que dos obras de T. Travers han modificado de manera fundamental la visión del ejército británico en el frente occidental: The Killing Ground. The British Army, the Western Front, and the Emergence of Modern Warfare, 1900-1918 (Londres, 1987), y *How the War Was Won. Command and Technology in the British Army on the Western Front, 1917-1918 (Londres, 1992). M. Middlebrook, The First Day on the Somme, 1 July 1916 (Nueva York, 1972), ofrece una visión descarnada de esa batalla desde la pespectiva de quienes más sufrieron: los soldados de la primera línea del frente. A. Horne, The Price of Glory, Verdun, 1916 (Nueva York, 1962), es igualmente bueno al escribir sobre los horrores de aquella operación.
A. J. Marder, From The Dreadnought to Scapa Flow (6 vols., Londres, 1961), es una magistral exposición de la guerra naval desde la perspectiva británica. H. Herwig, The «Luxury» Fleet. The Imperial German Navy, 1888-1918 (Londres, 1980), ofrece un relato vívido de las singulares actividades de la armada alemana. Sobre la guerra aérea, véase J. H. Morrow, Jr., The Great War in the Air. Military Aviation from 1909 to 1921 (Washington, 1993).
Las numerosas novelas y memorias que aparecieron tras la guerra representan uno de los grandes movimientos literarios del siglo xx, aunque los estudiosos y los críticos de la literatura de Estados Unidos lo hayan ignorado o malinterpretado en su mayor parte. La mejor novela basada en las experiencias de un soldado en la línea del frente es, probablemente, la de F. Manning, The Middle Parts of Fortune, Somme and Ancre 1916 (Londres, 1929), mientras que G. Chapman, A Passionate Prodigality, Fragments of Autobiography (Londres, 1933), ofrece, quizá, la experiencia autobiográfica mejor y más sincera de la guerra. C. S. Forrester, The General (Londres, 1936), es un retrato demoledor de un mal liderazgo militar. Sobre los terribles efectos de las muertes de soldados británicos en sus seres queridos, V. Brittain, Testament of Youth. An Autobiographical Study of the Years, 1900-1925 (Londres, 1933), ofrece un retrato inquietante de la muerte de una generación. La poesía inglesa de guerra se halla al alcance de los lectores en numerosas publicaciones; un buen libro por el que comenzar es J. Silkin, (ed.), The Penguin Book of First World War Poetry (Londres, 1979). Finalmente, no deberíamos olvidar que los alemanes tuvieron una reacción fundamentalmente diferente ante la guerra: E. Jünger, Storm of Steel (Londres, 1929), es un relato entusiasta y de primera mano acerca de la guerra y su autor obtuvo una condecoración Pour le Mérite por su heroísmo; Jünger fue un soldado herido en un sinnúmero de ocasiones y un individuo que pensaba que todo aquello había sido maravilloso.
Capítulo 15. El mundo en conflicto y Capítulo 16. El mundo en guerra
Si la bibliografía sobre la Primera Guerra Mundial es inmensa, la dedicada a la Segunda Guerra Mundial es tan descomunal que resulta totalmente inmanejable. *G. Weinberg, A World at Arms. A Global History of World War II (Cambridge, 1994), está tan cerca como la que más de ser una historia completa de la guerra desde el punto de vista estratégico y político. Para una exposición centrada en la conducción operacional de la guerra, véase *A. R. Millett y W. Murray, A War to Be Won: Fighting the Second World War (Cambridge, Massachusetts, 2000). *R. Spector, The Eagle Against the Sun. The American War with Japan (Nueva York, 1984), ofrece una extraordinaria visión general de la guerra en el Pacífico. G. Weinberg, The Foreign Policy of Nazi Germany (2 vols., Chicago, 1970-1980), presenta el trasfondo que permite entender los orígenes de la guerra.
La bibliografía monográfica sigue inundando el mercado. Entre las obras mejores, M. Knox, Mussolini Unleashed. 1939-1941, Politics and Strategy in Fascist Italy’s Last War (Cambridge, 1982), subraya la mendaz incompetencia del régimen italiano y sus militares; C. Sydnor, Soldiers of Destruction. The Totenkopf Division (Princeton, 1977), trata de los vínculos entre la ideología y la conducción de la guerra en el frente oriental; R. Paxton, Parades and Politics at Vichy (Princeton, 1966), examina la reacción de los militares franceses ante la derrota; C. Thorne, Allies of a Kind. The United States, Britain, and the War against Japan, 1941-1945 (Oxford, 1978), presenta un examen profundo del funcionamiento de la alianza angloamericana en el Pacífico. R. J. Overy, The Air War, 1939-1945 (Nueva York, 1982), sigue siendo la mejor exposición general sobre la guerra en el aire; Overy, *Why the Allies Won (Nueva York, 1995), es un análisis penetrante que abarca desde la planificación estratégica y la movilización de recursos hasta las contingencias operacionales. Entre los mejores relatos bélicos sobre las campañas se hallan los ofrecidos por D. M. Glantz y J. House, When Titans Clashed: How the Red Army Stopped Hitler (Lawrence, Kansas, 1995); R. B. Frank, Guadalcanal (Nueva York, 1990); D. Graham y S. Bidwell, Tug of War: The Battle for Italy: 1943-1945 (Nueva York, 1986); y E. J. Drea, MacArthur’s ULTRA: Codebreaking and the War against Japan, 1942-1945 (Lawrence, Kansas, 1992). R. S. Rush, Hell in Hürtgen Forest: An American Infantry Regiment’s Ordeal and Triumph (Lawrence, Kansas, 2001), destruye el mito de la inferioridad táctica norteamericana en tierra mediante una inteligente combinación de documentos dejados por las unidades enemigas de los alemanes y los aliados. R. B. Frank, Downfall (Nueva York, 1995), dibuja en detalle la derrota de Japón y descarta definitivamente la idea de que algunos dirigentes japoneses pensaron en rendirse antes del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Merece la pena señalar que las historias oficiales de la guerra alcanzaron un nivel de exactitud y honradez superior al de las dedicadas a la Primera Guerra Mundial. El mejor de esos intentos escrito en inglés es el estudio de la campaña de bombardeo estratégico: C. Webster y N. Frankland, The Strategic Air Offensive Against Germany (4 vols., Londres, 1994). Hasta ahora han aparecido once volúmenes de la historia oficial alemana de la guerra, Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg, y la Oxford University Press ha publicado seis de ellos en traducción inglesa. Esta iniciativa, producto del Departamento de Historia Militar de la República Federal de Alemania (y organizada por temas y teatros de operaciones, en vez de seguir un orden cronológico único), posee una importancia particular por el hecho de subrayar hasta qué punto la participación de la Wehrmacht en la guerra, sobre todo en el frente oriental, se sustentó en una ideología criminal. Otras obras importantes de características similares son C. Streit, Keine Kameraden. Die Wehrmacht und die sowjetischen Kriegsgefangenen, 1941-1945 (Stuttgart, 1978), y, en inglés, *O. Bartov, Hitler’s Army. Soldiers, Nazis, and War in the Third Reich (Oxford, 1991), y *C. R. Browning, Ordinary Men. Reserve Police Battalion 101 and the Final Solution in Poland (Nueva York, 1992). Esta nueva oleada de estudios históricos ha puesto de relieve algo sospechado en general por la mayoría de los historiadores: la total carencia de fiabilidad y honradez intelectual, incluso para lo que es normal en el género, de las memorias de posguerra escritas por generales alemanes.
Finalmente, el descubrimiento del cometido fundamental de los servicios de inteligencia en la victoria de los Aliados constituye uno de los principales avances historiográficos de finales de los años setenta. Tres de los mejores libros en esta materia contienen un cuidadoso análisis de la documentación histórica y fueron escritos, además, por miembros en ejercicio de esos servicios: R. Bennett, Ultra in the West. The Normandy Campaign, 1944-1945 (Nueva York, 1979); P. Beesley, Very Special Intelligence. The Story of the Admiralty’s Operational Intelligence Centre, 1939-1945 (Garden City, 1977); y *R. V. Jones, Most Secret War. British Scientific Intelligence, 1939-1945 (Londres, 1978). Para terminar, *D. Glantz, Soviet Military Deception in the Second World War (Londres, 1989), examina cómo las maniobras de engaño soviéticas desempeñaron una función esencial en las victorias de la Unión Soviética en el frente del este.
Capítulo 17. El mundo de la posguerra
A lo largo de la última década ha aparecido un gran número de obras de calidad sobre la historia militar del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sobre la experiencia francesa en Vietnam siguen siendo especialmente notables las obras de Bernard Fall: Street Without Joy. Insurgency in Indochina, 1946-1963 (Harrisburg, 1964), *Hell in a Very Small place. The Siege of Dien Bien Phu (Nueva York, 1967), y The Two Vietnams, A Political and Military Analysis (Nueva York, 1963). D. Pike, PAVN: People’s Army of Vietnam (Novato, California, 1986), es la mejor obra dedicada al tema, y lo seguirá siendo, probablemente, por tiempo indefinido. Philip B. Davidson, Vietnam at War, 1946-1975 (Novato, California, 1988), es la mejor historia militar del conflicto en un volumen. Sobre la experiencia francesa en Argelia, *A. Horne, A Savage War of Peace. Algeria, 1954-1962 (Londres, 1977), es una obra vigorosa, tanto literaria como histórica. Sobre ese conflicto existen también dos excelentes películas: The Battle of Algiers y The Lost Command. Entre los informes sobre las numerosas guerras coloniales británicas, el libro de M. Hastings y S. Jenkins The Battle for the Falklands (Nueva York, 1983) es particularmente valioso por entretejer las circunstancias políticas y estratégicas y la realización de las operaciones. I. L. Janis, Groupthink: Psychological Studies of Policy Decisions and Fiascoes (Nueva York, 1983), contiene una comparación detallada sobre cómo manejó el gobierno de Kennedy las dos crisis de Cuba.
No es de extrañar que las guerras «limitadas» emprendidas por Estados Unidos hayan sido también objeto de un interés considerable entre los historiadores; pero el conflicto más importante por su impacto estratégico, la Guerra de Corea, ha sido la que menos atención ha suscitado. T. R. Fehrenbach, This Kind of War (Nueva York, 1964), sigue siendo la mejor historia general de dicho conflicto. La Guerra de Vietnam ha suscitado mayor atención debido al daño causado a la imagen que tenía Estados Unidos de sí mismo. Entre las monografías más interesantes se hallan las siguientes: A. F. Krepinevich, Jr., The Army and Vietnam (Baltimore, 1986); R. H. Spector, Advice and Support. The Early Years of the US Army in Vietnam, 1941-1960 (Londres, 1985), y After Tet. The Bloodiest Year in Vietnam (Nueva York, 1993), y F. Snepp, Decent Interval. An Insider’s Account of Saigon’s Indecent End Told by the CIA’s Chief Strategy Analyst in Vietnam (Nueva York, 1977). Pero la experiencia de Vietnam ha tenido también como consecuencia algunas de las mejores obras literarias y ensayísticas –de ficción y no ficción– escritas por norteamericanos en este siglo. Véase en particular: J. Webb, Fields of Fire (Nueva York, 1978); F. Downs, Jr. The Killing Zone. My Life in the Vietnam War (Nueva York, 1978); Aftermath. A Soldier’s Return from Vietnam (Nueva York, 1984); y J. R. McDonough, Platoon Leader (Nueva York, 1985).
De los numerosos libros sobre el conflicto en Oriente Próximo, E. Hammel, Six Days in June. How Israel Won the 1967 Arab-Israeli War (Nueva York, 1993), cubre esta guerra de manera interesante, mientras que C. Herzog, The Arab-Israeli Wars. War and Peace in the Middle East from the War of Independence through Lebanon (Nueva York, 1984), nos brinda una visión desde dentro. Sobre el «declive de la guerra» a finales del siglo xx, véase el provocador y estimulante análisis de *J. Mueller, The Remnants of War (Ithaca, 2004). Sobre el liderazgo militar de Estados Unidos a partir de 1945, véase la feroz crítica del capítulo 6 de *E. Cohen, Supreme Command: Soldiers, Statesmen and Leadership in Wartime (Nueva York, 2002) –así como sus penetrantes análisis sobre los estilos de liderazgo en tiempo de guerra de Lincoln, Clemenceau, Churchill y BenGurion–. Sobre la Primera Guerra del Golfo, Cohen dirigió la penetrante obra en cinco volúmenes titulada Gulf War Airpower Survey (Washington, DC, 1993), en la que un equipo de especialistas de gran talento analiza despiadadamente los éxitos y fracasos de la campaña aérea de la Coalición. Esta guerra ha sido tratada por un cúmulo de libros, entre ellos las memorias del comandante en el teatro de operaciones (H. N. Schwartzkopf, It Doesn’t Take a Hero [Nueva York, 1992]) y las del presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (C. Powell, con la colaboración de J. E. Persico, My American Journey [Nueva York, 1995]). La exposición, quizá, mejor informada es la de M. R. Gordon y B. E. Trainor, The Generals’ War: The Inside Story of Conflict in the Gulf (Boston, 1995). Sobre las guerras de los Balcanes, véanse las versiones de los principales participantes civil y militar, respectivamente: R. Holbrooke, To End a War (Nueva York, 1998), y W. K. Clark, Waging Modern War: Bosnia, Kosovo and the Future of Combat (Nueva York, 2001). Por desgracia, no hay nada escrito acerca de estos conflictos que se halle a la altura del espléndido relato, repleto de pruebas aportadas por ambos «bandos», sobre los sucesos que condujeron y siguieron inmediatamente a los atentados del 11 de septiembre de 2001, The 9/11 Commission Report (Washington, 2004), que establece un nuevo criterio en la información y análisis de conflictos recientes. Sobre la segunda Guerra del Golfo, veáse M. R. Gordon y B. E. Trainor, Cobra II, The inside story of the invasion and occupation of Iraq (Nueva York, 2006); G. Packer, The Assassins’ Gate: America in Iraq (Nueva York, 2005); y P. Mansoor, Baghdad at Sunrise: A Brigade Commander’s War in Iraq (New Haven, 2008).