FRA ANGELICO
Sala 56b. Cat. P15. Hacia 1426. Témpera sobre tabla. 194 cm × 194 cm.
Savonarola, preso de arrebatos místicos, se postraba ante los cuadros de Fra Angelico que se guardaban en el convento de San Marcos, su residencia, antes de salir a predicar en éxtasis. Tanto Fra Angelico como sus contemporáneos veían sus obras como un arte que servía a un propósito trascendente, inspirado, además, por visiones de lo sobrenatural. Tal vez con sus pinturas buscaban recrear lo que se sentía durante aquellos raptos o trances.
El arcángel Gabriel, motivo central de este cuadro, fue venerado por cristianos y musulmanes por igual; en el Renacimiento lo llamaron «el Anunciador», porque las cuatro veces que aparece en los Evangelios lo hace como portador de mensajes fundamentales. Sus brazos cruzados remiten a La Encarnación del Greco (véase p. 51).