La ciudad ha sido desde siempre un disparador activo de la imaginación artística. Gran parte de la historia de las vanguardias se escribe con reinvenciones de recorridos urbanos. Pero las ciudades han crecido a un ritmo exponencial en las últimas décadas y las utopías vanguardistas se desvanecen en el siglo XXI. El idilio más o menos esperanzado con la ciudad va virando a puro espanto: uno de cada tres habitantes de América Latina vive en asentamientos precarios. Crepúsculo de los lugares, junkspace, claustrópolis, ciudad amurallada, ciudad insular, posciudad, ciudad de cuarzo, ciudad pánico: es ése el nuevo repertorio con que se nombra la vida urbana, a medida que aumentan las diferencias sociales y los enfrentamientos desalientan el contacto.
De ahí que un arte informe que acumula y mezcla restos ausculte hoy el pulso de las grandes metrópolis del continente, registre su concierto babélico de voces, recomponga el espacio chatarra que dejó la modernización nunca alcanzada y alerte sobre los efectos devastadores de la violencia y las «guerras» del narcotráfico. Artistas y narradores recuperan la tradición del paseo urbano, el desvío o la deriva, para crear objetos y relatos porosos, capaces de albergar los desechos y las diferencias. En la marcha, componen fábulas que extrañan o reencantan el paisaje caótico o disciplinado, o sencillamente confiesan que ya no hay iluminaciones posibles en las ciudades latinoamericanas. Pero no siempre el futuro es sombrío: hay quien ha conseguido dar realidad material a utopías fabulosas de nuevos espacios aéreos habitables, ciudades flotantes que surcan el cielo como nubes.
Gabriel Orozco - Cildo Meireles - Marcelo Cohen - Matilde Sánchez - Yuri Herrera - Francis Alÿs - Diego Bianchi - Carlos Huffmann - Georges Bataille - Sergio Chejfec - Teresa Margolles - Santiago Sierra - Roberto Bolaño - Doris Salcedo - Fernando Vallejo - Juan Villoro - Tomás Saraceno