La ficción post-apocalíptica normalmente muestra a los supervivientes de una nueva era reconquistando su mundo en pasos dramáticos, como la recuperación de una ciudad entera. Aunque esto crea una imaginería excitante, especialmente en emotivas películas, no representa un medio seguro y eficiente de recolonización. En lugar de cruzar el puente de George Washington para repoblar Manhattan, una postura más segura, inteligente conservadora de hacerlo sería ampliar tu espacio vital existente o migrar a un área mejor y, si se puede, relativamente aislada. Por ejemplo, si has construido tu hogar en una isla pequeña, la mejor opción sería ir a una isla más grande y que estuviera habitada antes, acabar con los zombis que queden y RECLAMAR las estructuras abandonadas como tu nuevo hogar. En tierra, el equivalente podría ser, por ejemplo, migrar del desierto o la tundra helada a la ciudad más cercana que esté abandonada. Con manuales de supervivencia para el peor de los casos, al igual que muchos textos históricos, serán tu mejor guía para su reconstrucción completa. Lo que no pueden enseñarte a hacer y lo que debes hacer es cerciorarte de que tu nuevo y más civilizado hogar ¡sea seguro! Recuerda: El tuyo es el único gobierno, el único cuerpo de policía, el único ejército alrededor. La seguridad será responsabilidad tuya y aunque el peligro inmediato tal vez ya ha pasado, nunca debes darlo por sentado. No importa lo que te encuentres y tampoco los riesgos a los que te enfrentes, siéntete reconfortado al saber que has sobrevivido a una catástrofe jamás vista desde la extinción de los dinosaurios, en un mundo comandado por los muertos vivientes.