—Hola, señor Patel. Me llamo Tomohiro Okamoto. Vengo de parte del Departamento Marítimo del Ministerio de Transporte de Japón. Le presento a mi ayudante, el señor Atsuro Chiba. Hemos venido a hablar con usted del hundimiento del buque Tsimtsum, en el que usted viajó. ¿Le parece bien que hablemos del tema ahora?
—Claro. Por supuesto.
—Gracias. Es usted muy amable. A ver, Atsuro-kun. Tú no tienes experiencia en este tipo de trabajo, así que quiero que prestes atención y que escuches.
—Sí, Okamoto-san.
—¿Has encendido la grabadora?
—Sí, señor.
—Bien, ¡qué cansado estoy! Que conste en acta que hoy es el día diecinueve de febrero de 1978. Número de expediente 250663, concerniente a la desaparición del carguero Tsimtsum. ¿Se encuentra usted cómodo, señor Patel?
—Sí, lo estoy. Gracias. ¿Y ustedes?
—Estamos muy cómodos.
—¿Han venido de Tokio sólo para verme?
—Bueno, estábamos en Long Beach, California. Hemos venido en coche.
—¿Ha ido bien el viaje?
—Ha sido un viaje maravilloso. Un paisaje bellísimo.
—El mío fue horroroso.
—Sí, hemos hablado con la policía antes de venir aquí y hemos visto el bote salvavidas.
—Tengo un poco de hambre.
—¿Le apetece una galleta?
—¡Sí, por favor!
—Aquí tiene.
—¡Gracias!
—No hay de qué. Sólo es una galleta. Vamos a ver, señor Patel, ¿le importaría contarnos lo que le pasó en el bote salvavidas, dándonos todos los detalles posibles?
—En absoluto. Lo haré encantado.