Capítulo 30

Está casado. Me agacho para quitarme los zapatos cuando lo oigo decir:

—Quisiera presentarte a mi mujer.

Miro hacia arriba y a su lado está… la señora Patel.

Hola —me dice sonriente, extendiéndome la mano—. Piscine me ha hablado mucho de usted.

No puedo decir lo mismo de ella. No tenía ni idea. Está a punto de salir así que sólo hablamos durante unos minutos. También es india pero tiene un acento más típico de Canadá. Debe de ser de la segunda generación. Es un poco más joven que él, tiene la piel un poco más oscura, el pelo largo y negro recogido en una trenza. Tiene los ojos oscuros y brillantes, los dientes bonitos y muy blancos. Lleva una bata blanca envuelta en un plástico de tintorería. Es farmacéutica.

Encantado de conocerla, señora Patel —le digo.

A lo que ella responde:

Meena, por favor. Llámeme Meena.

Marido y mujer se dan un beso rápido y ella sale a hacer el turno del sábado.

La casa es algo más que una caja llena de iconos. Empiezo a fijarme en indicios de una existencia conyugal. Siempre han estado allí pero no los he visto porque no los buscaba.

Es un hombre tímido. La vida le ha enseñado a no hacer alarde de lo que más quiere.

¿Será ella la Némesis de mi tracto digestivo?

Te he preparado un chutney especialdice, sonriendo.

No, es él.