I

Ahora tengo un buen trabajo y ningún motivo para sentirme deprimido. Nada de pasarme el día con esos gilipollas del supermercado Supr Savr, vigilando la zona de carros y aguantando la paliza de cabrones como Skipper. Skipper ya está criando malvas, pero una lección que he aprendido durante los diecinueve años que llevo en el planeta Tierra es no bajar la guardia, porque hay Skippers por todas partes.

Tampoco me dedico a repartir pizzas noche lluviosa tras noche lluviosa, conduciendo el viejo Ford con el silenciador estropeado, congelándome las pelotas con la ventanilla bajada y una banderita italiana sujeta a un alambre. Como si alguien en Harkerville fuera a saludarla. Pizza Roma, propinas irrisorias de gente que ni te ve, porque tienen la mente ocupada en el partido de fútbol que dan en la tele. Creo que repartir pizzas para Pizza Roma fue lo peor. Desde entonces ha llovido tanto que incluso he ido en avión privado, así que no está mal.

—Eso es lo que te pasa por dejar la escuela sin sacarte el título —me regañaba mamá durante mi época de repartidor, o bien—: Esto es lo que te espera durante el resto de tu vida.

Ay, la pobre mamá. Me chinchaba y me chinchaba, hasta el punto de que llegué a pensar en escribirle una de aquellas cartas especiales. Como ya he dicho, aquel período fue el peor. ¿Saben lo que me dijo el señor Sharpton aquella noche en su coche?

—No es solo un empleo, Dink, es una aventura, joder.

Y tenía razón. Se equivocara en lo que se equivocase, en eso tenía razón.

Supongo que se preguntarán qué salario percibo en el empleo de marras. Bueno, pues debo confesar que no mucho, más vale reconocerlo de entrada. Pero en el trabajo no solo se trata de dinero ni de subir, eso fue lo que me dijo el señor Sharpton. El señor Sharpton afirmaba que los mejores trabajos son aquellos que reportan beneficios colaterales, pues en ellos reside el auténtico poder.

El señor Sharpton. Solo lo vi esa vez, sentado al volante de su viejo y enorme Mercedes Benz, pero a veces, una sola vez basta.

Pueden tomarse este comentario como quieran. Como les dé la gana.