Excepto algún personaje irrelevante, sin acción alguna, mera comparsa de la acción, con frecuencia sin nombre, se recogen aquí todos los personajes holmesianos. Se ha añadido, siempre que se ha averiguado, su año de nacimiento y defunción. Al final, entre paréntesis, figura el título del relato o relatos en que participa.
A
Abbas Parva. No es el nombre de un monje, sino el de un pueblecito de Berkshire, con circo ambulante. (La aventura de la inquilina del velo).
Acton, viejo. Posee una hacienda en Surrey y unos terrenos de discutida propiedad que tiende a litigar con los Cunningham. Pero ya viene de lejos. Sufre robos incomprensibles. (Los hacendados de Reigate).
Adair, Ronald († 1894). Hijo de los condes de Maynooth. Su hermana se llama Hilda, y su prometida Edith Woodley. Pero le gustan más las cartas y el dinero apostado que los bailes de salón, así que rompe su compromiso con la dama y afianza más sus vínculos con el bridge. Las deudas y las amistades muy peligrosas le conducen a un definitivo y discreto dolor de cabeza. (La aventura de la casa vacía).
Adams, Constance (ca.1860-1887). Primera esposa del Dr. Watson. En 1886 reside en San Francisco, donde es cortejada por su prometido, con el que se casa, ya en Inglaterra, el 1 de noviembre del mismo año. Le gusta llamar a su marido con el nombre de «James», y a todas luces manda a placer en su casa en todos los sentidos. Gracias a ella, y a sus amistades, Holmes resolverá algunos casos. La verdad es que es una chica hogareña y la mar de simpática. Pero está visto que lo bueno tiende siempre a durar poco. (Un caso de identidad).
Agar, Moore. Doctor particular de Holmes. Le recomienda una cura de aires. (La aventura del pie del diablo).
Agatha. La pobre criada se ha enamorado de un tipo interesante. Ella sirve en la casa Milverton. Lo malo es que el tipo interesante es el pies ligeros de Holmes. (La aventura de Charles Augustus Milverton).
Alejandría, Ionides de. El mejor fabricante de tabacos que se haya conocido jamás. Lía unos cigarrillos estupendos. Lástima que hoy por hoy parece haber cerrado la fábrica. (La aventura de las gafas de oro).
Alexis. No aparece en el relato sino como referente, pero el chico lo está pasando tan mal en las cárceles rusas que no podemos negarle un hueco en esta relación. Por Anna. Siempre. (La aventura de las gafas de oro).
Algar. Pertenece a la policía de Liverpool, ¡y Holmes dice que es su amigo! (La caja de cartón).
Allen, Sra. Sirvienta de los Douglas. Rolliza y alegre. (El valle del terror).
Altamont. Norteamericano rubio, de torpes maneras, buen catador de vinos, aguerrido y audaz. Está un poco mayor, ronda los sesenta y va de panal en panal. Es el mejor amigo que haya tenido Holmes jamás. (El último saludo).
Amberley, Josiah (1835). Vejete celoso y ajedrecista, pero avaro. Contrajo matrimonio con una mujer más joven, y tenía la costumbre de invitar a jugar a su casa a un doctor vecino, joven también. Esto, con el tiempo, terminaría oliendo a podrido. (La aventura del fabricante de colores retirado).
Ames. Mayordomo de los Douglas. (El valle del terror).
Anderson. Policía oriundo de Sussex. De los pocos que se salvan de la quema. Un tipo honrado, callado y rudo. (La aventura de la melena de león).
Angel, Hosmer. Cajero miope de buen corazón, bailarín consumado y buena gente. Tiene el defecto de no ser quien es, y eso siempre es grave, como poco. El Sr. Windibank le tiene esclavizado. (Un caso de identidad).
Anna († 1894). Una mujer valiente y decidida, de esas a las que Holmes admira, respeta y ante las que se enorgullece de ser persona. El amor, la lealtad y el afán son tres de sus insignias. (La aventura de las gafas de oro).
Anstruther, Dr. Colega del Dr. Watson, le lleva la consulta cuando él está ausente. (El misterio de Boscombe Valley).
Appledore, Lady Edith. Esposa del barón de Holdernesse, aunque en vías de separación. Como madre que es, quiere mucho a su hijo, Lord Saltire. (La aventura del colegio Priory).
Armitage, James. Véase —› Trevor, viejo señor.
Armitage, Percy. Novio frustrado de Julia Stoner. Véase —› Stoner, Helen. (La banda de lunares).
Armstrong, Leslie. Famoso doctor inglés desconocido para Watson. Usa calesa ligera y sabe zafarse de las persecuciones, y aunque crean que no, es un tipo de fiar. (La aventura del delantero desaparecido).
B
Backwater, Lord. Dueño de las cuadras Capleton y eterno rival del Coronel Ross. Tiene malas pulgas y un capataz con peores arreos, pero se hacen muy amigos de Holmes. En el fondo es un buen tipo. («Estrella de Plata»).
Bain, Sandy. Monta los caballos de Sir Robert Norberton, y ocasionalmente reparte perros a domicilio. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Baker, Henry. Entre pitos y flautas fue un ganso a parar a sus manos, pero perdió ganso y sombrero entre pitos y flautas. El recadero Peterson tocó sus flautas y sus pitos. Y pitó bien. (El carbunclo azul).
Baldwin, Teddy. Uno de los jefes de «los Batidores», que aparece como el típico enviado desde el pasado para ajustar cuentas con Douglas/Mc Murdo. Es pretendiente de Ettie Shafter. Joven, atractivo y arrogante, pronto se convierte por varios motivos en rival de McMurdo. (El valle del terror).
Balmoral, Lord. Jugador de cartas. (La aventura de la casa vacía).
Bannister. Criado del profesor Soames. Sabe más de lo que dice, pero es un criado fiel a sus orígenes y eso es impagable, se mire por donde se mire. (La aventura de los tres estudiantes).
Barclay, James (1839-1889). Coronel de infantería que años atrás, siendo sargento, envió al apuesto oficial Wood a una emboscada, tan solo para quedarse con su novia. Treinta años después se lleva un susto de muerte y le entierran. (El hombre encorvado).
Bardle, inspector. De la comisaría de Sussex. Tranquilo, macizo y bovino, y como sus compañeros de la ciudad poco más o menos. (La aventura de la melena de león).
Barelli, Augusto. Padre de la bella Emilia, casada con Genaro Lucca. (La aventura del círculo rojo).
Barker, Cecil James. Natural de Hales Lodge, Hampstead. Alto, tieso, ancho de pecho, ojos negros y mirada autoritaria. Rico y aparentemente soltero, de unos cuarenta y cinco años. Es el único amigo conocido de John Douglas procedente de su pasado. Pasa mucho tiempo en la mansión con el matrimonio Douglas. (El valle del terror).
Barker, señor. Vive este magnífico individuo en la costa de Surrey. Y Holmes le odia pero le aprecia. Es su competidor al otro lado de Inglaterra. Es más joven y ya tiene buenos casos resueltos. Aquí ambos se echan una mano, casi al cuello, pero con mucho amor. Gasta un olfato impresionante. (La aventura del fabricante de colores retirado).
Barnes, viejo Josiah. Dueño de la posada «El Dragón Verde», en Shoscombe. Sir Robert le ha regalado el perrito spaniel de su hermana, Lady Beatrice. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Barnicot, doctor. Famoso doctor de Kensington Road. Su afición por Napoleón le trae de cabeza. (La aventura de los seis Napoleones).
Barrymore. Mayordomo de Baskerville Hall. Como él mismo señala, su linaje siempre ha estado unido a la familia Baskerville. Serio y circunspecto, en principio desea abandonar el servicio por la relación afectuosa que le unía al difunto Charles Baskerville. (El sabueso de los Baskerville).
Baskerville, Sir Henry. Heredero de la fortuna y de la casa solariega. Valiente hasta la impertinencia, no se desanima ante las primeras amenazas anónimas que recibe en Londres. Aprovechando su valor, Holmes lo utiliza como conejillo de Indias. (El sabueso de los Baskerville).
Bates, Marlow. Administrador de la finca del señor Gibson. Tiene el miedo metido en el cuerpo, pero al menos lo dice. (El problema del puente de Thor).
Baxter, Edith. Criada de los Straker. Vio cosas imposibles. («Estrella de Plata»).
Baynes, inspector. De la policía de Surrey. Es corpulento, mofletudo y coloradote, pero tan ágil que se encarama a la copa del árbol más alto. Tiene intuición, talento, audacia y sagacidad, y, sin ser tan analítico como Holmes, es el mejor alumno que éste llega a tener. Un prodigio tanto en su oficio como en su humildad. (La aventura de Wisteria Lodge).
Beddoes. Ignoramos su nombre de pila. Compañero del juez Trevor en sus aventuras. En su juventud se llamaba Evans. (La corbeta «Gloria Scott»).
Bedington. Un asesino vergonzante, causa primera de que el señor Hal Pycroft sufra, ignorándolo él mismo, trastornos de doble personalidad. (El oficinista del corredor de Bolsa).
Bellamy, Maud. Belleza rural de los Downlands, novia del desgraciado McPherson. Ningún hombre podría quedar inmune si ella se cruzase en su camino, opina Holmes. (La aventura de la melena de león).
Bellamy, Tom. Padre de Maud, pescador y huraño. (La aventura de la melena de león).
Bellamy, William. Hermano de Maud. Como su padre. (La aventura de la melena de león).
Bellinger, Lord. Primer ministro inglés un par de veces. Muy pagado de sí, aunque conciliador cuando las cosas se complican. El juego de su mirada choca con la de Holmes. Ambos se respetan, y hacen bien. (La aventura de la segunda mancha).
Bennet, Jack Trevor (1873). Ayudante oficial del profesor Pressbury y novio formal de la hija de este, Edith. Anda un poco preocupado por los comportamientos singulares de su futuro suegro. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Beppo. Se le da bien la escultura y es un manitas a la hora de sustraer joyas ajenas, y esconderlas. Le persigue la Mafia, pero se ha buscado un estupendo escondite. (La aventura de los seis Napoleones).
Billy. Joven sirviente de Holmes. (El valle del terror; La aventura de la piedra de Mazarino).
Blessington, Sr. (1840-1886). Un tipo seboso y obeso pero huraño. Algún tiempo tuvo cierta afición por los dineros ajenos pero también buen ojo para las inversiones del capital, viniere de donde viniere. Véase —› Worthingdon, la Banda de. (El paciente residente).
Boone, Hugh. Nació, casi como Atenea, de un pensamiento del Sr. Neville St. Clair. Y destacó sobremanera en su docta profesión. Dejó de existir en 1887, por influencias del fumador Holmes. (El hombre del labio retorcido).
Brackenstall, Lady. Bellísima australiana de Adelaida, rubia, cabellos dorados y ojos azules, porte distinguido. Se casó con quien no debía, pero sí bebía. Un secreto enorme guarda su corazón de mujer amada, pero no lo piensa descubrir aunque la aten a una silla. (La aventura de Abbey Grange).
Brackenstall, Sir Eustace (1857-1897). Alto, moreno, bien constituido, aficionado a la bebida, el insulto fácil y los malos tratos. Está visto que nadie es perfecto. Alguien le ha descubierto los misterios físicos de su cerebro con el atizador de su propia chimenea, y el hombre está ahí, tirado en la alfombra. (La aventura de Abbey Grange).
Brackwell, Eva. La chica se va a casar con el conde de Dovercourt, pero antes tuvo algún que otro desliz por escrito con quién sabe quién. El cotilla de Milverton se ha hecho con las cartas y pide pago por su silencio. Holmes intentará darle un buen pisotón al rufián. (La aventura de Charles Augustus Milverton).
Bradstreet, inspector. Lleva veintisiete años en el cuerpo, pero debe ser el suyo, no el de Scotland Yard. Con el tiempo mejora. (El hombre del labio retorcido; El carbunclo azul; El dedo pulgar del ingeniero).
Breadergast, Jack († 1852). Convicto. Fue el cabecilla del motín de la corbeta Gloria Scott. (La corbeta «Gloria Scott»).
Brewer, Sam. Conocido prestamista de Curzon Street. Recibe palizas a fuerza de latigazos de Sir Robert Norberton, y claro, le tiene a este un odio bastante justificado. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Brown, Josiah. Sigue bien las instrucciones de Holmes el buen caballero. (La aventura de los seis Napoleones).
Brown, Silas. Capataz de las cuadras de Lord Backwater, tiene mal humor y malos modales, que suelen ir juntas tales virtudes. («Estrella de Plata»).
Browner, Jim. Era un buen tipo, y trabajaba en alta mar, en un paquebote. Era feliz en su matrimonio, y eso a la hermana de su mujer le hacía sufrir enormes depresiones. Al final, mal aconsejado, mató, y muy mal por cierto, a dos inocentes. Su lamento, al final de su historia, hace estremecer al más pintado. Otelo se pegó un tiro, o algo así. (La caja de cartón).
Brunton (1840-1879). Mayordomo de la casa Musgrave. Lo tenía todo; inteligencia, apostura, ingenio… pero le faltaba suerte. La venganza de una mujer despechada y el azar son malos compañeros de partida. (El ritual de los Musgrave).
Burnet, Srta. (1850). Su marido, Victor Durando, fue embajador de San Pedro en Londres hasta que «El Tigre de San Pedro» se lo cepilló de un zarpazo. Desde entonces clama venganza disfrazada de institutriz y hace bien. (La aventura de Wísteria Lodge).
Burnwell, Sir George. Jovenzuelo juerguista, adinerado y moroso las más veces. Tiene un amor secreto en casa de los Holder. Y más cosas amén del amor. Trata, tal vez por esa razón, la amistad del señorito Arthur Holder. Un sinvergüenza. (La corona de berilos).
C
Cairns, Patrick. Un sujeto alto, desgreñado, barbudo y fuerte como un toro. Se dedica al noble oficio del arpón y a solventar deudas pendientes. Como es un hombre hecho y derecho, no tiene pelos en la lengua y sabe que la justicia pertenece a los hombres honrados. (La aventura de Peter «el Negro»).
Calhoun, J. († 1887). Capitán del velero «Lone Star». Un tipo del sur, que hizo la guerra con Lee y fundó tras la derrota un club con tres letras K. No tiene nada contra John Openshaw, salvo que es sobrino de su tío, e hijo de su padre. Venció física, que no intelectualmente, a Holmes. Y se fue al garete. (Las cinco semillas de naranja).
Cantlemere, Lord. Su señoría es un tipo estirado y antipático, aunque se codee con ministros y príncipes. Y no le tiene confianza alguna a Holmes. ¡A estas alturas! En fin… (La aventura de la piedra de Mazarino).
Carey, Peter (1845-1895). Retirado capitán de navío. Conocido como «el Negro», por sus finas calidades de trato con el resto del planeta. Famoso en su pueblo por azotar públicamente a su esposa e hija, vive en un chamizo decorado como el camarote de su último barco. Amigo de lo ajeno y fanfarrón, olvida que hay deudas pendientes que atraviesan los más duros corazones. (La aventura de Peter «el Negro»).
Carfax, Lady Francés (ca.1862). Huía de todo, hasta de sí misma. «Una gallina extraviada en un mundo de zorros». Era bella y atractiva y gustaba de compañías poco recomendables. Su cuenta bancaria y sus joyas, sus balnearios y sus doncellas, sus dudas y sus sombras. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Carlo. Mastín de la finca Copper Beeches. Pasa un hambre brutal y tiene echado el ojo a los tocinos del Sr. Rucastle. Será saciado. (El misterio de Copper Beeches).
Carlo. Perro temeroso del niño angelical Jack Ferguson. ¿Qué le habrá hecho? (La aventura del vampiro de Sussex)
Carruthers, Bob. Adusto compañero del señor Woodley. Es una buena persona en la intimidad, pero el haberse juntado con malas compañías le hace ser quien no quisiera. (La aventura de la ciclista solitaria).
Cartwright. Un muchacho que trabaja en Correos y que será muy útil a Holmes durante su estancia secreta en el páramo. (El sabueso de los Baskerville).
Castalotte, Tito. Junto con su socio Zamba, el mayor importador de fruta de Nueva York. (La aventura del círculo rojo).
Charpentier, madame. Regenta, desde que quedó viuda, una pensión. Sus hijos Arthur y Alicia sufren las consecuencias de haber tenido a los señores Drebber y Stangerson alquilados. Y sobre todo el pobre Arthur, las precipitaciones del inspector Lestrade. (Estudio en escarlata).
Clay, John (1857). Estudió en Eton y en Oxford. Era nieto de príncipes. Buenos modales y buenas propinas. Pero desvalijaba bancos y tiraba a dar. Se hace llamar Spaulding, y se sospecha que también Ross, e incluso Morris, pero no está claro. Se hace acompañar de un compinche al que llama Archie y cuando le tocan se molesta, sobre todo con grilletes a la espalda. (La liga de los pelirrojos).
Cocinero Salvaje, El. Nos hemos inventado el nombre porque solo habla gruñidos y no hay quién le entienda. Es enorme y oscuro como la pez. Por las noches hace vudú en el pabellón Wisteria, y otras cosas peores, como asustar y morder a engreídos policías. Parece ser que cocina para los Henderson, ¡qué gente más rara! No nos ha dicho ni su edad, pero debe de andar por los treinta. (La aventura de Wisteria Lodge).
Coram, profesor. Anciano doctor que vive recluido en su hacienda, dedicado casi exclusivamente a la redacción de un erudito mamotreto. Su pasado un día le entra por la puerta y se le pone a fumar en su mismo dormitorio por boca y pulmones de Holmes. (La aventura de las gafas de oro).
Coventry, sargento. «Un hombre decente y honrado, cuyo orgullo no le impedía reconocer que el caso le venía grande y que agradecería cualquier ayuda», Watson dixit. (El problema del puente de Thor).
Cowper. Se ignora su nombre. Vigilante mormón que ayuda a Jefferson Hope. Parece un buen tipo. (Estudio en escarlata).
Croker, Jack. Apuesto primer oficial de la marina mercante inglesa. Joven, muy alto, mostacho rubio, ojos azules, piel tostada. Y servicial, caballeroso, de los que cumplen cuando se enamoran hasta las cejas. Aunque las leyes sean otras. (La aventura de Abbey Grange).
Crowder, William. Guardabosque de la casa Turner. (El misterio de Boscombe Valley).
Cubitt, Hilton († 1898). Caballero de Norfolk, alto, grave, coloradote y buena gente. Casado con la señorita Patrick, hace todo lo que puede por ella, sin saber que acaso ella podría haber hecho más por el. (La aventura de los monigotes).
Cummings, Joyce. Abogado defensor de la señorita Dunbar. (El problema del puente de Thor).
Cunningham, Alee. Hijo del viejo Cunningham. Posee una caligrafía y unos modos mejores que los de su padre. Pero al final la sangre llama a la sangre. (Los hacendados de Reigate).
Cunningham, viejo. Disputa al viejo Acton desde generaciones unos terrenos. Tiene la letra muy mala, y no le gusta que le corrijan las faltas. (Los hacendados de Reigate).
Cusack, Katherine. Ama de llaves de la Condesa de Morcar y amante a ratos libres del señor James Ryder. Consejera poco eficaz. (El carbunclo azul).
Cushing, Mary (1860-1889). La pequeña de las hermanas Cushing. Se casó con el marinero Browner, y le hizo gracia el simpático de Alee Fairbairn. Esto, y que a su hermana Sararí no le pareciese bien su casamiento, fue casi Gomorra. (La caja de cartón).
Cushing, Sarah (1856). La mediana de las hermanas Cushing. Soltera interesante. Y celosa como ninguna. También de difícil carácter y bastante entrometida. Una joya. Se enamoró del marido de su hermana pequeña, y ahí empezó el acabóse. (La caja de cartón).
Cushing, Susan. De las tres hermanas Cushing, esta, que era la mayor, se quedó soltera y sola. Esto último le vino muy bien, aunque recibiera cartitas con cachitos humanos. (La caja de cartón).
D
D’Albert, condesa. Alta y delgada, bella y valiente. Milverton le destrozó la vida y la honra por unas pocas guineas. Ahora ella se ha vestido de negro, de revancha y de compensación. La ley del talión la avala. (La aventura de Charles Augustus Milverton).
Damery, Sir James. Coronel. Voluminoso, exuberante, honesto. Respetado por la sociedad opulenta del país, se suele encargar de intermediar entre relaciones que puedan conducir a uniones no deseadas. Una especie de consejero con un poder no absoluto, pero casi. En realidad no es quien dice ser, sino… (La aventura del cliente ilustre).
Darbyshire, William. Maduro caballero algo derrochador. Acude cada cierto tiempo a la tienda londinense de la señora Lesurier a comprar regalitos caros. Cuando vuelve a sus tierras campestres, cambia de nombre y entonces se llama Straker, el muy canalla. («Estrella de Plata»).
Dawson. Criado al servicio de Silas Brown. («Estrella de Plata»).
De Merville, general. El hombre vive sin vivir en él porque su hija se ha enamorado hasta las cejas del locuelo barón Gruner. Y el pobre no puede hacer nada, sería un escándalo. (La aventura del cliente ilustre).
De Merville, Violet. Joven, rica, famosa, hermosa, fina, educada. En fin, maravillosa. Pero el barón Gruner ha puesto en ella sus acechantes ojos. Cosas así solo acaban en tragedia. (La aventura del cliente ilustre).
Devine, Marie. Ex doncella de Lady Francés Carfax. Actualmente se ha casado con el guapo muchacho Julius Vibart y viven en Francia. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Devine. Escultor francés famoso por sus bustos de Napoleón. (La aventura de los seis Napoleones).
Devoy, Nancy (ca. 1840). Hija de un antiguo sargento y esposa del coronel Barclay. Estuvo enamorada del sargento Wood treinta años ha, pero a la muerte de este optó por su actual marido. Su encuentro con un fantasma del pasado le abre mucho los ojos. (El hombre encorvado).
Dixie, Steve. Negrazo de cachiporra, tonto y abisal de la cuadrilla del revienta casas Barney Stockdale. Se merece todo lo que se busca. (La aventura de los tres frontones).
Dixon, Jeremy. Entrenador de perros olfateadores. (La aventura del delantero desaparecido).
Dobney, Susan. Antigua institutriz de Lady Francés Carfax. Hoy vive retirada. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Dodd, James M. Honrado y corpulento caballero, antaño militar. Bastante cabezota e insistente. Al concluir la Guerra de los Boers, en la que participa, vuelve a Inglaterra a buscar a un querido compañero de armas. Durante el periplo corre el riesgo de perder la color. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
Dolores. Lo más fiel y entregado que se haya visto en dama de compañía. A veces es preferible que no esté tanto encima. (La aventura del vampiro de Sussex).
Dorak. Comerciante de productos alucinógenos de origen eslovaco. Ambos: él y los productos. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Doran, Hatty (1861). Su padre, Aloysius, tan norteamericano como ella, se hizo rico al toparse con una mina de oro. Luego llegó el señorito St. Simón y planeó hacerle una real boda a la chica y de paso un alivio a sus rentas. Holmes se lo pasa muy bien con esta chica tan curiosamente olvidadiza. (El aristócrata solterón).
Douglas, John. Personaje cuya supuesta muerte, asesinado en la mansión Birlstone, se investiga en el «Valle del tenor». Unos cincuenta años, amable y cordial, aunque de modales toscos. Acaudalado y patrocinador de eventos locales, como venido a más. Llevaba cinco años habitando la mansión junto a su esposa, el mismo tiempo que hacía que se había casado. Muy joven emigró desde su tierra natal de Irlanda a los EE. UU. Abandonó California para ir a vivir —o tal vez morir— a Inglaterra. (El valle del terror).
Douglas, Sra. Conoció a John Douglas en Londres, cuando era ya viudo. Hermosa, alta, morena, esbelta. Unos treinta años. (El valle del terror).
Downing, agente. Le mordió el Cocinero Salvaje cuando íbamos a detenerlo y casi le arranca el dedo pulgar. (La aventura de Wisteria Lodge).
Drebber, Enoch J. (1838-1881). Mormón viajero y al mismo tiempo perseguido por Jefferson Hope gracias a sus fechorías americanas. Destaca su fisonomía simiesca. Un malo en toda regla. (Estudio en escarlata).
Dunbar, Grace. Institutriz de una belleza física y espiritual extraordinarias. Watson dice que es una de las mujeres más hermosas que vio jamás, y hay que fiarse del criterio del doctor. La joven lo está pasando mal, tal vez por ejercer de Bella ante La Bestia. (El problema del puente de Thor).
Durando, Víctor. Embajador de San Pedro en Londres. Sus pocas simpatías hacia el tirano que gobernaba su país le llevaron en su momento al paredón. Su llorada viuda clama venganza. (La aventura de Wisteria Lodge).
E
Eccles, John Scott. Debe de rondar los cuarenta y es el típico inglés alto, rechoncho y confiado. Y el hombre de paja perfecto. O la excusa mejor. O el tonto de turno. El pobre no sabe nada, no entiende nada, pero quiere evitar el escándalo. Al menos tiene dinero y paga bien. (La aventura de Wisteria Lodge).
Edmunds. Joven inspector de la comisaría de Berkshire. (La aventura de la inquilina del velo).
Edwards, el Pájaro. Investigador-detective de la Agencia Pinkerton, infiltrado. Su verdadera identidad se descubre al final de la novela. (El valle del terror).
Elise. No se sabe si es la mujer del coronel Stark, su novia, su hermana o su sobrina. Desde luego, alguien de sus afectos sí. Es una hermosa teutona que a últimas de cambio decide ayudar al ingeniero Hatherley antes de que este se convierta en sabrosa pulpa. (EZ dedo pulgar del ingeniero).
Elman, J. C. Acaso el personaje más atípico de todos. El pobre vicario no sabe nada de nada, y tiene toda la razón. (La aventura del fabricante de colores retirado).
Emsworth, coronel. El anciano señor sufre en silencio un dolor ajeno, pero propio, que le hace ser huraño sin pretenderlo. Y, sin embargo, es en realidad un padre fiel y orgulloso. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
Emsworth, Godfrey. Se fue a la Güeña de los Boers y conoció al señor James M. Dodd. Peleó como un valiente y sufrió en sus carnes un castigo inmerecido por dormir en cama ajena. Nada es lo que parece. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
Ernest, Ray († 1898). A fuerza de ir a jugar al ajedrez a casa del celoso Amberley, este buen doctor terminó jugando a entretenimientos un poco más peligrosos, sobre todo femeninos. No se olió lo que se le venía encima. (La aventura del fabricante de colores retirado).
Estrella de Plata. Caballo veloz como el viento, de ágiles y terribles patas, y una inteligencia fuera de lo común. Se come con patatas a sus rivales cuando corre en Wessex. («Estrella de Plata»).
Evans «el asesino» (1858). De la mafia de Chicago. Su socio, un tal Prescott, y él acuñaban ricas moneditas falsas. Su gatillo tenía el muelle muy suelto. Se hizo pasar por un tal Winter, por un tal Morecroft, y por otro tal John Garrideb. Su conocimiento de los actos electorales en Topeka le puso en evidencia ante Holmes. Volvió a las sombras que eran su hogar y nunca más se supo. (La aventura de los tres Garrideb).
Evans, Carrie. Doncella inseparable de Lady Falder. Aunque su nombre es Carrie Norlet, tras su boda con el estupendo actor. Disciplinada y silenciosa. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Evans. Véase —› Beddoes.
F
Faber, Johann. El fabricante de lápices más conocido, incluso hoy en día. (La aventura de los tres estudiantes).
Fairbairn, Alee († 1889). Un tipo lanzado y fanfarrón, bien parecido y amistoso. Un buen amigo. Pretendía a la Srta. Sarah Cussing, que no a la hermana pequeña de esta, a la que, en ausencia de su marido marinero tan solo acompañaba a pasear. El marino no lo vio de esa manera. (La caja de cartón).
Falder, Lady Beatrice (†1902). Hermana de Sir Robert Norberton, y viuda de un tal Sir James. Desconsolada, a pesar de su hidropesía contumaz, le da a la bebida que es un gusto. Y no le importa que eso le lleve a la muerte antes de lo que todos sospechan. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Farlane, John Héctor (1873). Joven emprendedor al que un antiguo pretendiente de su madre hace pagar los platos rotos de una cena indigesta. (La aventura del constructor de Norwood).
Ferguson, Jack (1881). Hijo del señor Ferguson en su primer matrimonio. Una envidia celosa le corroe el alma cuando ve a su recién nacido hermanito. El pobre va con muletas y le encanta hincar el diente en plato ajeno. (La aventura del vampiro de Sussex).
Ferguson, Robert. Terrateniente. Antiguo compañero de Watson en el equipo universitario de rugby. Casado en segundas nupcias con una dama de origen hispánico, sospecha de ella cosas que un buen diálogo hubiera podido resolver tan bien como lo hizo el propio Holmes. Aunque —como era necesario que los niños no estuvieran delante— tal vez Sherlock hizo bien. (La aventura del vampiro de Sussex).
Ferguson, Sr. Barbado y rechoncho secretario del coronel Stark. Aunque también se hace llamar Dr. Becher. En su casa y con Stark han instalado la segunda Casa de la Moneda inglesa. (El dedo pulgar del ingeniero).
Ferguson. Secretario personal del señor Gibson. (El problema del puente de Thor).
Ferrier, Dr. Amable médico comprometido con el señor Phelps para que a este no le den continuos síncopes. (El Tratado Naval).
Ferrier, John (1805-1860). Único adulto sobreviviente a la travesía del desierto con que se inicia la segunda parte de EE. Un tipo honrado y cabal, buena persona, que sufre las consecuencias de una soltería inedenta en el país de los mormones. Padre adoptivo de Lucy Ferrier, fue amigo en su juventud del padre de Jefferson Hope. (Estudio en escarlata).
Ferrier, Lucy (1838-1860). Hija adoptiva de John Ferrier tras haber sobrevivido al desierto americano. (El primer capítulo de la segunda parte de Estudio en Escarlata, el mejor, sin duda). Prometida de Jefferson Hope, en un amor intenso y desgraciado. (Estudio en escarlata).
Forbes, detective. Inspector zafio y gañán, como el resto de sus compinches. Con Holmes Scotland Yard parece —al menos en cuanto a personal— la cueva de Alí Baba. (El Tratado Naval).
Forrester. Inspector de policía en Suney. Watson dice que tiene una mirada inteligente, todo un piropo. (Los hacendados de Reigate).
Fowler, Sr. Joven pequeñito y barbudo enamorado hasta las cachas de la señorita Violet Rucastle. Va a verla asiduamente. (El misterio de Copper Beeches).
Frankland. Un vecino, vetusto y colérico, que se pirra por el derecho británico. Se ha gastado una verdadera fortuna en litigios. (El sabueso de los Baskerville).
Fraser, Mary. De soltera. Luego Lady —› Brackenstall. Véase.
Fraser, Miss. Esposa de Peters «el Santo», o del doctor Shlessinger, que es lo mismo. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
G
García, Aloysius (1865-1890). No es lo que parece y por eso le abren la cabeza a cachiporrazos. No es español, por mucho que Doyle lo asegure, sino hispano, que es otra cosa. Pero es un atrevido y un revolucionario con agallas, y eso es estupendo. (La aventura de Wisteria Lodge).
Garrideb, Alexander Hamilton. Rico norteamericano que, al morir, dejó una curiosa manera de repartir sus bienes, que en la acepción más adecuada de la palabra, eran fabulosos. (La aventura de los tres Garrideb).
Garrideb, John. Dice ser asesor, dice venir de Topeca, dice ser norteamericano, dice muchas cosas, y solo algunas son ciertas. Si no, que se lo pregunten a Evans «el asesino». (La aventura de los tres Garrideb).
Garrideb, Nathan. El pobre hombre creía que iba a heredar un tesoro, cuando en cierto modo ya lo tenía bajo los pies. (La aventura de los tres Garrideb).
Gibson, Neil. El Rey del Oro, le dicen. Es un tipo alto, fuerte, pétreo de figura y de corazón. Comerciante y financiero, marca sus distancias a golpe de talón. La vida se dispone a ponerle en el lugar que verdaderamente ocupa. (El problema del puente de Thor).
Gilchrist, Jabez Jr. Su padre —por mucho Sir que sea— se arruinó en las carreras. Eso no impide que su hijo estudie en San Lucas, que juegue al rugby y que intente llevar una corta pero intensa vida de prestidigitador. (La aventura de los tres estudiantes).
Gorgiano «el Negro» († 1902). Mañoso asesino que advierte a sus víctimas con un círculo rojo. El rojo marcará el final de su existencia. Por ser, solo por eso. (La aventura del círculo rojo).
Gorot, Charles. Sospechoso compañero de administración del Sr. Harrison. (El Tratado Naval).
Green, Philip. Eterno novio de Lady Francés Carfax. Como es un poco veleta y bohemio, y sus estados de ánimo están entre el desasosiego y el arrebato, anda a trompicones con Watson y con cualquier cosa que se le cruce entre meninge y meninge. Pero es un buen tipo. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Gregory, inspector. «De estar dotado de imaginación, llegaría lejos en su profesión», Holmes dixit. («Estrella de Plata»).
Gregson, Tobias. Inspector, junto al Sr. Lestrade, de Scotland Yard. Holmes le tiene en mejor consideración que al resto de la plantilla policial, aunque sin alharacas. Cumplidor con su oficio hace del papeleo un lamentable paradigma. Suspira porque Holmes no se convierta nunca en un malvado. (Estudio en escarlata; El intérprete griego; La aventura de Wisteria Lodge; La aventura del círculo rojo).
Griggs. Payaso en el circo Ronder. Una risa sana. (La aventura de la inquilina del velo).
Gruner, Adelbert (1860). Barón y asesino austríaco de buen porte y gratas maneras. Va de flor en flor y de fortuna en fortuna. En todas pica y de todas obtiene ganancias. Y va dejando el reguero de mujeres maltratadas más denostado de la época. Un vividor. Un farsante. Y un coleccionista. Al final se lava la conciencia en un dolorido chapuzón. (La aventura del cliente ilustre).
H
Haines-Johnson. No sabemos si se trata de Barney Stockdale o de John Spencer. Es igual. (La aventura de los tres frontones).
Hardy, John. Jugador de cartas. (La aventura de la casa vacía).
Hargreave, Wilson. Inspector de la policía de Nueva York. Amigo de Holmes, al que le debe algún que otro favorcillo. (La aventura de los monigotes).
Harker, Horace. Periodista amarillo. Busca el escándalo o se lo inventa, el caso es vender. (La aventura de los seis Napoleones).
Harrison, Annie. Debe de andar por los treinta. A juzgar por la descripción, parece más cordobesa que italiana. Tiene esa belleza especial que solo da el sur mediterráneo y parece tener un espíritu sensible y poderoso. Percy Phelps se muere por sus huesos y casi le cuesta la vida, ya ven. (El Tratado Naval).
Harrison, Joseph (ca.1950). Hermano de Annie, prometida del Sr. Phelps. Alto, corpulento, bien vestido y comido, alegre conversador y malo malísimo. Un personaje sumamente atractivo a la hora de ser llevado al cine. Le apasionan los secretos ajenos y los jardines nocturnos. ¡Ojo! (El Tratado Naval).
Hatherley, Victor (1864). Ingeniero hidráulico en paro que, apremiado por sus penurias, acepta un encargo original y bien remunerado. Una pobre víctima sin experiencia, que se queda a un dedo de perderlo todo. (El dedo pulgar del ingeniero).
Hayes, Reuben. Posadero malas pulgas en las cercanías de la carretera de Chesterfield. Se trata con el señor James Wilder y esconde más que un bulto sospechoso. (La aventura del colegio Priory).
Hayling, Jeremiah (1863-1889). Ingeniero hidráulico desaparecido en casa del coronel Stark. Se sospecha que no se pudo quitar de encima algún pesar inoportuno. (El dedo pulgar del ingeniero).
Hayter, coronel. Soldado retirado y amigo desde Afganistán del Dr. John H. Watson. Tiene una preciosa casita en Surrey, y unos vecinos más que interesantes. (Los hacendados de Reigate).
Hebron, John († 1885). Abogado norteamericano. Hasta su muerte compartió vida y lecho con la posterior Sra. Munro. Dos hijos tuvieron, que salieron al padre en el parecido y a la madre en sus silencios. (El rostro amarillo).
Heidegger († 1901). No se trata del filósofo, autor de Ser y tiempo, sino del profesor titular de alemán del colegio Priory. Por eso de ser teutón, aunque intelectual, los ánimos le vienen contrarios. Pero demuestra ser un hombre cabal y valeroso, y un consumado ciclista. (La aventura del colegio Priory).
Henderson, Sr. (1840-1890). Realmente se llama Juan Murillo, fue tirano en la República de San Pedro, mató y robó a placer, y le conocen allí como «El Tigre». Es alto y fuerte, agresivo y voraz, y tiene dos encantadoras hijas, de 11 y 13 años, a las que cuida una institutriz inglesa. Un tal Lucas, su secretario, le sigue a todas partes. Les han jurado una muerte violenta y ya llevan recorridos muchos países, muchos. (La aventura de Wisteria Lodge).
Herder, von. Fabricante de armas, ciego y alemán, de una técnica depuradísima y una imaginación fuera de lo común. Construye para Moriaty un arma infalible que usará el coronel Sebastian Moran en sus fechorías. (La aventura de la casa vacía).
Holder, Alexander. Un hombre maduro y sanguíneo, aunque algo especial. Da saltitos, habla solo, tiembla y se retuerce las manos. Cuando más calmado parece, aprovecha para darse de cabezazos con las duras paredes. Es banquero y le han robado el corazón. (La corona de berilos).
Holder, Arthur. Hijo del señor Holder, el banquero. Dilapida su soldada y se acompaña de sujetos de alta alcurnia pero vividores y juerguistas. Su padre no sabe qué hacer con él. (La corona de berilos).
Holder, Mary (1866). Sobrina del señor Holder. Guarda más secretos que el Kremlin pero los pasa por el pasapurés de la decencia y la humildad. Por eso le tiene ganada la partida al bobo de su tío. (La corona de berilos).
Holdernesse, barón de. Tiene todos los títulos posibles y, a excepción de monarca, ha hecho y deshecho a su antojo por Inglaterra. Pero también tiene un ego de varios parsecs de altura. A su pobre hijo único le han raptado, aunque a lo mejor no como todos quisieran. (La aventura del colegio Priory).
Holdhurst, Lord. Vive en Downing Street, no sabemos si en el número 10. Es tío del Sr. Phelps y se está preguntando por qué le dio trabajo a su sobrino. Le cae la mar de simpático a Sherlock Holmes, que es de los que no se casan con nadie, y nunca mejor dicho. Todo un caballero. (El Tratado Naval).
Hollis. Soplón de Von Bork. El pobre se ha vuelto loco. (El último saludo).
Holmes, Mycroft. Véase Introducción, pág. 36. Además de hermano de Sherlock, cochero londinense. (El intérprete griego; El problema final; La aventura de la casa vacía; La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Hope, Jefferson (ca. 1837-1881). Un vengador en toda regla. Minero, cazador y aventurero norteamericano. Perseguidor de Drebber y Stangerson. Prometido de Lucy Fenier, hija adoptiva de John Ferrier, y verdadero protagonista de EE. (Estudio en escarlata).
Hope, Trelawney. Ministro de exteriores británico. Muy Victoriano él. Es el causante de un grave conflicto diplomático por un pequeño problema de confianza conyugal. ¡Con lo poco que le gusta a Holmes meterse en cama ajena! (La aventura de la segunda mancha).
Hopkins, Ezekiah. Difunto caballero norteamericano de excéntricos modos a la hora de testar. Dios lo tenga en su gloria. (La liga de los pelirrojos).
Hopkins, Stanley. Joven inspector de policía por quien Holmes siente algunos aprecios, aunque no deja de soltarle algún que otro piropo con cargas de profundidad. (La aventura de las gafas de oro; La aventura de Peter el Negro; La aventura del delantero desaparecido; La aventura de Abbey Grange).
Horner, John (1861). Fontanero a las órdenes de James Ryder, jefe de servicio del Hotel Cosmopolitan. Una pobre víctima. (El carbunclo azul).
Howels, Rachel. Ex compañera sentimental de Brunton, el mayordomo de los Musgrave. Causa directa de sus muchos pesares. Interesante primer personaje femenino con entidad en la vida holmesiana. Despide un curioso aroma a la Ofelia de Hamlet. (El ritual de los Musgrave).
Hudson, Morse. Tiene una tienda de arte en la que hay gente que entra a romperle algunos bustos de escayola. Vándalos. (La aventura de los seis Napoleones).
Hudson.(† 1874). Marinero. Testigo principal de los sucesos de la corbeta Gloria Scott y sus consecuencias. No conocemos su nombre de pila. (La corbeta «Gloria Scott»).
Hunter, Violet. Institutriz joven y hermosa, cuyos atrevimientos y curiosidades le llevan a aceptar trabajos increíbles con salarios fabulosos. Menos mal que tiene a Holmes como mentor. (El misterio de Copper Beeches).
Hunter. Caballerizo dormilón de la cuadra del Coronel Ross. («Estrella de Plata»).
Huxtable, Thorneycroft. Director del Colegio Priory, toda una institución académica; tanto él como el edificio. Tiende a sofocarse cuando las cosas se salen fuera de Horacio. Entonces se tambalea, se desploma y pierde la color. (La aventura del colegio Priory).
I
Innominado, inspector. Así. No sabemos su nombre y tiene un buen pedazo de acción en el relato. Es tan tonto como casi todos los demás del cuerpo. (La aventura de los tres frontones).
J
Jackson, Dr. Amigo del Dr. Watson que le lleva la clientela cuando se va de asesinatos con Holmes. (El hombre encorvado).
James, Jack. Soplón de Von Bork. Norteamericano y tarugo. Vive en Portland, resguardado y a la sombra. (El último saludo).
Johnson, Shinwell. También conocido como «Gordo». Conoció a Holmes cuando a este le faltaban unos pocos casos por resolver antes de retirarse. Se convirtió en una especie de irregular adulto. Fue delincuente, pero se corrigió en presidio, y ahora es el agente en los bajos fondos de Holmes & Watson, S. L. (La aventura del cliente ilustre).
Johnson, Sidney (1855). Fiel funcionario gubernamental, muy trabajador y muy inocente. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Jones, Athelney. Inspector de policía, gordito y testarudo, lo que lleva a continuas risotadas por parte de Holmes y cualquier lector que pase por allí. Al final baja la cabeza ante la evidencia y las risas disminuyen. (La liga de los pelirrojos; El signo de los cuatro).
K
Kemp, Wilson († 1889). Malo malísimo, de película barroca, torturador y asesino. Se mereció acabar como acabó. (El intérprete griego).
Kent, doctor. Un hombre atrevido, pequeño pero atrevido, osado incluso. Y eso le hace un corazón grande, muy grande. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
King, señora. Cocinera de la casa Cubitt. Testigo de hechos ominosos. (La aventura de los monigotes).
Kirvan, William († 1887). Cochero de los señores Cunningham. Tiene una anciana madre, antaño criada de los mismos señores, y conoce a Annie Morrison, pero se lleva su secreto a la tumba. (Los hacendados de Reigate).
Klein, Isadora. Guapa, lista y pura sangre española. Colecciona amantes y fortunas, a veces por amor, a veces por placer. Es como Carmen la de Ronda, solo que con pasta, mucha pasta, tanta como para dar la vuelta al mundo. (La aventura de los tres frontones).
Kramm, conde von. Véase —› Ormstein, Guillermo Gottsreich Segismundo.
Kratides, Paul († 1888). Sospechó que el amigo de su hermana, un tal Latimer londinense, no era de fiar. Se fue en busca de ella y le mataron muy mal. Sostuvo una charla interesantísima con un charlatán tan griego como él. (El intérprete griego).
Kratides, Sophy. Bella mujer griega de armas tomar. Aguerrida y valerosa, pero algo confiada en eso del amor a primera vista. Tomó cumplida venganza de la muerte de su hermano y desapareció entre las brumas de la vida. Hizo bien, según Holmes. (El intérprete griego).
L
Lanner. Inspector de policía. (El paciente residente).
La Rothiére, Louis. Espía internacional. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Latimer, Harold († 1889). Apuesto joven inglés embaucador de damas griegas. Secuestrador y extorsionador, y por mor asesino. El destino, en forma de daga helénica, le cruzó debidamente el paso. (El intérprete griego).
Le Brun. Inspector de policía francés. El pobre recibió una paliza y está inválido desde entonces. Se cree que fueron unos esbirros —también llamados «apaches» en Francia— del barón Gruner. Holmes y él hicieron buenas migas antaño. (La aventura del cliente ilustre).
Leonardo. Era el forzudo en el circo del domador Ronder, y era muy buen muchacho. (La aventura de la inquilina del velo).
Lestrade, G. No conocemos su nombre, pero a la altura de La caja de cartón nos enteramos de que su inicial es una G. Inspector de Scotland Yard. Alrededor de 40 años cuando conoce a Holmes. Un tipo ciertamente precipitado en sus conclusiones. Holmes le tiene la misma estima que se le tendría a un bufón. Con el tiempo mejora la actitud y reconoce en Holmes a un gran detective. Y el mismo Holmes le tendrá también en mejor estima tras su regreso, aunque no mejore en su calidad detectivesca. (Estudio en escarlata; El aristócrata solterón; La aventura de la segunda mancha; El signo de los cuatro; El sabueso de los Baskerville; El misterio de Boscombe Valley; La caja de cartón; La aventura de la casa vacía; La aventura del constructor de Norwood; La aventura de los planos del Bruce-Partington; La aventura de Charles Augustus Milverton; La aventura de los seis Napoleones; La aventura de los tres Garrideb; La desaparición de Lady Francés Carfax).
Lesurier, Madame. Vive en Londres y hace unos trajes carísimos, que suele comprarle el Sr. Darbyshire para contento de su esposa. («Estrella de Plata»).
Leverton. Detective de la agencia Pinkerton norteamericana. Famoso y elogiado por Holmes. Ha llegado a Inglaterra persiguiendo a gente que es como es y además lo parece. (La aventura del círculo rojo).
Lexington, señora. Pequeña, morena, callada, recelosa. La mejor ama de llaves posible. (La aventura del constructor de Norwood).
Lomax. Vicebibliotecario, amigo de Watson, empeñado en que éste aprenda a conciencia las virtudes de la cerámica china. (La aventura del cliente ilustre).
Lowenstein, H. Doctor y colega del profesor Pressbury. Es austríaco y metódico. Y bastante más formal que su colega inglés a la hora de tomarse en serio las cosas que no se deben tomar a broma. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Lucas, Eduardo (1852-1886). Diletante y espía al servicio del mejor postor. Un tipo resabiado y culto, aunque mujeriego. En Inglaterra picaba alto, y en Francia, donde era conocido como Henry Fournaye, no tanto. Esto le ocasionó cierto dolor de corazón. (La aventura de la segunda mancha).
Lucas, Sr. († 1890). Oscuro sirviente del Sr. Henderson. A veces le da por llamarse López. No es lo que parece, aunque sí mala persona. (La aventura de Wisteria Lodge).
Lucca, Emilia. Amada esposa de su amado Genaro. Vive donde vive aunque no vive. Es quien no es pero debiera. Y además tiene el valor y la fuerza de la gente del sur. (La aventura del círculo rojo).
Lucca, Genaro. Se casó en Barí, tras raptar a Emilia, la hija del señor Augusto Barelli. Se fueron a New York. Trabajó en la empresa Castalotte & Zamba y prosperó mucho. Pero conoció a Gorgiano y le enredó la vida. (La aventura del círculo rojo).
M
Maberley, Mary. Su esposo, Mortimer Maberley, fue uno de los primeros clientes del joven Holmes. Ha pasado el tiempo, es viuda y su hijo Douglas acaba de morir. Holmes no puede rechazar el caso. (La aventura de los tres frontones).
MacKinnon, inspector. Hay que darle las cosas ya masticadas y casi deglutidas. (La aventura del fabricante de colores retirado).
Macphail. Cochero del profesor Pressbury. Es posible que necesitemos su ayuda. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Marker, señora. Ama de llaves en la casa Coram. (La aventura de las gafas de oro).
Martin, inspector. Al principio va por su camino, luego solo le queda ir por el que Holmes le marque. (La aventura de los monigotes).
Marvin, capitán. De la Policía del Carbón y el Hierro, fue policía en Chicago, donde conoció a —› McMurdo. (El valle del terror).
Masón, John. Jefe de los entrenadores en los establos de la hacienda Norberton. Se huele, y con razón, algo raro en su patrono. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Masón, señora. Cuida al bebé de los Ferguson, con mimo y cuidado, aunque se distrae de vez en cuando. (La aventura del vampiro de Sussex).
Masón, White. Jefe de policía de Birlstone, amigo del inspector McDonald. Corpulento y de aspecto amable. Se muestra algo picajoso con Holmes. (El valle del terror).
McCarthy, Charles (ca. 1830-1889). Allá en ultramar le conocieron como Black Jack de Ballarat, famoso asaltante de caminos. Pero eso fue hace mucho, o eso se cree él. O se creía, porque es la víctima en su historia. Tiene un hijo que es todo un detalle. (El misterio de Boscombe Valley).
McCarthy, James. Joven apuesto y buen hijo, pese a que a veces discuta con su señor padre. Como es un clavo ardiendo en forma de persona, Holmes se aferra a él, y Lestrade le mete en chirona, que es lo fácil. (El misterio de Boscombe Valley).
McDonald, inspector de Scotland Yard, descrito como alto, huesudo, fuerte, inteligente, callado y meticuloso. Originario de Aberdeen, en el noroeste de Escocia. Admira y respeta la genialidad de Holmes, que ya le había ayudado desinteresadamente en otras ocasiones. (El valle del terror).
McGinty, Jack o Black Jack. Gran maestre de la logia de Vermissa de la Antigua orden de los Hombres Libres, transformada allí en una secta de asesinos con características mañosas, extorsión, etc., y cuyos miembros son conocidos como «los Batidores». (El valle del terror).
McLaren, Miles. Estudiante en San Lucas. Tiene un cerebro bien amueblado, pero prefiere los bares y otras compañías cercanas. (La aventura de los tres estudiantes).
McMurdo, John. (John Douglas en la primera parte de El valle del terror). Joven de unos treinta años que llega al valle minero procedente de Chicago. Dice ser el «hermano John Me Murdo, logia 29, de Chicago, la del gran maestre J. H. Scott, Antigua orden de los Hombres Libres». Con un oscuro pasado, pasa a integrarse en la logia de Vermissa, donde llega a ser uno de sus más conspicuos hermanos. (El valle del terror).
McNamara, Viuda. Viuda anciana irlandesa, segunda patrona de McMurdo. (El valle del terror).
McPherson, Fitzroy († 1909). Joven agradable y brillante profesor de ciencias del colegio Gables. Tiene un perrito, un amigo y una novia, fieles todos ellos. Pero es víctima de fuerzas crueles e indómitas, el pobre. (La aventura de la melena de león).
Meberley, Douglas (ca. 1855-1903). Holmes le conocía de sus tiempos de universidad, y a sus padres también. Trabajaba de agregado en la embajada romana, pero se fijó en unos ojos españoles que eran como puñales y que se apellidaban Klein. Ambos. Esto y su afición a escribir novelas de amor le llevaron a la linde oscura. (La aventura de los tres frontones).
Melas, Sr. Más bien bajito, algo regordete, miope y tímido, todo un partidazo. Sin embargo, un traductor griego extraordinario, amén de otras lenguas, como el inglés, que lo habla la mar de bien. Sus conocimientos le llevan a protagonizar una aventura que casi le conduce al páramo sombrío, pero seguro que fue la delicia de sus nietos, si es que llegó a casarse. (El intérprete griego).
Mercer. Desde que Watson se ha ido definitivamente de Baker Street, él se encarga del trabajo sucio. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Merivale. No pinta nada en la historia, pero le incluimos en el índice porque Holmes dice que es su amigo y que trabaja en Scotland Yard, dos datos intrigantes. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Merrilow, señora. Si la pagan pronto y bien, no se queja de sus inquilinos, pero la curiosidad mató al gato, dicen. (La aventura de la inquilina del velo).
Merryweather, Mr. Banquero londinense a punto de caer en un buen agujero. Holmes le librará de las polillas. (La liga de los pelirrojos).
Merton, Sam. Esbirro a las órdenes del conde Sylvius. Es tonto, grande y cabezón. (La aventura de la piedra de Mazarino).
Meunier, Oscar. Estupendo escultor afincado en Grenoble, autor de un busto admirable de Holmes, en el que invirtió sus buenas horas. (La aventura de la casa vacía).
Meyer, Adolph. Espía internacional. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Millar, Flora. Cabaretera y chica de alterne adscrita a la camarilla del pobre St. Simón. Llover sobre mojado. (El aristócrata solterón).
Milner, Godfrey. Jugador de cartas. (La aventura de la casa vacía).
Milverton, Charles Augustus (1849-1899). Es una especie de papparazzo a la antigua. Se sabe toda la comidilla de las familias pudientes, se hace con pruebas comprometedoras y las vende, chantajeando, a sus víctimas. Vive a todo lujo y es rapaz y cobarde. Un día se encuentra con la horma de su zapato. (La aventura de Charles Augustus Milverton).
Moran, Patience. La hija del guardes, recogía flores cuando… (El misterio de Boscombe Valley).
Moran, Sebastian. Coronel retirado. Viste con elegancia, tiene un buen bigote y una calva excelente, y es de avanzada edad. Le gusta la caza mayor y, si se ponen a tiro, incluye a personas. Es también un tirador extraordinario. Pero es el segundo de a bordo y eso se nota. Watson es a Holmes lo que Moran a Moriarty. (La aventura de la casa vacía; El último saludo).
Morcar, condesa de. Posee uno de los rubíes más hermosos de toda la historia, y también una caja fuerte en el hotel. Absolutamente desvalijable. (El carbunclo azul).
Moriarty, James. Coronel. Hermano, del mismo nombre, que el famoso profesor. (La aventura de la casa vacía).
Moriarty, James. Véase Introducción, págs. 36-37. (El valle del terror; El problema final; La aventura de la casa vacía; La aventura del constructor de Norwood; La aventura del delantero desaparecido; El último saludo).
Morphy, Alice. Debe rondar los veinte, o acaso menos. El profesor Pressbury la requiere de amores, y si alguien sabe algún dato más sobre qué le pasó y cómo acabó la historia, puede escribirnos una carta, que se lo agradeceríamos. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Morris. Hermano de la logia de Vermissa con espíritu crítico hacia las actividades de la misma. (El valle del terror).
Morrison, Annie. La conocieron los señores Cunningham, el cochero Kirvan, su madre, el señor Acton, el coronel Hayter y, por deducción, los señores Doyle, Holmes y Watson. Pero ninguno de ellos nos dijo jamás quién era, qué hizo, si sigue viva; no sé, algo… (Los hacendados de Reigate).
Morstan, Arthur († 1878). Capitán del 34 de infantería de Bombay y padre de Miss Mary Morstan, segunda esposa del Dr. Watson. Con otros tres amigos se hizo con un tesoro fabuloso y ahí se deshizo la amistad. Murió de un infarto en La mayor. (El signo de los cuatro).
Morstan, Mary (1861-1892). Segunda esposa del Dr. Watson, con el que casó el 1 de mayo de 1889. Protagonista principal de El signo de los cuatro. Nació en La India, hija del difunto capitán Arthur Morstan. Una chica guapa, rubia e inteligente. Gracias a una fortuna que debía heredar pero que no heredó, y a un albacea al que tenía que conocer pero no conoció, empezó a tratarse con el viudo Dr. John H. Watson. Antes de su boda fue institutriz, y aportó de dote algunas joyas. Padecía frecuentes desmayos, acaso herencia de los trastornos cardiovasculares de su padre. En uno de ellos se nos marchó definitivamente, por desgracia. (El signo de los cuatro).
Mortimer, Dr. Es quien introduce a Holmes y a Watson en el caso. Aunque licenciado en medicina, como tantos otros personajes de Conan Doyle, admite la hipótesis sobrenatural. (El sabueso de los Baskerville).
Mortimer. Jardinero, antiguo soldado en Crimea, del profesor Coram. (La aventura de las gafas de oro).
Morton, Cyril. Le han castigado a no salir más que con el nombre por ser el afortunado prometido de la señorita Violet Smith: los hay con suerte. (La aventura de la ciclista solitaria).
Morton, inspector. Se sale algo de la media; al menos está en tratos con Holmes, pese a la sorpresa de Watson. (La aventura del detective moribundo).
Moser, señor. Gerente del Hotel Nacional de Lausana en 1902. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Moulton, Francis Hay (1860). Aventurero norteamericano al que una mina de oro y unos apaches casi le llevan a la tumba. Pero supo sacar ventaja de ambos pormenores, y con mucha picardía de la señorita Duran y el tonto de St. Simón. Compartió con ésta, con Watson y con Holmes una estupenda cena y de seguro unas buenas risas. (El aristócrata solterón).
Mount-James, Lord (1816). Tío del deportista Staunton. Vejete avaro y arisco. Como el Tío Güito de Disney. Más que grima da pena. Mucha pena. (La aventura del delantero desaparecido).
Munro, Effie (1860). Chica de doble nacionalidad (inglesa y norteamericana), guapa como pocas y reservada como muchas. Casó en segundas nupcias con el Sr. Munro, de Norbury, pero no le contó a su marido ciertas peculiaridades de su anterior esposo, el Sr. John Hebron. El problema no es tener un oscuro pasado, sino que además este tenga piernas. (El rostro amarillo). Munro, Jack Grant. Joven alto y discreto, hacendado en Norbury, casado con una hermosa dama de un oscuro pasado. Precisamente ese oscuro pasado le hace cosquillas en el desconocimiento. Parece tener unos treinta años, pero Watson asegura que no, que tiene más. (El rostro amarillo).
Murcher, Harry. Compañero del policía Ranee. (Estudio en escarlata).
Murdoch, Ian. Profesor de matemáticas —también Moriarty lo era, qué curioso— en el colegio Gables. La fonética de su nombre, algún que otro roce con el personal docente, y su fidelidad absoluta a un silencio decoroso, le llevan a ser mal mirado por todos. La naturaleza al final es cruel, pero sabia. (La aventura de la melena de león).
Murillo, Juan. Véase —› Henderson.
Murphy, mayor. Principal informador de Holmes en Aldershot, campamento militar donde se desarrollan los hechos propios de la aventura en que participa. (EZ hombre encorvado).
Murray, Sr. Jugador de cartas.(La aventura de la casa vacía).
Murray. Ordenanza del Dr. John Watson cuando soldado. Le salvó la vida en el desastre de Maiwand. (Estudio en escarlata).
Musgrave, Reginald. Joven heredero, contemporáneo de Holmes en edad, de la dinastía de los Musgrave. Compañero de Holmes en la universidad. Es un sujeto inteligente y práctico, pero un tanto dejado y pusilánime. Si se hubiera dado una vuelta por sus posesiones, también podría —o casi— haber resuelto el caso. (El ritual de los Musgrave).
N
Neligan, John Hopley. Joven heredero de las desgracias de su padre, dispuesto a lavar los pecados de su progenitor. Llega tarde a todas las citas, pero eso es bueno. (La aventura de Peter «el Negro»).
Norberton, Sir Robert. Jugador, mujeriego, brutote, boxeador, atleta y moroso de categoría. Vive en casa de su hermana y recibe un buen usufructo, pero sus millones de acreedores le acechan. Ha invertido cuanto tiene en las carreras, en un caballo de su propiedad. Pero oculta algo que puede oler muy mal. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Norlet, señor. Actor profesional amigo de representar obras más allá del escenario. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Norton, Godfrey. Abogado del Inner Temple. Un tipo maduro y bien parecido, marido de compromiso, y ausente extraordinario. (Escándalo en Bohemia).
O
Oackshott, Sir Leslie. Famoso cirujano que auxilia a Holmes cuando Watson está ausente. (La aventura del cliente ilustre).
Oberstein, Hugo. Espía internacional. Y cachiporrero, pese a su delicada educación. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Oldacre, Jonás (1843). En principio se muere, pero a lo mejor no; también cabe la posibilidad de que se llame Cornelius, pero puede que tampoco. Un tipo despreciable. (La aventura del constructor de Norwood).
Openshaw, John (1866-1887). Hijo de Joseph y sobrino de Ellis. Por culpa de este último sus males se extenderán hasta la tercera y bíblica generación. Con las consecuencias propias de los hechos fatales. El sobrino tuvo la ocurrencia de consultar a Holmes, pero el destino y algunos descuidos le provocaron cierto empacho de cítricos fatal. (Las cinco semillas de naranja).
Ormstein, Guillermo Gottsreich Segismundo von (1857). Gran duque de Cassel-Falstein y rey hereditario de Bohemia, también conocido —aunque solo por él— como conde von Kramm. Príncipe de vodevil, pasea por Londres como si lo hiciera sobre la escena de La Scala. Irene Adler le sacude un buen teutonazo. (Escándalo en Bohemia).
Overton, Cyril. Mocetón de más de cien kilos, jugador de rugby en el Trinity College. Tiene el precipitado discurso del que piensa que todos los demás ya saben lo que va a contarnos. (La aventura del delantero desaparecido).
P
Parker. Dice Holmes que toca muy bien el birimbao y que estrangula con oficio, pero que es inofensivo. Menos mal. (La aventura de la casa vacía).
Parr, Lucy. Doncella de la casa Holder. Una muchacha rubia con un novio de lo más impactante. (La corona de berilos).
Patrick, Elsie. Esposa norteamericana del señor Hilton Cubitt. Recibe mensajes secretos que la tienen hecha un manojo de nervios. Los silencios, como siempre muy Victorianos, matan a veces más que los revólveres, más que las balas. (La aventura de los monigotes).
Patterson, inspector. Holmes, en su «testamento» de Reichenbach, le deja toda la documentación posible que hará caer a la banda de Moriarty. (El problema final).
Perrito de McPherson, El. No conocemos su nombre, pero su fidelidad absoluta le hace merecedor de figurar en esta lista. (La aventura de la melena de león).
Peter. El chico iba tan contento conduciendo la calesa cuando esos torpes le pegaron una paliza. Desalmados. (La aventura de la ciclista solitaria).
Peterson. Recadero algo dado a la bebida, su suerte se ve cifrada en un ganso y en la buena voluntad de Holmes. (El carbunclo azul).
Phelps, Percy (1847). Prometedor joven, amigo de colegio del Dr. Watson, y ferviente enamorado de la Srta. Harrison. Un tipo de prometedora carrera, en la que su tío, Lord Holdhurst, tiene que ver mucho por lo de prometedora. El hermano de la señorita Harrison, Joseph, resulta ser más encantador de lo que parece, hasta podría ser encantador de serpientes y puñaladas traperas, eso sí con guante blanco. (El Tratado Naval).
Pike, Langdale. «Una enciclopedia humana para todo lo relacionado con escándalos sociales», Watson dixit. (La aventura de los tres frontones).
Pinner, Arthur Harry. Estafador de poca monta interesado en montarse al caballo más rápido. Su hermano Harry no le iba a la zaga, sobre todo en cuanto a personalidad. Se percató de que un tal Hanis y un tal Price no eran quiénes decían ser, pero, de haber sabido que eran en realidad Holmes y Watson, acaso hubiera decidido tirarse por la ventana antes que colgarse de una precaria cuerdecita. (El oficinista del corredor de Bolsa).
Pinto, María (1860-1900). Brasileña. Belleza local, casada con el señor Gibson. La edad le lleva a una vejez prematura, y con ello la pérdida de los encantos que hacían zozobrar en sus brazos a su marido. Ve lo que no debe ver y eso le lleva a tramar un suceso morboso y terrible. (El problema del puente de Thor).
Pitt, Evans. Delegado del condado de Vermissa, jefe de varias logias, algo así como un gran capo. Pequeño, astuto y brutal. (El valle del terror).
Pollock, Tusón. Policía de la City, que sin ayuda de Holmes tuvo la pericia de arrestar al malvado Bedington. Luego vendrían las explicaciones. (El oficinista del corredor de Bolsa).
Pompey. Perro olfateador, orgullo de la perrera de Jeremy Dixon. (La aventura del delantero desaparecido).
Porlock, Fred. Nombre supuesto de un cómplice de Moriarty y confidente de Holmes. (El valle del terror).
Porter, señora. Cocinera y ama de llaves de los Tregennis. Un día va y se duerme, y entonces pasa lo gordo. (La aventura del pie del diablo).
Prescott, Rodger († 1895). Famoso falsificador de moneda norteamericano, conocido también como Waldron en el Reino Unido. (La aventura de los tres Garrideb).
Pressbury, Edith. Hija del doctor Pressbury. Una joven atractiva y vivaracha, pero la pobre anda con los nervios rotos al ver en quién se ha convertido su señor padre. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Pressbury, profesor (1842). El hombre vivía dando sus clases universitarias y haciendo experimentos tan ricamente, hasta que se puso a hacer de conejillo de indias consigo mismo. Que se enamorase de una joven casi 40 años menor que él no fue el más jocoso de los resultados. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Prosper, Francis. El pobre verdulero es cojo y corteja a la doncella Pan de la casa Holder. Deja mensajes indescifrables —y amorosos— en las vallas y las puertas, y eso le trae alguna que otra inmerecida bronca. (La corona de berilos).
Pycroft, Hall. Joven bien parecido, de bigote rubio y poca mollera. Las oposiciones le iban mal, así que aceptó un puesto en una empresa dedicada a las acciones de ultratumba, es decir fantasma. Todo lo que le vino después, incluso las risas de Holmes, le están bien merecidas. (El oficinista del corredor de Bolsa).
R
Ralph, viejo. Mayordomo de la casa Emsworth, aficionado al alquitrán y a la fidelidad, cosas que curiosamente son muy compatibles. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
Ranee, John. Policía de calle y rondas nocturnas, un tanto violento y un tanto soplón, y como la mayoría de los policías de Londres, un tanto tonto. (Estudio en escarlata).
Randall, viejo. Dirige una banda de malhechores que asola las casas de Abbey Grange, y roba cosas curiosísimas. (La aventura de Abbey Grange).
Ras, Daulat. Joven estudiante en San Lucas. Su origen hindú levanta más sospechas de las habituales. Holmes no entiende de razas. (La aventura de los tres estudiantes).
Richards, doctor. Del condado de Cornualles, testigo de hechos espeluznantes. (La aventura del pie del diablo).
Robinson, John. Véase —› Ryder, James.
Ronder, Eugenia. Debe de rondar los 27 años, y a pesar de lo que su velo oculta, la nobleza de su porte, su inteligencia y feminidad hacen de ella una mujer extraordinaria. Su fenecido marido —domador de circo— tenía la fea costumbre de practicar con ella numeritos de fusta y látigo. Pero parece que esto no fue la causa final de que ella le odiase. Una de las mujeres, tras Irene Adler, más admiradas por Holmes. (La aventura de la inquilina del velo).
Ronder, señor († 1889). Con su látigo, en su circo, domaba leones, fieras diversas y espaldas de mujer, aunque esto último en el secreto de su carromato. Una vez a una de sus fieras se le ocurrió cambiar los papeles. (La aventura de la inquilina del velo).
Ross, coronel. Dueño de la cuadra Isonomy, dueño del caballo Estrella de Plata, dueño de una fortuna nominal enorme y escasa en lo práctico. Tiene depositadas sus esperanzas en las carreras de Wessex, que no en Holmes, y hace mal. («Estrella de Plata»).
Ross, Duncan. Misterioso caballero pelirrojo. Abogado. Y también William Morris. Y otros muchos nombres, a todas luces. Unos 30 años. No sabemos si todos de cárcel. (La liga de los pelirrojos).
Roundhay, señor. Vicario de parroquia en Cornualles, casero del Sr. Mortimer Tregenis. Un buen hombre lleno de miedos. (La aventura del pie del diablo).
Roy. Perro feroz de la hacienda Pressbury. No distingue muy bien —el pobre— si debe morder lo que muerde o no. Mientras tanto, ahí va ese ladrido. (La aventura del hombre que se arrastraba).
Roylott, Grimesby († 1883). Médico rentista rural aficionado en su juventud a usar el látigo con funesta eficacia. En su vejez prefiere el látigo de la brutalidad y la amenaza. ¡Qué diálogo el que mantuvo con Holmes, qué diálogo! (La banda de lunares).
Rucastle, Alice (1872). Tiene un pelo precioso y un vestido azul que es la envidia nacional, pero se parece tanto a Violet Hunter que casi es un engono. Una tisis mal curada, un padre loco y una madre en las laderas de Babia, amén de un novio pequeñito y barbudo la hacen protagonista silenciosa de un relato imprescindible. (El misterio de Copper Beeches).
Rucastle, Jephro (1844). Un hombre prodigiosamente gordo, de rostro sonriente y papada a oleadas sobre su cuello. Dentro de él habita otro hombre, algo más ágil y más perverso que lo que dice la apariencia externa. Nada es lo que parece. Si hubiera repartido mejor sus carnes es posible que no hubiera sobrevivido al hambre ajena. (El misterio de Copper Beeches).
Rucastle, Sra. (1859). La pobre vive a expensas de sus sueños imposibles y de un marido lleno de dobleces. Una pobre y pusilánime mujer con un dolor inmarcesible. (El misterio de Copper Beeches).
Ryder, James. También conocido como John Robinson. Jefe de servicio del Hotel Cosmopolitan. Tentado por los consejos de su amada Katherine Cusack, cogió lo que no debía y lo escondió en el buche de un ganso. Originó un lío magistral. (El carbunclo azul).
S
Saltire, Lord Arthur (1891). Hijo y único heredero del barón de Holdernesse. Tiene 10 años y, más que una fortuna, unos problemas familiares a su espalda de aupa. Si a esto le incluimos un rapto sobre su persona y una recompensa de 5.000 libras, entenderemos muy bien que Holmes tome cartas en el asunto. (La aventura del colegio Priory).
Sanares, Ikey. Joyero maestro cortador y perista. (La aventura de la piedra de Mazarino).
Saunders, señora. Portera de la casa del señor Nathan Garrideb. (La aventura de los tres Garrideb).
Saunders, Sir James. Afamado especialista en infecciones y otros cultos extraños. Un hombre apagado y misterioso. Y —apunten el dato— amigo de Holmes. (La aventura del soldado de la piel descolorida).
Saunders. Doncella de la casa Cubitt. Testigo de hechos ominosos. (La aventura de los monigotes).
Savage, Víctor († 1887). No está claro si es un personaje independiente o un sobrenombre o seudónimo de Victor Smith, sobrino del Dr. Colverton. (El detective moribundo).
Sawyer. Señora de la que no sabemos el nombre, uno de los diversos personajes que logran zafarse del listillo Holmes. (Estudio en escarlata).
Scanlan, Mike. Hermano Scanlan, logia 341, del valle de Vermissa. Primer obrero con el que habla McMurdo en el tren. Vive en Holson’s Patch, y terminará conviviendo con McMurdo en la casa de la viuda McNamara. (El valle del terror).
Selden († 1888). El criminal huido de Provincetown que provoca el equívoco central de la novela. Hermano de la señora Barrymore (ama de llaves y esposa del mayordomo), permanece oculto en el páramo. Allí encontrará la muerte, merced a la ropa usada que le proporciona su hermana y que confundirá el olfato del sabueso. (El sabueso de los Baskerville).
Sergius. Nombre propio del profesor Coram cuando era un noble revolucionario ruso. (La aventura de las gafas de oro).
Shafter, Ettie. Hija de Jacob Shafter. Belleza rubia y joven de quien se enamora McMurdo y que terminará siendo su esposa, muriendo joven, por lo que en la primera parte de VT John Douglas/Mc Murdo llega viudo a Inglatena. (El valle del terror).
Shafter, Jacob. Propietario de la primera casa de huéspedes donde se aloja McMurdo, hasta que se entera de su pertenencia a la logia y lo echa. (El valle del terror).
Shlessinger, Henry. Conocido como Henry Peters «el Santo», viaja por el mundo haciéndose pasar por misionero, doctor y no sé sabe cuántas cosas más. Pero destaca como embaucador, maleante y asesino, junto a su querida esposa. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Sholto, Bartholomew († 1888). Tan hipocondríaco y tan sibarita como su hermano gemelo Thaddeus. Pero tacaño. Incluso avaro. Su afición a la soledad, las casas de extraña arquitectura y las muecas sardónicas al quedarse cadáver ponen a Holmes en las pistas felices. (El signo de los cuatro).
Sholto, mayor († 1882). Amigo del Capitán Morstan, con el que compartió fabulosos encuentros y negras notas de duelo. Tuvo dos hijos, Thaddeus y Bartholomew, gemelos, raros y extravagantes. En este orden. (El signo de los cuatro).
Sholto, Thaddeus. Hijo del mayor Sholto y albacea casual de la herencia de la señorita Morstan. Lleva una vida solitaria y cara, ama la pintura y el buen yantar. Es bajito y calvo y sufre crisis cardiacas. Tal vez porque se está gastando lo que no es suyo. (El signo de los cuatro).
Sianey, Abe. Mañoso de Chicago, valentón y torpe, mala gente, incapaz de diferenciar el amor de la posesión, el olvido de la renuncia. (La aventura de los monigotes).
Simpson, Fitzroy (1860). Dilapida cuanto tiene en sus manos en cañeras de caballos y juegos de azar. Es un joven apuesto y atrevido y viste a la nueva moda, usando corbatín. El petimetre pensó acercarse por las cuadras del Coronel Ross a ver si obtenía algún soplo y terminó acusado de asesinato y robo. Menos mal que estaba Holmes cerca. («Estrella de Plata»).
Simpson. Uno de los Irregulares de Baker Street, la policía secreta infantil de Holmes. (El hombre encorvado).
Sinclair, almirante. Coartada del señor Valentine Walter. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Slater. Albañil, testigo casual de un hecho poco claro. (La aventura de Peter «el Negro»).
Small, Jonathan. Un tipo de la peor especie, casi un paralelo del marino del mandril que Poe nos enseñó por la calle Morgue. Junto con unos tipos de extraños nombres, como Mahomet Singh, Abdullah Khan y Dost Akbar, compartió un plano misterioso que producía brillantes rentas y un sujeto aún más misterioso tildado Tonga. Cuando la gente cambia de nombre y de país se suele enredar la madeja y luego pasa lo que pasa. A Jonathan se le llevó la suerte el río. (El signo de los cuatro).
Smith, Colverton. Doctor en medicina, experto en enfermedades tropicales y en sus venenos. Su sobrino Víctor tuvo la desgracia de actuar de conejillo de Indias ante su tío cuando descubrió que pobres coolies chinos servían de lo propio, amén de otros chantajes. Fue espectador casi único de uno de los mejores monólogos teatrales de la historia. (La aventura del detective moribundo).
Smith, Víctor († 1887). Sobrino del Dr. Colverton. (La aventura del detective moribundo).
Smith, Violet. Por suerte o azar, es una chica guapa, guapa, guapa. Y todos están dispuestos a tirarse al camino para que ella con su bici les pase por encima. Su padre dirigía una orquesta, y su tío se fue al África a hacer fortuna, pero allí conoció a los señores Carruthers y Woodley. Luego la cosa se lía y hay hasta tiros. (La aventura de la ciclista solitaria).
Smith, Willoughby († 1894). Secretario del profesor Coram. Joven inquieto y responsable hasta el final. (La aventura de las gafas de oro).
Soames, Hilton. Profesor de griego en la universidad de San Lucas. Un tipo muy confiado y con un deje poco enérgico, y con alguna preferencia étnica. Holmes le evita un papelón. (La aventura de los tres estudiantes).
Spaulding, Vincent. Joven prometedor dependiente —todo sin comas— del Sr. Jabez Wilson. Lo que calla su boca lo dicen sus rodilleras. Y el mejor traductor de ese extraño idioma es Holmes. (La liga de los pelirrojos).
Spencer, John. Dirige una peligrosa banda de criminales y facinerosos, y bajo sus órdenes están los también peligrosos señores Stockdale y Dixie. (La aventura de los tres frontones).
Spender, Rose (1812-1902). Anciana niñera de la señora Fraser. Su mejor aventura la pasa en otro barrio, en otra casa y en otra vida. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
St. Clair, Neville (1852). Parte masculina y también parte honorable de un matrimonio inglés. Lo de parte masculina es porque no sabemos el nombre de su esposa, aunque esta tenga una acción importante en sus cuitas y en sus pensamientos. Lo de la parte honorable viene a que este señor tiende a inmiscuirse, mejor dicho abducirse en la baja, baja, baja, sociedad. Que se lo digan a Hugh Boone. (El hombre del labio retorcido).
St. Simón, Lord Robert Walsingham de Veré (1846). Segundo hijo del duque de Balmoral. Petimetre académico de rancia simpatía y cierta propensión a las formas. Bululú de la corte inglesa y jardincillo dominguero donde Holmes se pasea a gusto y no le llama tonto por decoro y decencia. No tiene desperdicio. (El aristócrata solterón).
Stackhurst, Harold. Respetable director del Gables, centro docente cercano a la casa de Holmes en Sussex. Una paráfrasis en culto del ausente Watson. Amigo del jubilado Holmes. Buena gente. (La aventura de la melena de león).
Stamford. No conocemos su nombre de pila, solo que Watson se refiere a él como «el joven Stamford». Antiguo compañero de estudios del doctor. (Estudio en escarlata).
Stanger, James. Periodista y director del Vermissa Herald, quien denuncia los crímenes de «los Batidores», por lo que se ve sometido a un fuerte acoso. (El valle del terror).
Stangerson, Joseph (ca.1825-1881). Secretario del Sr. Enoch J. Drebber, y tan mormón y mala persona como su jefe. (Estudio en escarlata).
Stapleton, Miss. La típica creación femenina de Conan Doyle, hermosa y llena de dobleces. Watson galantea con ella, y ello provoca los extraños celos de su hermano, que rozan el incesto. (El sabueso de los Baskerville).
Stapleton, Mr. († 1888). El malvado por excelencia, solo superado por el mítico Moriarty. Holmes, con su clásica frialdad, lo admira por su inteligencia sobrehumana y Conan Doyle nos ahorra el espectáculo de su final con una elegante elipsis. (El sabueso de los Baskerville).
Stark, Lysander (1849). Alto y delgadísimo coronel, amigo de la vieja alquimia en su acepción de «sacar oro de las piedras». Es un hombre frío y temerario, y, cuando se le estropea una prensa hidráulica en la que habitualmente mete metales diversos, no duda en meter hasta a quien los carga. Hay una mujer que le sigue y le llama Fritz, y cuando esto ocurre hablan en un cuidado alemán. (El dedo pulgar del ingeniero). Starr, Lysander. El hombre, doctor para más datos, fue alcalde de Topeka en 1890. AJ menos para Sherlock Holmes. (La aventura de los tres Garrideb).
Staunton, Godfrey. Por mucho que Holmes se empeñe no pertenece a una famosa saga de falsificadores y asesinos. Se trata del jugador de rugby más famoso, o uno de los más famosos, de toda Inglaterra. Lo que pasa es que a Holmes eso del rugby ni le va ni le viene. Al pobre joven Godfrey, mientras tanto, han dejado por fuerza de corazón de interesarle los partidos. (La aventura del delantero desaparecido).
Steiler, Peter. Viejo mesonero en Meiringen. Recomienda a Holmes que no se pierda el espectáculo de las cataratas de Reichembach. (El problema final).
Steiner. Soplón de Von Bork. Le pasa lo que Jack —› James, solo que en Portsmouth. (El último saludo).
Stephens. Mayordomo de Lady Falder. Va contando por ahí lo mucho que empina el codo su ama. (La aventura de Shoscombe Old Place).
Sterndale, León. Doctor, pero a lo Indiana Jones. Se pasa la vida en las selvas, los desiertos, las tundras y los lagares de medio mundo. Y es tan famoso como Burton o Livingstone. Cumple una terrible venganza de amor, y Holmes, que dice nunca haber estado enamorado, lo que no es verdad, apoya esa venganza como mejor sabe. Y sabe muy bien. (La aventura del pie del diablo).
Steward, Jane. Sirvienta oidora de altercados conyugales en casa de los Barclay. (El hombre encorvado).
Stockdale, Barney. Blanco cachiponero al servicio de quien mejor pague. Tiene una digna novia de él y la suerte, por ahora, de su parte. (La aventura de los tres frontones).
Stoner, Helen. Su madre, viuda de militar, y con dos hijas, Helen y Julia, casó con esa especie de médico rentista conocido por Grimesby Roylott. Poco después murió. Su hermana, Julia, siguió a la madre ocho años después, cuando estaba por casarse con el apuesto Percy Armitage. Helen intuyó que el señor Holmes acaso pudiera esclarecerle ciertos datos. Una chica admirable de verdad. (La banda de lunares). Volver
Straker, John. Debía rondar los cuarenta y tantos cuando una misteriosa muerte se le sobrevino encima. Y todo por culpa del señor Darbyshire, al que conocía como nadie. Era capataz en las cuadras del Coronel Ross, y aunque no era muy apreciado, parece que los perros le tenían gran estima. («Estrella de Plata»).
Straker, Sra. Esposa de su marido, amante de la cocina creativa y de los vestidos caros, muy caros, excesivamente caros.(«Estrella de Plata»).
Straubenzee, viejo. Fabricante de un famoso fusil de aire comprimido. Muy parecido al que inventó von Herder en La casa vacía. (La aventura de la piedra de Mazarino).
Susan. Parece la criada de la señora Meberley, pero es la novia del malvado Stockdale. (La aventura de los tres frontones).
Sutherland, Mary. Su madre casó en segundas nupcias con el Sr. James Windibank. Es una chica guapa y enamoradiza, que, viéndose a las puertas de la luna de Valencia, olvida que el amor es ciego. Tan perversamente ciego como el Sr. Hosmer Angel. A Holmes le hubiera gustado ser su hermano mayor. (Un caso de identidad).
Sutro, señor. Abogado anciano, respetable y tontarrón de la viuda señora Meberley. (La aventura de los tres frontones).
Sylvius, conde Negretto. Es como Sebastian Moran pero sin el como. Un tiburón de los que muerden. Está asociado a un tal Merton. Y lleva las de perder, por engreído. (La aventura de la piedra de Mazarino).
T
Tangey, señor. Militar retirado. Portero de la finca ministerial donde al señorito Phelps le da por perder documentos. (El Tratado Naval).
Tangey, Sra. Esposa del señor Tangey. Causa de que el inspector Forbes caiga en un excelente ridículo. (El Tratado Naval).
Tarlton, Susan. Doncella en la casa Coram. Escucha el último mensaje del pobre Willoughby —› Smith. (La aventura de las gafas de oro).
Tavernier. Modelador francés, autor de bustos de Sherlock Holmes tan estupendos como los que hacía el famoso escultor Oscar Meunier. (La aventura de la piedra de Mazarino).
Teddy. Mangosta. Animalito que hace que las penurias de su amo Wood sean menos. (El hombre encorvado).
Tigre de San Pedro. Véase Sr. —› Henderson.
Toby. Perro poco faldero, feo a rabiar, astuto y contrahecho. El mejor amigo de Holmes y de Schopenhauer. Un olfato de lujo. Un buen amigo. (El signo de los cuatro).
Toller, Sr. Criado tosco y borrachín de la finca Copper Beeches. Hace pasar hambre a sus mastines, para ser más fieros. (El misterio de Copper Beeches).
Toller, Sra. Ella hace sus cosas, la comida, barrer, las camas y las ayudas imprescindibles para que Holmes pueda resolver casos. Nadie es lo que parece, o casi. (El misterio de Copper Beeches).
Tonga. Aborigen de las islas Andamán, fiel mandril, perdón, servidor del marinero Small. Un tipo peligroso, escalador nocturno, y asesino implacable. Un esbirro perfecto, salvo por su disposición a perfumarse con alquitrán. (El signo de los cuatro).
Tregennis, Brenda († 1897). Joven muerta en extrañas circunstancias, posiblemente viendo cosas inenarrables. (La aventura del pie del diablo).
Tregennis, George. Se volvió loco de remate junto a su hermano Owen. (La aventura del pie del diablo).
Tregennis, Mortimer († 1897). Caballero independiente. Alto, moreno, flaco, triste y reservado. Vive en casa del vicario Roundhay, y ha dejado a sus tres hermanos en su casa de Tredannik. Los visita a menudo, con la historia que le amarga el corazón. (La aventura del pie del diablo).
Tregennis, Owen. Se volvió loco de remate junto a su hermano George. (La aventura del pie del diablo).
Trelawney Hope, Lady Hilda. Una de las mujeres más sorprendentes que se cruzó en la vida de Holmes. Hija segunda del duque de Belmister y esposa del señor Trelawney Hope. Tuvo en sus manos la suerte de Europa y del mundo conocido. Holmes se dio cuenta, afortunadamente, de su capacidad para ocultar su rostro. (La aventura de la segunda mancha)
Trevelyan, Percy (1852). Médico con consulta en barrio pudiente y autor de un estupendo estudio sobre la patología de la catalepsia que supo en su momento aplaudir el doctor Watson. Su no afición a la bebida, es curioso, le trajo más problemas que si hubiera sido un buen borrachín. (El paciente residente).
Trevor, Víctor (1854). Hijo del juez de Paz Trevor. El único amigo que Sherlock Holmes tuvo en su etapa universitaria. (La corbeta «Gloria Scott»).
Trevor, viejo señor (1832-1874). Juez de Paz. No se menciona su nombre de pila. Pudiera ser Victor, como su hijo. En realidad no es su nombre verdadero, sino James Armitage. Cambió su nombre por el de Trevor tras los sucesos de la corbeta Gloria Scott. Primera persona en animar a Holmes, cuando este era un estudiante universitario, a establecerse profesionalmente como «consultor». Le cabe en suerte ser el primer cliente del futuro detective. (La corbeta «Gloria Scott»). Volver
Turner, Alice. Chica guapa y hacendosa, belleza rural y causa última de ciertos pasados renacidos y ciertos amores imposibles. Al final se casa. (El misterio de Boscombe Valley).
Turner, John (1828-1889). Un tipo duro y agreste, pero de los de al pan pan. Y eso a menudo dice mucho a favor de una persona, según Holmes. Tenía malas pulgas y un pasado tenebroso. Y una hija maravillosa, que como Julieta, se enamoró de quien no debía. ¿O sí? (El misterio de Boscombe Valley).
Turner, señora. Un error de Watson, flagrante. Se trata de nuestra amada señora Hudson, sin duda. (Escándalo en Bohemia).
V
Venucci, Lucrezia. Hermana de Pietro. No sabemos qué parentesco le unía a Beppo, además de un hermoso rubí sustraído al Príncipe de Colonna. (La aventura de los seis Napoleones).
Venucci, Pietro. († 1900). Mañoso italiano adicto a lo ajeno, a la persecución, el maltrato, y a las corbatas de cáñamo tirantes. (La aventura de los seis Napoleones).
Vibart, Julius. Novio de la señorita Devine. Un muchacho muy observador. (La desaparición de Lady Francés Carfax).
Von Bork. El mejor espía alemán hasta 1914. Buen padre de familia, deportista y diletante. Ha comido y engatusado a las mejores casas inglesas. Tiene una red de soplones casi infalible, pero yerra con una discreta tara de su carácter. Confía demasiado en los norteamericanos de sangre indómita irlandesa. Sobre todo indómita. (El último saludo).
Von Herling, barón. Secretario jefe de la embajada alemana en Londres. Un hombre gigantesco, alto, corpulento, serio y algo cortito. (El último saludo).
W
Waldron. Véase —› Prescott, Rodger.
Walter, Sir James († 1895). Custodio oficial de planos ultrasecretos, muerto de sofocos y responsabilidades, el pobre. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Walter, Valentine (1845-1897). Coronel, hermano de Sir James. Una pequeña pero importante mancha difícil de lavar en la alta sociedad. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Walters, agente. Un tipo frío y templado, pero se le va todo a la porra cuando ve fantasmas. (La aventura de Wisteria Lodge).
Warren, señor. Un día unos tipos le quisieron raptar, pero al descubrir que era quien era pero no quien parecía, se limitaron a darle un par de bofetadas. Pobre. (La aventura del círculo rojo).
Warren, señora. Tiene una casa y alquila habitaciones. Uno de sus inquilinos es quien es pero no quien parece. Esto la trae por la calle de la amargura. (La aventura del círculo rojo).
West, Arthur Cadogan (1868-1895). Gracias a Mycroft y a Sherlock, este pobre muchacho fue —ya muerto— el héroe que se merecía y no el traidor que le quisieron. Violet Wetsbury les estará siempre agradecida. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Wetsbury, Violet ¿Se han fijado la cantidad de «Violets» que aparecen en los relatos de Holmes? Y ninguna en sentido negativo. Aquí, la pobre chica se queda sin novio y pierde el tren. (La aventura de los planos del Bruce-Partington).
Wiggins. Pilluelo, hijo de la calle, y líder de los «Irregulares de Baker Street», grupo de chiquillos que ayudan a Holmes en sus pesquisas londinenses. Eficientes y discretos. No hay color cuando Holmes les compara con la policía. (Estudio en escarlata).
Wilder, James. Secretario particular del barón de Holdernesse. Sus finos modales y su ego bonito no le incapacitan para ser un perro, un perro muy fiel. (La aventura del colegio Priory).
Williamson, señor. Todo lo tenía de falso. Quería ser goliardo, pero se dejó el solfeo en la sacristía. (La aventura de la ciclista solitaria).
Wilson, Jabez. El típico comerciante británico, obeso, pomposo y algo torpe (Holmes dixit). Y tacaño, y crédulo, y lo peor de todo, pelirrojo. A unos nos castigaban copiando mil veces cualquier frase absurda; a Jabez, con la letra A completa de la Enciclopedia Británica, todo un infierno, aunque nos paguen nuestras buenas guineas. (La liga de los pelirrojos).
Wilson. Sargento del cuerpo de policía de Sussex. (El valle del terror).
Windibank, James. Nació hacia 1857, y el patíbulo es su meta. Casado con la Sra. Sutherland ha descubierto que es mejor que la hija de esta permanezca soltera, por motivos de liquidez. No tiene reparos en hacerse pasar por un tal Angel y enamorar a su hijastra. Y lo peor para él, no saber escribir a máquina. (Un caso de identidad).
Winter, James «Morecroft». Véase —› Evans «el asesino».
Winter, Kitty. Joven de los bajos fondos que pudo estar una vez en los medios, pero no. Quiere ver al barón Gruner arrastrándose por el lodo y con su femenino pie en su maldita cara. Al final no, pero sí, pero bueno. (La aventura del cliente ilustre).
Whitney, Isa. A fuerza de leer a Thomas de Quincey le dio por probar el opio; otros se volvieron locos con los libros de caballerías (El hombre del labio retorcido).
Withney, Kate. Esposa del anterior, íntima amiga de Constance Adams, primera esposa del honorable Dr. John «James» Watson. (El hombre del labio retorcido).
Wood, Doctor. Médico de Birlstone. (El valle del terror).
Wood, Henry David (1839). En tiempos un apuesto y galán mancebo. Su amigo, entonces sargento y hoy coronel Barclay, le quitó la novia con el sencillo truco de mandarle a una emboscada con muerte segura. Pero no murió. Eso sí, le torturaron con tal saña que quedó como una piltrafa andante. Ha jurado venganza, pero mientras esta llega vive como puede con su mangosta amaestrada. La fatalidad y el destino son sus mejores aliados. (El hombre encorvado).
Woodley, Jack. Se hace llamar señor, pero en otras latitudes le conocen por «el rugiente». Es feo a rabiar y tiene muy malas pulgas, acaso adoptadas en sus viajes africanos. Todas sus bodas son un fiasco. (La aventura de la ciclista solitaria).
Worthingdon, Banda de. Eran cinco. Se apellidaban Biddle, Hayward, Moffat, Sutton y Cartwright. Robaron en 1871 el banco que les dio nombre matando al bueno de Robin, que era el vigilante. Sutton los delató. A Cartwright le pusieron una corbata de cáñamo y a los demás les metieron quince añitos de reposo. A la salida se enteraron de que Sutton se llamaba ahora Blessington. El resto se lo debemos a Holmes y a la «fatalidad». (El paciente residente). Wright, Teresa. Vieja dama de compañía de Lady Brackenstal, fiel hasta los huesos. (La aventura de Abbey Grange). Volver
Y
Youghal. Inspector del Departamento de Investigación Criminal.(La aventura de la piedra de Mazarino).
Young, Brigham (1801-1887). Líder mormón tras la muerte del fundador de la secta, John Smith. Un personaje real dentro de una obra de ficción. No cuenta con las simpatías de nadie —salvo acaso de los de su religión— y mucho menos de la amistad de John Fenier. (Estudio en escarlata).
Z
Zamba, signore. Junto con su socio Castalotte, el mayor importador de fruta de Nueva York. (La aventura del círculo rojo).