Estoy sentado en mi habitación. Me siento como un ladrón. Y en efecto, lo soy. Pero soy demasiado curioso. Cuando los he visto sobre la mesa, no podía creerlo. Tres diarios, uno para cada año. Desde el primer año de instituto. Gin es increíble. Siempre tan desordenada, y después, repentinamente precisa. Empiezo a hojear el primero. Ha hecho un montón de anotaciones divertidas. Quién sabe quién será ese tal Francesco. Fra, como ella lo llama. Las páginas están todas llenas de corazoncitos. De todos modos, no la ha tenido. Me ha sorprendido de verdad que no hubiera estado jamás con un chico. No lo hubiera creído nunca, en serio. Es demasiado tierna. Y además, tan guapa… Es como es. Única. Tiene una fuerza, una determinación… A veces parece distraída y, en cambio, lo está siguiendo todo; mira a su alrededor, incluso en las fiestas, quizá mientras charla con una amiga, al tiempo que observa con quién hablo, con quién no hablo, qué pasa al fondo del salón, quién acaba de entrar, quién dice qué y sobre quién… Y se ríe como una loca y tiene siempre una broma preparada… Gin. Siento mucho lo que ha pasado. La situación con Babi se me escapó de las manos. No sabía qué estaba haciendo, había bebido. Sí… Venga, Step, parece que la tengas delante y estés volviendo a explicárselo todo…, es absurdo. A veces sólo buscas el amor. Sí, pero no te das cuenta de que esa mujer a la que tanto has querido se ha marchado, ya no está. ¿Eras tú la que la había inventado? Buscas en ese ósculo el desesperado sabor de todo aquello que has sentido, experimentado…, pero ya no está. ¿Quién te lo ha robado? ¿Escondido? ¿Robado? ¿Quién? He reencontrado sus ojos, pero no esa luz, no esa sonrisa que tanto he añorado. Así, al separarme de ella esa noche, repentinamente lo entendí: mi Babi ya no estaba. Nada, sólo su pelo apagado como esa sonrisa naufragada quién sabe dónde. Entonces he vuelto a cerrar los ojos y me he escapado lejos, entre los recuerdos, bailando aún con ellos, como un carrusel grande y único, todos de la mano, riendo, bromeando. Y he vuelto a ver a esa chica, a la Babi de entonces, bella como un primer mar en primavera, fresca y asustada, deseosa de amar y ser amada, temerosa hasta del simple gesto de quitarse un sujetador. Allí está, para siempre mía y de nadie más… Aunque a veces no hay que perturbar los recuerdos. Basta. No quiero pensarlo más. Lo hecho, hecho está. Gin lo entenderá. Tiene que entenderlo. Si no se lo hubiera contado, habría vivido siempre oculta, nunca hubiera salido a la luz. Volver a la luz del amor. Lo entenderá. Tiene que entenderlo. En el fondo no sabía nada de mí, no me había visto nunca.
Pero ¿qué hay aquí? Empiezo a leer.
28 de mayo de 2002
¡Hoy soy feliz, feliz como no lo be sido nunca! Finalmente he olvidado del todo a Francesco, lo he borrado, dinamitado, expulsado, para siempre…
Te creo, a saber qué clase de tipo era…
Porque ayer pasó la cosa más increíble de mi vida. Estaba en una fiesta en casa de Roberta Micchi, una chica mayor que yo, una a la que se tiran un montón de quinto. Me había colado con otras dos amigas (Ele y Simo) y nos estábamos divirtiendo cuando llegaron ellos…, los que se cuelan, los Budokani.
Joder, no me lo puedo creer, ¿habla de nosotros? Pero ¿de cuándo está hablando? ¿De qué fiesta? Sigo leyendo muy de prisa.
Descubrí que se llamaban así mientras arrojaban el pastel de la homenajeada y le daban a Gió (el hortera que le tira los tejos a Ele) ¡¡¡en toda la cara!!! Menuda puntería. Armaron un jaleo… Creo que también desaparecieron un montón de cosas. En resumen, estoy alucinada, estoy completamente loca por él. En cuanto entró, chocó conmigo. Pero me pidió perdón, y para que no me cayera, me cogió al vuelo y me agarró, abrazándome… ¡Ostras! De repente teníamos las caras a un milímetro y enloquecí. Quién sabe si él se dio cuenta. ¡Sólo sé que se llama Step! Un nombre divertido. ¡Además, es guapísimo! Sólo espero volver a verlo pronto…
Es decir, que nos habíamos conocido. Nos vimos. O, mejor dicho, chocamos… Pero ¿qué significa toda esta historia? Joder, ¿así que en la fiesta donde conocí a Babi, donde me duché con ella cargada al hombro, estaba también Gin? Chocamos…, no me acuerdo. Pero a lo mejor no se refiere a esa vez… Sigo leyendo veloz, hojeando otras páginas, buscando otros momentos, otros recuerdos, otras verdades. Y avanzo como enloquecido, sorprendido, alucinado. Hojeo de prisa las páginas del diario. Mis ojos vuelan entre las líneas… Adelante, atrás. Aquí.
¡Lo he visto! Son las dos y media de la madrugada y no puedo dormir. He estado en el Olimpica y él estaba allí con su amigo, que creo que se llama Pollo. ¡Ha ganado incluso una carrera! ¡Me gusta un montón, pero veo que tontea demasiado con esa imbécil de quinto, la Gervasi! Joder, Step, si sales con ella pierdes puntos. Ésa es una imbécil (me repito…), ¡de casa a la iglesia! Es más, no sé ni siquiera qué hacía allí, ¡¡¡hasta ha hecho de «camomilla»!!! O tú las transformas, Step, o no sé qué pensar. Debes de tener un don y no sé decirte cuál, no quisiera ser cursi, ¡¡¡pero la verdad es que con esa «batuta» tuya montas unas líos!!! Estaba también la ordinaria de Maddalena. Quién sabe si es verdad lo que dicen, que tienes una historia con ella. Bueno, no sé qué pensar. ¡Eh, príncipe mágico!, Cum laude o cómo demonios te llamen, antes o después te darás cuenta de que existo (espero). ¡Hasta me había puesto el cinturón de «camomilla»! Pasaste por delante de mí y ni te dignaste mirarme… TRANSFÓRMAME… De lo contrario, te embrujo yo. Bueno, me voy al sobre.
Me quedo sin palabras y continúo. Otra vez algo que tiene que ver conmigo.
Eso es, lo sabía, está con los demás y ha pasado por la piazza Euclide…
Me ha dicho Ele que siempre quedan ahí…
Continúo un poco más. Hojeo dos o tres páginas de prisa…
¡No me lo puedo creer! ¡¡¡Han empezado a salir!!! ¡¡¡Step, te odio!!! ¡Y por si fuera poco, esa boba de la Gervasi se ha dado de hostias con The Body! ¡Con Madda Federici! ¡Entonces era verdad que tenías una historia con ella! Claro que a Babi le ha dicho de todo… Y le ha dado. No hay derecho, joder… ¡Oye, cuando es necesario, es necesario! ¡¡¡Pero cómo coño sales con una tía así, Step!!! Te juro que un día tendrás que explicármelo. ¿No te das cuenta de que esa tipa no tiene agallas? ¿Que para ella tú eres un juguete caro? ¡En cuanto te tenga, acabarás en el armario con todos esos juguetes del pasado de los que ya se ha hartado! Es verdad que a veces los hombres sois de un ridículo y de un banal que no os dais cuenta del oro que tenéis al lado (¡yo!), y vais a buscar el cobre lejos (¡¡¡ella!!!). Pero qué suerte tiene… Quiero ver cómo se las apaña. ¡¡¡Y tanto que quiero verlo!!!
Y de hecho, lo hace. Hojeo las páginas y me doy cuenta de que no me ha dejado ni un instante. Página tras página. Gin… Lo has anotado todo. Siempre estabas ahí.
Ayer estuve en Fregene. Estaba en Mastino. Pasó por allí. Madre mía, de ensueño. Está muy moreno. Me gustaría gritarle: «¡¡¡Step, estás para chuparse los dedos!!!». Estábamos jugando al pañuelo mientras esa sosa de la Gervasi estaba sentada en un patín, ¡¡¡y al principio ni siquiera se dio cuenta de que habías llegado!!! ¡Pero qué imbécil puede llegar a ser!
Y él, demasiado encantador, la ha hecho subir en la moto y le ha vendado los ojos para llevarla quién sabe dónde… Un rapto de ensueño… ¡MI SUEÑO! ¡¡¡Dios mío…, me han robado mi sueño!!! ¡Devolvédmelo, es mío!
Demasiado simpática. Silenciosa espectadora. ¿Cómo puedo olvidarme? Aquella vez que fui con Babi a la casa de las rocas, a Feniglia, sueños que se rompen en las rocas del pasado. No quiero ni pensarlo… Quiero seguir adelante. Dos páginas después.
¡No me lo puedo creer! ¡¡¡No me lo quiero creer!!! Y en cambio, es verdad. Ele me ha llamado para avisarme…, he ido hasta allí para comprobarlo. No quiero fiarme de nadie en esas ocasiones. Y en cambio, es exactamente así. ¡Allí, en ese puente, preciosa!
¡Tú y YO… A TRES METROS SOBRE EL CIELO! ¡Si un chico escribiera algo así para mí, ¿cómo iba a dejarlo escapar?! ¡Gervasi, me cago en la puta, qué potra que tienes!
Y aún más, aún más…
¡Han venido a la fiesta donde yo estaba, no me lo puedo creer! Se han disfrazado de Tom y Jerry. Dios mío, estoy fatal…
Y aún más…
Su amigo Pollo ha muerto. He estado en la iglesia. Me hubiera gustado abrazarlo. He rezado por él, por su amor. Pero él en este momento la necesita a ella, no a mí.
Y sigo en silencio entre esas páginas, leyendo fragmentos de mi vida. Revisitándolos a través de su escritura, sus notas coloridas, sus frases subrayadas.
¡Lo han dejado! He sabido que lo han dejado. Me lo ha dicho Silvia, la Serva, la llaman así porque siempre lo sabe todo de todos y vive de observar. ¡Es verdad! Lo siento… Sé que no tendría que estar tan contenta. ¡Pero cómo lo estoy, para enloquecer! ¡Para enloquecer! Quiero hacerte feliz, Step. Quiero hacer que te sientas amado… Te lo ruego, dame esa posibilidad…
Y aún más. Aún más.
Es Navidad. He salido y he ido hacia su casa, es decir, donde vive ahora, a casa de su hermano. Lo he visto salir en moto con su hermano Paolo detrás. Estaban abrazados, se estaban riendo. Bien, estoy feliz. Me parece que está mejor. Si quieres de verdad a una persona tienes que pensar en su bien, en lo que lo hace realmente feliz. No debes ser egoísta… (Madre mía, me estoy convirtiendo en una pesada…). ¡De todos modos, lo he visto hacer un caballito alucinante con el hermano detrás, gritando! Me ha hecho reír mucho. He vuelto a casa. He abierto el regalo de mis padres. ¡Me han regalado un pijama precioso! ¡Step, cuando lo veas, te relamerás los bigotes! (¡Qué cursi que soy!). Después me he metido en la cama y he abrazado la almohada. ¿Soy estúpida? La he besado como si fueras tú, Step. ¡Me gustas demasiado! Me he dormido soñando…, una cosa que es también un deseo. Antes o después, nos encontraremos…
Y aún más. Aún más. Avanzo entre páginas alegres y trozos de vida que le afectan sólo a ella. Aquí. Habla otra vez de mí.
Estoy rota. Estoy fatal. He sabido que se marcha. Ostras, la suya debe de haber sido una historia realmente importante, si ha tomado esa decisión. Pero me acuerdo de una frase que mi madre siempre me ha dicho, es una cosa preciosa: «Puedes cambiar de cielo pero no puedes cambiar de estado de ánimo». ¿Le servirá marcharse? Sólo sé que te esperaré, Step…
Es cierto. A veces no sirve estar solo bajo otro cielo. Lo que tienes que resolver está siempre dentro de ti, estés donde estés. Y aun más. Aun más.
¡No me importa, nadie sabe nunca nada de Step! ¡Coño, no puede ser! He decidido que quiero conocer a su madre. Ella sabrá algo, ¿no?
Y aún más. Aún más. Hojeo apenas algunas otras páginas.
Lo he conseguido. La he conocido «por casualidad» en el supermercado. Quizá se haya dado cuenta… (¡espero que no!). Hemos congeniado un montón… Me gusta, pero no sé, es como si estuviera mal por algo, tiene una tristeza, me trata como si fuera mayor pero… Es fuerte… Es realmente guapa. ¡Es igual que su hijo!
Mamá se había dado cuenta. A ella no se le escapaba nada. Y aún más. Aún más.
Estoy encantada. Nos hemos hecho amigas. Me ha contado algunas cosas de Step. Me parece conocerlo de toda la vida. Es precisamente la persona que hubiera querido conocer. ¡Estoy supercontenta porque me ha dicho que vuelve la semana próxima!
Y aún más. Aún más.
¡¡¡Qué demonios!!! Me he equivocado en todo… He llegado a las ocho y media de la mañana… ¡No había entendido que llegaba a las ocho y media de la tarde! Como dicen a. m. y p. m. ¡¡¡Claro que una no va a andar mirando esos detalles cuando sabe que llega Step!!! ¡No me lo puedo creer! ¡He ido al aeropuerto y lo he esperado durante doce horas, y luego no he tenido el valor de hacer nada! ¡Es decir, en un momento dado, él se ha vuelto y yo me he escondido inmediatamente detrás de una columna, aunque quizá me haya visto! ¡Ostras, se ha dado cuenta de que alguien lo observaba! Pero ¿qué pasa?, ¿acaso tienes ojos en el cogote?… Es demasiado encantador. Ha adelgazado. Ha crecido. ¡Ha… ha!
No me lo puedo creer, vino al aeropuerto… Y aún más. Aún más.
Esta noche lo pillo, estoy segura. Ya he pensado bien el plan. Por la tarde he ido al garaje, he abierto el tubito que une el depósito con el motor (Paolo me lo ha explicado todo perfectamente. ¡¡¡Es demasiado, Paolo, y demasiado fácil lo demás!!!), así no tendrá gasolina. Tendrá que echar a la fuerza. He oído en el gimnasio qué iba a hacer, o sea, que sólo tiene dos posibilidades: o se para en la gasolinera de Flaminia o en la de corso Francia. Pero uno después del gimnasio quiere correr. Para mí que se irá lejos. Tiene ganas de viento, además, un tipo como él, al que le gustan tanto las motos… Bueno, de todos modos, ante la duda, bloquearé los surtidores de las dos gasolineras. ¡Qué más me da! Lo espero en Flaminia y si veo que no llega vuelvo atrás a la de corso Francia. Un plan perfecto… Al fin y al cabo, un tozudo como él no aceptará nunca dejarse joder… ¡no por el dinero, sino por principios! ¡Un tipo acostumbrado a joder… no se deja joder!
No puedo creer lo que estoy leyendo. Paso la página. Y aún más. Aún más.
¡¡¡Lo he conseguido!!! He vuelto a casa y he hecho como Julia Roberts en Pretty Woman, dar vueltas con el puño junto a mi cara para celebrar el espléndido plan logrado. ¡Lo he conocido! ¡¡¡Mítica Gin!!! Un poco más y me tumba sobre el capó con un puñetazo en plena cara. ¡Uf! Las he pasado canutas. Sabía que se había escondido, pero ¿qué podía hacer? ¡Tenía que hacer ver que caía en la trampa y, en cambio, ha sido él quien ha caído! ¡¡¡Y de lo lindo!!! He esperado dos años, además de las doce horas en el aeropuerto. Qué cansancio. ¡Pero estoy segura de que valdrá la pena! Estoy segura de que irá muy bien, de ensueño.
18 de septiembre
¡Bravo! ¡Me ha ido bien, pero qué digo, superbien! He pasado la prueba en el TdV, donde él trabaja. ¡De locos! ¡Lo he logrado! La verdad es que no me lo esperaba. ¡Pero lo más absurdo es que ha pasado también Ele! ¡Oh, nunca había superado una prueba! Step… ¿Y si me traes suerte? De una cosa estoy segura, ahora lo veré todos los días. ¿Y ahora? ¿Adónde vas a escapar? Pero así es demasiado perfecto… Demasiado bestia. Demasiado bonito. ¡Por otro lado, de vez en cuando hay justicia en el mundo! Oh, pero aún no me lo puedo creer… ¡De todos modos, este poema es para ti!
Step. Siempre he tenido ganas de ti.
Tengo ganas de ti.
Por todo lo que he imaginado, soñado, deseado.
Tengo ganas de ti.
Por lo que sé y aún más por lo que no sé.
Tengo ganas de ti.
Por ese beso que aún no te he dado.
Tengo ganas de ti.
Por el amor que nunca he hecho.
Tengo ganas de ti aunque nunca te he probado.
Tengo ganas de ti, de ti entero.
De tus errores, de tus éxitos, de tus equivocaciones, de tus dolores,
de tus simples incertidumbres, de los pensamientos que has tenido
y de los que espero que hayas olvidado, de los pensamientos que aún no tienes.
Tengo ganas de ti.
Tengo tantas ganas de ti que nada me basta.
Tengo ganas de ti y no sé ni siquiera por qué…
Uf. TENGO GANAS DE TI.
Repentinamente oigo un golpe. Me vuelvo en seguida. Gin está en la puerta de la habitación.
Y Paolo está detrás de ella.
—Perdóname, Step, no he podido pararla. Se ha metido en casa como un huracán y…
Levanto la mano. Paolo lo entiende. Se interrumpe. No dice nada más. Se queda con cara de idiota, inmóvil en la puerta, mientras Gin entra en la habitación. Camina lentamente y me mira, pero parece pasar a través de mí. Es como si su mirada fuera lejos buscando quién sabe qué. Descubierta en su verdad de amor. Más allá… Tiene los ojos tristes. Húmedos.
Carentes de cualquier sonrisa. Preciosos. Y se me encoge el corazón. Porque tiene una luz que conozco. Veo todo lo que he vivido, todo lo que he pasado, todo lo que he naufragado.
—Gin…, yo…
—Sh —me dice ella. Y se lleva el dedo índice a la boca, como una niña dulce. Cierra los ojos y sacude la cabeza—. No digas nada, por favor. —Recupera los diarios, uno tras otro, los apoya sobre la mesa y los revisa. Los cuenta y los mete en su bolso. Y se marcha así, sin volverse, en silencio.