Introducción de Bram Stoker a la edición islandesa de Drácula
En 1901 se publicó en Islandia la primera edición en lengua no inglesa de Drácula, retitulada Makt myrkranna (Los poderes de la oscuridad). A pesar de tratarse de una versión considerablemente reducida de la novela —o quizá por ello—, Bram Stoker decidió escribir un nuevo prefacio con objeto de aumentar la ilusión de verosimilitud de su obra. La versión inglesa del prefacio fue recuperada por primera vez en el volumen A Bram Stoker Omnibus, editado por Richard Dalby (Foulsham, 1986).
* * *
Prefacio del autor
El lector de esta historia comprenderá en breve cómo los hechos descritos en estas páginas han ido acumulándose gradualmente hasta formar un todo lógico. Salvo por algunos detalles menores, de los que he prescindido al considerarlos innecesarios, he dejado que sean las personas implicadas quienes relaten sus experiencias a su modo; si bien, por razones obvias, he cambiado sus nombres y los lugares reales. En todos los demás aspectos he dejado el manuscrito sin alterar, en deferencia a los deseos de aquellos que han considerado su deber presentarlo ante los ojos del público.
Estoy completamente convencido de que no puede haber lugar a dudas sobre la autenticidad de los hechos aquí descritos, por muy increíbles e incomprensibles que pudieran parecer a primera vista. Y más convencido aún estoy de que siempre deberán seguir siendo hasta cierto punto incomprensibles, a pesar de que la investigación continuada en campos como la psicología y las ciencias naturales podría, en años venideros, ofrecer explicaciones lógicas a unos sucesos tan extraños que, en el momento presente, resultan incomprensibles tanto para los científicos como para la policía secreta. Reitero que la misteriosa tragedia que aquí se describe es completamente cierra en todos sus aspectos externos, aunque, naturalmente, yo he llegado en determinados puntos a diferentes conclusiones que aquellos envueltos en la trama. Pero los hechos son incontestables, y tantas personas los conocen que no pueden ser negados. Esta serie de crímenes aún no se han desvanecido de la memoria… una serie de crímenes que parecen haberse originado en la misma fuente y haber suscitado tanta repugnancia en personas de todo el mundo como los asesinaros de Jack el Destripador, quien entró en la historia un poco más tarde[1]. Varias personas recordarán aún al destacable grupo de extranjeros que durante varias temporadas seguidas desempeñaron un deslumbrante papel en la vida de la aristocracia de aquí, de Londres; y algunos recordarán también la repentina desaparición de uno de ellos, sin motivo aparente y sin dejar ni rastro. Todos aquellos que han jugado, voluntaria o involuntariamente, un papel en esta extraordinaria historia son personas bien conocidas y respetadas. Tanto Jonathan Harker y su esposa (que es una mujer de carácter) como el doctor Seward son amigos míos desde hace muchos años, y nunca he dudado de que me estuvieran contando la verdad. También el científico universalmente respetado que aparece aquí bajo pseudónimo es demasiado famoso entre las gentes educadas como para que su nombre auténtico, que he preferido no especificar, no pueda ser intuido por la gran mayoría… sobre todo por aquellos que, por experiencia, han aprendido a valorar y a respetar su genio y sus logros, aunque no compartan su visión de la vida más de lo que lo pueda hacer yo. Pero en unos tiempos como los nuestros, debería resultar evidente para todos los hombres serios y pensadores que
«hay más cosas en el cielo y en la tierra
de las que tu filosofía pudo soñar"[2].
Londres,
agosto 1898
B.S.