2 de noviembre. —Tres días de marcha. No ha habido noticias, ni tiempo para escribir en caso de haberlas, pues cada momento es precioso. Sólo nos hemos detenido lo suficiente para que descansen los caballos; pero ambos lo estamos sobrellevando estupendamente. Nuestros antiguos días de aventureros nos están resultando muy útiles. Debemos seguir avanzando; no estaremos contentos hasta que avistemos de nuevo la lancha.
3 de noviembre. —Oímos en Fundu que la lancha se había internado en el Bistrita. Ojalá no hiciera tanto frío. Se acerca una tormenta de nieve; y si cae en abundancia podría llegar a detenernos. En tal caso, tendremos que conseguir un trineo y seguir avanzando al estilo ruso.
4 de noviembre. —Hoy hemos sabido que la lancha había sufrido un accidente al intentar ascender por un tramo de rápidos. Las embarcaciones eslovacas los superan sin problemas, armados con una sirga y su conocimiento de la zona. Algunas los habían remontado sólo un par de horas antes. Godalming es mecánico aficionado, y evidentemente ha sido él quien volvió a poner la lancha en condiciones. Finalmente, con algo de ayuda local, consiguieron remontar los rápidos y han reanudado la persecución. Temo que el barco haya sufrido las consecuencias del accidente; los campesinos nos cuentan que, incluso después de haber alcanzado las aguas tranquilas, continuó parándose una y otra vez mientras permaneció al alcance de su vista. Debemos avanzar más rápidos que nunca; pronto podrían necesitar nuestra ayuda.