Nota del Autor

No hay quien escriba solo una novela larga. Me gustaría robar un momento al lector para agradecer a algunas personas su ayuda en este libro: a G. Everett McCutcheon, de la Hampden Academy, por sus sugerencias prácticas y su estímulo; al doctor John Pearson, de Old Town, Maine, inspector médico del Condado de Penobscot y reconocido miembro de esa excelsa especialidad médica que es la medicina general; al padre Renald Hallee, de la iglesia católica de San Juan en Bangor, Maine. Y naturalmente a mi mujer, cuyas críticas son tan severas e inflexibles como siempre.

Aunque los pueblos cercanos a Salem’s Lot son totalmente reales, el propio Salem’s Lot no existe en modo alguno más que en la imaginación del autor y cualquier semejanza entre las personas que allí viven y las que habitan el mundo real no es más que una coincidencia no intencionada.

S.K.