Entran la SEÑORA CAPULETO y el AMA con hierbas.
SEÑORA CAPULETO
Espera. Toma estas llaves y trae más especias.
AMA
En el horno piden membrillos y dátiles.
Entra CAPULETO.
CAPULETO
Vamos, daos prisa. El gallo ha cantado
dos veces, ha sonado la campana: son las tres.
Angélica, ocúpate de las empanadas;
no repares en gastos.
AMA
Marchaos ya, cominero, acostaos.
Ya veréis, mañana estaréis malo
por falta de sueño.
CAPULETO
¡Qué va! Por mucho menos velé
noches enteras sin ponerme malo.
SEÑORA CAPULETO
Sí, en tus tiempos fuiste muy trasnochador,
pero ahora velaré por que no veles.
Salen la SEÑORA CAPULETO y el AMA.
CAPULETO
¡Será celosa, será celosa!
Entran tres o cuatro CRIADOS con asadores, leña y cestas.
Oye, tú, ¿qué lleváis ahí?
CRIADO 1.º
No sé, señor; cosas para el cocinero.
CAPULETO
Date prisa, date prisa.— Tú, trae leña más seca.
Llama a Pedro: él te dirá dónde hay.
CRIADO 2.º
Señor, a Pedro no hay que molestarle:
para encontrar tarugos tengo yo buena cabeza.
CAPULETO
Vive Dios, qué bien dicho. El pillo es chistoso.
Te llamaremos «cabeza de tarugo».
Salen [los CRIADOS].
¡Pero si ya es de día!
El conde estará aquí pronto con la música.
Eso es lo que dijo.
Tocan música [dentro].
Ya se acerca. ¡Ama! ¡Esposa! ¡Eh! ¡Ama!
Entra el AMA.
Despierta a Julieta, corre a arreglarla.
Yo voy a hablar con Paris. Date prisa,
date prisa, que ha llegado el novio.
Vamos, date prisa.
[Sale[46].]
AMA
¡Señorita! ¡Julieta! ¡Anda, vaya sueño!
¡Eh, paloma! ¡Eh, Julieta! ¡Será dormilona!
¡Eh, cariño! ¡Señorita! ¡Reina! ¡Novia, vamos!
¡Ni palabra! Aprovecha bien ahora,
duerme una semana, que, ya verás,
esta noche el Conde Paris sueña
con quitarte el sueño. ¡Dios me perdone!
¡Amén, Jesús! … Se le han pegado las sábanas.
Tendré que despertarla. ¡Señorita, señorita!
Sí, sí, ya verás como el conde te coja en la cama:
te va a meter miedo. ¿Es que no despiertas?
[Descorre las cortinas.]
¡Cómo, te vistes y vuelves a acostarte!
Tendré que despertarte. ¡Señorita, señorita!
¡Ay, ay! ¡Socorro, socorro! ¡Está muerta!
¡Ay, dolor! ¿Para qué habré nacido?
¡Ah, mi aguardiente! ¡Señor! ¡Señora!
Entra la SEÑORA CAPULETO.
SEÑORA CAPULETO
¿Qué escándalo es ese?
AMA
¡Ah, día infortunado!
SEÑORA CAPULETO
¿Qué pasa?
AMA
¡Mirad, mirad! ¡Ah, día triste!
SEÑORA CAPULETO
¡Ay de mí, ay de mí! ¡Mi hija, mi vida!
¡Revive, mírame o moriré contigo!
¡Socorro, socorro! ¡Pide socorro!
Entra CAPULETO.
CAPULETO
¡Por Dios, traed a Julieta, que ha llegado el novio!
AMA
¡Está muerta, muerta, muerta! ¡Ay, dolor!
SEÑORA CAPULETO
¡Ay, dolor! ¡Está muerta, muerta, muerta!
CAPULETO
¡Cómo! A ver. ¡Ah, está fría!
La sangre, parada; los miembros, rígidos.
Hace tiempo que la vida salió de sus labios.
La Muerte la cubre como escarcha intempestiva
sobre la más tierna flor de los campos.
AMA
¡Ah, día infortunado!
SEÑORA CAPULETO
¡Ah, tiempo de dolor!
CAPULETO
La Muerte la llevó para hacerme gritar,
pero ahora me ata la lengua y el habla.
Entran FRAY LORENZO y el Conde PARIS [con los MÚSICOS].
FRAY LORENZO
¿Está lista la novia para ir a la iglesia?
CAPULETO
Lista para ir, no para volver.—
Ah, hijo, la noche antes de tu boda
la Muerte ha dormido con tu amada. La flor
que había sido yace ahora desflorada.
La Muerte es mi yerno, la Muerte me hereda;
con mi hija se ha casado. Moriré
dejándole todo: la vida, el vivir, todo es suyo.
PARIS
¡Tanto desear que llegase este día
para ver una escena como esta!
Todos a una gritan y se retuercen las manos[47].
SEÑORA CAPULETO
¡Día maldito, funesto, mísero, odioso!
¡La hora más triste que vio el tiempo
en su largo y asiduo peregrinar!
¡Una, sólo una, una pobre y tierna hija,
que me daba alegría y regocijo,
y la cruel Muerte me la arranca de mi lado!
AMA
¡Ah, dolor! ¡Día triste, triste, triste!
¡El más infortunado, el más doloroso
de mi vida, de toda mi vida!
¡Ah, qué día, qué día más odioso!
¡Cuándo se ha visto un día tan negro!
¡Ah, día triste, día triste!
PARIS
¡Engañado, separado, injuriado, muerto!
¡Engañado por ti, Muerte execrable,
derrotado por ti en tu extrema crueldad!
¡Amor! ¡Vida! ¡Vida, no: amor en la muerte!
CAPULETO
¡Despreciado, vejado, odiado, torturado, muerto!
Tiempo de angustia, ¿por qué vienes ahora
matando nuestra celebración?
¡Hija, ah, hija! ¡Mi alma, y no mi hija!
Yaces muerta. Ah, ha muerto mi hija
y con ella se entierra mi gozo.
FRAY LORENZO
¡Por Dios, callad! El trastorno no se cura
con trastornos. El cielo y vos teníais
parte en la bella muchacha; ahora todo
es del cielo, y para ella es lo mejor.
Vuestra parte no pudisteis salvarla de la muerte,
mas la otra eternamente guarda el cielo.
Vuestro anhelo era verla encumbrada;
elevarla habría sido vuestra gloria.
¿Y lloráis ahora que se ha elevado
más allá de las nubes y ya alcanza la gloria?
¡Ah, con ese amor la amáis tan poco
que os perturba su bienaventuranza!
No es buen matrimonio el que años conoce:
la mejor casada es la que muere joven.
Secad vuestras lágrimas y cubrid de romero
este hermoso cuerpo, según la costumbre[48],
y llevadla a la iglesia con sus mejores galas.
La blanda natura llorar ha mandado,
mas nuestra cordura se ríe del llanto.
CAPULETO
Lo que dispusimos para nuestra fiesta
cambiará su objeto para estas exequias:
ahora los músicos tocarán a muerto,
el banquete será una comida de luto,
los himnos de boda, dolientes endechas,
las flores nupciales lucirán sobre el féretro
y todo ha de volverse su contrario.
FRAY LORENZO
Entrad, señor; señora, entrad con él.
Venid, Conde Paris. Que todos se preparen
para acompañar a la bella difunta en su entierro.
Los cielos os penan por algún pecado;
no los enojéis: cumplid su mandato.
Salen todos, menos [los MÚSICOS y] el AMA, que echa romero sobre el cadáver y corre las cortinas.
MÚSICO 1.º
Ya podemos irnos con la música a otra parte.
AMA
Marchaos, amigos, marchaos;
ya veis que es un caso de dolor.
Sale.
MÚSICO 1.º
Sí, es el caso que te hacen cuando duele.
Entra PEDRO[49].
PEDRO
¡Músicos, músicos! «Paz del alma», «Paz del alma».
Si queréis que siga vivo, tocad «Paz del alma»[50].
MÚSICO 1.º
¿Por qué «Paz del alma»?
PEDRO
Ah, músicos, porque en mi alma oigo sonar «Se me parte el
alma». Ah, confortadme con una endecha que sea alegre.
MÚSICO 1.º
Nada de endechas. No es hora de tocar.
PEDRO
Entonces, ¿no?
MÚSICO 1.º
No.
PEDRO
Pues os la voy a dar sonada.
MÚSICO 1.º
¿Qué nos vas a dar?
PEDRO
Dinero, no; guerra. Te voy a poner a tono.
MÚSICO 1.º
Y yo te pondré de esclavo.
PEDRO
Entonces este puñal de esclavo te va a rapar la cabeza. A mí no me trines, que te solfeo. Toma nota.
MÚSICO 1.º
Solfea y darás la nota.
MÚSICO 2.º
Anda, demuestra lo listo que eres y envaina ese puñal.
PEDRO
¡Pues, en guardia! Envainaré mi puñal y os batiré
con mi listeza. Respondedme como hombres:
¿Por qué «argénteo»? ¿Por qué «la música, argénteo son»?
¿Qué dices tú, Simón Cuerdas?
MÚSICO 1.º
Pues porque, igual que la plata, suena dulce.
PEDRO
¡Palabras! ¿Tú qué dices, Hugo Violas?
MÚSICO 2.º
«Argénteo» porque a los músicos nos pagan en plata.
PEDRO
¡Más palabras! ¿Y tú qué dices, Juan del Coro?
MÚSICO 3.º
Pues no sé qué decir.
PEDRO
¡Ah, disculpad! Sois el cantor. Yo os lo diré. «La música,
argénteo son» porque a los músicos nunca os suena el oro.
«… la música, argénteo son,
el mal no tarda en reparar».
Sale.
MÚSICO 1.º
¡Qué pillo más irritante!
MÚSICO 2.º
¡Que lo zurzan! Venga, vamos a entrar. Aguardamos a los dolientes y esperamos a comer.
Salen.