Entran CAPULETO, la SEÑORA CAPULETO, el AMA y dos CRIADOS.
CAPULETO
Invita a todas las personas de esta lista.—
[Sale un CRIADO.]
Tú, contrátame a veinte buenos cocineros.
CRIADO
Señor, no os traeré a ninguno malo, pues probaré a ver si se chupan los dedos.
CAPULETO
¿Qué prueba es esa?
CRIADO
Señor, no será buen cocinero quien no se chupe los dedos; así que por mí, el que no se los chupe, ahí se queda.
CAPULETO
Bueno, andando.
Sale el CRIADO.
Esta vez no estaremos bien surtidos.
Mi hija, ¿se ha ido a ver al padre?
AMA
Sí, señor.
CAPULETO
Bueno, quizá él le haga algún bien.
Es una cría tonta y testaruda.
Entra JULIETA.
AMA
Pues vuelve de la confesión con buena cara.
CAPULETO
¿Qué dice mi terca? ¿Dónde fuiste de correteo?
JULIETA
Donde he aprendido a arrepentirme
del pecado de tenaz desobediencia
a vos y a vuestras órdenes. Fray Lorenzo
ha dispuesto que os pida perdón
postrada de rodillas. Perdonadme.
Desde ahora siempre os obedeceré.
CAPULETO
¡Llamad al conde! ¡Contádselo!
Este enlace lo anudo mañana por la mañana[43].
JULIETA
He visto al joven conde en la celda del fraile
y le he dado digna muestra de mi amor
sin traspasar las lindes del decoro.
CAPULETO
¡Cuánto me alegro! ¡Estupendo! Levántate.
Así debe ser. He de ver al conde.
Sí, eso es.— Vamos, traedle aquí.—
¡Por Dios bendito, cuánto debe la ciudad
a este padre santo y venerable!
JULIETA
Ama, ¿me acompañas a mi cuarto
y me ayudas a escoger las galas
que creas que mañana necesito?
SEÑORA CAPULETO
No, es el jueves. Hay tiempo de sobra.
CAPULETO
Ama, ve con ella. La boda es mañana.
Salen el AMA y JULIETA.
SEÑORA CAPULETO
No estaremos bien provistos.
Ya es casi de noche.
CAPULETO
Calla, deja que me mueva
y todo irá bien, esposa, te lo garantizo.
Tú ve con Julieta, ayúdala a engalanarse.
Esta noche no me acuesto. Tú déjame:
esta vez yo haré de ama de casa.— ¡Eh! —
Han salido todos. Bueno, yo mismo iré a ver
al Conde Paris y le prepararé
para mañana. Me brinca el corazón
desde que se ha enmendado la rebelde.
Salen.