— Yo soy el rayo… —

Yo soy el rayo, la dulce brisa,

lágrima ardiente, fresca sonrisa,

flor peregrina, rama tronchada;

yo soy quien vibra, flecha acerada.

Hay en mi esencia, como en las flores

de mil perfumes, suaves vapores,

y su fragancia fascinadora,

trastorna el alma de quien adora.

Yo mis aromas doquier prodigo

ya el más horrible dolor mitigo,

y en grato, dulce, tierno delirio

cambio el más duro, cruel martirio.

¡Ah!, yo encadeno los corazones,

más son de flores los eslabones.

Navego por los mares,

voy por el viento

alejo los pesares

del pensamiento.

yo, en dicha o pena,

reparto a los mortales

con faz serena.

Poder terrible, que en mis antojos

brota sonrisas o brota enojos;

poder que abrasa un alma helada,

si airado vibro flecha acerada.

Doy las dulces sonrisas

a las hermosas;

coloro sus mejillas

de nieve y rosas;

humedezco sus labios,

y sus miradas

hago prometer dichas

no imaginadas.

Yo hago amable el reposo,

grato, halagüeño,

o alejo de los seres

el dulce sueño,

todo a mi poderío

rinde homenaje;v todo a mi corona

dan vasallaje.

Soy amor, rey del mundo,

niña tirana,

ámame, y tú la reina

serás mañana.