— Yo me acogí… —

Yo me acogí, como perdido nauta,

a una mujer, para pedirle amor,

y fue su amor cansancio a mis sentidos,

hielo a mi corazón.

Y quedé, de mi vida en la carrera,

que un mundo de esperanza ayer pobló,

como queda un viandante en el desierto:

¡A solas con Dios!