— LXXXV —

A TODOS LOS SANTOS

(1º de noviembre)

Patriarcas que fuisteis la semilla

del árbol de la fe en siglos remotos,

al vencedor divino de la muerte

rogadle por nosotros.

Profetas que rasgasteis inspirados

del porvenir el velo misterioso,

al que sacó la luz de las tinieblas

rogadle por nosotros.

Almas cándidas, Santos Inocentes

que aumentáis de los ángeles el coro,

al que llamo a los niños a su lado

rogadle por nosotros.

Apóstoles que echasteis por el mundo

del la Iglesia el cimiento poderoso,

al que es de la verdad depositario

rogadle por nosotros.

Mártires que ganasteis vuestra palma

en la arena del circo, en sangre roja,

al que os dio fortaleza en los combates

rogadle por nosotros.

Vírgenes semejantes a azucenas,

que el venado vistió de nieve y oro,

al que es fuente y hermosura

rogadle por nosotros.

Monjes que de la vida en el combate

pedisteis paz al claustro silencioso,

al que es iris de calma en las tormentas

rogadle por nosotros.

Doctores cuyas plumas nos legaron

de virtud y saber rico tesoro,

al que es raudal de ciencia inextinguible

rogadle por nosotros.

Soldados del ejercito de Cristo,

Santas y Santos todos,

rogadle que perdone nuestras culpas

a Aquel que vive y reina entre vosotros.