— XLIV —

Como en un libro abierto

leo de tus pupilas en el fondo;

¿a qué fingir el labio

risas que se desmienten con los ojos?

¡Llora! No te avergüences

de confesar que me quisiste un poco.

¡Llora! Nadie nos mira.

Ya ves; yo soy un hombre… y también lloro.