36.28.04

En la sala de control sonaba una insistente alarma. Los dos técnicos se levantaron de sus puestos ante las consolas y abandonaron la sala. Stern notó que Gordon lo cogía del brazo con firmeza.

—Tenemos que irnos —dijo Gordon—. El aire está contaminado a causa del ácido fluorhídrico. La goma de la plataforma de tránsito es tóxica, y las emanaciones pronto llegarán también aquí. —Tiró de Stern, guiándolo hacia la puerta.

Stern se volvió para echar un vistazo a la pantalla, a la maraña de vigas caídas sobre la zona de tránsito.

—Pero ¿y si intentan regresar cuando no hay nadie aquí?

—No se preocupe —respondió Gordon—. Eso no es posible. Los infrarrojos detectarán los escombros. Los sensores requieren un espacio libre de dos metros a la redonda, ¿recuerda? Ahora no los hay, y por tanto los sensores impedirán la transmisión hasta que limpiemos todo eso.

—¿Cuánto tiempo tardarán en limpiarlo?

—Primero debemos renovar el aire de la cavidad.

Gordon condujo a Stern hasta el largo pasillo que llevaba al ascensor principal. La gente se apiñaba en el pasillo. Todos se dirigían a la salida. Sus voces resonaban en el túnel.

—¿Renovar el aire de la cavidad? —repitió Stern—. Eso es mucho volumen. ¿Cuánto tiempo se necesita?

—En teoría, nueve horas.

—¿En teoría?

—Nunca se había dado una situación como ésta —respondió Gordon—. Pero naturalmente disponemos de capacidad para hacerlo. Los extractores de emergencia se activarán de un momento a otro.

Al cabo de unos segundos se oyó en el túnel un sonido atronador. Stern notó una violenta ráfaga de aire que lo empujaba y sacudía su ropa.

—Y cuando se haya renovado el aire, ¿qué?

—Reconstruiremos la plataforma de tránsito y esperaremos a que regresen —dijo Gordon—. Tal como estaba previsto.

—¿Y si intentan volver antes de que hayan acabado de rehabilitar la sala?

—Eso no es problema, David. La máquina no lo permitirá. Los devolverá al lugar de donde han salido. Provisionalmente.

—Así pues, se han quedado allí aislados —afirmó Stern.

—Por el momento —contestó Gordon—. Sí. Están aislados. Y nada puede hacerse.