Lo propio del sofista, según Aristófanes[1], es inventar razones nuevas.
Procuremos inventar pasiones nuevas, o reproducir las viejas con pareja intensidad.
Analizo una vez más esta conclusión, de raíz pascaliana: la verdadera creencia está entre la superstición y el libertinaje.
JOSÉ LEZAMA LIMA, Tratados en La Habana.