Agradecimientos

Ante todo, mi agradecimiento más profundo a mis lectores por su apoyo efusivo y generoso. Gracias a vosotros, posiblemente podré escribir siempre.

A Wendy Loggia, cuya confianza en esta serie ha sido un regalo inmenso para mí y porque sabe exactamente qué hay que hacer para que se aproxime a lo que siempre ha querido ser. A Beverly Horowitz, por la charla más animada que jamás he tenido, y también por el postre que me metiste en el bolso. A Krista Vitola, cuyos correos electrónicos llenos de buenas noticias me han alegrado muchos días. A Angela Carlino y al equipo de diseño, gracias por una sobrecubierta que levanta pasiones. A mi compañera de viaje Noreen Marchisi, a Roshan Nozari y al resto del fabuloso equipo de marketing de Random House: sois unos magos. A Michael Stears y Ted Malawer, unos genios infatigables. Vuestra agudeza y animosidad hacen que trabajar con vosotros resulte un placer más que una obligación.

A mis amigos, que me ayudan a no perder la cabeza y a inspirarme. A mi familia en Texas, Arkansas, Baltimore y Florida, por tanto entusiasmo y amor. Y a Jason, por cada día que pasa a mi lado.