Agradecimientos

No le di las gracias a Patrick Schulz por haberme prestado su Benelli para el último libro… Lo siento, hijo. Me quito el sombrero ante mi amigo Toni L. P. Kelner, que destacó algunos problemas de la primera parte del libro. Mi amiga Paula Woldan me dio apoyo moral e información sobre los piratas, y se prestó a soportarme en un «Día de hablar como piratas». Su hija Jennifer me salvó la vida ayudándome a preparar el manuscrito. Shay, una lectora fiel, tuvo la gran idea del calendario. Y en mi agradecimiento a la familia Woldan, quiero también destacar a Jay, bombero voluntario durante muchos años, que compartió conmigo sus conocimientos y su experiencia.