[1] En aquellas fechas, las ondas utilizadas habitualmente por los radares militares de Israel oscilaban entre los 1347 y los 2 402 mega ciclos. (Nota del mayor.) <<
[2] Las comunicaciones entre el módulo y los equipos situados en tierra habían sido establecidas en la llamada «banda integradas», que se halla en el sector de las ondas de radio ultracortas, abarcando frecuencias desde 1550 hasta 5200 megaciclos, correspondientes a longitudes de onda de 19 a 5,8 centímetros. Por razones de seguridad no estoy autorizado a revelar la frecuencia específica utilizada en este caso. (N. del m.) <<
[3] Este revolucionario sistema de navegación «a ciegas», que algún día será utilizado masivamente en la aviación comercial, consiste, en síntesis, en un parabrisas monitor en el que se proyectan todos los datos necesarios para el aterrizaje, bien superpuestos al paisaje o a un diseño informático que reproduce fielmente el punto de aterrizaje. En nuestro caso, Caballo de Troya diseñó un sistema modificado MLS (Microwave Landing System) que, ubicado en tierra, simplificaba la operación de descenso, «proyectando» hacia el módulo una señal que el ordenador central decodificaba en forma de túnel sintético, con efecto de «perspectiva», permitiendo así una cómoda y automática aproximación. Estructuralmente, un sistema de este tipo está integrado por cuatro elementos básicos: un generador de símbolos (un tubo de rayos catódicos que visualiza las informaciones de pilotaje recibidas desde el MLS); un sistema de focalización; un espejo plano que recibe las informaciones proyectadas por el sistema de focalización y las dirige hacia la óptica de colimación, y la propia óptica de colimación. (N. del m.) <<
[4] Dirección del viento: 045 grados (noreste) y con una velocidad de 15 nudos (unos 30 kilómetros por hora (N. del m.) <<
[5] Como ya describí en su momento, la «cuna» disponía de ocho pequeños motores cohete. Cada uno era accionado por una válvula selenoidal individual del tipo de intervalos. Como en un avión pequeño, el piloto controlaba el cabeceo por medio del movimiento proa-popa y el bamboleo por el movimiento derecha-izquierda de una palanca. El control de guiada y los citados movimientos estaban conectados eléctricamente a las válvulas. (N. del m.) <<
[6] «Tanques ON»: el módulo tenía prácticamente agotadas las reservas exteriores de combustible y procedió a encender los tanques interiores. El volumen total de peróxido de hidrógeno ascendía entonces a un escaso siete por ciento. (N. del m.) <<
[7] El enfriamiento de la «membrana» que cubría el blindaje exterior de la «cuna» —cuyo espesor era de 0,0329 metros— necesitaba de tres minutos, como mínimo. Este recubrimiento poroso de la nave, de composición cerámica, gozaba de un elevado punto de fusión: 7 260,64 grados centígrados, siendo su poder de emisión externa igualmente muy alto. Su conductividad térmica, en cambio,— era muy bajo: 2,07113 y 10,6 Col/emls/oC/. (N. del m.) <<
[8] La energía liberada en un terremoto se desplaza por la roca en forma de ondas. Aunque sus patrones resultan muy complejos, constantemente modificados por las propiedades de reflexión, difracción, refracción y dispersión de las ondas, internacionalmente han sido divididas en tres grupos: ”P”, «S» y «L». Las «P» o primarias, de empuje, compresional o longitudinal, viajan por el interior de la Tierra a velocidades muy considerables: entre 6 y 11,3 kilómetros por segundo, siendo la primera en llegar a la estación registradora. En las explosiones nucleares subterráneas, este tipo de ondas «P» son características y muy fuertes, comparativamente con las «L» o superficiales. (N. del m.) <<
[9] DIA: Agencia de Inteligencia de la Defensa. (Nota del traductor.) <<
[10] Durante la guerra de Vietnam, en el transcurso de los años 1967 al 1969, el Gobierno USA dedicó 6000 millones de dólares anuales a actividades de espionaje, con 150 000 personas empleadas en tales menesteres. La CIA, en este caso, se llevó la parte del león. A partir de la toma de posesión de Schlesinger, en efecto, la CIA desvió su atención del Sudeste asiático, considerando el Oriente Medio como «el campo geográfico del próximo estado de fricción de los Estados Unidos». (N. del m.) <<
[11] OLP: Organización para la Liberación de Palestina, dirigida entonces por Yasser Arafat. (N. del m.) <<
[12] Así llamaba el pueblo de Israel al equipo de «confianza» de Golda. La señora Meir, con su fuerte personalidad, había desarrollado un estilo propio y muy peculiar de Gobierno, pasando por alto en infinidad de ocasiones la mecánica burocrática e institucional. Ella prefería trabajar en estrecha colaboración con sus allegados, formando un sistema ad-hoc que se hizo célebre y que denominaban «la cocina de Golda». (N. del m.) <<
[13] CIRVIS: Organismo dedicado a Instrucciones de Comunicación para Informar Avistamientos Vitales de Inteligencia. (N. del m.) <<
[14] El rey Hussein había llegado a Washington el 6 de febrero, celebrando al día siguiente una entrevista con el presidente Nixon. En aquellas fechas se esperaba una ofensiva diplomática de mi país en Oriente Medio. Antes de partir de Ammán, Hussein había declarado que el conflicto que enfrentaba a los países árabes con Israel había que resolverlo en su totalidad y no en tratados separados. De esta forma salía al paso de los rumores existentes sobre un acuerdo secreto de paz entre su país e Israel en relación al futuro status de Jerusalén y de los refugiados palestinos. (N. del m.) <<
[15] A raíz de la liberación de estos guerrilleros, Israel pidió explicaciones al Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia. Según los servicios de Inteligencia judíos, Zaid y Hasem, encarcelados en Roma desde agosto de 1972, eran dos destacados y peligrosos terroristas. (N. del m.) <<
[16] Las informaciones de la Inteligencia jordana e israelí eran correctas. Semanas más tarde —el 1 marzo—, guerrilleros de Septiembre Negro tomaban rehenes en la embajada de Arabia Saudita en Jartum (Sudán). Entre las peticiones de los asaltantes figuraban la liberación de 40 guerrilleras palestinas encarceladas en Israel y de otro medio centenar de guerrilleros, prisioneros en Alemania Occidental, Jordania e Israel, así como del asesino del presidente Robert Kennedy, Sirhan Bishara Sirham. Con gran desconcierto por nuestra parte —y suponemos que de los servicios de espionaje judíos y jordanos, que en aquellas fechas no consiguieron una información más detallada—, los ocho guerrilleros de Septiembre Negro darían muerte a tres de los diplomáticos retenidos en la embajada: Aleo A. Nock, nuestro embajador en Sudán; Guy Eid, funcionario belga, y Curtiss Moore, también diplomático norteamericano. (N. del m.) <<
[17] Este arsenal sería descubierto por la Policía italiana el 5 de septiembre de ese mismo año de 1973, en Ostia, cerca de Roma. En la casa se alojaban nueve palestinos, miembros de un grupo terrorista. Entre las numerosas armas fueron encontrados dos lanza-cohetes Strela, de fabricación rusa, que podían haber sido utilizados para el derribo de aviones comerciales en vuelo. Los temibles Strela constan de un tubo de 1,35 metros, con un peso de 13 kilos, pudiendo ser disparados como un fusil; es decir, apoyándolos en un hombro y apuntando con un teleobjetivo de reducidas dimensiones. Alcanza fácilmente el motor de un avión, gracias al sistema de guía por rayos infrarrojos. (N. del m.) <<
[18] Aunque fue detallado en mi anterior libro —Caballo de Troya—, quizá sea conveniente recordar la naturaleza de este tipo de satélites artificiales, que jugaron un papel decisivo en las dramáticas fechas previas a la guerra del Yom Kippur, en octubre de 1973. «La serie de satélites Big Bird o Gran Pájaro —reza una de las notas del mayor—, y en especial el prototipo KI-l II, puede volar a una velocidad de 25 000 kilómetros por hora, necesitando un total de 90 minutos para dar una vuelta completa al planeta. Como ésta oscila ligeramente durante ese lapso de tiempo (22 grados, 30 minutos), el Big Bird sobrevuela durante la vuelta siguiente una banda diferente de la Tierra y vuelve a su trayectoria original al cabo de 24 horas. Si el Pentágono descubre algo de interés, el satélite puede modificar su órbita, alargando el tiempo de revolución durante algunos minutos y haciéndolo descender a órbitas hasta 120 kilómetros de altitud. Una diferencia de un grado y treinta minutos, por ejemplo, cada día, permite cubrir cada diez días una zona conflictiva, sobrevolar todas sus ciudades y zonas de “interés militar”. Posteriormente, el Big Bird es impulsado hasta una órbita superior.» Con la instalación en Israel de una de estas sofisticadas estaciones receptoras de imágenes —amén de materializar los propósitos de la operación Caballo de Troya—, los judíos disponían de un rápido y fiel sistema de control de sus enemigos y USA de una estratégica estación, que ahorraba tiempo y buena parte de la siempre engorrosa maniobra de recuperación de las ocho cápsulas desechables que portaba cada satélite y que eran rescatadas cada 15 días en las cercanías de Hawai. Al menos, la operación resultaba de gran interés para USA, que podía así fotografiar a placer franjas tan «inestables» como las fronteras de la URSS con Irán y Afganistán, Pakistán y golfo Pérsico, recibiendo resultados de negativos a los tres minutos de haber sobrevolado dichas áreas. (Nota de J. J. Benítez.) <<
[19] Este muro, llamado «de las Lamentaciones», es el lugar más venerado por el pueblo judío. Se trata de la única reliquia de lo que fue el gran Templo, edificado por el rey Herodes (el Grande) en el año 20 antes de Cristo. El emperador romano Tito, al destruir Jerusalén en el año 70 de nuestra Era, ordenó que aquella parte de la muralla que rodeaba el Templo permaneciera en pie, como muestra del poder de Roma y de sus legionarios, que habían sido capaces de destruir tan sólida construcción. En el período bizantino, los judíos fueron autorizados al fin a visitar la ciudad santa, pudiendo acercarse al muro de los Lamentos una vez al año. Justo en el aniversario de la destrucción de Jerusalén. Y allí lamentaron dicha destrucción, empezando a rezar por la reunificación del pueblo de Israel. Esta costumbre perduraría durante siglos. Entre los años 1948 y 1967, esta parte de Jerusalén fue prohibida nuevamente a los israelitas, por hallarse en el sector conquistado por Jordania. Pero, a raíz de la guerra de los Seis Días, el muro occidental fue tomado por los judíos y, desde entonces, constituye un punto de exaltación nacional y de culto. (N. del m.) <<
[20] Estas y otras palabras de Jesús de Nazaret en torno a la oración, aparecen en Caballo de Troya (páginas 251 y siguientes.) (N. de J. J. Benítez.) <<
[21] Antaño, incluso, cuando los israelitas estaban a punto de iniciar un viaje, depositaban un clavo de hierro entre las grietas del muro occidental, en señal de apego a su patria. (N. del m.) <<
[22] He aquí, como muestra de lo que afirmo, algunos de los más notables episodios vividos por Israel —y por Jerusalén en particular— a partir del referido año 587 a.C.:
El año 539 a.C., el rey persa Ciro conquista Babilonia, permitiendo a los judíos su vuelta a Jerusalén. El Templo sería reconstruido por Zorobabel.
En el 334 a.C., Israel es conquistado de nuevo. Esta vez por Alejandro el Magno. Tras su muerte es controlada por los Piolomeos de Egipto.
En el 198 a.C., Antioco II de Siria vence a los egipcios e Israel pasa a manos de los Seléucidas.
En el 175 a.C., Antioco IV es coronado y ordena la supresión del culto a Dios. Profana el templo, ofreciendo sacrificios paganos en su altar.
En el 167 a.C., los judíos se levantan contra los Seléucidas y lo derrotan.
En el año 64 a.C., Pompeyo conquista Israel. Un tiempo después, en el 40 a.C., los partos derrotan a los romanos y conquistan el país.
En el 39 a.C., Herodes el Grande vence a los partos y reina hasta el 4 a.C., siempre bajo el mando de Roma. Ya en el siglo I de nuestra Era, en el año 66, los judíos se rebelan contra el Imperio romano. En el año 70, Tito reprime la rebelión y destruye la ciudad.
En los años 132-135 se registra una nueva revuelta judía, dirigida por Bar-Kojvá. El emperador Adriano vence destruyendo Jerusalén. La reconstrucción se produce poco después y Jerusalén recibe el nombre pagano de Adra Capitolina.
En los años 330-634 se produce la dominación bizantina. Tras la conversión al cristianismo de Constantino se construyen numerosas iglesias en la Ciudad Santa.
En el 614, nueva invasión. Esta vez protagonizada por los persas. Centenares de iglesias fueron destruidas.
El 636, los musulmanes conquistan Palestina, convirtiendo a Jerusalén en su tercera ciudad santa, después de La Meca y Medina.
En el 1009, el califa fatimita Jakem destruye la iglesia del Santo Sepulcro y otros santuarios cristianos, iniciándose así 200 años de luchas entre Oriente y Occidente y dando lugar a las famosas Cruzadas.
En 1099, la Ciudad Santa cae en poder de los cruzados.
En el 1187, Saladíno, príncipe árabe, derrota a los cruzados en los llamados Cuernos de Hillin, poniendo fin al Reino Latino de Oriente.
En 1263, —otro sultán, el mameluco Baibars, de Egipto, conquista las fortalezas y el litoral que seguían en manos de los cruzados. En los siguientes 250 años permanecerán bajo dominio mameluco.
En el 1400, tribus monticas, dirigidas por Tamerlán, invaden Israel.
En 1517 son los turcos quienes entran en Palestina a sangre y fuego. Durante cuatro siglos, —así formará parte del Imperio otomano.
En 1917, durante la primera guerra mundial, Palestina es ocupada por tropas aliadas, dirigidas por el general Allenby. Ese año es recordado como el de la Declaración balfour para la creación en Palestina de un Hogar Nacional Judío.
En 1922, el mandato británico sobre Palestina es confirmado por la Liga de las Naciones.
En 1947, la Organización de las Naciones Unidas establece un plan que divide Palestina en un Estado judío y otro árabe.
En 1948 finaliza el mandato británico y el 14 de mayo, el Consejo Nacional Judío proclama el nacimiento del Estado de Israel. Pero el nuevo Estado es invadido por los países vecinos. Al terminar la guerra, Palestina queda dividida entre Israel y Jordania. (N. del m.) <<
[23] Construida entre los años 709 y 715 por el califa El-Walid, hijo de Abdel Malek, que edificó la otra mezquita: la del Domo de la Roca. La de El-Aksa se encuentra casi exactamente sobre lo que fue el palacio de Salomón. (N. del m.) <<
[24] En el año 135 de nuestra Era, el emperador Adriano levantó en este lugar un templo dedicado al dios Júpiter. Desde entonces fue considerado como un lugar maldito. En el 636, tras la invasión árabe, el califa Omar limpió de escombros el monte Mori, construyendo una mezquita que todavía hoy lleva su nombre. Los musulmanes identificaron la roca o cumbre del monte Mori con el lugar desde el que Mahoma había subido a los cielos en un caballo alado. Según otra tradición, esta roca blanca fue el punto donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Los árabes, en cambio, consideran que el hijo en cuestión era Ismael. En el año 691, Abdel Malek, de la dinastía de los Omeyas, restauró la primitiva mezquita, convirtiéndola en lo que hoy conocemos. Bajo la cúpula, fabricada a base de hojas de aluminio bañadas en oro que la hacen centellear al sol de Jerusalén, se encuentra, como digo, la roca o cúspide del monte Mori, alcanza 45 metros de longitud por 11 de anchura, elevándose otros 2 por encima de la superficie circundante. En el mundo islámico, el Domo de la Roca es el tercer lugar sagrado, después de la Káhaba de La Meca y la tumba del Profeta en la ciudad de Medina. (N. del m.) <<
[25] La fortaleza Antonia fue totalmente arrasada por el general romano Tito, al romper el cerco judío en el año 70. Durante siglos sólo fue un montón de escombros sobre el que se levantaron diversas construcciones. Poco a poco, en la edad moderna, la arqueología ha ido fijando su posición exacta. En la actualidad, que fue la fortaleza que reconstruyera también Herodes el Grande alberga una escuela musulmana, un monasterio de la Orden Franciscana y el referido convento de las Hermanas de Sión. En este último lugar es donde se encuentra, en mi opinión, el vestigio más claro de una de las instalaciones del «cuartel general» romano durante las fiestas de la Pascua judía. (N. del m.) <<
[26] El litóstrotos, que en griego significa «patio pavimentado de losas grandes», fue descubierto al este del supuesto emplazamiento de la fortaleza Antonia. En base al texto de Juan el Evangelista (19.13) —«Entonces Pilato oyendo estas palabras llevó a Jesús y se sentó en el tribunal, en el sitio llamado litóstrotos»—, algunos especialistas bíblicos, como digo, creen ver en dicho recinto el escenario de parte del juicio del procurador romano a Jesús de Nazaret y de su presentación al pueblo judío. Otros, en cambio, piensan que el litóstrotos pudo ser el patio principal de Antonia, donde el Cristo fue flagelado y de donde saldría con el madero o patibulum, rumbo al Gólgota. La fundación del convento de las Hermanas de Sión se debe a un judío converso, el padre Ratisbone. Entre 1931 y 1937, la madre Godeleine y el padre Vicente, de la Escuela Bíblica de Jerusalén, excavaron el lugar, descubriendo el pavimento en cuestión. Recientemente, arqueólogos ingleses y el profesor judío Kaufman han lanzado una tercera hipótesis: el litóstrotos podría datar del año 135 d.C. (del tiempo de Adriano). (N. del m.) <<
[27] Digo «supuesta» vía Dolorosa porque, tal y como relaté en anteriores páginas de este diario, el camino que siguió Jesús de Nazaret desde el interior de la fortaleza Antonia al Gólgota en la mañana del viernes, 7 de abril del año 30, no fue el que tradicionalmente veneran los cristianos. Las circunstancias políticas, como expliqué, aconsejaron al oficial romano elegir otra vía: la que rodeaba el exterior de la muralla norte de la Jerusalén de entonces. Como ha ocurrido con otros «santos lugares», la tradición no estuvo muy afortunada a la hora de fijar con exactitud dónde ocurrieron tan importantes sucesos. (N. del m.) <<
[28] El actual pintoresquismo de los llamados «Santos Lugares» llega al extremo de que, un poco al norte de la puerta de Damasco, el visitante puede encontrar «otro Gólgota». Todo arranca del año 1883, cuando el general británico C. Gordon asoció un montículo allí existente con la forma de una «calavera». La existencia en la roca de una tumba del siglo ¡contribuyó —¡y de qué forma!— a dividir las opiniones. En 1892, la sociedad del Jardín de la Tumba compró el lugar, siendo visitado desde entonces por numerosos peregrinos— Personalmente no comparto el criterio del buen general inglés. Entre otras razones, porque la citada puerta de Damasco y la muralla en la que se encuentra no existían en tiempos de Cristo. El verdadero Gólgota estaba mucho más próximo, en las cercanías de la puerta de Efraim. (N. del m.) <<
[29] La actual iglesia del Santo Sepulcro, construida en gran parte por los cruzados en el año 1149, está dividida entre seis confesiones religiosas, de acuerdo con un statu quo decretado en 1852 por los turcos, ante las constantes peleas y auténticas «batallas campales» que protagonizaban, y aún protagonizan, los diferentes credos que disfrutan de su propiedad. Lo que realmente constituye el Gólgota o Calvario está ocupado por dos capillas, pertenecientes a las sectas más prósperas y poderosas: la griega ortodoxa y la católica romana— La primera —la griega— ocupa el lugar donde se supone que Cristo fue crucificado. La católica corresponde, según la tradición, al punto donde Jesús fue despojado de sus vestiduras. Casi un tercio de la base donde descansan ambas capillas reposa a su vez sobre la roca del Gólgota propiamente dicha. Sólo una pequeña porción de la misma puede ser contemplada bajo el altar dedicado a la Virgen de los Dolores, así como en la parte inferior de otra capilla: la de Adán. (N. del m.) <<
[30] Esta tradición tiene escaso fundamento. La realidad es que los legionarios romanos no acostumbraban a despreciar las cruces donde llevaban a cabo las ejecuciones. Es más: el madero vertical o stípe permanecía fijo en el suelo. Las peripecias de esta «atormentada» iglesia se remontan al siglo IV. En el año 324, cuando fue edificada por primera vez, quedó casi en el centro de lo que era entonces la Jerusalén amurallada. Según todos los vestigios arqueológicos, unos once años después de la muerte de Cristo (año 30), el Gólgota ya había quedado dentro del recinto de la ciudad, gracias a la muralla construida por Herodes Agripa en el citado año 44. En el 135, el emperador Adriano, tratando de borrar los lugares venerados por cristianos y judíos, ordenó la construcción de un templo a Júpiter en los puntos donde, según la tradición, se hallaban el Gólgota y la tumba de Cristo— Y lo mismo sucedería con la gruta de la Natividad, en Belén. Tomando como referencias los mencionados templos paganos, la reina Santa Elena, madre del emperador Constantino, erigió en el año 326 una magnífica basílica en los lugares ocupados por el Calvario y la supuesta tumba de Jesús. En el 614, los persas la destruyeron y fue levantada nuevamente por el abate Modesto. En el 1009, el califa Jakem la arrasaría, siendo la destrucción de esta iglesia una de las causas de las Cruzadas. En el 1048 sería restaurada por Constantino Monómaco. (N. del m.) <<
[31] Una descripción detallada de la cripta donde fue sepultado Jesús aparece en las páginas 474 y siguientes de mi anterior obra Caballo de Troya, que corresponde a la primera parte del diario del mayor norteamericano. En ella, en efecto, se dice que el techo de la gruta se hallaba a 1,70 metros y que la estancia era cuadrada: de unos tres metros de lado. (N. del autor.) <<
[32] Dominus Flevit o «Dios lloró» recuerda las lágrimas derramadas por Jesús en la mañana del Domingo de Ramos. La primitiva iglesia, obra de los cruzados, data del siglo XII. Tras su destrucción fue reconstruida en 1891 en forma de «lágrima». (N. del m.) <<
[33] También llamada la iglesia Rusa. Fue edificada en 1888 por el zar Alejandro III, en recuerdo de su madre. Es propiedad de las monjas rusas. En la cripta se encuentra enterrada la gran duquesa Elizabet Feodorovna, hermana de la emperatriz Alejandra, muerta en Siberia en 1918 por los bolcheviques. (N. del m.) <<
[34] La actual iglesia, una de las más hermosas de Jerusalén, fue edificada a principios del siglo XX. Se la llama «de las Naciones» porque los fondos para su construcción fueron donados por 16 países. En cada una de las cúpulas puede admirarse el escudo, en mosaico, de cada una de las 16 naciones. Frente al altar pude contemplar los restos de lo que la tradición cristiana considera como una de las rocas de la agonía de Jesús de Nazaret. La verdad es que la basílica y la masa pétrea en cuestión se encuentran prácticamente en el fondo del valle del Cedrón, y la referida «oración del huerto» tuvo lugar en una cota superior, y algo más al norte, de la ladera occidental del monte de los Olivos. (N. del m.) <<
[35] Las tradiciones judeocristianas aseguran que este estrecho valle del Cedrón será el escenario del Juicio Final. (N. del m.) <<
[36] Para muchos historiadores, este punto no aparece del todo claro. Flavio Josefo escribe que Tito mandó cortar todos los árboles existentes alrededor de la Ciudad Santa. Esto ocurría en el año 70. Otros especialistas, en cambio, opinan lo contrario: que el general romano Vespasiano y su hijo Tito tuvieron sumo cuidado en respetar los lugares sagrados. Y éste, Getsemaní o el «Jardín de Zorobabel», como lo denominan todavía los árabes, era considerado como zona sagrada y monumental. Al parecer, dicho «jardín» fue plantado por orden del rey Ciro de Babilonia, hacia los años 520-530 a.C. (N. del m.) <<
[37] En mi primera visita a Israel (1985), al recorrer el jardín de Getsemaní, pude comprobar cómo algunos turistas llegaban a pagar hasta 50 dólares para que sus respectivos guías les proporcionasen —siempre a escondidas— algunas hojas o ramas de los mencionados olivos. (N. del a.) <<
[38] En esta parte del diario del mayor aparece un sobrecillo de plástico, grapado al folio correspondiente, conteniendo tres hojas de olivo de 4,5 centímetros de longitud cada una. Para mí también constituyen un preciado «tesoro»… (N. del a.) <<
[39] El Agafo Agaf Hamodiin: el Servicio de Inteligencia del Ejército de Israel. Trabaja paralelamente al Mossad. Se trata de uno de los departamentos del Estado Mayor. Entre sus múltiples funciones «especiales» figuran la estructuración de las evaluaciones en la política de seguridad nacional, siempre basadas en informaciones secretas; la obtención de información de carácter militar en los países vecinos (muy especialmente en los árabes); desarrollo de metodologías y tecnologías especiales para el trabajo de la Inteligencia; cartografía militar; censura y seguridad militares, y la supervisión de la misión de los agregados militares israelitas en el extranjero. Su eficacia era extraordinaria, habiéndose ganado, al igual que el Mossad, un reconocido prestigio mundial. (N. del m.) <<
[40] Los vehículos con este tipo de placa o matrícula están autorizados a circular libremente por todo el Estado de Israel. En las llamadas «zonas ocupadas» (fundamentalmente habitadas por árabes), los turismos particulares llevan placas azules y los taxis, verdes. (N. del m.) <<
[41] Así llaman a los nacidos en Israel. Sobra es el nombre del croto de la chumbera, muy abundante en aquel país. Al igual que los elbras —repletos de puyas en su exterior, pero dulces en su interior—, los israelíes, a primera vista, son duros. Cuando se les conoce resultan amables y agradables como el fruto de la chumbera. (N. del a.) <<
[42] La persona que llegue a leer este diario deberá perdonar que, por el momento, no cite el nombre del lugar, motivo de las referidas expediciones arqueológicas. Es mi propósito intentar respetar al máximo el orden cronológico de aquellos vitales acontecimientos que precedieron a nuestra «partida». (N. del m.) <<
[43] Nota del autor: Aunque en mi anterior libro, Caballo de Troya, se incluyen diversas notas aclaratorias sobre esta intrincada materia (páginas 56 y siguientes), entiendo que en estos momentos, quizá sea bueno refrescar la memoria del lector con algunas de aquellas sorprendentes revelaciones. «En esencia [escribía el mayor]. Ese “sistema básico” que había impulsado la operación consistía en el descubrimiento de una entidad elemental —generalizada en el cosmos— en la que la ciencia no había reparado hasta ese momento y que ha resultado, y resultará en el futuro, la “piedra angular” para una mejor comprensión de la formación de la materia y del propio universo. Esta entidad elemental —que fue bautizada con el nombre de swivel— puso de manifiesto que todos los esfuerzos de la ciencia por detectar y clasificar nuevas partículas subatómicas no eran otra cosa que un estéril espejismo. La razón —minuciosamente comprobada por los hombres de la operación en la que trabajé— era tan sencilla como espectacular: un swivel tiene la propiedad de cambiar la posición u orientación de sus hipotéticos “ejes”, transformándose así en un swivel diferente. Aún hoy, y puesto que este sensacional hallazgo no ha sido dado a conocer a la comunidad científica del mundo, numerosos investigadores y expertos en física cuántica siguen descubriendo y detectando infinidad de subpartículas (neutrinos, mesones, antiprotones, etc.) que sólo contribuyen a oscurecer el intrincado campo de la física. El día que los científicos tengan acceso a esta información comprenderán que todas esas partículas elementales que conforman la materia no son otra cosa que diferentes cadenas de swivels, cada uno de ellos orientado de una forma peculiar respecto a los demás. Tanto los especialistas que trabajaron en esta operación, como yo mismo, tuvimos que doblegar nuestras viejas concepciones del espacio euclideo, con su trama de puntos y rectas, para asimilar que un swivel está formado por un haz de ejes ortogonales que “no pueden cortarse entre sí”. Esta aparente contradicción quedó explicada cuando nuestros científicos comprobaron que no se trataba de “ejes” propiamente dichos, sino de ángulos. (De ahí que haya entrecomillado la palabra “eje” y me haya referido a hipotéticos ejes.) La clave estaba, por tanto, en atribuir a los ángulos una nueva propiedad o carácter: el dimensional. El descubrimiento dejó perplejos a los escasos iniciados, arrastrándolos irremediablemente a una visión muy diferente del espacio, de la configuración íntima de la materia y del tradicional concepto del tiempo. El espacio, por ejemplo, no podía ser considerado ya como un continuo escalar” en todas direcciones. El descubrimiento del swivel echaba por tierra las tradicionales abstracciones del “punto”, “plano” y “recta”. Éstos no son los verdaderos componentes del universo. Científicos como Gauss, Riemann, Bolyai y Lobats chewsky habían intuido genialmente la posibilidad de ampliar los restringidos criterios de Euclides elaborando una nueva geometría para un “espacio”. En este caso, el auxilio de las matemáticas salvaba el grave escollo de la percepción mental de un cuerpo de más de tres dimensiones. Nosotros habíamos supuesto un universo en el que átomos, partículas, etc., forman las galaxias, sistemas solares, planetas, campos gravitatorios, magnéticos, etc.
Pero el hallazgo y posterior comprobación del swivel nos dio una visión muy distinta del cosmos: el espacio no es otra cosa que un conjunto asociado de factores angulares integrado por cadenas y cadenas de swivels. Según este criterio, el cosmos podríamos representarlo no como una recta, sino como un enjambre de estas entidades elementales. Gracias a estos cimientos, los astrofísicos y matemáticos que habían sido reclutados por el general Curtiss para el proyecto Swivel fueron verificando con asombro cómo en nuestro universo conocido se registran periódicamente una serie de curvaturas u ondulaciones, que ofrecen una imagen general muy distinta de la que siempre habíamos tenido. A principios de 1960, y como consecuencia de una más intensa profundización en los swivels. Uno de los equipos del proyecto materializó otro descubrimiento que, en mi opinión, marcará un hito histórico en la humanidad: mediante una tecnología que no puedo siquiera insinuar, esos hipotéticos ejes de las entidades elementales fueron invertidos en su posición. El resultado llenó de espanto y alegría a un mismo tiempo a todos los científicos: el minúsculo prototipo sobre el que se había experimentado desapareció de la vista de los investigadores. Sin embargo, el instrumental seguía detectando su presencia. Al multiplicar nuestros conocimientos sobre los swivels y dominar la técnica de inversión de la materia, apareció ante el equipo una fascinante realidad: “más allá” o al “otro lado” de nuestras limitadas percepciones físicas hay otros universos tan físicos y tangibles como el que conocemos (?). En sucesivas experiencias, los hombres del general Curtiss llegaron a la conclusión de que nuestro cosmos goza de un sinfín de dimensiones desconocidas. (Matemáticamente fue posible la comprobación de diez.) De estas diez dimensiones, tres son perceptibles por nuestros sentidos y una cuarta —el tiempo— llega hasta nuestros órganos sensoriales como una especie de “fluir”, en un sentido único, y al que podríamos definir groseramente como “flecha o sentido orientado del tiempo”. A mí, personalmente, lo que terminó por cautivarme fue el nuevo concepto del “tiempo”. Al manipular los ejes de los swivels se comprobó que estas entidades elementales no “sufrían” el paso del tiempo. ¡Ellas eran el tiempo! Largas y laboriosas investigaciones pusieron de relieve, por ejemplo, que lo que llamamos “intervalo infinitesimal de tiempo no era otra cosa que una diferencia de orientación angular entre dos swivels íntimamente ligados. Aquello constituyó un auténtico cataclismo en nuestros conceptos del tiempo. Las sucesivas verificaciones demostraron, por ejemplo, que el tiempo puede asimilarse a una serie de swivels cuyos ejes están orientados ortogonalmente con respecto a los radios vectores que implican distancias. Según esto, descubrimos que puede darse el caso —si la inversión de ejes es la adecuada— que un observador, en su nuevo marco de referencia, aprecie como distancia lo que en el antiguo sistema referencial era valorado como “intervalo de tiempo”. Es fácil comprender entonces por qué un suceso ocurrido lejos de la Tierra (por ejemplo, en un planeta del cúmulo globular M-13, situado a 22 500 años-luz) no puede ser jamás simultáneo a otro que se registre en nuestro mundo. Esto nos dio la explicación de por qué un objeto que pudiera viajar a la velocidad de la luz acortaría su distancia sobre el eje de traslación, hasta reducirse a una pareja de swivels. Distancia que, aunque tiende a cero, no es nula como apunta erróneamente una de las transformaciones del matemático Lorentz. Y ya que he mencionado el proceso de inversión de ejes de los swivels, debo señalar que, al principio, muchos de los intentos de inversión de la materia resultaron fallidos, precisamente por una falta de precisión en dicha operación. Al no lograr una inversión absoluta, el cuerpo en cuestión —por ejemplo, un átomo de molibdeno— sufría el conocido fenómeno de la conversión de la masa en energía. (Al desorientar en el seno del átomo de Mol un solo nucleón —un protón, por ejemplo—, obteníamos un isótopo del Niobio-10.) Cuando esa inversión fue absoluta, el protón parecía aniquilado, pero sin quebrar el principio universal de la conservación de la masa y de la energía. No fue muy difícil detectar que, por uno de esos milagros de la naturaleza, los ejes del tiempo de cada swivel apuntaban en una dirección común… para cada uno de los instantes que podríamos definir puerilmente como “mi ahora”. Al instante siguiente, y al siguiente y al siguiente —y así sucesivamente— esos ejes imaginarios variaban su posición, dando paso a distintos “ahora”. Y lo mismo ocurría, obviamente, con los “ahora” que nosotros llamamos pasado. Aquel potencial —sencillamente al alcance de nuestra tecnología— nos hizo vibrar de emoción, imaginando las más espléndidas posibilidades de “viajes” al futuro y al pasado. Trataré de señalar, aunque sólo sea someramente, algunas de las líneas básicas de esta nueva definición de “intervalo de tiempo”. Como dije, nuestros científicos entienden un intervalo de tiempo “1” como una sucesión de swivels cuyos ángulos difieren entre si cantidades constantes. Es decir, consideremos en un swivel los cuatro ejes (que no son otra cosa que una representación del marco tridimensional de referencia), y que no existen en realidad: en otras palabras, que son tan convencionales como un símbolo aunque sirven al matemático para fijar la posición del ángulo real. Si dentro de ese marco ideal oscila el ángulo real, imaginemos ahora un nuevo sistema referencial de los ángulos, cada uno de los cuales forma 90 grados con los cuatro anteriores. Este nuevo marco de acción de un ángulo real y el anteriormente definido, definen respectivamente espacio y tiempo.
Observemos que los “ejes rectores” que definen espacio y tiempo poseen grados de libertad distintos. El primero puede recorrer ángulos-espacio en tres orientaciones distintas, que corresponden a las tres dimensiones típicas del espacio; el segundo está “condenado” a desplazarse en un solo plano. Esto nos lleva a creer que dos swivels cuyos ejes difieran en un ángulo tal que no exista en el universo otro swivel cuyo ángulo esté situado entre ambos, definirán el mínimo intervalo de tiempo. A este intervalo, repito, lo llamamos “instante”.
Como he expresado, no puedo sugerir siquiera la base técnica que conduce a la mencionada inversión de todos y cada uno de los ejes de los swivels, pero puedo adelantar que el proceso es instantáneo y que la aportación de energía necesaria para esta transformación física es muy considerable. Esa energía necesaria, puesta en juego hasta el instante en que todas las subpartículas sufren su inversión, es restituida “íntegramente” (sin pérdidas), retransformándose en el nuevo marco tridimensional en forma de masa. Los experimentos previos demostraron que, inmediatamente después de ese salto de marco tridimensional, el módulo se desplazaba a una velocidad superior, sin que el cambio brusco de la velocidad (aceleración infinita) en el instante de la inversión fuera acusado por el vehículo. Este procedimiento de viaje, como es fácil adivinar, hace inútiles los restantes esfuerzos de los ingenieros y especialistas en cohetería espacial, empeñados aún en lograr aparatos cada vez más sofisticados y poderosos… pero siempre impulsados por la fuerza bruta de la combustión o de la fisión nuclear…» <<
[44] En la citada fecha, Hafiz Ismail voló a Londres con el fin de entrevistarse con sir Alee Douglas Home, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores inglés. ¿Objetivos? En primer lugar, negociar una posible apertura del canal de Suez, así como un nuevo plan de paz para Oriente Medio. Dicha propuesta abarcaba tres fases. Primera: retirada parcial de las tropas judías de la zona del Sinaí, con el fin de permitir la mencionada reapertura de Suez. Esta etapa sólo sería aceptada por los árabes en el caso de que Israel se comprometiera a pasar a una segunda fase, en la que la retirada fuese completa en la zona del canal, golfo de Akaba, Jordania y Siria.
Segunda: el problema palestino entraría entonces en discusión, aunque se ignoraba entonces la fórmula que podía proponer Egipto. Se especuló en aquellas fechas que quizá se trataba de dar a los palestinos una voz en las negociaciones.
Tercera: se negociaría un acuerdo que diera por cerrada la guerra de 1967 y en el que los árabes se comprometerían a respetar las fronteras de Israel. Ismail, el Kissinger del presidente egipcio Anuar el Sadat, celebraría en Londres la primera de una serie de reuniones con potencias mundiales en torno al referido plan de paz elaborado en El Cairo. En círculos pro judíos de Londres se especuló entonces que dicho plan no era de paz, sino de «no guerra». (N. del m.) <<
[45] A principios de la rebelión judía del año 66 d.C. un grupo de fanáticos tomó al asalto la escasa guarnición romana destacada en Masada. Y allí se mantuvieron durante toda la guerra. Cuando Tito tomó Jerusalén, un grupo de zelotes, con sus familias, y también algunos miembros de la secta de los Esenios, huyeron hacia el sur, refugiándose en Masada y uniéndose a los patriotas que habían conquistado la fortaleza. Durante dos años lucharon por su libertad, hostigando a los romanos desde el estratégico enclave. Según F. Josefo, el primero en fortificar esta defensa natural fue «Jonathan, el Gran Sacerdote». Pero quien verdaderamente convirtió Masada en un reducto casi inexpugnable fue el rey Herodes el Grande. Entre los años 36 al 30 a.C. —seguramente por miedo a una posible invasión de los ejércitos de Cleopatra—, edificó una muralla almenada que rodeaba toda la cima, una torre de defensa, grandes cisternas en la roca, almacenes, cuarteles, palacios y arsenales. Estas construcciones fueron aprovechadas por los 960 zelotes. (N. del m.) <<
[46] Flavio Josefo: en sus libros Antigüedades judías (XIV y XV) y La guerra de los judíos (I, II, IV y VII). (N. del m.) <<
[48] El anemocinemógrafo es uno de los más completos aparatos que sirven en meteorología para medir la velocidad y la fuerza del viento. Suele estar formado por una veleta registradora. Un anemómetro registrador del recorrido del viento y un registrador de rachas que se basa en el llamado «tubo de Pitot». (N. del m.) <<
[49] Aunque no es mi intención detallar aquí la sofisticada y secreta tecnología USA, utilizada en este tipo de instalaciones, puedo especificar que los dos amplificadores niaser de la estación —de gran ganancia— procesan los datos con una pureza extraordinaria. La baja temperatura que requiere este tipo de aparatos (269 grados centígrados bajo cero) obligaría a un aislamiento especial de dichos amplificadores en el conjunto de la estructura. Los niaser funcionaban en doble canal cada uno de ellos. Su característica fundamental era la gran capacidad de su canal de información, que le permite una recepción de datos del orden de los 200 kilobits por segundo. (N. del m.) <<
[50] Esta antena parabólica —construida a base de materiales muy ligeros— puede trabajar simultáneamente en las proximidades de los dos 6Hz y de los cuatrocientos MHz, merced a un subreflector dicroico, transparente a ciertas frecuencias. Gracias a su extraordinaria ganancia puede aumentar un millón de veces la potencia del transmisor, siendo orientables a cualquier punto del espacio con una precisión de milésimas de grado. (N. del m.) <<
[51] El GSFC o Goddard Space Flight Center, ubicado en Greenbelt (Maryland), en Estados Unidos, es un centro destinado a la coordinación y puesta en práctica de proyectos espaciales (no tripulados). Una de las misiones del GSFC es la vigilancia de la red STDN o Red de Seguimiento y Adquisición de Datos de Vuelos Espaciales, que consta de 16 estaciones repartidas por todo el mundo. (N. del m.) <<
[52] Según los datos del Servicio Meteorológico de Israel —que prestaría tan valiosas informaciones a la misión—, el promedio de días soleados en la región de Masada y Sodoma, al sur del mar Muerto, es de 26 para febrero y de 31 para marzo. Esta realidad había llevado a los eruditos a continuas polémicas en torno a las afirmaciones del historiador F. Josefo en relación a las citadas lluvias sobre Masada. Josefo cuenta, por ejemplo, que antes que reinara Herodes el Grande, José y otros miembros de su familia se refugiaron en dicha cumbre. Resistiendo a las tropas de los últimos asmoneos y a las de sus aliados, los partos, estaban a punto de perecer de sed cuando, repentinamente, se abrieron los cielos y las cisternas de Masada se colmaron de agua. Y José y los suyos, dice Flavio Josefo, se salvaron. Nosotros, como anteriormente Yigael Yadin, pudimos confirmar la exactitud de los escritos del judío romanizado. (N. del m.) <<
[53] Este tipo de generador consume, por término medio, 142 m3 de aire por minuto, sólo para la combustión del motor (éste trabaja a razón de 60 ciclos). Por su parte, la refrigeración del radiador exige 2349 m3 de aire, también por minuto. Todo el conjunto emite un calor equivalente a 189 KW por minuto. (N. del m.) <<
[54] En este acantilado suroriental de Masada, muy cerca de la casamata, puede distinguirse una hilera de cuevas. En la situada en el extremo sur —la más pequeña de todas—, las expediciones arqueológicas de Yadin encontraron los restos de veinticinco seres humanos. Probablemente, zelotes autoinmolados en aquella histórica noche. Entre los esqueletos había fragmentos de tejidos y trozos de lienzo. Según el doctor N. Hass, de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea, aquellos huesos pertenecieron a catorce varones, seis mujeres y el resto a niños. Casi con toda seguridad, defensores de Masada.
Esta circunstancia, aunque resulte increíble, condicionó grandemente la operación. A pesar de que los arqueólogos de Yadin habían registrado las restantes cuevas, no hallando nuevos esqueletos, antes de «profanar» una de aquellas grutas con el depósito de Gas-Oil, los israelitas practicaron una exhaustiva revisión de la caverna en cuestión, con el fin de cerciorarse de que, en efecto, no albergaba restos de sus héroes nacionales. (N. del m.) <<
[55] Al no existir estación meteorológica en Masada, los datos fueron suministrados por la de Kalya Alef. Sus tres observatorios se encuentran ubicados a 395, 270 y 60 metros por debajo del nivel del mar, respectivamente. (N. del m.) <<
[56] En los escritos de Flavio Josefo se dice en relación a esta rampa: «Ya que el general romano Silva había construido una muralla en el exterior, alrededor de todo este lugar, como ya hemos dicho anteriormente, y había de tal manera construido una previsión muy adecuada para evitar que cualquiera de los sitiados huyera, se dedicó al asedio propiamente, aunque encontró tan sólo un lugar donde fuera posible edificar la rampa que tenía proyectada, ya que detrás de aquella torre que protegía el camino del palacio, y hasta la cumbre de la colina por la parte oeste, había una cierta eminencia de la roca, muy ancha y prominente, y sólo trescientos codos (500 pies) por debajo de la parte más elevada de Masada. Era llamado el “promontorio Blanco». Por tanto, se fijó en aquel lugar de la roca y ordenó a sus soldados que trajeran tierra, y cuando se aplicaron a esta tarea con ardor gran cantidad de ellos, se levantó la rampa que era sólida, de doscientos codos (330 pies) de altura, y, sin embargo, no se consideró esta rampa lo suficientemente alta para el uso de las máquinas guerreras que habían de instalarse allí y se elevó sobre esta rampa otra alta y grande, hecha de grandes piedras unidas, que medía cincuenta codos, tanto de altura como de anchura.” (N. del m.) <<
[58] Las rutas comerciales de vuelo desde Bahrain a Alejandría, en Egipto, siguen, habitualmente, las siguientes direcciones: una hacia Damasco, y, desde allí, sobrevolando el sur de Beirut y aguas internacionales del Mediterráneo, a Alejandría. La segunda vía cruza la Arabia Saudí, sobre Buraida y el norte de Medina, hasta adentrarse en Egipto. Al norte de Asuán, los aviones giran 90 grados, enfilando Alejandría. El Sinaí se encuentra en la bisectriz de ambas aerovías. (N. del m.) <<
[59] Este escarpado sendero arranca prácticamente de las actuales instalaciones, al pie de la montaña, a unos 1200 pies de la cima. A buen paso se precisan 40 o 50 minutos —quizá más— para recorrerlo. Sus piedras «escalonadas» fueron dramáticamente descritas por Flavio Josefo. Los israelitas aconsejaron el uso del mismo para el transporte del material hasta lo alto de la meseta. (N. del m.) <<
[60] Los shammar constituye una de las más nobles y antiguas tribus beduinas de la Arabia septentrional. Se subdivide en cuatro grandes fracciones tribales:
Los abde, los singiara, los aslam y los turnan. Los shammar se consideran qathanitas, es decir, descendientes de Qathar. Este, junto al mítico Ismael, es reconocido como uno de los fundadores de varias estirpes del pueblo musulmán. Se supone que los shammar se asentaron en la región comprendida entre el Yébel Agia y el Yebel Selma, al sur, y el temible desierto del Gran Nefud, al norte. (N. del m.) <<
[61] El plan de asedio a Masada por el general romano Silva, como ya hice mención, contemplaba la construcción de una muralla que abrazase la roca, así como el levantamiento de ocho campamentos para unos 15000 hombres. Estos «castros» se conservan en tan buen estado que, observados desde la cumbre o desde un avión, parece como si acabaran de ser abandonados. Fueron montados dos campamentos grandes —el «B» y el «F»— y otros seis más pequeños.
El primero, al este de Masada, el «F», al Oeste. Ambos se hallaban fuera de la muralla de circunvalación y son casi gemelos, tanto en dimensiones —140 X 180 yardas el «B» y 130 X 160 el «F». —como en su planificación. La mitad del grueso de la X Legión orfreterisis, se alojó en el «B», y el resto en el «F». Este último campamento, según Josefo, fue el cuartel general de Silva durante el asedio. (N. del m.) <<
[62] El rey Hassan II de Marruecos llegó a anunciar que enviaría tropas a Siria en el mes de marzo. Por lo visto, estaba convencido que Israel «atacaría a sus hermanos sirios por las alturas del Golán». (N. del m.) <<
[63] En el transcurso de la visita del Kissinger egipcio a USA —la primera de un representante del Gobierno de Egipto desde la guerra de los Seis días (1967)—, la Casa Blanca anunciaría también la llegada de Golda Meir a Estados Unidos para primeros de marzo. (N. del m.) <<
[64] Yadin cuenta que este hallazgo se produjo en uno de los lugares estratégicos de Masada: cerca de la entrada que conduce a las conducciones de agua y próximo a la plaza que se encuentra entre los almacenes y edificio administrativo, en un punto en el que confluyen todos los caminos que van a la cima. (N. del m.) <<
[65] Los arqueólogos piensan que estos once ostraca pudieron ser las piezas utilizadas en el fatídico «sorteo» realizado por los zelotes. Josefo escribe en este sentido: «Entonces, ellos escogieron por sorteo a diez hombres, para que mataran a todos los demás; todos se tendieron en el suelo al lado de su mujer e hijos, y poniendo su brazo por encima de ellos ofrecieron el cuello al tajo de aquellos que, por sorteo, llevaron a cabo tan triste labor; y cuando estos diez hombres sin miedo hubieron matado a todos, siguieron la misma regla para echar a suerte entre ellos, que aquel a quien le cayera en suerte primero, mataría a los otros nueve y después se mataría.» (N. del m.) <<
[66] Nueve meses después del derribo del Boeing libio, el prestigioso comentarista político Hassaneín Helkal, amigo personal del presidente egipcio Sadat, daría a conocer (23 de noviembre) una información que ratificaba lo apuntado por los servicios de información judío-norteamericanos. Según Heikal, Israel disponía ya en aquellas fechas de tres bombas nucleares y de la capacidad para fabricar otras en un plazo de seis meses. “Los esfuerzos de los israelíes por disponer de este tipo de armas —escribía el comentarista cairota— se remontan a 1957; es decir, después de la guerra de Suez, en la que Israel, ayudado por Gran Bretaña y Francia, atacó a Egipto. En aquella ocasión, Francia vendió a los judíos un reactor atómico que fue instalado en Dimona.
Por su parte, los árabes también han pujado para conseguir bombas atómicas. Que se sepa —proseguía Heikal—, en tres ocasiones:
«La primera, antes de que estallara la guerra de los Seis Días, en 1967. Pero la falta de medios y la escasez de dinero les hizo desistir.»
«La segunda, después de 1967, cuando China comenzó a estrechar lazos con los países árabes. Pero Pekín les aconsejó que, en este asunto, aprendieran a depender de sí mismos.»
«La tercera fue protagonizada por el coronel libio Muammar el Gadafi, en 1970, cuando trató de comprar una bomba nuclear. El Club Atómico le respondió que “las bombas atómicas no estaban en venta».
Un día antes de estas revelaciones del comentarista egipcio, otro prestigioso periódico —el New York Times— insistía sobre el tema de las armas nucleares.
El diario norteamericano aseguraba que Rusia había enviado bombas atómicas a Egipto, a raíz de la guerra del Yom Kippur, en octubre de 1973. Dichas bombas se hallaban bajo el rígido control de los asesores soviéticos. Estas informaciones, logradas por los servicios de Inteligencia de USA, fueron una de las principales causas de que Nixon pusiera en estado de máxima alerta a las tropas norteamericanas en el mundo durante la citada «cuarta guerra» árabe-israelí. (El 26 de octubre de ese año de 1973, el presidente Nixon declaraba al respecto: «La crisis mundial más difícil y grave desde 1962, con el envío de misiles rusos a Cuba, ha tenido lugar durante la guerra del Yom Kippur. Rusia se disponía a enviar a Egipto una “fuerza sustancial», por lo que Estados Unidos puso a su Ejército en estado de máxima alerta…” (N. del m.) <<
[67] El Rapto de Europa era un título tristemente inspirado en la mitología griega. Europa, hija de Fénix, rey de Fenicia, se hallaba un día junto a la orilla, cogiendo flores. En ese momento le llamó la atención la presencia de un toro de pelo brillante y aspecto majestuoso, que yacia entre los rebaños de su padre. Europa no imaginaba que se trataba del dios Zeus, que había adoptado esta forma para raptarla. La muchacha se acercó al animal, acariciándole Y el toro, gentilmente, dobló las rodillas, permitiendo a la joven que montara sobre su grupa. De pronto, el toro se incorporó, lanzándose al agua y arrastrando con el a la infortunada Europa. Zeus la llevó hasta Gortina, en la costa meridional de la isla de Creta. De la unión del dios y Europa nacieron Minos, Radamantis y Sarpedon. El rey Asterion, de Creta, los adoptó, convirtiéndose en el esposo de Europa. (N. del m.) <<
[68] Aunque me repugna recordar esta demencial historia, he aquí, muy resumidos, algunos de los informes de la Operación Rapto de Europa:
Las fechas más propicias para el ataque a Israel fueron determinadas inicialmente en tres momentos de 1973: en la segunda quincena de mayo, en septiembre y en el mes de octubre. De hecho, en enero de ese año, Sadat ordenaría al jefe del Estado Mayor egipcio, general Shalli, la «puesta a punto» del cruce del canal de Suez. Con el paso de los días, los rusos se inclinarían por la tercera fecha. Y el día D fue fijado para el 6 de ese mes de octubre. El ciego odio de los árabes hacia los judíos les impulsaría a elegir dicha fecha, no sólo porque el estado de la marca en el canal era el más favorable, sino, muy especialmente, porque ese día coincidía con el décimo del Ramadan. (En tal fecha, en el año 624, el profeta Mahoma inició los preparativos para la batalla del Badr, que sería el preludio de su triunfante entrada en La Meca y del comienzo de la expansión del islam.
En el colmo de las coincidencias, ese 6 de octubre era el día del Perdón para los israelitas: una solemne celebración religiosa en la que todo judío está obligado a reconciliarse y solicitar disculpas a quien haya ofendido en el curso del año. Durante el Yom Kippur o día del Perdón, todo se paraliza en Israel. El maquiavelismo árabe y —¿por qué negarlo?— ruso-norteamericano llegó a estos repugnantes extremos. ”Un ataque masivo en dicha jornada —preveía el plan— resultará ventajoso para los ejércitos atacantes: egipcios, sirios y jordanos…
Estos eran —según Rapto de Europa— los países árabes que soportarían el peso de la nueva guerra. Otras naciones de Oriente Medio figuraban como “fuerzas de apoyo y reserva…, tanto en el envío de tropas como de armamento en general. A la hora de la verdad, el prudente rey jordano no caería en la trampa, limitándose a enviar la Brigada 40 cuando la guerra llegaba a siete días y las presiones sobre él se hicieron insoportables.
La duración máxima —¡permisible!— de las hostilidades —revelaba el plan secreto— será de 40 días. Efectivamente, el acuerdo final de aludir fuego egipcio-israelí fue firmado el domingo, 11 de noviembre, por el general Aharon Yariv, anterior jefe del Servicio de Información Militar judío y por el también general egipcio Ismail Jamsi, jefe de operaciones del Ejército. (Desde el 6 de octubre habían transcurrido 35 días.)
El plan general de ataque —bautizado con el nombre en clase de Chispa— se basaba en dos fases: la primera, el cruce del canal de Suez y la consolidación en el Sinaí de los ejércitos egipcios y, segunda, una invasión masiva y simultánea de los altos del Golán por parte de las fuerzas sirio-jordanas. Con el mas gélido pragmatismo, los «artífices de la guerra» habían previsto, incluso, el número de bajas en soldados, blindados y acciones, en especial en el frente del canal: el más virulento.
En total, la operación de cruce podría costar cerca de 30000 bajas a los egipcios, incluyendo 10000 muertos. El minucioso estudio ruso-norteamericano especificaba cuál podía ser el contingente de fuerzas de ambos bandos antes de la guerra. Israel dispondría de 30000 hombres, aunque era factible una movilización de 300000 reservistas en 72 horas. En cuanto al potencial bélico de los egipcios, sirios y jordanos, Rapto de Europa lo estimaba en unos 500000 hombres (298000 egipcios, 132000 sirios y alrededor de 7000 jordanos. Israel contaba con 1700 carros de combate, de tipo mediano, contra unos 4000 de sus enemigos. La temida y eficaz Fuerza Aérea judía disponía, a su vez, de 488 aviones de combate (12 bombarderos ligeros, 9 cazas F-4, 36 Mirages, 165 caza bombarderos Skyhawks del tipo A-4, 24 cazas Baraks, 18 Super-Mystéres y 23 Mystéres entre otros). Los atacantes sumaban algo más de 1200 aparatos, sin contar los 200 aviones egipcios «en reserva».
Esta abrumadora desproporción de fuerzas y el factor sorpresa (los árabes disponían de 16 preciosos minutos antes de que saltasen las alarmas electrónicas de Israel) inclinaban la balanza de la guerra hacia el bando atacante. Sin embargo, según el documento de Curtiss, la «victoria sería parcial». Es decir, las batallas tendrían un único objetivo doble: reconquistar las alturas del Golán y parte del Sinaí y descargar un «golpe moral» sobre Israel. Los suministros de munición y equipos militares a los contendientes —tanto en el caso ruso como norteamericano— eran estimados en un máximo de 100000 y con una inversión tope en armas (antes del conflicto) de 1500 millones de dólares, respectivamente. El obstáculo que suponía la «no presencia de asesores soviéticos en Egipto» —expulsados en julio de 1972— fue salvado con el compromiso de sucesivas reuniones ruso-egipcias y, durante la guerra, con un «puente» aéreo, a través de Yugoslavia. (En enero de ese año, Sadat visitó al mariscal Tito, consolidando el derecho de tránsito de la URSS sobre territorio yugoslavo.) (N. del m.) <<
[69] Entre los atentados y operaciones terroristas desplegados en los meses previos a la guerra del Yom Kippur, cabe destacar —como simple muestra— el asalto, el 29 de septiembre, a un tren que conducía a emigrantes judíos de Moscú a Viena. En el momento en que dicho convoy llegó a la frontera entre Checoslovaquia y Austria, dos guerrilleros palestinos se apoderaron de cinco ciudadanos judíos y un funcionario austriaco de aduanas. En el transcurso de las tensas negociaciones, el entonces primer ministro de Austria, Bruno Kreisky, propuso que a cambio de la libertad de los rehenes se cerrara el campamento de tránsito para los emigrantes israelíes de Rusia, situado en el castillo de Schónau, cerca de Viena. La medida causó indignación en Israel, forzando, incluso, un viaje relámpago de Golda Meir a Viena. (N. del m.) <<
[70] Entre los «engaños» árabes, recuerdo un extraño informe aparecido en la prensa británica sobre «el pobre estado de mantenimiento de los misiles antiaéreos en Egipto». Las «fuentes» informantes —rusas, por supuesto— aseguraban que dichas armas eran prácticamente inservibles. Después de la cuarta guerra, Sadat declararía, con evidente regocijo, que «los israelíes llegaron a tragar el anzuelo…» (N. del m.) <<
[71] La gran crisis del petróleo —de la que todavía no se ha recuperado el mundo— fue, en definitiva, el resultado del enfrentamiento de 6500000 árabes contra 650 millones de europeos y japoneses. El 8 de noviembre de ese año de 1973, Arabia Saudita, el primer país exportador de crudo del mundo, cortaría su producción de petróleo en un 31,7 por ciento, comparándola con la producción de septiembre. Arabia Saudita planeaba para ese noviembre de 1973 una producción global de 9,1 millones de barriles diarios. Este cupo, como digo, sería reducido a 3,44 millones/día. El ejemplo de Arabia sería secundado por el resto de los países de Oriente Medio, cayendo así en la «trampa» ruso-norteamericana. El 13 de noviembre, por ejemplo, el primer ministro de Libia, Abdel Salam Jallud, declararía que el embargo de crudo a Europa y Japón continuaría en tanto siguieran negándose a facilitar armas modernas al mundo árabe. Europa se vino abajo y los países del golfo Pérsico aprovecharon la «anemia y las disputas» de Occidente para intensificar la peor de las guerras: la de la energía. Excepto Irán, los citados países del golfo —que representaban el 60 por ciento de la producción mundial de crudo— establecieron tres frentes de «batalla»:
Uno, aumentando el precio del oro negro en un 17 por ciento. El barril, con 158,9 litros, pasó a costar 3,65 dólares.
Dos: Abu Dhabi, primero, y el resto de los países árabes, después, decidieron suspender el envío de petróleo a cualquier nación que se declarase partidaria de Israel. Además, redujeron su producción en un 10 por ciento y, más tarde, en un 5 por ciento acumulativo.
Y tres: tendencia a la nacionalización de sus recursos e industrias derivadas. De haberse producido la nacionalización absoluta, la medida se habría vuelto contra USA. Pero, obviamente, eso no llegaría a ocurrir jamás… (N. del m.) <<
[72] GRU: Glavanoie Razviedilvatelnoie Upravlenie. (N. del m.) <<
[73] Los servicios secretos norteamericanos se multiplicaron en Egipto a raíz de la citada expulsión de los asesores rusos. Sustanciosos créditos USA y una paciente labor de la CIA, intoxicando al Mukhabarat el Kharbeiyah y al Mukhabarat Elasma (servicio secreto de contraespionaje egipcio), «convencieron» a Sadat de que Moscú podía arrebatarle el poder, dictando la referida expulsión. Entre otros argumentos, la CIA esgrimió ante los egipcios el hecho —totalmente falso— de que los servicios de información soviéticos habían conectado con el partido comunista en El Cairo, con el fin de llevar a cabo un estudio que situara a dicho partido comunista en el poder. Para ello contaron con la ayuda de un falso agente chino que, en Kenia, contactó con un miembro del servicio secreto de Egipto, informándole sobre las ansias de hegemonía rusa en Egipto. (N. del m.) <<
[74] Estos espías rusos —el primero fue tercer secretario de la embajada rusa en París y jefe de entrenamiento del KGB en Francia; el segundo, agregado de prensa; y el tercero, miembro de los servicios de seguridad de dicha embajada— fueron expulsados de Francia a finales de 1972, merced a la denuncia de un cuarto agente soviético —Fedosseiev—, que se pasó a los servicios secretos de la OTAN en Inglaterra. (N. del m.) <<
[75] Poco después de la llegada de los Mirages a territorio libio, tal y como esperaban los responsables del Rapto de Europa, el Mossad israelí descubrió la presencia de los cazas en Libia. Y el 21 de marzo, un avión de transporte norteamericano C-130, preparado para el espionaje electrónico y pilotado por personal judío, a punto estuvo de ser derribado por dos cazas libios. El C-130, con base en Atenas, pretendía corroborar las sospechas del Servicio Secreto de Israel. Al ser atacado al sur de la isla de Malta tuvo que huir precipitadamente.
En aquellos momentos, la prensa internacional asoció este nuevo incidente con el derribo del Boeing libio en el Sinaí. El Gobierno de Golda denunció la presencia de aviones Mirage franceses en Libia, pero Francia, en el colmo del cinismo, negó tal acusación. Como preveían los militares israelíes, dichos cazas serían traspasados a Egipto. Pero las insistentes denuncias judías fueron sistemáticamente desatendidas. El 26 de abril de 1973, el Consejo de Ministros francés, bajo la presidencia de George Pompidou, llegó a publicar una nota en la que se decía que, «hasta ahora, no había confirmación de los rumores que circulan sobre el tema». Horas después, el comentarista Yves Cau, de Le Figaro, dejaría en entredicho al Gobierno de París, revelando que, en efecto, los Mirages vendidos por Francia a Libia se encontraban en bases egipcias próximas al canal de Suez. Dieciocho de los cazas salieron en la primera semana de abril de Trípoli. El traslado definitivo se llevó a efecto días después, escalonadamente, y con vuelos entre Tobruk y la base egipcia de El Nasr. De allí pasaron a las bases de Benisueif y Fayum. (N. del m.) <<
[76] Los dos amplificadores maser de la estación, como creo haber explicado anteriormente, procesaban los datos con una pureza extraordinaria. Estos sofisticados equipos requieren una temperatura permanente de 269 grados centígrados bajo cero. (Es decir, sólo 4 grados más alta que la del cero absoluto.) Para ello, debían sumergirse en helio 60, previamente licuado en un criogenerador que formaba parte del instrumental. Este criogenerador o coldbox había sido comprado a una importante multinacional suiza. Con ayuda de turbinas de expansión, gradientes o etapas de gas e intercambiadores térmicos de placas, se alcanzaba la temperatura requerida: -269° C (4,2 K), logrando la licuefacción del helio-gas. Lógicamente, sin esas reservas de helio, el criogenerador y los maser no podían funcionar. (N. del m.) <<
[77] El consumo medio de helio estimado por los expertos en la licuefacción del gas era de unos 5 litros por hora. (De cada botella de 9,3 m3 se obtenía, aproximadamente, ese mismo volumen de gas.) (N. del m.) <<
[78] El nuevo combustible —tetróxido de nitrógeno (oxidante) y una mezcla al 50 por ciento de hidracina y dimetril hidracina atmétrica— había sido calculado para un período global de combustión: de 6 horas y 14 minutos, con una disponibilidad máxima de décimas. (N. del m.) <<
[79] H20 <0,7. Ne <0,6. N2 <0,6.02<0,16. H2 <0,08 y CH4 < 0,01. (Siempre «ppm».) (N. del m.) <<
[80] Un importante parámetro para la clasificación de este tipo de explosiones consiste en la determinación de la latitud y longitud del fenómeno. La posición se establece registrando los tiempos de llegada de las ondas «P» de período corto a varias estaciones sismográficas repartidas por el mundo. Según Lynn R. Sykes y J.F. Everden, el tiempo que tardan las ondas «P» en llegar a cada estación es función de la distancia y profundidad del foco. A partir de los tiempos de llegada, se precisa la localización de la fuente con un error absoluto inferior a 10025 kilómetros, si los datos sísmicos son de alta calidad”. (N. del m.) <<
[81] Las actuales redes de instrumentos están perfectamente capacitadas para diferenciar un seísmo provocado por un terremoto o por una explosión subterránea, incluso si ésta libera una energía equivalente a un solo kilotón. (Un kilotón es la energía irradiada por una detonación de mil toneladas de trinitotolueno o TNT.) Una explosión nuclear subterránea es una fuente casi pura de ondas «P» o primarias, porque aplica una presión uniforme a las paredes de la cavidad que crea. Un terremoto, en cambio, se produce al deslizarse rápidamente dos bloques de la corteza terrestre a lo largo de un plano de falla. Merced a este movimiento en «tijera», un seísmo natural emite, sobre todo, ondas del tipo «S» o secundarias. Además, una explosión genera otro tipo de ondas sísmicas —las llamadas Rayleigh—, que proceden de complejas reflexiones de parte de la energía que portan las ondas de los estratos superiores de la corteza terrestre. A diferencia de los terremotos, las explosiones subterráneas no generan casi ondas del tipo Love. También la localización de la profundidad del foco permite distinguir a una explosión de un seísmo normal. Del 55 al 60 por ciento de los terremotos que se registran en la Tierra se producen a profundidades superiores a los 30 kilómetros. Hasta hoy, nadie ha sido capaz de perforar la corteza terrestre más allá de los diez. Las explosiones nucleares más profundas de que se tiene noticia han detonado a unos 2000 metros. (N. del m.) <<
[82] De acuerdo con la escala de intensidad Mercalli —modificada y abreviada—, en un movimiento sísmico de grado VII, «todo el mundo corre al exterior. Se registran daños de poca consideración en los edificios de buen diseño y construcción y leves o moderados en estructuras corrientes pero bien construidas. Los daños, en cambio, son considerables en estructuras pobremente confeccionadas o mal diseñadas. Se rompen algunas chimeneas y es notado por personas que conducen automóviles (VIII de la escala de Rossi-Forel)». (N. del m.) <<
[83] Está demostrado que el cuerpo de los mamíferos, incluido el hombre, contiene en sus tejidos células que envejecen y otras que, por el contrario, conservan su aspecto juvenil, incluso en seres viejos. Un ejemplo de las primeras son las neuronas del cerebro y las que se alojan en las criptas de Lieberkuhn, en el duodeno. Las segundas —ameboides—, tienen una capacidad inexhaustible de crecimiento. (N. del m.) <<
[84] En mi calidad de médico, y a raíz de este fatal hallazgo, consulté las más avanzadas hipótesis en torno al nada claro problema del envejecimiento humano. En especial, las formuladas por hombres como Harman, de la Universidad de Nebraska («padre» de la teoría de los radicales libres); Warburg, Premio Nobel, que señaló al oxígeno como el gran responsable de la diferenciación celular; J. Miquel, jefe de la Sección de Patología Experimental del Ames Research Center de la NASA; Imre Zs-Nagy, y un largo etcétera. Todos, a su manera, coincidían en el hecho de que el «talón de Aquiles» del envejecimiento no está en las células que gozan de la capacidad de división, sino en aquellas, como la neurona, que han perdido la virtud de la proliferación y que, debido a su elevado consumo de oxígeno en las mitocondrias, sufren una desorganización peroxidativa. Miquel, que puso a prueba la teoría del doctor Harman, lo explica cuando dice: «Nuestra hipótesis es que el genoma mitocondrial es la clave. Su vulnerabilidad abre el camino a la involución senil. El envejecimiento celular es el resultado de la toxicidad del oxígeno o, más bien, de los radicales libres (R-OH). Estos radicales surgen durante la reducción univalente del oxígeno en la cadena respiratoria mitocondrial.» (N. del m.) <<
[85] Dentro de la programación genética de la duración de la vida, como señala el doctor A. Hosta, la teoría de su limitación por la toxicidad de los radicales libres a nivel celular está en línea coherente con los conocimientos y experiencias de los últimos años. La escasa divulgación del concepto de R-OH me impulsa a considerar, aquí y ahora, qué son y cómo actúan. Con ello, el lector podrá aproximarse mejor a la naturaleza de nuestra tragedia. Los R-OH son compuestos químicos de génesis plural, con una gran capacidad de reacción y alto poder oxidativo. Digo «génesis plural» ya que pueden originarse, tanto a nivel celular, resultado obligado de la respiración aerobia de la célula, como por la acción directa o inducida de la contaminación del entorno: medio ambiente, radiaciones, alimentación, etc. Los R-OH actúan interfiriendo con su capacidad reactivo-oxidativa los esquemas de funcionamiento metabólico preestablecidos. Los R-OH son responsables de la peroxidación de los ácidos grasos insaturados de los fosfolípidos componentes de las membranas biológicas. Al desorganizar las membranas celulares y sus organelos, acumulan lipopigmentos (fundamentalmente en el cerebro y corazón), incrementan el cross-linking de macromoléculas (especialmente colágenos y elastina), generan la fibrosis arteriolocapilar y degradan los mucopolisacáridos. El microscopio electrónico evidencia los cambios morfológicos que la acción de los R-OH introduce en la célula, sobre todo en cuanto a pérdida de estructura (membranas), disminución del número de mitocondrias (fuente de la energía celular o ATP) e inclusiones en el citoplasma de lipopigmentos inertes (lipofuscina, etc.). Desde el punto de vista funcional, el panorama anterior conlleva una pérdida de funcionalismo de la célula, que en la destrucción de la mitocondria alcanza el clímax de la involución celular puesto que no puede responder a la demanda de energía (el 90 por ciento de la energía celular proviene de la mitocondria), y ya no sólo a la demanda normal sino que mucho menos a los incrementos de consumo que el organismo del paciente va a exigir numerosas veces. La farmacología experimental puede cuantificar, en ensayos adecuados, la pérdida de funcionalismo (capacidad de apareamiento, coordinación neuromuscular, rigidez, elasticidad, etc.) que este descenso del tono vital comporta. Pero ¿es que el organismo no se defiende? La lógica de la biología nos dice que sí. Existe toda una prevención bioquímica a la degradación oxidativa, de cuya eficacia es exponente el retardo en la aparición de la involución senil. La aportación exógena de antioxidantes con la dieta, por ejemplo, puede ser la explicación del mecanismo de protección que el hombre necesita para contrarrestar el efecto tóxico de los R-OH, y hoy, más que nunca, debido al incremento de fuentes de radicales libres que el entorno actual posibilita. La presencia del a-tocoferol en su dieta (acumulado en tejido graso y circulando en sangre) como antioxidante biológico ha sido indispensable en el caminar evolutivo de la especie para asegurar una protección eficaz frente a la toxicidad de los inevitables R-OH, consustanciales a la respiración celular. Esto explicaría el aparente contrasentido entre la existencia de una vitamina tan ampliamente distribuida y el que no pueda atribuírsele un claro síndrome carencial. (N. del m.) <<
[86] El hipocampo es una eminencia alargada, que ocupa la pared externa del divertículo esfenoidal de cada ventrículo lateral del cerebro. (N. del m.) <<
[87] Con el fin de refrescar la memoria del lector —aunque estos sucesos a los que se refiere el mayor fueron detallados en mi anterior libro (Caballo de Troya, páginas 280 ss.) he creído oportuno recordarlos en este momento. Una vez terminada la «última cena», la narración del mayor discurría en los siguientes términos:
“… Los once, al menos en aquellos instantes, se hallaban mucho más relajados que durante la mañana. Se despidieron de la familia y emprendimos el camino de regreso al campamento de Getsemaní.
“Mientras cruzábamos las solitarias calles del barrio bajo, en dirección a la puerta de la Fuente, en la esquina sur de Jerusalén, me las ingenié para decolgar a Andrés del resto del grupo. Y un poco rezagados, me interesé por el desarrollo de la cena. El jefe de los apóstoles empezó diciéndome que, tanto él como sus compañeros, estaban intrigados por la súbita desaparición de Judas y, muy especialmente, por el hecho de que no hubiera vuelto al cenáculo. “Al principio, cuando le vimos salir, todos pensamos que se dirigía al piso de abajo, quizá en busca de alguno de los víveres para la cena. Otros creyeron que el Maestro le había encomendado algún encargo… “Los pensamientos de los discípulos eran correctos, ya que ninguno disponía de información veraz sobre el complot. Por otra parte, con la excepción de David Zebedeo —que no había asistido al convite pascual—, ni Andrés ni el resto sabían aún que el Iscariote había cesado como administrador y que el dinero común estaba desde esa misma tarde en poder del jefe de los emisarios.
«Y Andrés continuó con su relato, haciendo hincapié en un hecho —acaecido nada más entrar en el piso superior de la casa de los Marcos, que —desde mi punto de vista— aclaraba perfectamente por qué el Nazareno se decidió a lavar los pies de los discípulos. Los evangelistas —habían ofrecido una versión acertada: Jesús llevó a cabo este gesto, poniendo de manifiesto la honrosísima virtud de la humildad. Sin embargo, ¿cuál había sido la “chispa» o la causa final que obligó al Maestro a poner en marcha el citado lavatorio de los pies?
¿Es que todo aquello se debía a una simple y pura iniciativa de Jesús? Sí y no…
«Al visitar la estancia donde iba a celebrarse la cena pascual, yo había reparado en los lavabos, jofainas y “toallas», dispuestos para las obligadas abluciones de pies y manos. La costumbre judía señalaba que, antes de sentarse a la mesa, los comensales debían ser aseados por los sirvientes o por los propios anfitriones. Esa, repito, era la tradición. Sin embargo, las órdenes del Maestro habían sido tajantes: no habría servidumbre en el piso superior. Y la prueba es que —según pude comprobar— los gemelos descendieron en una ocasión con el fin de recoger el cordero asado. Pues bien, ahí surgió la polémica entre los doce…
“—Cuando entramos en el cenáculo —continuó Andrés—, todos nos dimos cuenta de la presencia de las jofainas y del agua para el lavado de los pies y manos… Pero, si el rabí había ordenado que no hubiera sirvientes en la estancia, ¿quién se encargaría del obligado lavatorio?
Debo confesarte humildemente que, tanto yo como el resto, tuvimos los mismos pensamientos. «Desde luego, yo no caería tan bajo de prestarme a lavar los pies de los demás. Ésa era una misión de la servidumbre…»
“Y todos, en silencio, nos dedicamos a disimular, evitando cualquier comentario sobre el asunto del aseo.
“La atmósfera empezó a cargarse peligrosamente y, para colmo, el enojoso asunto del aseo personal se vio envenenado por otro hecho que nos hizo estallar, enredándonos en una agria polémica. El Maestro no terminaba de subir y, mientras tanto, cada cual se dedicó a inspeccionar los divanes. Saltaba a la vista que el puesto de honor correspondía al diván más alto —el situado en el centro— y nuevamente caímos en la tentación:
¿Quién ocuparía los lugares próximos a Jesús? Supongo que casi todos volvimos a pensar lo mismo: «Será el Maestro quien escoja a los discípulos predilectos.» Y en esos pensamientos estábamos cuando, inesperadamente, Judas se fue hacia el asiento colocado a la izquierda del que había sido reservado para el rabí, manifestando su intención de acomodarse en él, «como invitado preferido». Esta actitud por parte del Iscariote nos sublevó a todos, produciéndose una desagradable discusión.
Pero Judas se había instalado ya en el diván y Juan, en uno de sus arranques, hizo otro tanto, apoderándose del puesto de la derecha.
«Como podrás imaginar, la irritación fue general. Pero las amenazas y protestas no sirvieron de nada. Judas y Juan no estaban dispuestos a ceder quizá el más enojado fue mi hermano Simón. Se sentía herido y defraudado por lo que llamó “orgullo indecente» de sus compañeros. Y visiblemente alterado, dio una vuelta a la mesa, eligiendo entonces el último puesto, justamente, en el diván más bajo. A partir de ese momento, el resto se fue instalando donde buenamente pudo. Tú sabes que Pedro es bueno y que ama intensamente al Maestro pero, en esa ocasión, su debilidad fue grande. Conozco a mi hermano y sé por qué hizo aquello… “—¿Por qué? —le animé a que se sincerara conmigo.
«Andrés necesitaba contárselo a alguien y descargó sobre mí: “—Aturdido por los celos y por la impertinente iniciativa de Judas y Juan, Simón no dudó en acomodarse en el último rincón de la mesa con una secreta esperanza: que, cuando entrase el Maestro, le pidiera públicamente que abandonara aquel diván, desplazando así a Judas o, incluso, al joven Juan. De esta forma, ocupando un lugar de honor, se honraría a si mismo y dejaría en evidencia a sus “orgullosos» compañeros.
“Cuando el rabí apareció bajo el marco de la puerta, los doce nos hallábamos aún en plena acometida dialéctica, recriminándonos mutuamente lo sucedido. Al verle se hizo un brusco silencio.
“Jesús permaneció unos instantes en el umbral. Su rostro se había ido volviendo paulatinamente serio. Evidentemente había captado la situación.
Pero, sin hacer comentario alguno, se dirigió a su lugar, ante la desoladora mirada de mi hermano Pedro. “Fueron unos minutos tensos. Sin embargo, Jesús fue recobrando su habitual y característica dulzura y todos nos sentimos un poco más distendidos. Al poco, la conversación volvió a surgir, aunque algunos de mis compañeros siguieron empeñados en echarse en cara el incidente de la elección de los divanes, así como la aparente falta de consideración de la familia Marcos al no haber previsto uno o varios sirvientes que lavaran sus pies.
“Jesús desvió entonces su mirada hacia los lavabos, comprobando que, en efecto, no habían sido utilizados. Pero tampoco dijo nada.
“Tadeo procedió a servir la primera copa de vino, mientras el rabí escuchaba y observaba en silencio.
“Como sabes, una vez apurada esta primera copa, la tradición fija que los huéspedes deben levantarse y lavar sus manos. Nosotros sabíamos que el Maestro no era muy amante de estos formulismos y aguardamos con expectación.
“Y ante la sorpresa general, el rabí se incorporó, caminando silenciosamente hacia las jarras de agua. Nos miramos extrañados cuando, sin más, se quitó la túnica, ciñéndose uno de los lienzos alrededor de la cintura. Después, cargando con una jofaina y el agua, dio la vuelta completa a la mesa, llegando hasta el puesto menos honorífico: el que ocupaba mi hermano. Y arrodillándose con gran humildad y mansedumbre, se dispuso a lavar los pies de Pedro. Al verle, los doce nos levantamos como un solo hombre. Y del estupor pasamos a la vergüenza.
Había cargado con el trabajo de un criado cualquiera, recriminándonos así nuestra mutua falta de consideración y caridad. Judas y Juan bajaron sus ojos, aparentemente más doloridos que el resto…
“—¿También Judas? —le interrumpí con cierta incredulidad. “—Sí…
“Andrés detuvo sus pasos y, mirándome fijamente, preguntó a su vez: “—Jasón, tú sabes algo… ¿Qué sucede con Judas?
“Me encogí de hombros, tratando de esquivar el problema. Pero el jefe de los apóstoles insistió y —dado lo inminente del prendimiento— le expuse que, efectivamente, yo también dudaba de la lealtad del Iscariote.
“Proseguimos y, al cruzar el Cedrón, mi acompañante salió de su asombrío mutismo. Le supliqué que continuara con su relato y Andrés terminó por aceptar.
“—Cuando Simón vio a Jesús arrodillado ante él, su corazón se encendió de nuevo y protestó enérgicamente. Como te he dicho, mi hermano ama al Maestro por encima de todo y de todos. Supongo que al verle así, como un insignificante sirviente y dispuesto a hacer lo que ni él ni nosotros habíamos aceptado, comprendió su error y quiso disuadirle. Pero la decisión del rabí era irrevocable y Pedro se dejó hacer.
Uno a uno, como te decía, Jesús fue lavando nuestros pies. Después de las palabras de Pedro, ninguno se atrevió a protestar. Y en un silencio dramático, el Maestro fue rodeando la mesa, hasta llegar al último de los comensales.
“Después se vistió la túnica y retornó a su puesto.
“—¿Juan y Judas seguían a derecha e izquierda del Maestro, respectivamente?
“—Si, nadie se movió de sus asientos, a excepción de Judas, que salió de la estancia poco antes de que fuera servida la tercera copa: la de las bendiciones…
“La proximidad del campamento me obligó a suspender aquel esclarecedor relato. Sin embargo, en mi mente se acumulaban aún muchas interrogantes.
¿Cómo había sido la revelación de Jesús a Juan sobre la identidad del traidor?
¿Cómo era posible que el resto de los apóstoles no lo hubiera oído?
Indudablemente, así era ya que ninguno estaba al tanto de los manejos del Iscariote. Sólo había sospechas…” (N. de J. J. Benítez..) <<
[88] Este sofisticado micrófono, de poco más de 10 gramos de peso, medía 20 mm de largo por 12 de ancho y 6 de espesor, con una antena de 25 cm de longitud y un hilo de 2 mm de diámetro. (La pequeña antena, al igual que el emisor multidireccional, habían sido perfectamente camuflados entre los flecos que colgaban del farol.) Los especialistas de Caballo de Troya habían hecho un excelente trabajo al incorporar a la microemisora un convertidor A/D (analógico-digital) miniaturizado, que eliminaba cualquier ruido extraño.
Dado que el sonido debía cruzar varios muros antes de propagarse hasta la cima del monte de los Olivos, dividiendo así por dos su alcance máximo (calculado en unos dos kilómetros), la transmisión había sido apoyada por un telemicrófono, de tipo unidireccional, montado sobre la «cuna», que apuntaba directamente al piso superior de la casa de Elías Marcos. Esta especie de teleobjetivo sonoro —sincronizado en la misma frecuencia del micro multidireccional (130 Mhz)— actuaba como un zoom, «enganchando» y facilitando el «transporte» del sonido emitido por el micro «espía». Un excepcionalmente sensible receptor Sony, alimentado por la pila SNAP-10A, hacia el resto. (N. del m.) <<
[89] Al releer estas frases en el diario de mi amigo, el mayor, no puedo resistir la tentación de recordar al lector uno de mis últimos libros —La rebelión de Lucifer—, en el que, desde mi punto de vista, se aporta una estimable información sobre esos «universos» y «esferas de lo alto» a los que se refiere Jesús. (N. de J. J. Benítez..) <<
[90] Ver Caballo de Troya, páginas 312 y siguientes. (N. de J. J. Benítez..) <<
[91] Juan Marcos, el hijo de la Familia de Elías Marcos, en cuya casa se celebró la última cena. En el evangelio de Marcos (14,51-53), se ofrece una sutil pista sobre su propia identidad. «Un joven le seguía cubierto sólo de un lienzo; y le detienen. Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo.» (N. del m.) <<
[92] Por simple comparación de los textos se aprecia que en Lucas hay 350 versículos comunes a Marcos y Mateo (Tradición triple) y unos 50 en común con Marcos (tradición doble). (N. del m.) <<
[93] Sobre estas insólitas revelaciones en torno al «universo particular» de Jesús y al «universo de los universos» del Padre, me atrevo a sugerir al lector que se aventure en mi último libro: La rebelión de Lucifer. (N. de J. J. Benítez..) <<
[94] He aquí los textos evangélicos que nos sirvieron de soporte inicial. Mateo, en su capítulo 28, versículos 1 al 11, escribe: “Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.
“Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo:
“Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos e ir delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. Ya os lo he dicho. Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.
«En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: ¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron a sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis, Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.» Más adelante (versículos 16 al 18), se dice: «Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron…»
En cuanto a Marcos (16, 1-19), he aquí su versión: “Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas a otras:
«¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?» Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: “No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. “Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo… “Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
«Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Y les dijo: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
«Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.» Lucas dedica el último capítulo de su evangelio, el 24, a relatar los sucesos en los siguientes términos:
«El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite». Y ellas recordaron sus palabras… “Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.
“Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.
«Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: “¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
«Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: ¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo:
«¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: “Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron.
«Él les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre Él en todas las Escrituras.
«Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: “Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, que decían: ¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!” Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido con la fracción del pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros. Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: “¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un Espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.» Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos…
«Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante Él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.»
Por último, Juan el Evangelista (20, 1-31 y 21, 1-25) habla de cuatro apariciones:
«El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos. Los discípulos, entonces, volvieron a casa”.
En cuanto a la aparición a la Magdalena, Juan dice: «Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: “Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»
Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime donde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.»
Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» —que quiere decir «Maestro»—.
Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
«Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
«Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mí dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros. Luego dice a Tomás: “Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío. Dícele Jesús: “Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»
Finalmente, tras afirmar que Jesús realizó otras muchas señales en presencia de sus discípulos, Juan relata la aparición a orillas del lago de Tiberíades:
Después de esto se manifestó Jesús otra vez a los discípulos, a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos:
«También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.» Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor.» Cuando Simón Pedro oyó «es el Señor», se puso el vestido —pues estaba desnudo— y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.» Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Ésta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos… (N. del m.) <<
[95] La lista de alimentos ricos en vitaminas abarcaba los siete grupos esenciales. I: verduras y hortalizas; II: frutos cítricos (naranjas, mandarinas y limones); III: patatas y frutas diversas; IV: leche y sus derivados; V: carne, pescado y huevos; VI: pan, pasta, cereales y sus derivados, y VII: mantequilla, margarina enriquecida con vitamina A y aceites vegetales. (N. del m.) <<
[96] Estos espejos, de vidrio con revestimiento de plata, tenían 29,3 cm de diámetro. Al dorso llevaban adheridas sendas películas de cobre, pudiendo ser fijados a un estribo de hierro, en disposición azimutal viaxial. Ideado por el profesor israelí Tabor, el sistema, gracias a la fórmula especular asimétrica y al desplazamiento del eje de giro horizontal en el centro de la curvatura de la imagen, permitía que toda la radiación reflejada incidiese en un solo punto. Aunque la capacidad de reflexión del vidrio con revestimiento de plata era alta —un 88 por ciento—, Caballo de Troya nos abasteció también de otras planchas de repuesto, a base de acero dulce plateado y metal electroplateado, con índices de reflexión de 91 y 96 por ciento, respectivamente. (N. del m.) <<
[97] Este núcleo de control había sido ubicado en una pequeña cúpula cilindroide. La «red» del sistema de inversión de masa se extendía sin embargo a toda la estructura sólida de la «cuna», incluyendo, naturalmente, la «membrana» que recubría el blindaje externo y a la que me referí al comienzo de este diario. Cualquier partícula subatómica o cuantum energético que se hallara en dicho recinto era invertido automáticamente, incluidas, por supuesto, las masas de los astronautas, gases, etc. La inversión simultánea de los ejes orientados de los swivels alcanzaba también a una reducida área del entorno cortical que envolvía a la nave: hasta una distancia de 0,0329 m. (N. del m.) <<
[98] Ver Caballo de Troya, página 64 y siguientes. (N. del a.) <<
[99] Santa Claus, el ordenador central, operaba en una primera fase mediante un análisis de las funciones continuas o analógicas. Posteriormente, por un proceso automático de muestreo estadístico, seleccionaba los parámetros básicos, efectuando los cálculos digitalmente. De esta forma nos ofrecía una respuesta definitiva y cuantificada. La fiabilidad de los resultados era extraordinaria: prácticamente la unidad. (N. del m.) <<
[100] Aunque habrá ocasión para hablar de ello, sirva de adelanto que entre dicho arsenal de medicamentos figuraban, por ejemplo, penicilinas, aminoglucósidos y aminociclitoles, cefalosporinas, macrólídos y lincosamidas, tetraciclinas, péptidos, antibióticos antimicóticos, cloranfenicol, etc. (N. del m.) <<
[101] Las funciones básicas de esta «membrana» eran las siguientes:
En primer lugar, como queda dicho, apantallamiento del módulo mediante un «escudo» o «colchón» de radiación infrarroja (por encima de los 700 nanómetros). Este requisito era imprescindible para nuestras observaciones, no lastimando así el ritmo natural de los individuos que se pretendía estudiar o controlar.
En segundo lugar, procurar la absorción —sin reflejo o retorno— de las ondas decimétricas, utilizadas fundamentalmente en los radares. (En el caso de las pantallas militares israelíes, estos dispositivos de seguridad fueron previamente ajustados a las ondas utilizadas por tales radares: 1347 y 2402 megaciclos.) Este procedimiento anulaba la posibilidad de localización electrónica de la «cuna» mientras era elevada a 800 pies, punto ideal para la inmediata fase de inversión de masa de los swivels. Por último, la «membrana» que cubre el blindaje exterior de la nave, cuyo espesor es de 0,0329 m, debía provocar una incandescencia artificial que eliminase cualquier tipo de germen vivo y que siempre podían adherirse a su superficie… Esta precaución evitaba que tales gérmenes resultaran invertidos tridimensionalmente con la nave.
Un involuntario «ingreso» de tales organismos en otro «tiempo» o en otro marco tridimensional hubiera podido acarrear consecuencias imprevisibles de carácter biológico. Como información puramente descriptiva, puedo decir que dicha «membrana» posee unas propiedades de resistencia estructural muy especiales. Este recubrimiento poroso de la «cuna», de composición cerámica, goza de un elevado punto de fusión: 7260,64° C, siendo su poder de emisión externa igualmente alto. Su conductividad térmica, en cambio, es muy baja:
2,07113 X 10 Col/Cm/s/oC. (Para esta «membrana» es muy importante que la ablación se mantenga dentro de un margen de tolerancia muy amplio.) Para ello se utiliza un sistema de enfriamiento por transpiración, en base al litio licuado. Además fue provista de una fina capa de platino coloidal situada a 0,0108 m de la superficie externa. (N. del m.) <<
[102] El fundamento de la RMN se basa en la peculiar característica del núcleo de los átomos de hidrógeno. Empleando palabras sencillas, vienen a ser como microscópicos imanes, capaces de originar un fenómeno de resonancia magnética. Sometiendo dichos átomos a un campo magnético de alta frecuencia (0,15 teslas), los núcleos de hidrógeno se alinean. Al ser excitados mediante ondas de radio, dichos núcleos atómicos «giran» sobre sí mismos, perdiendo la energía inicial en forma de radiación. Esta puede ser captada y procesada con el auxilio de un ordenador, siendo «traducida» a imágenes. Nuestro dispositivo RMN —especialmente miniaturizado—, trabajando en un campo magnético de dos teslas, podía explorar a fondo la totalidad de nuestras masas cerebrales, interpretando cada órgano y región en tres dimensiones simultáneas y reconstruyendo los «cortes» en forma sagital, axial u oblicua. (N. del m.) <<
[103] «WX» o condiciones meteorológicas. Visibilidad 6300 BRKN quiere decir 6300 pies de altura —base de las nubes— y «BRKN», abreviatura de hrokely (roto, en inglés), que dichas nubes aparecen rotas en algunas zonas del cielo están cubiertos más de cuatro octavos de cielo. Viento 190 grados: dirección suroeste. Nivel 8: a 800 pies de altura. Vientos en 030 a 25: que tienen dirección noreste y que alcanzan una velocidad de 25 nudos o 50 kilómetros por hora, aproximadamente. (N. del m.) <<
[104] No es mi deseo desviarme ahora hacia los revolucionarios descubrimientos de los especialistas de Caballo de Troya en relación al Tiempo y al Espacio (parte de los mismos ya han sido someramente descritos). Como simple apunte complementario, mencionaré algunas definiciones de lo que nosotros entendemos ahora como «tiempo». En el continuo «espacio-tiempo» —erróneamente concebido aún por muchos físicos—, el hombre no es otra cosa que una especie de «amalgama» más de ese Espacio; una «depresión» a través de la cuarta dimensión, que podríamos definir matemáticamente con 10 dimensiones. En suma, una «masa» con volumen y tiempo asociados. Para la mayoría de los seres humanos actuales, ese hombre es un ser de tres dimensiones, que «vive» el fluir del tiempo a través de una sucesión encadenada de hechos o sucesos. Para esas personas sólo hay «recuerdos» de acontecimientos o situaciones pretéritas. El presente es la única realidad y el futuro, naturalmente, no existe. Nuestros hallazgos han demostrado que esa concepción es errónea. Pondré un ejemplo: imaginemos todos los sucesos que ha vivido, vive y vivirá un ser humano a lo largo de su existencia. E imaginémoslos alineados sobre un eje que represente la dimensión «tiempo». Cada acontecimiento aparece con una fecha. Pues bien, de acuerdo con nuestros descubrimientos, el espacio y el tiempo se encuentran tan estrechamente vinculados, que, si fusionamos todos esos sucesos, formando una única imagen, resultará una extraña «criatura» de cuatro dimensiones (volumen más tiempo), muy semejante a un «cilindro» o «embutido». Cada «loncha» o sección será la representación de un suceso. A ese formidable «tubo» podríamos calificarlo como un «continuo y permanente presente». Uno para cada individuo. ¿Y qué representa un corte o sección de ese «continuo presente»?: un suceso en el que el ser humano es protagonista. Pero dicho suceso es una mera ficción. Como sería una ilusión interpretar o creer que la totalidad del «cilindro» no se puede cortar en rodajas, formando un todo inviolable que aún no ha visto, como «futuro». Por supuesto, ni unos ni otros —«pasado» y «futuro»— existen para ese ser humano. Evidentemente se equivoca. «Todo es un permanente presente.»
Puede argumentarse, con razón, que esta situación restaría libertad. Ahí, justamente, interviene otro «factor» —al que me referiré más adelante— y que «descubrimos» en nuestra segunda exploración: lo que muchos llaman «alma».
Una entidad difícil de etiquetar, adimensionar, que goza de una sublime prerrogativa: poder «modelar» la conducta del cuerpo en el que se aloja. Aunque, insisto, más adelante me referiré a este sensacional hallazgo —el descubrimiento científico del «alma»—, quizá un nuevo ejemplo resulte esclarecedor, de momento.
Echaré mano de otro símil. Supongamos un bosque por el que serpentea un túnel de cristal o plástico transparente. El interior de dicho túnel se encuentra repleto de muebles, enseres y objetos de diversa naturaleza. E imaginemos a un hombre —nuestra consciencia— que va caminando por él. Es de noche y porta una linterna. A lo largo de su caminar, el individuo va iluminando los objetos que encuentra a su paso e, incluso, parte de los árboles más cercanos a las paredes de vidrio del sinuoso corredor. Sorprendido, nuestro protagonista llegará a ver otros puntos luminosos (otras linternas), que no son otra cosa que infinidad de hombres como él, que recorren sus respectivos túneles. Tanto el pasadizo como el bosque existían ya antes de la aparición de cada humano. Sin embargo, el que lo transita piensa que lo que está iluminando en ese instante acaba de ocurrir en ese preciso momento. Y lo llama «presente». Lo que ha dejado atrás es estimado como «pasado» y los objetos imaginemos de nuevo que ese túnel, largo y flexible, es adquirido por su «propietario» (el alma), pudiendo curvarlo y extenderlo por el bosque con entera libertad. Obviamente, tendrá que adaptarlo a la topografía, sorteando los árboles y accidentes geográficos y, muy especialmente, procurar que el trazado no perturbe a los restantes túneles.
Con una sola ojeada, el verdadero «propietario» podrá contemplar la totalidad de «su» túnel. El hombre que, al nacer, empieza a caminar por él, no es el auténtico dueño. Sólo se trata de un cuerpo y una «consciencia». La «conciencia» real es otra cosa. Pero estas diferencias entre «conciencia» y «consciencia» nos llevarían muy lejos… (N. del m.) <<
[105] El cálculo exacto de los días y horas que debíamos «retroceder» en el tiempo no constituyó problema alguno para los ordenadores de Caballo de Troya. Los especialistas se basaron en el sistema conocido como «fecha juliana». Para hallar el tiempo transcurrido entre dos fechas muy alejadas es preciso tener en cuenta las correcciones de los distintos calendarios, las diferentes Eras, los años bisiestos, etc. La «fecha juliana», que nada tiene que ver con el calendario juliano, comienza a contar los días a partir del lunes, 1 de enero del año 4713 a.C. Ese día lleva el número «1», (N. del m.) <<
[106] Al igual que los Apolo, nuestro módulo fue programado para utilizar dos tipos de procedimientos de navegación y dirección: el inercial y el de orientación óptica. El primero, fundamentado en una plataforma orientable situada en una posición constante, cualesquiera que fueran los virajes de la nave, merced a tres giroscopios. Las estrellas y el horizonte podían servir como sistemas de referencia. Tres dispositivos sensibles a la aceleración medían todos los cambios de posición. Estos parámetros eran transferidos a Santa Claus que, tras compararlos con los correspondientes a los de la trayectoria de vuelo programada, efectuaba las correcciones oportunas. Toda desviación desencadenaba un impulso eléctrico que disparaba los propulsores de control, con objeto de modificar la trayectoria. Por supuesto, nosotros podíamos desconectar este sistema automático y utilizar los mandos manuales. (N. del m.) <<
[107] Dar pegeons, en el lenguaje aeronáutico, proporciona el rumbo y la distancia. 010 grados: rumbo noreste. El punto Gedi correspondía a la zona ubicada a orillas del mar Muerto: el oasis de En Gedi, situado a 9,7 millas de la vertical de Masada. (N. del m.) <<
[108] Los especialistas en ingeniería aeronáutica y geofísica de Caballo de Troya habían puesto a punto para esta misión unos altímetros que algún día, cuando sean conocidos por la navegación comercial, desplazarán los actuales procedimientos para medir la altitud a que vuela una aeronave. Estos altímetros especiales utilizan medidas qué evalúan la altura en función del valor de «g» (constante de la aceleración de la gravedad). El valor de «g», como es sabido, varía, de acuerdo con la distancia del punto en que se mide y el centro del planeta. Así, mientras en la superficie de la Tierra «g» equivale a 9,8 m/seg2, un astronauta que ascienda en un cohete a velocidad constante, percibirá una paulatina reducción de ese valor inicial de «g», siendo evaluado como una pérdida de peso. Aunque no estoy autorizado a revelar todos los detalles de esta nueva tecnología, si ofreceré algunas de sus principales características. Para empezar diré que, tales altímetros fueron reducidos a un volumen equivalente a unos pocos milímetros cúbicos, consiguiendo, además, una precisión equivalente a una cienmilésima de gal. El volumen total de dicho instrumento no alcanza los 29 m3. Casi todos sus elementos se hallan integrados en un minúsculo cristal de boro (isótopo estable de peso atómico 11). He aquí un sucinto esquema de su funcionamiento: la célula básica está formada por un recinto cilíndrico, de 9 micras de calibre, perforada verticalmente en un módulo miniaturizado de boro cristalizado, químicamente puro y deshidratado. El interior del recinto cilíndrico capilar no contiene una sola molécula de gas y sus paredes se mantienen fuertemente polarizadas con carga electrostática negativa. En la zona superior, un recinto esférico termoestable, contiene una cantidad infinitesimal de gas enrarecido, formado por moléculas ionizadas de tiocianato de mercurio con cargas negativas. Una célula discriminadora selecciona secuencialmente moléculas aisladas de tiocianato, liberándolas en el extremo superior del capilar. Abandonada la molécula con un nivel de energía cinética nulo, ésta inicia un proceso de caída libre en el interior del capilar, cuyo eje se mantiene vertical y tangente a las líneas de fuerza del campo gravitatorio. La molécula no llega nunca a adherirse a las paredes del capilar, debido a la fuerza de repulsión que el campo electrostático generado por la distribución de carga negativa ejerce sobre la propia molécula, ionizada también negativamente.
En un entorno cercano —recinto esférico excavado también en el cristal de boro— un dipolo magnético (lámina elíptica «microscópica» formada por una aleación de cromo y hierro) es obligado a girar con velocidad angular constante de unos 60 radianes por segundo. El dipolo se encuentra en suspensión de una masa líquida que rellena la cavidad (diámetro: 0,74 mm. Emulsión lípida). Se consigue así un campo magnético rotatorio muy débil, pero suficiente para ser detectado por un transductor de bismuto (valor del campo H: 0,00002 Oersted). Cuando la molécula de tiocianato de mercurio ionizado desciende, genera a su vez un débil campo magnético, que perturba el campo rotatorio generado por el dipolo anterior. Esta perturbación es función de la velocidad instantánea de la molécula en análisis, en cada punto de su recorrido. Pero, a su vez, la velocidad instantánea molecular dependerá del valor de «g». Tal perturbación es detectada y valorada, aunque su nivel diferencial sea del orden de una trillonésima de milioersted.
Un minicomputador recibe tres canales de información:
1. Información por vía eléctrica del campo magnético detectado.
2. Información por vía óptica (filamento vítreo, sobre velocidad de rotación del dipolo).
3. Información por vía eléctrica sobre aceleraciones del vehículo sobre el que se monta el altímetro «gravitatorio».
Esta última información es muy importante para neutralizar los errores debidos a otras fuerzas actuantes sobre la molécula de tiocianato, discriminándolas de la gravitatoria. El computador de integrador suministra directamente por canal información sobre la altura. (N. del m.) <<
[109] El SMAC (Scene Matching Area Correlation), un sistema utilizado en las tristemente famosas bombas o misiles «inteligentes», consiste en un dispositivo que regula la trayectoria del artefacto, en base a imágenes sucesivas del suelo, comparándolas con las previamente almacenadas en el ordenador y que pueden ser tomadas por aviones de reconocimiento o satélites artificiales, mediante la técnica de barrido televisual. De esta forma, el proyectil va «leyendo» el terreno sobre el que vuela, sorteando los obstáculos. (N. del m.) <<
[111] Según el eminente profesor Seyle —gran estudioso del origen de los estados de tensión o estrés—, los estímulos o causas principales del mismo, a los que bautizó con el nombre de «noxa», se hallan muy imbricados. La «noxa», brevemente, actúa así: estimula las glándulas endocrinas, activando las suprarrenales y el sistema adrenosimpático. Las endocrinas envían glucocorticoides a la sangre. El segundo lo hace con cantidades adicionales de adrenalina y noradrenalina. (N. del m.) <<
[112] Creo haber hablado ya de esta segunda «piel», de gran utilidad en mis correrías. Mediante una tobera de aspersión, el cuerpo era pulverizado con una sustancia que formaba una fina película. El elemento base era un compuesto de silicio en disolución coloidal en un producto volátil. Al ser pulverizado sobre la piel, este líquido evapora rápidamente el diluyente, quedando aquélla recubierta, como digo, de una delgada capa porosa de carácter electrostático. Esta epidermis artificial y milimétrica protegía al explorador de posibles ataques bacteriológicos y mecánicos, soportando, por ejemplo, impactos equivalentes al disparo de una bala (calibre 22 americano) a una distancia de 20 pies. Este eficaz «traje» protector permitía, además, el normal proceso de transpiración. (N. del m.) <<
[113] El famoso «domingo de ramos» tuve ocasión de comprobarlo. El talith o manto judío desempeñaba un papel tan vital en aquella sociedad que la Ley —Exodo, XXVI, 26, y Deuteronomio, XXIV, 12— obligaba a un acreedor que lo había recibido como señal o prenda de una deuda a devolvérselo a su dueño antes de la caída de la tarde. (N. del m.) <<
[114] Como es sabido, los pies constituyen una de las partes más sensibles a las bajas temperaturas. En un ambiente de 23° C, por ejemplo, sólo alcanzan un nivel de 25° C. Las manos, por el contrario, pueden mantener una media de 30. Y aunque abril no es ya un mes riguroso en Palestina, Caballo de Troya prefirió añadir este sistema, en previsión de posibles cambios climatológicos. (N. del m.) <<
[115] Como expliqué también, aunque yo podía recibir la voz de Eliseo directamente, mis llamadas al módulo, en cambio, exigían que, previamente, presionara la parte externa de mi oído derecho, activando la cápsula acústica. Con el fin de evitar suspicacias entre los habitantes de Jerusalén y alrededores, Caballo de Troya había establecido que fingiera una leve sordera. (N. del m.) <<
[116] Al cambio, aquellos 163 gramos de oro equivalían a unos 379 denarios. Debo recordar que el precio de un par de pájaros era de un as. A su vez, cuatro denarios de plata o dracmas representaban un siclo de plata. Un denario se subdividía en 16 ases o 64 cuadrantes o 128 leptas. El denario romano tenía entonces un serio competidor: el zuz, una pieza de plata de similar valor y acuñada por los banqueros fenicios de Tiro. (N. del m.) <<
[117] Amplia información sobre las «crótalos» en Caballo de Troya, página 294 y siguientes. (N. del a.) <<
[118] Uno de los dispositivos ubicado en el interior del cayado —el de ondas ultrasónicas, de naturaleza mecánica, y cuya frecuencia se encuentra por encima de los límites de la audición humana (superior a los 18000 Hercios)— había sido modificado con vistas a esta nueva misión. Caballo de Troya prohibía terminantemente que sus «exploradores» lastimaran o mataran a los individuos, objetivo de sus observaciones. El código moral, como dije, era estricto. Pero, en previsión de posibles ataques de animales o de hombres, como medio disuasorio e inofensivo, Curtiss había aceptado que los ciclos de las referidas ondas fueran intensificados más allá, incluso, de los 21000 Hercios. En caso de necesidad —como hemos visto—, el uso de los ultrasonidos podía resolver situaciones comprometidas, sin que nadie llegara a percatarse del sistema utilizado. Como expliqué también, tanto los mecanismos de «teletermográfia» como los de ultrasonidos eran alimentados por un microcomputador nuclear, estratégicamente alojado en la base del bastón. La «cabeza emisora», dispuesta a 1,70 m de la base de la «vara», era accionada por un clavo de ancha cabeza de cobre, trabajado —como el resto—, de acuerdo con las antiquísimas técnicas metalúrgicas descubiertas por Glueck en el valle de la Arabá, al sur del mar Muerto, y en Esyón-Guéber, el legendario puerto de Salomón en el mar Rojo. Los ultrasonidos, por sus características y naturaleza inocua, eran idóneos para la exploración del interior del cuerpo humano. En base al efecto piezocléctrico. Caballo de Troya dispuso en la cabeza emisora, camuflada bajo una banda negra, una placa de cristal piezoeléctrico, formada por titanato de bario. Un generador de alta frecuencia alimentaba dicha placa, produciendo así las ondas ultrasónicas. Con intensidades que oscilan entre los 2,5 y los 2,8 miliwatios por centímetro cuadrado y con frecuencias aproximadas a los 2,25 megaciclos, el dispositivo de ultrasonidos transforma las ondas iniciales en otras audibles, mediante una compleja red de amplificadores, controles de sensibilidad, moduladores y filtros de bandas. Con el fin de evitar el arduo problema del aire —enemigo de los ultrasonidos—, los especialistas idearon un sistema, capaz de «encarcelar» y guiar los citados ultrasonidos a través de un finísimo «cilindro» o «tubería» de luz láser de baja energía, cuyo flujo de electrones libres quedaba «congelado», en el instante de su emisión. Al conservar una longitud de onda superior a 8000 angstróm (0,8 micras), el «tubo» láser seguía disfrutando de la propiedad esencial del infrarrojo, con lo que sólo podía ser visto mediante el uso de las lentes especiales de contacto («crótalos»). De esta forma, las ondas ultrasónicas podían deslizarse por el interior del «cilindro» o «túnel» formado por la «luz sólida o coherente», pudiendo ser lanzadas a distancias que oscilaban entre los cinco y veinticinco metros. El sobrenombre de «crótalos» se debía a la semejanza en el sistema utilizado por este tipo de serpiente. Las fosas «infrarrojas» de las mismas les permiten la caza de sus víctimas a través de las emisiones de radiación infrarroja de los cuerpos de dichas presas. Cualquier cuerpo cuya temperatura sea superior al cero absoluto (menos 273° C), emite energía del tipo IR, o infrarroja. Estas emisiones de rayos infrarrojos, invisibles para el ojo humano, están provocadas por las oscilaciones atómicas en el interior de las moléculas y, en consecuencia, se hallan estrechamente ligadas a la temperatura de cada cuerpo. (N. del m.) <<
[119] El historiador judío-romano Flavio Josefo asegura en su libro —Guerra de los judíos (libro Sexto)— que tres de estas torres tenían 50 codos (unos 22,50 m) de altura y, la cuarta, que se hallaba adosada al muro norte del Templo, 70 codos (alrededor de 31,50 m.). Aquel «castillo», sede de los procuradores romanos durante las grandes solemnidades, tenía forma rectangular, con unos 100 m de largo por 50 de ancho. había sido rodeado por un muro o parapeto exterior de metro y medio de altura y por un foso de 22,50 m excavado por Herodes el Grande cuando ordenó reedificar la antigua fortaleza macabea y a la que dio el citado título de Antonia, en honor a su protector, Marco Antonio. Los cimientos del castillo eran una gigantesca peña, alisada en su cima y paredes. Herodes, en previsión de posibles ataques, había recubierto dichas paredes con planchas de hierro. Desde Antonia, unas escaleras conducían al atrio de los Gentiles, facilitando así el acceso de la guarnición al Templo. En el centro, como quedó detallado, se abría un patio enlosado, con un estanque central dedicado a la diosa Roma. (N. del m.) <<
[120] La división de las horas durante la noche era más vaga aun que durante el día. En los tiempos de Jesús, tanto judíos como romanos «repartían» la noche en «vigilias»: cuatro en total. El nombre de «vigilia» venía asociado a las horas que el centinela permanecía vigilando, o el pastor velando sus rebaños. Cada una sumaba tres horas, aproximadamente. Empezaban con el ocaso y finalizaban con la «vigilia de la mañana», cuando el horizonte se iluminaba con los primeros rayos. (N. del m.) <<
[121] Según la información acumulada en el computador central, textos rabínicos como el Middot (III, 2), Pesahim (I, 8), Meila (III, 3), Tamid (IV, 1) y Yoma (I, 6 y 8), entre otros, describen estos canales de desagüe, así como el uso que se daba a la sangre. Los hortelanos, por ejemplo, compraban la sangre a los tesoreros del Templo y, quien la aprovechaba sin pagar, cometía un robo contra el Santuario. El Talmud babilónico (en Pesahim, 65b) dice: «El orgullo de los hijos de Aarón consistía en andar por la sangre de las víctimas “hasta los tobillos.» La abundancia de dicha sangre en el atrio de los sacerdotes era, por tanto, muy considerable. (N. del m.) <<
[122] Los castigos en el Ejército romano se hallaban muy bien tipificados. Desde la época manipular, las infracciones podían dividirse en delitos comunes y de carácter militar. Polibio, por ejemplo, habla de ello en VI 37,9-10. Eran «comunes» el robo en el campamento, el falso testimonio, los delitos contra las buenas costumbres, y un largo etcétera. Entre los delitos «militares» aparecían: la cobardía, falsear los hechos, abandonos del armamento o de las guardias y la rebelión, sedición o deserción. Estas faltas conducían inexorablemente a la muerte. Las penas, además, podían clasificarse en individuales y colectivas y, desde otro punto de vista, en infamantes y corporales. Los soldados eran generalmente apaleados y los oficiales ejecutados con el hacha del lictor.
Como penas pecuniarias individuales existía la retención de sueldo, garantizada en ocasiones con el embargo (ver Polibio, VI 37,8); el descuento en la participación en el botín y en la pensión de retiro. Entre los castigos infamantes aparecían la degradación, la expulsión del Ejército y los llamados «Ignominia». Eran impuestos por el general y publicados en la contio. Arrastraban, además, la disminución del sueldo y de los derechos pasivos. Entre los castigos colectivos, el más grave era diezmar a la unidad, tal y como citan Suetonio, Dión Casio, Tácito y otros. Solía imponerse por fuga deshonrosa, sedición o rebelión. Una décima parte de los soldados, designada por sorteo, se sometía a la muerte por apaleamiento. El resto era racionado a base de cebada —en lugar de trigo— y, en caso de guerra, obligado a pernoctar fuera del campamento o de la fortaleza. Entre las circunstancias modificativas de la responsabilidad tenían especial relieve la reincidencia. Si era doble determinaba la pena capital para cualquier infracción (Polibio, VI, 37,9). (N. del m.) <<
[123] Hipoplásico: de barbilla o mentón recortado y de desarrollo claramente incompleto. Dentro de la tipología kretschmeríana, María Magdalena hubiera encajado, en buena medida, en el biotipo de los «leptosomáticos»: tipos de silueta alargada, flacos y larguiruchos, en los que el eje vertical del cuerpo domina poderosamente. Sólo su nariz, recta y recogida, no correspondía al perfil típico de esta clasificación humana. Su piel pálida y seca, sus hombros estrechos y sus largos miembros sí eran en cambio habituales entre los «leptosomáticos». (N. del m.) <<
[124] Magdala, a orillas del lago de Galilea, es conocida hoy como EI-Megdel. Antaño fue famosa por sus tintorerías, su mercado de palomas y pichones y por sus burdeles. (N. del m.) <<
[125] Chuza o Cusa: al parecer, uno de los administradores o superintendentes de la Casa de Herodes. Tanto Juana como Susana, según el evangelista Lucas (8, 1-3), fueron curadas por Jesús de Nazaret. Desde entonces le seguían. (N. del m.) <<
[126] El acento de los galileos, como vimos en el incidente de las negaciones de Pedro, era tan acusado que, por ejemplo, una palabra tan común como cordero (minzúr) podía ser confundida con haowr (vino) o con haolor (asno). Esta circunstancia y las costumbres más liberales de la Galilea o como la llamaban los judíos del sur, habían hecho que los paisanos del Naiarcno lucran despreciados y discriminados y sus tierras, bautizadas con el sobrenombre de giwlil-al-govilo o «el círculo de los paganos». Pero de estas interesantes diferencias entre los judíos hablaré más adelante. (N. del m.) <<
[127] Los jefes del Templo gozaban de una gran consideración. Además de la supervisión del culto administraban todo lo concerniente a la seguridad y trabajos policiales desempeñados por los levitas. En el año 66, por ejemplo, otro Eleazar llegó a ordenar la supresión del sacrificio en honor al emperador romano. Aquello fue casi una declaración oficial de guerra contra Roma. Fue el comienzo de la insurrección. (N. del m.) <<
[128] El nombre de Malco aparece frecuentemente en las inscripciones palmíreas y nabateas. Dos reyes de la mítica Nabatea —Malco 1 (50-28 a.C.) y Malco 11(40-71 d.C.)— parecen refrendarlo. También el historiador Josefo lo atestígua (B.j., 1 29, 3 y Ant., XVII 3, 2). Según nuestras informaciones, Le Bas y Waddington se inclinan más por un origen sirio, ofreciendo hasta un total de 28 testimonios epigráficos. (Nota del m.) <<
[129] En el tratado de las «Tiendas» (Ohalot), en un total de dieciocho extensos capítulos, la Misnó establece los casos concretos de impureza por contacto con cadáveres «bajo una tienda». El libro de Números (19, 14) afirma en este sentido: «Ley para cuando un hombre muere dentro de la tienda: el que entre en la tienda y todo lo que hay en ella quedan impuros.» Por «tienda» no se entendía sólo la tienda o albergue, sino todo aquello que, como una tienda, ofrece techo o proyecta sombra, «tal como puede ser un palo, una mano, un animal, una losa, el mismo cadáver, etc.». Precisamente se escogió el término ohalot, con la terminación des usual del femenino, para indicar que las tiendas de las que hay se trata tienen un sentido más amplio que el ordinario. En el caso de un sumo sacerdote, el contacto con un cadáver resultaba muy grave: le exigía una ceremonia de siete días antes que pudiese oficiar de nuevo. (N. del m.) <<
[130] Una de las muchas objeciones planteada por los científicos a la citada Síndone o Sábana Santa de Turín fue la del arqueólogo francés F. de Mély. En una publicación de 1902, Le Sai ne Suaire de Turin est-ij authentíqueq, Mély presentaba hasta 44 santuarios que se atribuían la custodia del «auténtico» lienzo de Cristo. Algo realmente sospechoso. Veamos esa lista de santuarios: Aix (Provence), Aquisgrán, Albi, Annecy, Aosta, Arlés, Besanlon, Boukovinez (Rusia), Cadouin, Cahors, Campillo, Carcasona, Chartres, Clermont, Compiegne, Constantinopla, Corbeil, Corbie, Enxobregas, Halberstadt, Jerusalén, Johanavank (Armenia), Karltein, Le Mans, Lirey, Maguncia, Milán, Mont-Dieu Champaña, Palns (Alsacia), París, Port-Daussois, Reims, Roma (San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pedro), Breines, San Salvador (España), Silos, Solssons, Turín, Utrecht, Vézelay, Vicennes y Zínte. De todos estos supuestos lienzos mortuorios, sólo el de Turín reúne una serie de curiosos factores que lo destacan sobre los demás. Sin embargo, como decía, su origen no aparece suficientemente documentado. En algunos de los llamados Evangelios Apócrifos —el de los Hebreos (siglo II), traducido al griego y latín por San Jerónimo y en las Actas de Pilatos (también del siglo II)— se hacen breves y muy fantásticas referencias a dicha mortaja. En el primero, por ejemplo, puede leerse: «El Señor, después de haber entregado la Síndone al Siervo del Sacerdote fue y apareció a Santiago.»
Francamente, esta alusión no parece muy seria. E idéntico parecer merecen a los historiadores las leyendas de Arcufo, de los ebionitas, etc.
El primer dato medianamente riguroso sobre la aparición de la Síndone de Turín se remonta al siglo XIII, con la Cuarta Cruzada (1204). En el saqueo de Constantinopla, Roberto de Clary cuenta que la Santa Síndone solía exponerse a los fieles todos los viernes, doblada en ángulo diedro, de forma que ambas figuras —tanto la frontal como la dorsal— se presentaban «de pie»; es decir, en posición vertical. La reliquia se veneraba en la iglesia de Santa María de Blaquernae. Y cuentan igualmente las crónicas medievales que uno de los jefes de la tristemente célebre Cruzada, Otto de la Roche, consiguió mantener a raya a los francos allí acuartelados, evitando el saqueo de la referida basílica.
En 1206, la Síndone reaparece misteriosamente. Esta vez en poder de Poncio de la Roche, padre de Otto. A partir de entonces, después de mil peripecias, el famoso lienzo termina en poder de los duques de Saboya, futuros reyes de Piamonte e Italia. Hay constatación histórica de que, en 1532, un incendio en Chambéry estuvo a punto de destruir la reliquia. Una gota de plata fundida de la urna que la protegía quemó parte del lienzo, que fue posteriormente remendado por las monjas clarisas.
De la capilla de Chambéry, la Síndone fue trasladada a Turín (1578), donde se encuentra desde entonces. Desde 1694, gracias al duque Víctor Amadeo II, el lienzo fue depositado en una suntuosa capilla, obra de Guaniní, construida sobre la catedral de San Juan Evangelista, en la mencionada ciudad italiana de Turín. Se encuentra enrollada en torno a un cilindro de madera y guardada en una urna de plata que descansa en el altar mayor, en el centro de la rotonda de la capilla. (N. del m.) <<
[131] En el período de preparación de esta segunda exploración tuvimos serios inconvenientes a la hora de localizar el Emaús que cita el evangelista. Las cosas, una vez más, no estaban tan claras como pueda parecer. El verdadero nombre parecía ser Ammaus, citado en la Biblia, en Josefo y en la Misna. Era una ciudad destacada, en la que nació el famoso Julio el Africano. Se hallaba ubicada en el emplazamiento de la actual Amuás, próxima a Latrun. Pero no era la única Ammaus bíblica.
En Josefo, como dije, también se cita otra población del mismo nombre, muy próxima a Jerusalén, al pie de la ruta de Jaffa y que hoy se conoce por Kolonieh. Esta fue arruinada por la guerra de 1948 y, según parece, ocupaba el sitio de la antigua Moiza, citada en el libro de Josué (18, 26).
El nombre procedía de la colonia para veteranos romanos, instalada en Kolonieh después de la destrucción de Jerusalén en el año 70. En principio desechamos la primera Ammaus, ya que se encontraba a 160 estadios (unos 30 km): una distancia excesiva para recorrerla en un solo día en un doble viaje de ida y vuelta. (N. del m.) <<
[132] Para que nos hagamos una idea aproximada de lo que representaba una suma así, en los reinados de Augusto y Tiberio, un tal Gavío Apício disponía de una de las mayores fortunas del mundo: entre 60 y 100 millones de sestercios. Y cuentan que se suicidó cuando, por un error de cálculo, creyó que había descendido a 10 millones. (Nota del a.) <<
[133] En aquellas fechas la población estimada que residía habitualmente en Jerusalén era de unos 25000 a 30000 individuos. El total de sacerdotes y levitas era de unos 18000 y los esenios contaban con unos 4000 miembros (Josefo en Ant., XVIII 1,5). (N. del m.) <<
[134] En tiempos de Cristo, éstas eran las dos grandes escuelas o tendencias dentro del grupo político-religioso formado por los fariseos. Los jefes de ambas eran los doctores Híllel y Schammaí, respectivamente. Sus diferencias eran tan numerosas como extremas. En la Beth Hillel se practicaba el liberalismo. En la Beth Schammaí, el integrismo.
D. Rops cuenta una anécdota, en este sentido, realmente esclarecedora. Se dice que un día, un pagano se acercó al rabí Schammaí y le comentó con ironía: «Me hago judío si eres capaz de explicarme la Ley en el tiempo en que puedo mantenerme en equilibrio en un solo pie.» El estricto y austero Schammaí satisfizo al pagano con un duro golpe de su regla. Y se cuenta que Hillel, al ser preguntado sobre idéntico asunto, replicó: «No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti: ésa es toda la Ley.» (N. del m.) <<
[135] Tanto este curioso servicio de correos, como los que existían en aquella época, estaban basados en el que había inventado el rey persa Darío, en el siglo I antes de nuestra Era. Después, el Imperio romano copiaría dicho servicio de postas, creando un auténtico ministerio, con un complejo personal de corredores, vigilantes y guardianes de relevos. Estaban previstas, incluso, velocidades diferentes, de acuerdo con la urgencia de las cartas o mensajes. En este sentido es muy ilustrativa la Vita Romana, de Paolí. El sistema, lógicamente, no era muy rápido: el correo imperial, de Roma a Cesarea, por ejemplo, tardaba 54 días. Y una carta de Siria a la capital del Imperio, 100 días. (N. del m.) <<
[136] Según el escrito rabínico Qiddushin (IV-2), los oficios detestables eran los siguientes: asnerízo, camellero, marinero, cochero, pastor, tendero, médico y carnicero. En el Ketubot (VII-108): recogedor de inmundícias de perro, fundidor de cobre y curtidor. En el Qiddushin (82.a bar.9): orfebre, cardador de lino, molero, buhonero, tejedor, sastre, barbero, batanero, sangrador, bañero y curtidor. Y en el Sanhedrín (25): jugador de dados, usurero, organizador de concurso de pichones, traficante de productos del año sabático, pastor, recaudador de impuestos y publicano. (Nota del m.) <<
[137] La prueba del viejo y experto cambista no tenía otro fin que averiguar si mi oro era realmente puro. Por supuesto, las pepitas habían sido revisadas minuciosamente, de forma que no albergaran inclusión alguna de cuarzo, circunstancia que habría hecho bajar el precio de las mismas al limitar el contenido de oro (N. del m.) <<
[138] Quizá el cambista pensó en un primer momento que trataba de colarle «gato por liebre», es decir, pirita de hierro por oro. Aunque para averiguarlo deben de haber procedido a quemar la pepita. En este caso, si se trataba de pirita, la muestra se habría desintegrado. (N. del m.) <<
[139] El nombre de acero de «Damasco» no proviene de su lugar de origen, sino del punto donde los cruzados las descubrieron. Las mejores espadas de este tipo se fabricaron en Persia, siendo difundidas por los musulmanes y llegando hasta la Rusia medieval, donde se les dio el nombre de bular. La proporción de carbono en estas espadas oscilaba entre el 1,5 y el 2 por ciento. Eran de extraordinaria resistencia a la compresión y, durante siglos, constituyó un celoso «secreto de Estado». (N. del m.) <<
[140] Los especialistas saben que la percepción humana arrastra una compleja secuencia de acontecimientos que, basándose en los niveles más biológicos (estructuras del SNC), involucra al sujeto en sus aspectos más psicológicos. Como dice el profesor V. Ruiloba, «las anomalías en alguno de los factores implicados en el proceso dan lugar a los llamados trastornos de la sensopercepción». (N. del a.) <<
[141] El gran experto, Ey, atribuye a la alucinosis las siguientes características: formas bien constituidas y de gran pregnancia. Anomalías intrínsecas de los estímulos. Estructura parcial marginada de la situación real, del contexto perceptivo y del juicio. Conciencia de irrealidad y etiología orgánica a nivel periférico o central. Por ejemplo, ver figuras de gran colorido que se mueven delante del sujeto, el cual es consciente de su carácter irreal y, por tanto, de su significación patológica (Psicopatología de la percepción, de J. Vallejo). (N. del a.) <<
[142] Baruk definió las alucinaciones visuales de la siguiente y acertada forma:
1. Sensorial: como toda alucinosis supone una conciencia crítica de trastorno y se produce en base a una afectación orgánica, cuya localización puede situarse a cualquier nivel del sistema óptico.
2. Onírica: lo característico en estos casos es el «onirismo», instalado, por definición, en un estado de obnubilación de conciencia. La base de este trastorno suele ser una psicosis tóxica o infecciosa, cuyo modelo viene dado por el delirium tremens, que se presenta en alcohólicos crónicos, frecuentemente durante los primeros días del período de abstinencia. Las zoopsias (visiones de animales) son típicas de estas psicosis alcohólicas, que se acompañan de otros síntomas o signos característicos, tales como el temblor de manos, la sudoración, la agitación, la desorientación temporo-espacial, etc.
3. Alucinaciones visuales que acompañan a la disgregación de pensamiento: tienen un componente sensorial reducido y entran más en el campo de las seudoalucinaciones o alucinaciones psíquicas, que propiamente en el de las alucinaciones. Se presenta en el contexto de una personalidad profundamente desorganizada, como es la Psicótica, y producen en el paciente una actitud de atención y abstracción notable. (Ver Introducción a la psicopatología y la psiquiatría de J. Vallejo, A. Bulbena, A. González, A. Grau, J. Poch y J. Serralonga.) (N. del a.) <<
[143] En un estudio más concienzudo, en el plano somático, los parámetros bioquímicos de Simón Pedro nos hubieran señalado, entre otros, un elevado nivel de cortisol, catecolaminas, 17-OI-ICS plasmáticos, aumento ligero de la actividad tiroidea, inhibición quizá del sistema hipófiso-gonadal, incremento de los lípidos séricos y participación del ión lactato en el síndrome de angustia. (N. del m.) <<
[144] La holografía o fotografía por reconstrucción de frentes de onda fue inventada por Gabor en 1947. Al principio tuvo otra finalidad, la mejora del poder de resolución del microscopio electrónico. Sólo en la década de los años sesenta, merced a Jurís Jpatnieks y Leith, de la Universidad de Michigan, fue posible ampliar el hallazgo de Gabor. Aprovechando el láser, por ejemplo, se logró por vez primera la «construcción» de imágenes holográficas de objetos reflectantes tridimensionales. (N. del m.) <<
[145] Quizá lo haya mencionado. No lo recuerdo. El griego utilizado por los comerciantes de aquellos tiempos —la komné— venía a ser un idioma internacional. Era un griego deformado, que se impuso a los idiomas de la región: ático, jonio, dorio, eolio, etc. Las palabras difíciles fueron eliminadas, ignorándose las particularidades de las declinaciones y conjugaciones. Se usaban las construcciones analíticas con preposiciones de preferencia a las formas sintéticas del griego clásico, habiendo absorbido numerosos vocablos extranjeros: sobre todo, latinos. (N. del m.) <<
[146] Como se detalla en Caballo de Troya (página 77). Eliseo tuvo que someterse a una delicada operación: la inserción en el recto de una reducida sonda, dispuesta para recoger las heces fecales. Estas, tratadas previamente con unas corrientes turbulentas de agua a 38° C, eran succionadas por un dispositivo miniaturizado que fue acoplado a sus nalgas. De esta forma, los excrementos eran descompuestos en sus elementos químicos básicos. Parte era gelificado y transmutado en oxígeno e hidrógeno. El resto, en forma de gas, expulsado al exterior. (N. del a.) <<
[147] En una de mis conexiones con la nave, Santa Claus confirmaría que un fariseo por nombre Saduc y un tal Judas de Gamala, apodado el Galileo, ambos simpatizantes o miembros del grupo de extrema izquierda de los zelotas o «celosos», animaron una revuelta contra los romanos en el año seis de nuestra Era, con motivo —según la Guerra de los judíos (II, 118)— de un empadronamiento. El motín fue aplastado, pero los zelotas, que contaban con la simpatía del pueblo, siguieron practicando el terrorismo individual y la guerra de guerrillas. Herían y mataban a los infieles y traidores, provistos de un puñal que los latinos llamaban sica. De ahí derivó el calificativo de «sicarios». San Pablo escapó de ellos por poco. (Act., XXIII, 14). (N. del m.) <<
[148] Esta «pintada» procedía quizá de una época anterior. Posiblemente del reinado de Augusto, en el que la paga diaria de un legionario romano era idéntica a la fijada por César: 225 denarios anuales o el equivalente: 10 ases al día. Tácito (Ann., 117, 6) explica que la revuelta de los soldados en el 14 fue debida a esta baja paga. (N. del m.) <<
[149] Sabíamos que la muerte del rey Herodes el Grande había ocurrido en el año 750), según el cómputo romano. Jesús nació tres años antes (en el «menos 7» de la Era Cristiana). (N. del m.) <<
[150] El mayor, en sus escritos, no revela cuáles fueron estos «descubrimientos». Pero, al igual que yo mismo, el lector no tendrá demasiadas dificultades para —de la mano de la «numerología» y de la Cábala— hallarlos por sí mismo. Como mi «amigo», el mayor, yo también he quedado atónito. (N. del a.) <<
[151] Poncio fue destituido de su puesto como gobernador por Cayo, alias «Calígula», como consecuencia de un grave error político. Pocos años después de la muerte de Jesús, numerosos samaritanos se congregaron en torno a un supuesto Mesías, que les prometió descubrir los vasos sagrados enterrados por Moisés en uno de los montes de Samaria. Pilato supo de esta multitudinaria concentración en el monte Garizim y cargó contra los samaritanos, llevando a cabo una carnicería. Ante las acusaciones de judíos y samaritanos, Vitelio, supremo gobernador de Siria, le envió a Roma pero, durante el viaje, Tiberio falleció. El nuevo emperador, Calígula, desterraría a Poncio a las Galias. (N. del m.) <<
[152] Flavio Josefo escribe textualmente: “…a ocho días del mes de abril, a las nueve de la noche, se mostró tanta lumbre alrededor del altar y alrededor del templo, que parecía ciertamente ser un día muy claro, y duró esto media hora larga.” (N. del m.) <<
[153] En su misma obra —Guerra de los Judíos (XII)— asegura en dicho sentido:
«Este mismo día, y en la misma fiesta, un buey que traían para sacrificar, parió un cordero en medio del templo.» (N. del m.). <<
[154] «La puerta oriental del templo interior —sigue en el mismo párrafo—, siendo de cobre muy grande y muy pesada, la cual apenas podían cerrar cada noche veinte hombres, y tenía los cerrojos todos de hierro y las aldabas muy altas, las cuales daban en lo hondo de una piedra muy grande, que estaba en el umbral de la puerta, se mostró abierta una noche a las seis horas, sin que alguno llegase a ella.» (N. del m.) <<
[155] Josefo refiere así este sorprendente hecho: “Pocos días después de los días de las fiestas, a los veintiuno del mes de mayo se mostró otra señal increíble a todos muy claramente. Podría ser que lo que quiero decir fuese tenido por fábula, si no viviesen aún algunos que lo vieron, y si no sucedieran los fines y muertes tan grandes como eran las señales: porque antes del sol puesto, se mostraron en las regiones del aire muchos carros que corrían por todas partes y escuadrones armados, pasando por las nubes derramadas por toda la ciudad: pues el día de la fiesta que llaman Pentecostés, habiendo los sacerdotes entrado de noche en la parte del Templo más cerrada, para hacer, según tenían de costumbre, sus sacrificios, al principio sintieron cierto movimiento y cierto ruido; y estando atentos a lo que sería, oyeron una súbita voz que decía:
«Vámonos de aquí» (N. del m.) <<
[156] Como ya puntualizó en su momento el gran especialista T. Walsh, la sarga no se tejió en Europa hasta bien avanzado el siglo XIV. En Egipto y Palmira, en cambio, este tipo de sarga —tanto en lana (Antínoe, en Egipto) como en lino (Palmira, al noreste de Palestina) era trabajado de antiguo. En cuanto a los «pellizcos» de algodón hallados en el lienzo —como dice Raes—, también era conocido en Oriente Medio en los tiempos de Jesús. En las ampliaciones pudo apreciarse a la perfección el tipo de sarga: de «4» en espiga. Por un hilo de urdimbre se contabilizaron tres de trama por encima y uno por debajo. (N. del m.) <<
[157] En la toxicología forense, las técnicas espectrofotométricas son de una gran utilidad. Su fundamento es el estudio de los espectros de absorción. A diferencia de los de emisión, que son producidos por cuerpos incandescentes, los primeros son debidos a la «absorción» de determinadas radiaciones. El espectroscopio consiste en un prisma al que llega —por una hendidura— la luz del foco luminoso. Esta es descompuesta al atravesar el prisma en una serie de rayas que constituyen el espectro de emisión de dicho foco. Pero las vibraciones luminosas, al atravesar ciertos cuerpos, son absorbidas en parte, diferenciándose la luz transmitida de la primitiva. Esta absorción es variable, según la sustancia y, en muchos casos, completamente característica.
Mediante un espectrofotómetro y un espectrocolorímetro pudimos realizar una fácil y exacta determinación cuantitativa de las sustancias que impregnaban el lino: sudor, orina, sangre, etc. Caballo de Troya eligió para esta fase de la misión el espectrofotómetro de Beekman (modelo DB), de doble haz. El rayo procedente de la fuente luminosa se desdobla en dos haces: el de referencia y el de muestra. El primero atraviesa la célula de referencia. El segundo lo hace sobre la célula que contiene la muestra (en este caso, ya que no podíamos dañar la sábana, sin disolver). Después, ambos haces se recombinan y alcanzan el detector. Una vez colocada la muestra, el detector mide el grado de desequilibrio entre los dos rayos. Básicamente, nuestro aparato se componía de los siguientes elementos: una fuente (para el intervalo de longitudes de onda de luz visible —4000 7500— se utilizó una lámpara de tungsteno). Para las regiones del ultravioleta e infrarrojo, la fuente de radiación fue una lámpara de hidrógeno o un Nerst, respectivamente. Las moléculas de hidrógeno, eléctricamente excitadas, emiten radiación ultravioleta. La de Nerst era una barra de óxido de zirconio, óxido de cerio y óxido de tono, que se calienta eléctricamente a 1000-1800 grados. Emitiendo radiación infrarroja. Un monocromador, que consiste en un filtro de luz que permite el paso de la longitud de onda deseada y absorbe la radiación restante, que perturbaría el análisis. Una célula de muestra, que fueron construidas en vidrio para el espectro visible; en cloruro sódico para el infrarrojo y en cuarzo para la región del ultravioleta. Y un detector: una fotocélula que transforma la energía radiante en eléctrica. Ésta da la lectura directa sobre un cuadrante indicador o sobre un gráfico. Todo ello, naturalmente, conectado con el ordenador central. (N. del m.) <<
[158] En la orina secretada diariamente por un adulto sano, en condiciones normales (cantidad que oscila entre los 1300 a 1600 cm3), de 1000 partes se obtienen 960 de agua y 40 de principios sólidos: úrea, 23 partes; cloruro de sodio, 11 partes; ácido fosfórico, 2,3; ácido sulfúrico, 1,3; ácido úrico, 0,5, y el resto, ácido hipúnico, leucomainas, urobilina y sales orgánicas. Pues bien, desde nuestro punto de vista, la extrema acidez de la orina de Jesús —muy por encima de la media normal—, podía ser consecuencia del siguiente proceso: en el ejercicio muscular realizado en presencia de oxígeno, o sin él, el glucógeno se disgrega en la cadena metabólica hasta formar ácido pirúvico. Este, captando un hidrogenión (H), forma ATP (adenosin trifosfato) y ácido láctico. El ATP, como se sabe, es un dador de energía para el ejercicio. Mejor dicho, la única fuente de energía. Por cada dos unidades de ácido láctico se forman tres de ATP, que son la fuente energética en ausencia de oxígeno (metabolismo anaerobio). Pero el ácido láctico no puede permanecer como tal ácido en sangre y, por ello, se une a los bicarbonatos: ácido láctico más CO3HNa lactato sódico más C03H (bicarbonato sódico). El ión bicarbonato (C03H) se une a un hidrogenión, produciendo anhídrido carbónico y agua. Surgiendo así una gran acidosis en sangre que obliga —para compensarse— a la eliminación de hidrogeniones por orina, acidificándose ésta. Sin embargo, en presencia de oxígeno (metabolismo aerobio), el ácido láctico entra en el ciclo de Krebs, en el que, en presencia de O2, produce CO2 y H2O, que son fácilmente eliminados por pulmón y orina, respectivamente. En presencia de oxígeno, una molécula de glucógeno produce 38 de ATP. (N. del m.) <<
[159] La cromatografía, también en toxicología forense, es un método de gran eficacia. Gracias a ella es posible separar sustancias orgánicas e inorgánicas, tanto en grandes cantidades como en proporciones microscópicas. En nuestro caso, el análisis fue cualitativo. La cromatografía puede ser definida como un método de análisis, en el que un disolvente o un gas favorecen la separación de sustancias por migración diferencial, a partir de una estrecha zona inicial en un medio poroso o absorbente. Las sustancias así separadas pueden identificarse con posterioridad por medios analíticos. Entre las técnicas utilizadas en cromatografía, Caballo de Troya eligió la denominada «de gases». Para llevarla a cabo fue preciso un aparato especial que consta de cuatro elementos básicos: una fuente de suministro de la fase móvil gaseosa, un bloque de inyección, una columna y un detector. La fuente de suministro del gas portador consistió en un cilindro de acero que lo contiene a presión. El gas utilizado fue hidrógeno. El bloque de inyección fue un dispositivo para la vaporización de las sustancias volátiles, así como para la introducción de la muestra en el aparato. En cuanto a la columna, estaba formada por un tubo de acero inoxidable, relleno por un sólido poroso e inerte, impregnado con un líquido de alto punto de ebullición. El soporte sólido consistió en tierra de diatomea. Por último, el detector era un dispositivo automático, que registraba la presencia de distintos componentes.
El nuestro era del tipo de «densidad gaseosa», que incide la diferencia entre la densidad del efluente gaseoso y el de una columna de comparación, a través de la cual pasa solamente nitrógeno. El detector se hallaba conectado a un registrador potenciómetro, que inscribía automáticamente un cromatograma en el que, sobre una línea de base, se elevan picos correspondientes a los componentes de la muestra analizada. La altura del pico y su área se corresponden cuantitativamente con aquellos componentes. En este caso, como muestra, fueron utilizados varios hilillos que en nada dañaron la integridad general del lienzo. (N. del m.) <<
[160] Entre los tipos de polen hallados por Caballo de Troya recuerdo los siguientes: el Iris Haynei, que suele localizarse en el monte Gilboa, al oeste de las hoy llamadas alturas de Golán y en el este de la región de Samaria; el Orchis sanctus, de tardía floración y que, justamente, crecía en aquellas fechas de abril; la Centaurea eryngioides, de la que ya habla el Génesis (3, 18) y que era muy abundante en Judea y Samaria; el Iris Bismarckiana, muy frecuente en las montañas que rodean Nazaret: el Amygdalus communis, que anunciaba la primavera y que también es citado en la Biblia (Génesis, 43, 11, y Jeremías, 1,11); la Anthemis mela nolepis y la Acacia tortilis, también de las zonas desérticas del sur y del este. (Naturalmente, estos nombres científicos son relativamente modernos.) (N. del m.) <<
[161] En la noche del 23 de noviembre de 1973, Max Frey, con la ayuda del profesor Guío, tuvo acceso a la Sábana Santa de Turín, consiguiendo 12 muestras del polvo, sobre una superficie de 240 mm2. Se valió para ello de unas cintas colgantes especiales, sin tocar las zonas de la imagen. En sucesivos estudios logró identificar casi medio centenar de plantas, representadas por otros tantos tipos de polen. Entre éstos destacaban 16, casi exclusivos de las regiones desérticas y de alta concentración de salinidad del mar Muerto (halofitas). Había, por supuesto, otros especímenes de las estepas de Anatolia, Francia e Italia. (N. del m.) <<
[162] La denominada «cromatina de Barr» o cromatina sexual es el cromosoma X inactivo, que aparece en forma condensada en los núcleos interfásicos. Esta cromatina sexual del cabello fue ya investigada por Schmid en 1967, Culberton, en 1969, y Egozcue, en 1971. (N. del m.) <<
[163] Caballo de Troya utilizó también en sus indagaciones el denominado «AAN» (Análisis por Activación Neutrónica). Este procedimiento permite estudios no destructivos, además, con el AAN se consiguen análisis multielementales de elementos presentes en «pista». Es decir, se puede llegar a determinar con gran precisión cantidades que oscilan entre 106 y 109. Con una sola irradiación neutrónica es posible efectuar también la «identidad» de quince a dieciocho elementos presentes en la muestra y a los niveles ya mencionados de 106 y 109. (En el caso que nos ocupa, fue suficiente la utilización de unos pocos mm2 de la superficie sanguinolenta del lienzo.)
Nuestra metodología consistió fundamentalmente en lo siguiente: los elementos sometidos al bombardeo neutrónico se volvieron radiactivos, de acuerdo a sus características nucleares, por presión de un neutrón, emitiendo en consecuencia radiaciones gamma. Por último utilizamos las radiaciones gamma, que poseen energía característica para cada elemento. La presencia de un elemento, por tanto, es advertida mediante la identificación por las radiaciones gamma. En cuanto a la cantidad, es fácil fijarla a través de la medida de la intensidad de la radiación gamma, comparada con la de una de carácter estándar de referencia. Nuestro análisis buscó especialmente los contenidos de naturaleza mineral de la sangre (macros y oligoelementos), de acuerdo con las tablas científicas de Geigy. En total se consiguió la localización de yodo, cloro, bromo, potasio, sodio, cinc, hierro, fósforo, calcio, cobre, azufre, estaño, flúor, silicio, magnesio y plomo. (El orden ha sido especificado en relación al mayor volumen encontrado en las muestras.) Estas fueron sometidas a irradiaciones neutrónicas con un microeyector alimentado por nuestra pila nuclear Snap. El primer «bombardeo» fue de dos minutos, con un flujo equivalente a 4,5 X 1012 neutrones por cm2, que permitió la determinación de núcleos con semiperíodos de transformación comprendidos entre las decenas de segundo y la centena de minuto. Un segundo «bombardeo» de casi 120 minutos y un flujo de 1 X 10 neutrones por cm, localizó y transformó los núcleos de más largo semiperíodo de transformación. Para la experiencia de espectrometría gamma se utilizó un cristal semiconductor del tipo Ge/Li de 35 cc, unido a un analizador-elaborador Laben 701. (N. del m.) <<
[164] Otro de los inconvenientes que nos hizo dudar del proceso de fibrinolisis fue la dificultad de considerar la licuación de la fibrina de una forma general y simultánea en la totalidad de las manchas de la sábana. Los doctores Vignon y Barbet son partidarios de la formación de esos calcos, única y exclusivamente cuando la fibrina está a medio disolver. Ni antes ni después. Todo depende, por tanto, de un concretísimo momento que, en el caso que nos ocupa, dudamos mucho se registrara de forma generalizada e idéntica para cada reguerillo, coágulo, etc, de ambas caras del lino. Demasiado forzado e improbable. (N. del m.) <<
[165] Mi compañero llevó a cabo dos tipos de pruebas preliminares: la ya referida de la bencidina y la más fiable, a base de fenolftalema. Con la primera, la presencia del pigmento sanguíneo arrojó al momento el clásico color azul intenso. Pero, conociendo la potencial naturaleza carcinogenética de la bencidina, fue practicada la prueba de la fenolftaleína, colocando el extracto de la prueba en un vidrio de reloj con una gota de fenolftaleína (130 mg), de hidróxido de potasio (1,3 g) y agua destilada (100 ml). Después de hervir hasta el aclaramiento, añadió 20 g de polvo de zinc durante dicha ebullición y algunas gotas de peróxido de hidrógeno (20 volúmenes). El color rosa resultante demostró, una vez más, que estábamos en presencia de sangre. Por supuesto, hubiéramos podido continuar con otras pruebas más concluyentes, pero para Caballo de Troya era suficiente. (N. del m.) <<
[166] Uno de los hilos extraído del lienzo fue desintegrado en sueros anti-A y anti-B. Después de lavada la muestra se trató con células de prueba A, B y O, detectando así las aglutininas absorbidas. Al hallarse secos los hematíes —proceso que destruye la aglutinabilidad, aunque no su antígeno—, pudimos lograr el mismo fin, demostrando la capacidad para absorber las aglutininas de los sueros sotck y disminuir así su fuerza anti-A y anti-B, de manera similar con los otros tipos de genes. (N. del m.) <<
[167] En aquellos momentos de la investigación, y de acuerdo con las tablas universalmente aceptadas sobre la herencia, sólo podíamos contemplar las siguientes posibilidades, siempre en base al grupo sanguíneo descubierto (AB): acoplamiento de progenitores A y B niños posibles: O, A, B y AB. Para acoplamiento A X AB niños A, B o AB. Para acoplamiento de progenitores B X AB niños A, B o AB. Por último, en acoplamientos de AB X AB niños A, B o AB. Cabía la probabilidad teórica, por tanto, de que María y José pudieran haber sido A, B o AB, entre los cálculos más normales. (N. del m.) <<
[168] En 1969, Lech demostró que la porción distal del cromosoma Y tiene una marcada fluorescencia, después de una tinción con quinacrina. Con posterioridad se observaría que hay hombres normales que no tienen fluorescencia. Repief encontraría una incidencia negativa en el 1/458 de los recién nacidos masculinos. Phillips comprobó un 86% de leucocitos con cuerpos Y fluorescentes para el varón y un 0.5% para la mujer. (N. del m.) <<
[169] He aquí otro dato, coincidente con lo averiguado hasta el momento en el lienzo de Turín. Secondo Pia lo descubriría en 1898. Nuestras placas presentaban —en las películas negativas— el «positivo» de la imagen que teníamos ante nuestros ojos, en el lino. Ante nuestro asombro, aquel «negativo» fotográfico —impensable en el siglo I— reunía todas las características que hoy atribuimos a dichas imágenes: tanto la luz como la oscuridad y la posición «derecha-izquierda» aparecían invertidos. Además, las «manchas» reaccionaron a la radiación ultravioleta, en una clara respuesta fluorescente. ¿Qué podía ser todo aquello? ¿Cómo en un paño de lino podían darse circunstancias tan extraordinarias? La verdad es que sólo este descubrimiento habría merecido toda nuestra atención… (N. del m.) <<
[170] Como ya había apuntado el doctor Vignon a principios de siglo en relación a la Síndone de Turín, la intensidad de la imagen allí plasmada varía inversamente con la distancia paño-cuerpo. En otras palabras, cuanto más cerca estaba el lino del cadáver, más oscura era la «mancha». Nuestros instrumentos refrendaron este postulado certera y matemáticamente. Esto significaba que en la imagen había sido «encerrada» una información sobre la distancia en niveles de intensidad variables de dicha imagen al lino. Pero ¿en pleno siglo I? Al convertir las fuerzas de intensidad de las «manchas» a grados de relieve vertical, obtuvimos, atónitos, la reconstrucción matemática de una figura en relieve. ¡Increíble! ¿Qué pudimos deducir de todo esto? En primer lugar, que la formación de aquella «imagen» era uniforme e independiente de las cualidades superficiales del cadáver. Segundo: que el lienzo tenía que estar relativamente plano en el instante de la formación de la imagen. Tercero: que los procesos encaminados a cambiar la intensidad de las «manchas» actuaron uniformemente, o no actuaron. La tridimensionalidad tiene que ser una característica distintiva, ya que no existe distorsión cuando la imagen es transformada a relieve vertical. Y quizá una de las conclusiones no menos importante: esa imagen maravillosa no pudo ser fruto del contacto; es decir, de la acción de vapores amoniacales, ungüentos, etc. De haber sido así, la decoloración del lienzo sólo se habría registrado en las áreas donde la sábana hubiese tocado el cuerpo. Un contacto directo habría provocado que la imagen en cuestión apareciese plana en la parte superior, con una elevación vertical idéntica para todas las zonas de contacto. Pero nada de esto ocurría con el enigmático lino. Pero había mucho más. ¿Cómo explicar que las improntas dorsal y frontal presentasen el mismo grado de intensidad? Por lógica, un cadáver con ochenta decímetros cúbicos descansando sobre el lino subyacente debería de haber producido una «marca» o «señal» muy diferente a la registrada en el paño superior. Sin embargo, como digo, ambas imágenes son idénticas. Sólo cabía una explicación: que el cuerpo, en el momento de la formación de la imagen, se hubiera encontrado en el aire; en plena levitación.
Pero chocábamos nuevamente con un «imposible» científico: ningún cuerpo —menos el de una persona muerta— puede «elevarse» por sí mismo… A no ser que… Pero no: era demasiado fantástico. De lo que sí estamos convencidos es de que, con el tiempo, cuando esa «información» codificada en la imagen pueda ser estudiada en profundidad, la Humanidad se sorprenderá ante nuevos y escalofriantes datos sobre lo que hoy se entiende —o no se entiende— como «resurrección». Solo será cuestión de esperar, aunque yo sé que no viviré para entonces… (N. del m.) <<
[171] Este aparato, puesto a punto por IBM, puede resolver estructuras que tienen tan sólo una centésima parte del tamaño de un átomo. Como es sabido, el microscopio óptico no está capacitado para resolver estructuras atómicas. (La longitud de onda promedio de la luz visible es unas 2000 veces mayor que el diámetro típico de un átomo que, como se recordará, es del orden de tres angstróms). Una de estas unidades de longitud equivale a una diez mil millonésima de metro. Es decir, tratar de visualizar un átomo o una estructura atómica con luz visible sería como pretender descubrir grietas del grosor de un cabello humano en una pista de tenis, lanzando pelotas sobre su superficie y observando su deflexión. No quiero entrar en detalles técnicos de la estructura de un microscopio de «efecto túnel», pero me referiré a algunas de sus importantes características, que hicieron posible nuestro «descubrimiento». La principal diferencia con el resto de los microscopios estriba en que aquél no utiliza partículas libres. Por tanto, no necesita lentes ni fuentes especiales de electrones o fotones. Su única fuente de radiación son los electrones ligados que ya existen en la muestra sometida a investigación.
Para comprender mejor este principio, imaginemos que los electrones ligados a la superficie de la muestra son análogos al agua de un lago. Igual que parte del agua se filtra al terreno, formando corrientes subterráneas, algunos electrones de la superficie de la muestra se «fugan» de ésta, originando una nube electrónica alrededor de dicha muestra. De acuerdo con la física clásica —y sigo bebiendo en los escritos de Binnig y Rohrer— esta «nube» no podría existir porque la reflexión en los límites de las superficies confina las partículas dentro de ellas. Sin embargo, esto no es así en la mecánica cuántica, donde cada electrón se comporta como una onda: su posición no está bien definida. Parece como si se «difuminase». Esto explica la existencia de electrones más allá de la superficie de la materia. La probabilidad de encontrar un electrón decae rápidamente —de forma exponencial— con la distancia de la superficie. Este efecto se conoce como «efecto túnel», ya que los electrones parecen estar «cavando» túneles más allá de su frontera clásica. (N. del m.) <<
[172] «Nuestro» microscopio de «efecto túnel», en lugar de los dos electrodos que habitualmente tienen estos aparatos, había sido rectificado de la siguiente forma: Caballo de Troya reemplazó uno de los electrodos por la muestra a investigar (la sábana) y el segundo fue sustituido por una punta afilada como una aguja. Por último se cambió la capa aislante rígida por otro, no rígido. En este caso, el vacío. De este modo fue posible desplazar la punta sobre los contornos de la superficie de la muestra. (N. del m.) <<
[173] Como cita Rops en sus estudios, «ciertas leyendas rabínicas pretenden que ese abismo metafísico —el seol— podría ser también una realidad física y tangible, al que se tendría acceso quitando un gran peñasco que se halla en el centro del “Sanclasantorum, en el Templo». Para otros, en cambio, las refaim del seol no son nada, no hacen nada, no saben nada y no pueden nada. El concepto «nada» sería el contrario a «existencia». En el libro de Isaías (XXXVIII, 18), el propio profeta llega a gritarle a Yavé: «El seol no puede alabarte.» Hay que considerar que para un judío medianamente piadoso, dejar de alabar al Señor era poco menos que estar reducido a la nada. En consecuencia, el seol mismo no podía estimarse como un lugar de premio o de castigo. El Eclesiastés (XLI, 18) lo dice con claridad: «En el seol no te reprocharán tu vida.» Naturalmente, no todos compartían esta creencia en el seol. Otros rabíes hablaban del «lugar destinado a cada justo», mencionado también en el Salmo XLII. Si la vida del difunto había sido de acuerdo con la Ley, el ángel de la muerte gritaba: «Preparad un lugar para este justo.» (N. del m.) <<
[174] A las ocho horas del óbito, una vez lavado y untado con perfumes, el cadáver solía abandonar el lugar donde se había registrado el fallecimiento, siendo trasladado —en general en angarillas de féretro abierto— a la sepultura. Concluida la ceremonia de conducción, la costumbre obligaba a los parientes a reunirse en el «pan de duelo». Podía beberse, pero con moderación. A continuación, los que no habían podido asistir a las exequias, hacían las obligadas visitas de condolencia. El tratado Baba bathra (Talmud) decía que, en este caso, debían levantarse siete veces de sus asientos, saludando a la familia otras tantas veces. (N. del m.) <<
[175] Las filacterias —traducción griega de los tefilín— eran y son unos estuches negros y cuadrados, de pequeñas dimensiones, fabricados con pieles de animales puros. En su interior se introducían pasajes del Éxodo y del Deuteronomio, escritos en pergaminos y que se amarraban en la frente y en la palma de la mano a base de correas igualmente negras. (N. del m.) <<
[176] El Protoevangelio de Santiago, atribuido a Santiago el Menor —calificativo con el que, al parecer, se diferenciaba al hermano de Jesús del otro Santiago, el Zebedeo— es uno de los apócrifos más remotos. El texto actual fue fijado por Tischendorf, utilizando para ello alrededor de veinte textos diferentes. Básicamente cuenta la vida de María hasta el nacimiento de Cristo, las maravillas que acompañaron a este último y la matanza de los «inocentes». Posiblemente data de los siglos XIV o XV y, francamente, no resulta demasiado creíble. (N. del m.) <<
[177] En el derecho judío, un matrimonio constaba de dos «momentos» o fases bien diferenciadas y estrechamente ligadas: los esponsales y el casamiento o «bodas» —Cuando dos jóvenes decidían unirse para toda la vida entraban en el primer estadio. En realidad se les consideraba ya como esposos, sin embargo, la definitiva unión, tal y como fija el Deuteronomio, sólo se producía cuando el novio «tomaba a la esposa de su casa» (Deut., XX, 7). A pesar de ello, los esponsales no pueden juzgarse como un simple «noviazgo». Llevaba en sí mismo el sello de un auténtico «contrato matrimonial». Hasta el punto que una mujer que era sorprendida en adulterio —encontrándose en el período de «esponsales»— podía ser repudiada y ejecutada. Parece ser que era una costumbre tolerada aunque mal vista, que los «esposos» mantuvieran relaciones sexuales, como marido y mujer, antes de las nupcias propiamente dichas— Éstas, como digo, tenían lugar con el traslado de la novia o esposa a la casa del marido. Las fiestas duraban hasta siete días, incluso más. (N. del m.) <<
[178] Efectivamente, seis generaciones antes de José —según el texto de Mateo—, aparece un tal Sadoq o Zadoq, que engendró a Aquim. Éste engendró a Eliud y éste, a su vez, a Eleazar. Este engendró a Mattán y Mattán a Jacob. Y éste fue el nombre del padre de José, esposo de María. (N. del m.) <<
[179] Entre los judíos de entonces, el año comenzaba en primavera. Concretamente en el mes de Nisán, que correspondía, según, a nuestros marzo o abril. Este ciclo cultural estaba inspirado en el calendario babilónico. A partir del destierro, el pueblo de Israel adoptó incluso los nombres de los meses babilónicos: Iyyar era el segundo mes (abril-mayo), Siván el tercero (mayo-junio), Tammuz el cuarto (junio), Ab el quinto (julio-agosto), Elul el sexto (agosto-septiembre), Tieri el séptimo (septiembre-octubre), Marjedn el octavo (octubre-noviembre), Kisléu el noveno (noviembre-diciembre), Tébet el décimo (diciembre-enero), Sabat el undécimo (enero-febrero) y Adar el duodécimo y último (febrero-marzo). El año era lunisolar, con 12 meses de 29 o 30 días y un mes suplementario cada dos o tres años para enjugar el retraso del ciclo lunar sobre el año solar. (N. del m.) <<
[180] Lucas en su Evangelio recalca una y otra vez la palabra «virgen»: «… Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María…» En tan pocas líneas se contabilizan dos errores: «una virgen desposada con un hombre llamado José» y «de la casa de David». En cuanto al resto del pasaje en cuestión, también aparece plagado de «modificaciones» o de errores. Por ejemplo, refiriéndose a Jesús, Lucas pone en boca del ángel: «… y el Señor Dios le dará el trono de David.» Jamás hubo alusión a tal trono. ¿Para qué? La misión del Maestro era otra y Él se encargaría de repetirlo en vida más de una vez. Lucas, que escribió su Evangelio muchos años después de la muerte de María, no fue bien informado o, quizá, se dejó arrastrar por las corrientes que pretendían magnificar todo lo relacionado con Jesús, incluyendo una madre permanentemente virgen. Algo que iba contra todas las costumbres y normas de la sociedad judía de entonces. (N. del m.) <<
[181] En la Palestina de entonces, los caminos que la surcaban de sur a norte, al igual que los que discurrían de este a oeste, no eran fáciles. Entre los primeros había tres grandes rutas: la de Sefela, que chocaba con la cadena montañosa del Carmelo; el Jordán, que resultaba muy molesto durante los meses de calor y la más usual: Samaria, muy abrupta y que los judíos de estricta observancia religiosa procuraban evitar a toda costa. (El contacto con los samaritanos era motivo de «impureza».) De no haber sido por el delicado estado de María, quizá José se hubiera decidido por esta última. (N. del m.) <<
[182] El líquido fetal, lógicamente, no es comprimible y al derramarse contribuye a ensanchar las membranas hacia el punto de menor resistencia. Generalmente, después de la aparición de las membranas, empujando el citado canal cervical, la cabeza fetal llega detrás, dilatando aún más dicho conducto. Es muy posible que esa «ruptura de aguas», como se denomina popularmente a la pérdida del líquido fetal, se produjera en María en el transcurso de esa noche del 20 de agosto. (N. del m.) <<
[183] Esta descripción podría encajar en la última fase de los dolores, quizá tuvieron una intermitencia de cinco minutos. En cada contracción, las fibras musculares de la pared uterina comprimen más la cavidad, preparando así la salida del niño, que cada vez dispone de menos espacio. Entre contracción y contracción, lo normal es que se registre una pausa. En esos momentos entra sangre fresca en la placenta y los latidos del bebé recuperan su frecuencia e intensidad. (N. del m.) <<
[184] La costumbre de frotar al recién nacido en sal se basaba en la creencia de que, así, la piel adquiría una mayor firmeza. En cuanto al hecho de entregárselo primero al padre, constituía todo un rito del reconocimiento y legitimidad. Lo normal es que, al recibir al bebé, el padre lo colocase sobre sus rodillas. Si un abuelo estaba presente, el privilegio se cedía a éste, tal y como decía el Génesis (L, 23). (N. del m.) <<
[185] Con toda probabilidad, la adopción por parte de la Iglesia del 25 de diciembre como festividad de la Natividad (me refiero a la Iglesia occidental) se remonta a los siglos IV o V de nuestra Era. Una de las opiniones más extendida y aceptada basa este hecho en la «institucionalización» del Cristianismo a raíz del emperador Constantino, que empujó la definitiva expansión y consolidación pública de la religión de los cristianos. Parece muy probable que la floreciente Iglesia decidiera «transformar» una de las celebraciones paganas de entonces en la «Natividad» del Señor. Aunque hay diversidad de criterios al respecto, cabe pensar que esa celebración pagana que sirvió para el «cambio» fuera la del «invicto sol» o las Angeronalias o Diualias, todas ellas romanas. Estas últimas tenían lugar el 21 de diciembre. Según Varrón (L, L, 6, 23), se ofrecía un sacrificio a la diosa en la curia Acculcla. Al parecer, al igual que Dea Dia, eran fiestas ubicadas en los días más cortos del año (solsticio) y que anunciaban la renovación del año o la «victoria del sol». (Los días, en efecto, empezaban a ser más largos.) La Iglesia de occidente (la de oriente jamás celebró la Natividad; sólo la Epifanía), según los expertos, pudo transmutar la fiesta que conmemoraba el «nacimiento o la llegada y victoria del triunfante sol» por el «nacimiento del verdadero Sol: Jesús de Nazaret». En las célebres homilías del papa San León Magno (año 450) ya se habla de esta «moderna» fiesta cristiana del 25 de diciembre. Como he referido en algunos de mis libros —y no voy a entrar en ello ahora—, ni las costumbres pastoriles de aquella época ni la meteorología de Palestina permiten que los «pastores guarden su ganado al raso» en los meses de diciembre, enero y febrero.
En cuanto al segundo error al que hace alusión el diario del mayor —la fijación del nacimiento de Cristo en el año «uno»—, también estoy de acuerdo. No pudo ser así. El padre Igartua, jesuita, en su excelente obra Los Evangelios ante la Historia (pág. 73), lleva a cabo un pormenorizado informe sobre este «fallo», reconocido por todos los historiadores y que nos hace arrastrar un estimable «retraso» en el calendario oficial. He aquí el estudio de J.M. Igartua:
“1. Jesús nació en tiempos de Herodes el Grande, según los mismos evangelios (Mt., 2, 1, y Le., 1, 5). Pero Herodes murió antes del año 1, luego es necesario anteponer la fecha del nacimiento de Cristo.
“2. ¿Qué año murió Herodes? Se ha conseguido la precisión con el historiador judío Flavio Josefo. He aquí sus datos. El año en que Herodes comenzó a reinar está fijado por el, conforme al cómputo existente griego, en la olimpiada 184, constando cada tiempo de olimpiada de cuatro años, lo que da un total de 736 años. Determina el año por el consulado romano contemporáneo de Calvino y Asinio Polión (Ant. Jud., XIV, 14, 5). Pero todavía no se puede establecer la era cristiana, pues no tenemos aún dato de correlación entre ambos cálculos cronológicos.
«3. La duración del reino de Herodes la fija el historiador Josefo en “treinta y cuatro años después de que mató a (su contrincante) Antígono, y desde que recibió el reino de los romanos treinta y siete años (Ant. Jud., XVII, 8,1, y Bell. ,Jud., 1,33,8). La muerte ocurrió en el quinto día desde que ordenó dar muerte a su propio hijo Antipatro. Pero continuamos en la misma incertidumbre acerca de la correlación con la era cristiana de Dionisio el Exiguo (la actual). Los 736 años griegos de las olimpiadas (“en la olimpiada 184», según Josefo) se correlacionan con los años romanos restando 23, pues según Varrón la fundación de Roma aconteció en el año 23 de las olimpiadas, y equivalen así a 736-23713 ab UC. Como Josefo añade que Herodes reinó 37 años, sumando éstos a los 713 tenemos 750 ab UC para año romano de su muerte. ¿Cómo emparejar ahora con la era cristiana este año 750 UC de la muerte de Herodes?
«4. Providencialmente un dato casi perdido en el conjunto ha permitido establecer la correlación. Pues Josefo (Ant. Jud., XVII) narra el suceso de un asalto de los extremistas religiosos al templo contra las insignias romanas, dirigido por dos doctores de la Ley y ejecutado por arriesgados jóvenes, no más de un mes antes de la muerte de Herodes. Éste, que aunque enfermo tenía aun arrestos crueles, mandó quemar vivos a los dos doctores y a algunos jóvenes asaltantes, y en ese mismo día de su ejecución —dice Josefo— “hubo un eclipse de luna», que fue interpretado como signo celeste contra Herodes, acompañado de que su propia muerte ocurrió casi en la Pascua. Ahora bien, los astrónomos modernos han identificado tal eclipse de luna, visible en Judea, en el año 4 antes de Cristo, el 13 de marzo. Tenemos así un dato ya cierto de correlación: el año de la muerte de Herodes el Grande fue el año -4, antes de Cristo, y el nacimiento de Jesús hubo de ser, conforme a lo recordado de los Evangelios en vida suya, luego antes del -4. Si añadimos el cálculo de dos años que hizo el propio Herodes en Mateo, cuando mandó matar a los niños menores de dos años, estamos en el -6. Y así, se calcula, con bastante precisión, como año del nacimiento de Jesús el año -6 o -7 de la Era cristiana. (N. del a.) <<
[186] De la virginidad de la B. V. M. (Cst., 681 B.s; Jf., 261; PL., 13, 1177 B; Msi., III, 675 A; Hrd., 1, 859 C s.), en la que se ataca el error de Bonoso. (N. del m.) <<
[187] Aunque existen dudas al respecto, la ciudad de Ur ha sido identificada con la patria de Abrahán. El Génesis (11, 31) dice que el padre del famoso patriarca, Teraj, emigró a Jarán desde Ur de los Caldeos, una gran ciudad sumeria situada cerca del golfo Pérsico. (N. del m.) <<
[188] En el año 39 a.C., Herodes el Grande, procedente de Italia, penetró en Israel con un ejército de mercenarios. Durante dos años se enfrentó a Antígono, el legítimo monarca, que tenía de su parte a los judíos. Jerusalén caería en sus manos después de dos meses y medio de asedio. Miles de hebreos fueron acuchillados y Antígono, encadenado, fue enviado a Antioquía. Allí sería decapitado por el célebre Marco Antonio. Su muerte puso punto final a los 103 años de la legítima dinastía de los Asmoneos. (N. del m.) <<
[189] Algunos exégetas modernos han puesto en duda la realidad histórica de este infanticidio. Examinando la trayectoria de Herodes el Grande, uno llega a la triste conclusión de que la crueldad del impostor era tal que esta acción encaja perfectamente en su «línea de conducta». Veamos algunos ejemplos que, entiendo, justifican cuanto digo: a partir del año 37 a.C., el gobierno de Herodes se convertiría en una pesadilla. Fueron ajusticiados 45 partidarios de Antígono, pertenecientes a las más nobles familias. Su venganza no se detiene ni ante el Consejo Supremo. Numerosos ancianos y escribas fueron igualmente ejecutados y desterrados. Sus recelos alcanzaron, incluso, a su propia familia. En Jericó, por orden suya, sería asesinado en el baño su cuñado Aristóbulo III, que sólo contaba diecisiete años de edad. Después ordenó el asesinato de su esposa, Mariamme y el de su madre, Alejandra. Por último, acabó con la vida de dos de sus hijos. Formó un auténtico ejército de espías y confidentes, que sembraron el terror, provocando un continuo baño de sangre. En su testamento llegó a incluir una cláusula secreta por la que —nada más fallecer— miles de dignatarios de Israel deberían ser reunidos en el hipódromo y pasados a cuchillo. «De esta forma —explicaba el propio Herodes—, el llanto y duelo por mi muerte será mucho más notable.»
Y como ya hemos visto, poco antes de su muerte, el odiado «criado edomita», como se le llamaba popularmente, mandó quemar vivos a varios doctores de la Ley y a los «guerrilleros» (posiblemente zelotas) que asaltaron el Templo, derribando las águilas y escudos de Roma. Ante semejante reguero de sangre y destrucción, ¿cómo dudar de la historicidad de la llamada matanza de los inocentes de Belén? Si algo le había costado en su vida era precisamente el trono que usurpaba. De ninguna manera podía dejar arrebatárselo por «rey» alguno. Y mucho menos por el prometido «libertador» (N. del m.) <<
[190] De acuerdo con las teorías de los doctores Warburg, Harinan y Miquel, entre otros, los estudios y experiencias sobre ratones y drosophilas indican que, entre las alteraciones más importantes producidas por el envejecimiento a nivel subcelular, figuran: inclusiones intranucleares, invaginación de la membrana nuclear, acumulación del pigmento lipofuscina y disminución del número de ribosomas y mitocondrias. El pigmento, que es uno de los efectos del envejecimiento más intensamente estudiados, se origina en gran proporción a partir de las mitocondrias que, como es bien sabido, pueden sufrir una degradación de sus membranas con participación de los enzimas lisosomales. Esta desorganización estructural que, en definitiva, era lo que Eliseo y yo padecíamos, se acompaña de una gran variedad de alteraciones bioquímicas, entre las que destacan una disminución de la síntesis de proteínas, una tendencia a la oxidación de los aminoácidos sulfurados y una depresión de la oxidación intramitocondrial de los lípidos. (N. del m.) <<
[191] Teníamos constancia de la inactivación del ADN del mitocondrio, causa casi segura de la degeneración mitocondrial y, a su vez, del envejecimiento final. Miquel, por ejemplo, en sus experiencias en la NASA, había avanzado que esa inactivación del ADN podría estar ocasionada —en general— por los productos nocivos (radicales libres y peróxidos de lípidos) que se originan en el mitocondrio durante la producción de energía por medio de la respiración celular. Según esta teoría, el envejecimiento humano y de los animales sería una manifestación de desgaste y una consecuencia inevitable de la falta de equilibrio entre los procesos desorganizadores y regeneradores en las células diferenciadas. Desgraciadamente conocíamos los efectos, pero no la o las causas de esa mutación…, aunque todo parecía señalar al «mortal» consumo de radicales libres de las neuronas durante el infinitesimal proceso de inversión de masa. De hecho, las drosophitas jóvenes —con mayor capacidad de consumo de ese oxígeno activado— habían muerto más rápidamente y en mayor proporción que las viejas durante el referido proceso de inversión de los ejes de los swivels. La clave, en suma, debía de estar en los radicales libres… (N. del m.) <<
[192] De acuerdo con las mediciones de Von Economo y Koskinas, la población neuronal de un ser humano adulto y normal alcanza la astronómica cifra de ¡14000 millones! Nuestras pérdidas anuales, en base a dicho número, fueron estimadas en algo menos de 1400 millones. Es decir, para entrar en la peligrosa fase de muerte o «cuasi-muerte» cerebral nos separaban tan sólo unos nueve meses y medio. En un adulto, a partir de los 20 años y en condiciones de normalidad, esas pérdidas han sido fijadas en unos 36500000 neuronas. Como sabe cualquier especialista en anatomía humana, el manto o corteza cerebral recubre, formando una capa de sustancia gris, la superficie de los hemisferios cerebrales, con excepción de aquellas porciones de los mismos que quedaron rudimentarias, como el «área coroidea». Forma, por lo tanto, una capa continua, que tapiza no sólo las porciones de las circunvoluciones que son visibles en la superficie, sino las caras laterales y los fondos de los surcos. Su superficie es, por lo tanto, considerablemente más extensa que lo que hace presumir el aspecto externo del cerebro.
Esta «superficie», evaluada por métodos planimétricos, sería para un sujeto adulto de 220000 mm2. (Es decir, un cuadrado de cerca de 0,50 m de lado)…De éstos, sólo un tercio corresponde a la superficie de las circunvoluciones, mientras que los dos tercios pertenecen a las caras laterales y los fondos de los surcos. El «espesor» de la corteza varía mucho de unas regiones a otras; de menos de 2 a 4,5 mm, considerándose una media de 2,5 mm. Aceptando esta media y la superficie señalada anteriormente, resulta que su «volumen» sería de unos 560 cm3. Como su peso específico sería de 1038, resulta que su «peso» es de unos 581 g. La corteza está constituida principalmente por células nerviosas, y fibras que son las prolongaciones de estas mismas células o procedentes de otras colocadas en otras regiones del sistema nervioso. El elemento noble son las células nerviosas o neuronas.
Contando las existentes en un cuadrado de corteza de 1 y de 2,5 mm de espesor, los citados científicos —Economo y Koskinas— establecieron el número en 63000, que multiplicadas por la superficie total (220000 mm2) daría el referido volumen de 14000 millones de neuronas. De ellas, 8000 millones, corresponderían a las células grandes y medianas y el resto a las pequeñas. Si colocáramos todas esas células juntas, ocuparían un volumen de unos 20,4 cm3, con un peso insignificante de ¡21g! Resulta asombroso que el hombre «piense» con tan despreciable peso… (N. del m.) <<
[193] El squid era un sofisticado sistema destinado a la medición de las interferencias cuánticas superconductoras, capaz de registrar ínfimas variaciones de naturaleza magnética. Pero hablaré de él más adelante. (N. del m.) <<