Normas ortotipográficas a tener en cuenta
A continuación se presentan una serie de normas ortográficas y tipográficas a tener en cuenta a la hora de maquetar un ePub. Para cualquier duda añadida, consultar la Real Academia Española.
1. Uso correcto de las mayúsculas
Se escriben con mayúscula inicial:
- La primera palabra del título de un libro, artículo, película o pieza teatral: Lo que el viento se llevó, Los intereses creados, La aldea perdida. El resto de las palabras que lo componen, salvo que se trate de nombres propios, deben escribirse con minúscula: Últimas tardes con Teresa.
- La primera palabra de un escrito; la que va después de punto; la que sigue a un signo de cierre de interrogación (?) o de exclamación (!), si no se interpone una coma; y la que va después de dos puntos, siguiendo la fórmula del encabezamiento de una carta o reproduciendo palabras textuales. Ejemplos: ¿Cómo? Hable más alto; Querido Andrés: Recibí ayer tu carta…; Comenzó a dar voces don Quijote, diciendo: «Aquí, aquí, valerosos caballeros».
- Todos los nombres propios y los sobrenombres que los sustituyen o acompañan: Francia, Tajo, Luis el Calvo, Castilla la Vieja, el Burlador, el Manitas. Cuando un nombre propio de ciudad lleva artículo, lo más frecuente es escribir este también con mayúscula: El Ferrol, La Haya, El Cairo, El Havre.
- Las palabras que designan a Dios o a la Virgen María: el Creador, la Madre del Salvador, Él, Ella.
- Los títulos de dignidad o de autoridad y los nombres que designan entidades: el Jefe del Estado, Su Majestad, Su Excelencia, el Gobierno, Ministerio de Asuntos Exteriores, Escuela de Artes y Oficios.
- Pero en los títulos de publicaciones periódicas van con mayúsculas no sólo la inicial de la primera palabra, sino de los nombres y adjetivos que formen parte de ellos: Revista de Ideas Estéticas, El Hogar y la Moda, El Correo Catalán.
- Los títulos de Rey, Príncipe, Infante, Conde Duque, Marqués y semejantes, se escriben con mayúscula, según la RAE, cuando designan a personas concretas, y con minúscula cuando están utilizados en un sentido genérico: Fue recibido por los Reyes; Los reyes mueren igual que los esclavos. Esta regla a menudo no se acata hoy, al menos cuando el título va seguido de nombre propio o de complemento, y suele verse impreso el zar Nicolás, la reina de Inglaterra, la duquesa de Alba, etc.
- Los nombres de los días, de los meses y de las estaciones del año van en minúsculas: lunes, abril, verano. Sólo se escriben con mayúscula cuando forman parte de fechas históricas, festividades o nombres propios: Primero de Mayo, Primavera de Praga, Viernes Santo, Hospital Doce de Octubre.
- Ciertas palabras se escriben con mayúscula inicial para diferenciar un significado de nombre propio de otro de nombre común. Es el caso de la mayúscula diacrítica o diferencial. Por ejemplo, la Iglesia (institución) y la iglesia (templo), el Estado (cuerpo político) y el estado (división administrativa), el Gobierno (institución) y el gobierno (forma de gobernar), etc. En otros casos, la mayúscula diacrítica en uno o más términos de un sintagma confiere a este un significado distinto; por ejemplo, Gobierno Militar (institución y edificio donde reside), Gobierno militar (Gobierno de un país constituido por militares) y gobierno militar (forma de gobernar los militares); Gobierno Civil (institución y edificio donde reside), Gobierno civil (Gobierno constituido por civiles) y gobierno civil (forma de gobernar de los civiles); Banco Central (en España, entidad bancaria que tiene esa denominación) y banco central (banco de emisión de un país).
- No hay que olvidar que algunos nombres comunes pueden personificarse y pasar a ser, en ocasiones, nombres propios: la Libertad, la Muerte, la Fortuna (estas palabras con minúscula tienen un valor significativo diferente).
2. Uso correcto de las comillas
- En los textos impresos, se recomienda usar en primer lugar las comillas angulares (« »), quedando las inglesas y las simples (en este orden) para entrecomillar texto ya entrecomillado.
- Por ejemplo: «Antonio me dijo: “vaya ‘cacharro’ se ha comprado Julián”».
- Cambio de las comillas (" ") por su símbolo tipográfico (“ ”) donde corresponda.
- Cambio de las comillas simples (' ') por su símbolo tipográfico (‘ ’) donde corresponda.
- Los títulos de libros, películas, etc. deben escribirse en cursiva.
- Los signos de puntuación correspondientes al período en el que va inserto el texto entrecomillado se colocan siempre después de las comillas de cierre:
- Sus palabras fueron: «No lo haré»; pero al final nos ayudó.
- ¿De verdad ha dicho «hasta nunca»?
- El texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos ortográficos (si el enunciado entre comillas es interrogativo o exclamativo, los signos de interrogación y exclamación se escriben dentro de las comillas):
- Le preguntó al conserje: «¿Dónde están los baños, por favor?».
- «¡Qué ganas tengo de que lleguen las vacaciones!», exclamó.
- La excepción a la regla anterior es cuando lo que va entrecomillado constituye el final de un enunciado o de un texto. Debe colocarse entonces punto detrás de las comillas de cierre, incluso si delante de las comillas va un signo de cierre de interrogación o de exclamación, o puntos suspensivos:
- «No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.
- «¿Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco.
- «Si pudiera decirle lo que pienso realmente…». A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.
- Las llamadas de nota que afecten a todo el texto entrecomillado deben colocarse entre las comillas de cierre y el punto:
- Rafael Lapesa señalaba que «es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la pronunciación del español de América»1.
- Si la nota sólo hace referencia a la última palabra del texto entrecomillado, la llamada debe colocarse delante de las comillas de cierre:
- Rodolfo Lenz llegó a afirmar que el habla vulgar de Chile era «principalmente español con sonidos araucanos1».
3. Uso correcto de los guiones
Existen tres principales tipos de guiones (-),(–), y (—).
La raya (—) "—"
Llamada también «guion largo» o «guion de tipo M» por tener el mismo largo de una M, sirve para indicar tanto las intervenciones o parlamentos de los personajes (guiones de diálogo) como los incisos del narrador.
En el primer caso, la raya va pegada a la inicial de la palabra con la que comienza el parlamento, con la sangría de la primera línea del párrafo.
ej: —Un verdadero veterano de guerra, por lo que veo.
En el segundo caso, va precedida de un espacio cuando comienza el inciso, y seguida de espacio cuando termina.
ej: —¿Qué fue eso? —preguntó Beregond—. ¿También tú oíste algo?
La última raya sólo se emplea cuando el inciso está dentro del parlamento; cuando está situado al final nunca debe cerrarse.
ej: —¿Dónde estamos, Gandalf? —preguntó.
Para escribir una raya en Windows utilizamos Alt+0151. En Mac pulsamos opc+shift+-.
El guion "-"
El guion suele implicar unión: de palabras (científico-técnico), en elementos de palabras (intra-, -ado).
Para escribir un guion basta con utilizar la tecla "-".
El signo menos (–) "–"
El menos es un signo matemático para la resta o representar números negativos. Tiene el mismo ancho que el signo más (+)
Para escribir un signo menos en Windows utilizamos Alt+0150. En Mac pulsamos opc+-.
La semirraya, que en español no suele utilizarse, se ve en ocasiones como reemplazo de la raya en medidas cortas, aunque tal uso sea discutible. Es frecuente que, por tener un tamaño intermedio entre el guion y la raya, se confunda con el menos, pero se trata de signos distintos.
Aplicación
En textos narrativos, la raya se utiliza entre otras cosas para introducir o enmarcar los comentarios y precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. En este uso debe tenerse en cuenta lo siguiente:
- No se escribe raya de cierre si tras el comentario del narrador no sigue hablando inmediatamente el personaje: —Espero que todo salga bien —dijo Azucena con gesto ilusionado. / A la mañana siguiente, Azucena se levantó nerviosa.
- Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después: —Lo principal es sentirse viva —añadió Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
- Cuando el comentario o aclaración del narrador va introducido por un verbo de habla (decir, añadir, asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.), su intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o de exclamación: —¡Qué le vamos a hacer! —exclamó resignada doña Patro (y no —¡Qué le vamos a hacer! —Exclamó resignada doña Patro). Si la intervención del personaje continúa tras las palabras del narrador, el signo de puntuación que corresponda al enunciado interrumpido se debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador: —Está bien —dijo Carlos—; lo haré, pero que sea la última vez que me lo pides.
- Cuando el comentario del narrador no se introduce con un verbo de habla, las palabras del personaje deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe iniciarse con mayúscula: —No se moleste. —Cerró la puerta y salió de mala gana. Si tras el comentario del narrador continúa el parlamento del personaje, el punto que marca el fin del inciso narrativo se escribe tras la raya de cierre: —¿Puedo irme ya? —Se puso en pie con gesto decidido—. No hace falta que me acompañe. Conozco el camino.
- Si el signo de puntuación que hay que poner tras el inciso del narrador son los dos puntos, estos se escriben también tras la raya de cierre: —Anoche estuve en una fiesta —me confesó, y añadió—: Conocí a personas muy interesantes.