Escena XII§

Música militar. — MALCOLM, SIWARD EL ANCIANO. ROSSE. LENOX. ANGUS. CATHNESS. MENTETH. SOLDADOS.

MALCOLM:

¡Ojalá los amigos que nos faltan

hayan salido en bien.

SIWARD:

Siempre es preciso

que algunos desaparezcan. Sin embargo,

tantos veo y tan pronto aquí reunidos,

que la victoria se compró barata.

MALCOLM:

No descubro a Macduff ni a vuestro hijo.

ROSSE:

Vuestro hijo, señor, ha satisfecho

el militar tributo. Vivió niño;

y en su muerte probó que ya era hombre:

blasón ilustre con su sangre escrito.

SIWARD:

¿Ha muerto el hijo mio?

ROSSE:

No midamos

para llorar, señor, el precio rico

de la perdida joya.

SIWARD:

¿Sus heridas

estaban en el pecho?

ROSSE:

Cual testigos

todas en rostro y pecho de su gloria.

SIWARD:

Sea, pues, de Dios soldado. Tantos hijos

tuviera cual cabellos en la frente,

no apeteciera en ellos fin más digno;

su doble postrimer ya se ha tocado.

ROSSE:

Merece más dolor; mi pecho amigo

le bañará de lágrimas.

SIWARD:

Ya basta.

Si bizarro y valiente satisfizo

su escote[78] militar, Dios le reciba.

Mejores nuevas son las que aquí miro.