Música militar. — MALCOLM, SIWARD EL ANCIANO. ROSSE. LENOX. ANGUS. CATHNESS. MENTETH. SOLDADOS.
MALCOLM:
¡Ojalá los amigos que nos faltan
hayan salido en bien.
SIWARD:
Siempre es preciso
que algunos desaparezcan. Sin embargo,
tantos veo y tan pronto aquí reunidos,
que la victoria se compró barata.
MALCOLM:
No descubro a Macduff ni a vuestro hijo.
ROSSE:
Vuestro hijo, señor, ha satisfecho
el militar tributo. Vivió niño;
y en su muerte probó que ya era hombre:
blasón ilustre con su sangre escrito.
SIWARD:
¿Ha muerto el hijo mio?
ROSSE:
No midamos
para llorar, señor, el precio rico
de la perdida joya.
SIWARD:
¿Sus heridas
estaban en el pecho?
ROSSE:
Cual testigos
todas en rostro y pecho de su gloria.
SIWARD:
Sea, pues, de Dios soldado. Tantos hijos
tuviera cual cabellos en la frente,
no apeteciera en ellos fin más digno;
su doble postrimer ya se ha tocado.
ROSSE:
Merece más dolor; mi pecho amigo
le bañará de lágrimas.
SIWARD:
Ya basta.
Si bizarro y valiente satisfizo
su escote[78] militar, Dios le reciba.
Mejores nuevas son las que aquí miro.