Escena VIII[75]

Otra parte de la llanura. — MACBETH. Luego SIWARD EL HIJO.

MACBETH:

Cual si atado me hallara a férrea argolla

de rémora me sirve mi destino;

si no es posible huir, lidiaré fuerte

como el oso pelea. ¿Qué enemigo

habrá entre los ingleses, qué soldado

que de alguna mujer no haya nacido?

A ese debo temer; si no a ninguno.

(Entra SIWARD EL JÓVEN).

SIWARD:

¿Quién eres?

MACBETH:

Te espantara solo oírlo.

SIWARD:

Aunque fuera tu nombre más odioso

que el más odioso del eterno abismo,

no me causara espanto.

MACBETH:

Macbeth soy.

SIWARD:

Pues no pudieran los infiernos mismos

un nombre pronunciar más horroroso.

MACBETH:

Ni más temible.

SIWARD:

Mientes, asesino;

mi espada probará que tú mentiste.

(Pelean, y cae muerto SIWARD EL HIJO entre bastidores).

MACBETH:

Sin duda de mujer eres tú hijo.

¡Cuánto desprecio tengo a vuestras armas

y a los aceros vuestros, y a ese brío!

que a vientre mujeril debéis la vida. (Sale).