Escena IV

País cerca de Dunsinane con un bosque a la vista. — Entran MALCOLM, SIWARD EL ANCIANO, SIWARD HIJO, MACDUFF, MENTETH, CATHNESS, ANGUS, LENOX, ROSSE[71] y SOLDADOS.

MALCOLM:

Los tiempos me parecen ya cercanos

en que gocen de paz los dormitorios.

MENTETH:

No se debe dudar.

SIWARD:

¿A dónde estamos?

MENTETH:

El bosque de Birman, señor, es ese.

MALCOLM:

Desgajen ramas dél nuestro soldados

llevándolas delante como un velo;

así ocultar el número logramos

de nuestra hueste.

MENTETH:

Sí.

SIWARD:

Que así se haga;

parece que aun persiste confiado

en su resolución nuestro enemigo;

y defender intenta con bizarro

denuedo a Dunsinane.

MALCOLM:

Es su esperanza;

pues donde quiera que dirige el paso

encuentra insurrección en vez de auxilio;

ni se alza en su favor un solo brazo

que forzado no sea.

MACDUFF:

Las censuras

hasta lograr el fin suspenda el labio;

y de ardid militar y de pericia

nuestras evoluciones entre tanto

se muestren dirigidas. De la guerra

bueno será que el arte obedezcamos.

SIWARD:

Dentro de corto término podremos

afirmar lo que somos, o negarlo.

Inseguro relata el pensamiento

de su especulación mentido cálculo;

pero el éxito cierto está en la espada;

marchemos, compañeros, a buscarlo.