Escena VI§

LADY MACDUFF y SU HIJO. Luego UN MENSAJERO.

LADY MACDUFF

Ves, hijo mio,

que tu padre murió; di, ¿cómo piensas

vivir de aquí adelante?

HIJO:

Como viven

los pájaros del cielo.

LADY MACDUFF

¿Haciendo presa

en moscas y gusanos?

HIJO:

No señora;

quiero decir, que viviré cual pueda.

LADY MACDUFF

Infelice avecilla; no sabrías

precaverte aun de redes ni varetas[59],

ni de halcón altanero ni reclamo.

HIJO:

¿Y a qué la precaución? Nunca la flecha

se desperdicia en pobre pajarillo;

mas no ha muerto mi padre, aunque os convenga

decirme que así fue.

LADY MACDUFF

Murió sin duda.

¿Cómo tendrás ya un padre que te quiera?

HIJO:

¿Y cómo tendréis vos otro marido?

LADY MACDUFF

Si marido quisiese, en cualquier feria

comprara veinte o más.

HIJO:

Comprando tantos

los vendierais después por cosa cierta.

¿Mi padre era traidor?

LADY MACDUFF

Así lo dicen.

HIJO:

¿Y qué es, madre, un traidor?

LADY MACDUFF

El que a promesas falta y a juramentos y el que miente.

HIJO:

¿Y todos los que mienten y falsean

los propios juramentos son traidores?

LADY MACDUFF

Todos lo son; y sufren el afrenta

de morir en la horca.

HIJO:

¿Y ha de ahorcarse

a cuantos así mienten?

LADY MACDUFF

Ley es esa.

HIJO:

¿Y quién los ha de ahorcar?

LADY MACDUFF

Los hombres buenos.

HIJO:

Pues los traidores son gente asaz necia,

pues juradores y embusteros bastan

por su número inmenso, si quisieran,

para romper la hueste de hombres buenos

y cortarles a todos la cabeza.

LADY MACDUFF

Dios te ayude, rapaz, tu padre ha muerto.

HIJO:

Si mi padre, señora, muerto hubiera,

lloraríaisle vos amargamente.

LADY MACDUFF

No tienes, hijo, no, quien te proteja.

(Entra un MENSAJERO).

MENSAJERO:

La bendición de Dios en esta casa;

no os agravie, señora, que se atreva

así un desconocido a incomodaros.

Grave peligro os amenaza cerca;

si consejo tomaseis de un amigo

que aunque rústico os habla con llaneza,

no se os encuentre aquí. Idos, señora;

salvad vuestros hijuelos de la ofensa.

Porque os asusto así, feroz llamadme;

mas lo contrario felonía fuera.

Vuestra vida, señora, riesgo corre;

no despreciéis la voz que os amonesta;

el cielo os guarde. Detenerme temo. (Se va).

LADY MACDUFF

¿Adónde huir? la muerte me rodea.

Mas si yo no hice daño… ¡qué locura!

En el mundo terrestre es con frecuencia

laudable el hacer mal y el ser benigno

peligroso en extremo. ¿Quién recuerda

con mujeril memoria si ha hecho daño?

¿Qué semblantes son estos?