LAS MISMAS. MACBETH.
MACBETH:
Misteriosas nocturnas vejezuelas
a quien espanta el día
y a las sombras servís de centinelas,
¿qué hacéis en esta orgía?
TODAS:
Una cosa sin nombre.
MACBETH:
Yo os conjuro;
satisfaced mis dudas y preguntas,
por aquel rito impuro
que en lúgubre festín celebráis juntas.
Si quier sea vuestra ciencia del infierno;
si quier[54] soltéis los vientos y tormentas
contra los templos santos del Eterno;
o entre espumosas hondas y huracanes
y ráfagas crueles
perezcan navegantes y bajeles;
o que en la espiga se consuma el grano
y se tronchen los árboles robustos
y los tiernos arbustos;
o que se desplome al llano
el castillo y sepulte al castellano;
o que sesguen y doblen la cabeza
la pirámide y torre a su cimiento;
o que en sus propias urnas,
el tesoro feraz naturaleza
de las ricas semillas y los jugos
seque y destruya con mortal intento;
habladme, responded.
BRUJA 1ª:
¿Y qué demandas?
BRUJA 2ª:
Habla.
BRUJA 3ª:
Pregunta.
BRUJA 1ª:
Dinos si prefieres
oír de nuestras voces la respuesta;
o bien la que dispuesta
tienen en prontos labios,
los potentes espíritus más sabios.
MACBETH:
Llamadlos ya, mujeres.
BRUJA 1ª:
En el caldero arrójese encantado,
que cuece a borbotones,
sangre de marrana
que haya devorado
sus nueve lechones.
Y la grasa espesa
que la horca trasuda,
échese en la llama;
y nutra y sacuda
el flotante fuego;
no tardes más; ven luego.
TODAS:
Ven, espíritu humilde o eminente;
y haz gala de tu ciencia sorprendente.
(Truenos. — La aparición de una cabeza armada).
MACBETH:
Di, visión peregrina.
BRUJA 1ª:
Tus preguntas el numen adivina
y el mal conoce con que tu alma lucha;
con silenciosa reverencia escucha.
APARICIÓN:
Macbeth, Macbeth, Macbeth,
de Macduff te precaví.
Basta por esta vez. (Desaparece).
MACBETH:
Esa advertencia grave
te agradezco, quien quiera que tú seas.
Pulsaste como arpista
la cuerda que mi espíritu contrista;
una palabra más.
BRUJA 1ª:
Nunca permite
que se le emplace así ni se le cite;
otro más poderoso se presenta.
(Truenos. — Aparición de un niño ensangrentado).
APARICIÓN:
Macbeth, Macbeth, Macbeth, no tengas cuenta
de ser resuelto, audaz y sanguinario.
El poder de los hombres es precario;
y ninguno a Macbeth podrá ofender
de cuantos han nacido de mujer. (Desciende).
MACBETH:
Si así fuere, oh Macduff, vive tranquilo;
esta seguridad haré yo empero
doblemente segura, firme y fuerte.
Yo tomaré una prenda de la suerte
y esa será tu vida; que así espero
ahuyentar el temor que me anonada
y sueño y paz hallar en mi almohada.
(Truenos. — Aparición de un niño coronado, con un árbol o rama en la mano).
Pero nueva visión se me presenta
de soberana estirpe; pues sustenta
en la frente infantil regios listones
y las diademas de oro y los florones.
BRUJA 1ª:
Óyele con silencio y atención.
APARICIÓN:
Sea, Macbeth, tu pecho de león;
desprecia ajeno enfado o alegría
y de la rebelión la mano impía.
Macbeth será invencible, hasta que vea
que el gran bosque de Birnam se cimbrea
y con marcha veloz raudo camina
y asedia la colina
del alto Dunsinane. (Desciende)
MACBETH:
No me curo
de ser vencido entonces ¿Ni quién puede
reclutar la floresta y al seguro
árbol decir que suelte y desenrede
y entresaque de tierra sus raíces?
¡Oráculos felices!
Así me place. Su rebelde mano
no alzará la traición, sino levanta
el bosque de Birnam del verde llano
la eternamente soterrada planta;
y Macbeth gozará de larga vida
enaltecido en su real asiento;
y solo a su muerte natural debida
en lenta senectud dará el aliento.
Una cosa no más saber quisiera:
decid, si a tanto vuestra ciencia alcanza,
si de lograr el trono haber debiera
la sucesión de Banquo confianza.
TODAS:
No quieras saber más.
MACBETH:
Voy satisfecho;
si esto no declaráis, honda, profunda,
eterna maldición así os confunda
cual enciende mi pecho.
¿Por qué se hunde, decidme, esa caldera?
BRUJA 1ª:
Espera, rey Macbeth.
BRUJA 2ª:
Espera.
BRUJA 3ª:
Espera.
TODAS:
Placer demos a los ojos
y acibar al corazón.
Venid, sombras deleznables;
mira, Macbeth, ellos son.
(Pasan por el proscenio las sombras de ocho reyes. El último lleva un espejo. — La sombra de Banquo los sigue).
MACBETH:
A la sombra de Banquo se parece.
¡Huyan de mi presencia sus despojos!
La corona real que le ennoblece,
me taladra los ojos:
la segunda también es semejante
y la tercera a la que va delante.
Brujas inmundas, ¿para qué enseñáis
esta odiosa visión? También el cuarto
se asemeja al primero. ¿Tantos vais?
No os puedo soportar, la vista aparto;
¿en el trono verá tu raza fiera.
consumar a los tiempos su carrera?
¿Tanto se ha de extender…? Mas otro viene;
el séptimo después; octavo luego;
y en el bruñido espejo que sostiene
reyes cuento sin fin… ¡cesad, os ruego!
y a algunos, suerte infausta, galardonas
con triples cetros, globos y coronas.
¡Horrorosa visión! mas… verdadera;
que te distingo en sangre salpicado,
¡oh Banquo! y sonriendo la cimera[55]
sacudes hacia mí y el brazo helado:
tu estirpe en esas formas se divisa;
y más que en todo en tu infernal sonrisa.
¿Y habrá de ser así?
BRUJA 1ª:
Cual tú lo viste
lo disponen los hados, mas… acaso
¿te sorprendes, Macbeth? ¿te encuentras triste?
Tu espíritu se alegre de fe escaso;
de especiales deleites le colmemos;
en torno de Macbeth juntas dancemos.
Danos, aire, un sonido melodioso; (Música).
bailad, bailad , hermanas. (Bailan las brujas).
Y este grande monarca venturoso,
dirá que cortesanas
las brujas le reciben del desierto,
con amorosas danzas y concierto.
(Desaparecen bailando).