Escena VIII[41]

Parque con una alameda que conduce al palacio. — TRES ASESINOS.

ASESINO 1:

¿Quién mandó que te juntaras

con nosotros dos?

ASESINO 3:

Macbeth.

ASESINO 2:

¿A qué tanto requisito?

¿Qué tenemos que temer

cuando nuestro oficio sabe

y a qué venimos?

ASESINO 1:

Pues bien,

acompáñenos si quiere

y alerta. Ya no se ven

lucir en el horizonte

huellas del día que fue.

Ya el retardado viajero

aguija[42] su palafrén

y la venta apetecida

piensa a la distancia ver.

Presto vendrá el que aguardamos.

ASESINO 3:

¡Silencio! Que oigo el tropel

de gentes y de caballos.

BANQUO:

¡Una luz! ¡Hola! (Desde adentro).

ASESINO 2:

Y él es:

que los otros convidados

ya están dentro.

ASESINO 2:

Viene a pie,

y los caballos entrega.

ASESINO 3:

Así acostumbran hacer

los que acuden al palacio;

que hay orden para que den

allí sus cabalgaduras.