LOS MISMOS. MACDUFF.
ROSSE:
¿Y qué hay de bueno?
MACDUFF:
¿Acaso vos lo ignoráis?
ROSSE:
¿Mas quién perpetró el delito?
MACDUFF:
Sus chambelanes[33]. Macbeth les dio la muerte allí mismo.
ROSSE:
¡Dios eterno! ¿y qué querían?
MACDUFF:
Dicen que los propios hijos de Duncan los sobornaron. Así entrambos han huido.
ROSSE:
¡Herir al que les dio vida! ¡Horrible y atroz designio!
¡Ciega ambición, insaciable, que chupas con labio impío
jugo de tus propias venas! ¿Y en Macbeth caerá el dominio?
MACDUFF:
Ya está aclamado y se halla con la corte en el camino
de Escona[34], do jurar piensa.
ROSSE:
¿Y el cadáver donde ha ido?
MACDUFF:
Le llevan a Kolmes-kill[35], adonde en santo recinto
descansan nuestros reyes los despojos.
ROSSE:
¿Piensas, primo,
concurrir también a Escona?
MACDUFF:
Irme pienso a mi castillo.
ROSSE:
Pues yo a la coronación.
MACDUFF:
Quieran los cielos benditos
que todo pase allí en paz. A Dios. Los nuevos vestidos
holgados ojalá sean como los que hemos perdido.
ROSSE:
A Dios, buen viejo.
VIEJO:
Él os guarde y os favorezca propicio;
y a todos los que desean dar paz a sus enemigos,
trocando el mal cotidiano en un influjo benigno.
(Parten).