LOS MISMOS, menos LADY MACBETH.
BANQUO:
Caballeros,
al concluir los ayes lastimeros,
holocausto del alma conmovida,
pensemos sin tardanza
cómo entender la felonía sangrienta;
la duda suspicaz que me atormenta,
fuerza es desvanecer con la esperanza
de vindicta[30] cruenta.
Yo a la mano de Dios me entrego todo;
desde ella lidiarán espada y brazo
contra el acto cruel.
MACBETH:
Celoso abrazo
tu pensamiento.
LENOX:
Yo del mismo modo.
TODOS:
Y yo; y yo también.
MACBETH:
Todos pasemos
sin tardar al salón; y cual valientes
estudiemos los hechos inclementes
que en orfandad nos dejan.
TODOS:
Sí, marchemos
(Salen).