LADY MACBETH y MACDUFF.
LADY MACBETH:
¿Qué pasa en mi castillo, por qué llamas
con tan acerba voz?
MACDUFF:
Gentil señora,
permitid que os lo oculte; destructora
fuera mi narración y en vivas llamas
los ecos de mi lengua y en derretido
plomo se tornarían y en veneno,
si penetrar pudieran vuestro seno;
y al pasar os rasgaran el oído.
Banquo, Banquo.