LOS MISMOS y MACDUFF.
MACDUFF:
¡Ah horror, horror, horror! ¡no hay pensamiento
que discernirte pueda, ni hay sonido
que te pueda nombrar!
MACBETH y LENOX:
¿Qué ha sucedido?
MACDUFF:
Consumose el delito más cruento
que pudo concebir la confusión:
sacrílego homicidio ha profanado
el templo del Señor y derrocado.
sin vida yace el numen[27]. ¡Ah traición!
MACBETH:
¿Qué dices de homicidio? ¿Cuya vida?
LENOX:
¿Hablas del rey?
MACDUFF:
¡Os acercad, señores,
tended vuestra vista en los horrores
que el dormitorio encierra! ¡Ved herida
la majestad de muerte! Otro Gorgona,
terror a vuestra vista y vuestro pecho
veréis tornado el espantoso lecho;
y ahogada en regia sangre la corona.
(Salen todos).