Escena II§

Los PRECEDENTES. MACBETH y UN CRIADO con una antorcha.

BANQUO:

¡Hola!

¿Quién va?

MACBETH:

El que duda

cómo seros más grato.

Macbeth.

BANQUO:

¡Señor! ¿Y aun dura

la vigilia? Su alteza

descansa ya. Fecunda

noche en placer le disteis;

ni recuerdo que nunca

tanto el rey se entregase

a joviales ternuras:

concedió a vuestras gentes

favores sin mesura;

y este rico diamante

generoso tributa

en agradecimiento

a vuestra esposa.

MACBETH:

Mucha

es la bondad del rey;

me pesa que súbita

fue su venida tanto,

que no dejó oportuna

amplitud a mi obsequio.

BANQUO:

Habéis probado suma

lealtad y cortesía.

¿Sabéis que con las brujas

del yermo soñé anoche?

A vos, Macbeth, algunas

verdades os dijeron.

MACBETH:

No pienso en sus locuras;

y no obstante, algún día

sus palabras adustas

juntos recordaremos,

su gesto y apostura.

BANQUO:

Por solaz cuando os plazca.

MACBETH:

Y si mis conjeturas

no mienten, ganaremos

honra al par y fortuna.

BANQUO:

Si no arriesgo la mia

por las honras futuras,

si franco queda el pecho

y la conciencia pura,

seguiré vuestras huellas.

MACBETH:

En tanto las dulzuras

del reposo os deseo.

BANQUO:

Lo mismo a vos.

(Vanse BANQUO y su criado).