Escena IX§

Los PRECEDENTES. MACBETH. BANQUO. ROSSE. ANGUS.

DUNCAN:

¡Valiente deudo[11]! ¡esperanza

de la corte y patria mia!

A mis brazos bien venido

el de militar virtud

Perdona la ingratitud

que prevenir no he sabido.

Porque es tan alto tu vuelo

que no le puede alcanzar

por más que intente volar

el galardón con su anhelo

¡Ojalá hubieras ganado

menos prez[12]; y yo podría

quedar con la granjería

de haberte demás premiado!

MACBETH:

Servicios de noble pecho

que alberga lealtad y honor,

harto los premia, señor,

el placer de haberlos hecho.

El feudo de la nobleza,

su amor, su valor egregio,

son hijos del trono regio,

partes son de vuestra alteza.

Y del que en alta ocasión

lidiando por su rey muere,

basta con que se dijere

que cumplió su obligación.

DUNCAN:

Tu eres el árbol, Macbeth,

que yo planté tierno niño;

te hizo crecer mi cariño,

y me deleito en tu prez.

Cerca de mi corazón

te doy, Banquo, otro lugar,

que bien puedes sustentar

tan noble comparación.

BANQUO:

Creciendo en él será vuestra

la cosecha.

DUNCAN:

Capitanes,

al premiar vuestros afanes

el gozo oculto se muestra

En lágrimas… Perdonad.

Hijos, señores, parientes,

distinguidos combatientes

de acrisolada lealtad,

Sabed que en bien del estado,

con madura reflexión,

del trono la sucesión

establecer he pensado.

Mi primogénito hijo

hereda la monarquía;

y príncipe en este día

de Cumberlanda[13] le elijo.

Mas no triste y macilenta

será, Malcolm, tu fortuna;

que derramaré en su cuna

gracias y dones sin cuenta.

Brillarán como luceros

los pechos de mis señores,

con insignias y favores,

con preeminencias y fueros.

Partamos para Inverness,

y deberé a tu amistad,

Macbeth, hospitalidad.

MACBETH:

Permitid que a vuestros pies

os agradezca ese honor.

Mensaje tan lisonjero

conducir yo mismo espero,

si de ello me hacéis favor,

a mi esposa y mi castillo.

DUNCAN:

Disponlo a tu voluntad.

MACBETH:

Señor, la mano me dad;

a vuestra alteza me humillo.

(Saluda para retirarse y dice aparte)

¿La injusta suerte destina

a Malcolm por heredero?

Hoy se da el paso primero

de mi gloria o mi ruina.

Estrellas, tened oculto

vuestro lucir rutilante;

y del pecho palpitante

no iluminéis el tumulto.

Cúmplase el hecho inhumano

que el ánima me contrista[14];

mas ver no pueda la vista

lo que ejecuta la mano.

(Vase).

DUNCAN:

Bien. dijiste, Banquo amigo,

que era Macbeth eminente,

tan cortés como valiente

delante del enemigo.

Sigámosle, ya que así

por servirnos se apresura.

Sus honores y ventura

son ventura para mí.

(Suenan cajas y trompetas. — Parten).