Nota del editor

Mario Puzo murió en 1999 y pasó los últimos años de su vida trabajando en esta novela, que empezó a gestarse en 1983, tras una visita del autor al Vaticano.

La escritora Carol Gino, asistente personal y compañera de Puzo durante muchos años, trabajó muy estrechamente con el autor en la preparación de esta novela, junto con el galardonado historiador Bertram Fields. Carol Gino recuerda que Puzo calificó esta novela como «otra historia familiar», tal como solía describir su obra El padrino. Gino, con la colaboración de Fields, se encargó de revisar y completar los capítulos que quedaron inacabados a la muerte del autor.