13 de Junio, 1992

13 de Junio, 1992

Querido amigo,

Acabo de volver de casa de Bill. Te habría contado esta mañana lo que pasó anoche, pero tenía que ir a casa de Bill.

Anoche, Craig y Sam rompieron.

Fue muy triste verlo. Durante los últimos días, he oído hablar mucho sobre el baile, y gracias a esos sitios para revelar fotos en veinticuatro horas, he visto cómo iban todos. Sam estaba preciosa. Patrick muy guapo. Mary Elizabeth, Alice y el novio de Mary Elizabeth estaban todos fantásticos también. Lo único fue que Alice se puso desodorante en barra de color blanco con un vestido sin tirantes y se le veía. No creo que importe, pero al parecer Alice se emparanoió con ello toda la noche. Craig también estaba guapo, pero llevaba traje en vez de esmoquin. Sin embargo, no rompieron por eso.

En realidad, parece que el baile salió muy bien. La limusina resultó increíble, y su conductor les dio marihuana a todos, con lo que la cena cara les supo mejor todavía. Se llamaba Billy. La música del baile la puso una banda de versiones realmente mala llamada The Gypsies of the Allegheny, pero el batería era bueno, así que todo el mundo se lo pasó bien bailando. Patrick y Brad ni siquiera cruzaron la mirada, pero Sam dijo que a Patrick no le importó.

Después del baile, mi hermana y su novio se fueron a la fiesta que organizaba el instituto para después. Era en una discoteca conocida del centro. Dijo que fue superdivertido con todos tan elegantes y bailando la música que ponía un DJ en vez de The Gypsies of the Allegheny. Incluso había un humorista que hacía imitaciones. Lo único malo fue que, una vez que te metías en la fiesta, no podías salir y volver a entrar. Supongo que los padres pensaron que eso evitaría que sus hijos se metieran en líos. Pero a nadie pareció importarle. Se lo pasaron fenomenal, y además había bastantes que colaron alcohol a escondidas.

Después de la fiesta, a las siete en punto de la mañana todos se fueron al Big Boy a por tortitas o beicon.

Le pregunté a Patrick qué le había parecido la fiesta, y dijo que fue muy divertida. Dijo que Craig había reservado una suite de hotel para todos ellos, pero que al final solo fueron Craig y Sam. De hecho, Sam quería ir a la fiesta que organizaba el instituto, pero Craig se enfadó mucho porque ya había pagado por la suite. Sin embargo, no rompieron por eso.

Ocurrió ayer en la casa de Craig después del Rocky Horror. Como ya te he contado, el novio de Mary Elizabeth, Peter, es muy amigo de Craig, y parece que se metió en medio. Supongo que le gusta de verdad Mary Elizabeth y ha llegado a apreciar a Sam bastante, porque fue él el que lo destapó todo. La gente ni lo sospechaba.

Básicamente, Craig ha estado poniéndole los cuernos a Sam desde que empezaron a salir. Y cuando digo poner los cuernos, no me refiero que se emborrachara una vez y se liara con una chica y luego se sintiera culpable. Hubo varias chicas. Varias veces. Borracho y sobrio. Y creo que nunca se sintió culpable.

La causa de que Peter no dijera nada al principio fue porque no conocía a nadie. Y no conocía a Sam. Pensaba que solo era una chica tonta de instituto, ya que eso fue lo que Craig siempre le dijo.

Bueno, pues después de conocer a Sam, Peter no paró de decirle a Craig que tenía que contarle la verdad, porque no era solo una chica tonta de instituto. Craig siempre prometía que lo haría, pero nunca lo hacía. Siempre encontraba excusas. Craig las llamaba «razones».

«No quiero arruinarle el baile de fin de curso».

«No quiero arruinarle la graduación».

«No quiero arruinarle el espectáculo».

Y al final, Craig dijo que no tenía sentido contarle nada de nada. Ella estaba a punto de dejar la ciudad para irse a la universidad. Encontraría un novio nuevo. Él siempre había tomado «precauciones» con las otras chicas. No había nada por lo que preocuparse en ese sentido. ¿Y por qué no dejar que Sam tuviera un buen recuerdo de toda la experiencia? Porque Sam le gustaba mucho y no quería herir sus sentimientos.

Peter consintió esta lógica aunque le pareciera mal. Al menos, eso es lo que dijo. Pero entonces, después del espectáculo de ayer, Craig le dijo que se había liado con otra chica la tarde del baile. Ahí fue cuando Peter le dijo a Craig que si no se lo contaba a Sam, lo haría él. En fin, Craig no dijo nada, y Peter siguió pensando que aquello no era asunto suyo, pero entonces escuchó sin querer una conversación de Sam en la fiesta. Estaba hablando con Mary Elizabeth de que Craig podría ser «el hombre de su vida» y de que estaba pensando qué hacer para que la relación funcionara a distancia mientras ella estuviera en la universidad. Cartas. Llamadas de teléfono. Vacaciones. Y puentes. Para Peter, esa fue la gota que colmó el vaso.

Se acercó a Craig y le dijo:

—O le dices algo ahora, o se lo contaré todo.

Así que Craig llevó a Sam a su dormitorio. Estuvieron allí durante un rato. Después, Sam fue directamente desde el dormitorio a la puerta principal, sollozando en silencio. Craig no salió corriendo detrás de ella. Esa probablemente fue la peor parte. No es que crea que debería haber intentado volver con ella, pero sí haber corrido detrás de ella de todas formas.

Solo sé que Sam estaba destrozada. Mary Elizabeth y Alice la siguieron para asegurarse de que estaba bien. Yo también habría ido, pero Patrick me agarró del brazo para que me quedara. Quería saber qué estaba ocurriendo, supongo, o a lo mejor pensó que Sam estaría mejor en compañía femenina.

Pero me alegro de que nos quedásemos, porque creo que nuestra presencia evitó una pelea bastante violenta entre Craig y Peter. Gracias a que estábamos allí, lo único que hicieron fue gritarse el uno al otro. Así fue cómo oí la mayoría de los detalles que te estoy contando.

Craig decía:

—¡Que te jodan, Peter! ¡Que te jodan!

Y Peter decía:

—No me eches la culpa a mí de haberle puesto los cuernos desde el principio. ¡¿La tarde de su baile de graduación?! ¡No eres más que un cabrón! ¡¿Me has oído?! ¡Un jodido cabrón!

Ese tipo de cosas.

Cuando pareció que la situación se iba a poner violenta, Patrick se interpuso entre los dos y, con mi ayuda, sacó a Peter del apartamento. Cuando salimos, las chicas se habían ido. Así que Patrick y yo nos montamos en el coche de Patrick y llevamos a Peter a casa. Todavía estaba furioso, así que «despotricó» contra Craig. Así fue cómo oí el resto de los detalles que te estoy contando. Al final, dejamos a Peter en su casa y nos hizo prometerle que nos aseguraríamos de que Mary Elizabeth no pensara que él la estaba engañando, porque no era así. No quería que le creyera «culpable por asociación con ese gilipollas».

Se lo prometimos, y entró en el edificio donde está su apartamento.

Patrick y yo no sabíamos bien qué era lo que Craig le había contado a Sam exactamente. Ambos deseamos que le hubiera dado una versión light de la verdad. Lo suficiente para alejarla de él. Pero no lo suficiente para hacer que perdiera la fe en todo. Quizá sea mejor saber toda la verdad. Sinceramente, no lo sé.

Entonces hicimos un pacto para no contárselo a no ser que descubriéramos que Craig había hecho que pareciera «una nadería» y Sam estuviera dispuesta a perdonarlo. Espero que no llegue a ese punto. Espero que Craig le contara lo suficiente para alejarla de él.

Dimos vueltas en coche por todos los lugares donde pensamos que podríamos encontrar a las chicas, pero no las vimos. Patrick pensó que probablemente estarían dando vueltas en coche, intentando que Sam se «enfriara» un poco.

Así que me dejó en casa. Dijo que me llamaría mañana cuando se enterara de algo.

Recuerdo que me fui a dormir anoche y me di cuenta de algo. Algo que me parece importante. Me di cuenta de que durante el transcurso de la noche no me alegré. No se me pasó por la cabeza que significara que yo podría empezar a gustarle a Sam. Lo único que me importó fue que le hayan hecho sufrir. Y creo que me di cuenta en ese momento de que realmente la quería. Porque no salía ganando nada, y no me importaba.

Fue difícil subir los escalones hasta la casa de Bill aquella tarde porque no había recibido ninguna llamada de Patrick en toda la mañana. Y estaba muy preocupado por Sam. Había llamado por teléfono, pero no había nadie.

Bill parece otro sin traje. Llevaba puesta una camiseta vieja de la universidad donde hizo el máster. Que era Brown. La universidad. No el máster. Su novia llevaba sandalias y un bonito vestido de flores. Hasta tenía pelo en las axilas. ¡En serio! Parecían muy felices juntos. Y me alegré por Bill.

Su casa no tiene mucho mobiliario, pero es muy acogedora. Tienen montones de libros, sobre los que pasé media hora haciéndoles preguntas. Había también una foto de Bill y su novia cuando estaban juntos en Brown haciendo el máster universitario. Bill por entonces tenía el pelo muy largo.

La novia de Bill hizo la comida mientras Bill preparaba la ensalada. Yo me senté en la cocina, bebiendo ginger ale y contemplándolos. La comida era un plato de espaguetis vegetarianos porque la novia de Bill no come carne. Bill tampoco come carne ahora. Aunque la ensalada tenía trocitos de beicon artificial para vegetarianos, porque el beicon es lo único que ambos echan de menos.

Tienen una colección muy buena de discos de jazz, y los estuvieron poniendo durante toda la comida. Después de un rato, abrieron una botella de vino blanco y me dieron otro ginger ale. Entonces empezamos a charlar.

Bill me preguntó por El manantial, y le respondí, asegurándome de haber sido un filtro.

Después me preguntó qué me había parecido mi primer año de instituto, y le respondí asegurándome de incluir todas las historias en las que me había «implicado». Después me preguntó sobre chicas, y le respondí lo enamorado que estaba de Sam y también le dije que me preguntaba lo que diría la mujer que escribió El manantial sobre cómo llegué a darme cuenta de que la quería.

Cuando terminé, Bill se quedó muy callado. Carraspeó.

—Charlie… Quiero darte las gracias.

—¿Por qué? —dije.

—Porque ha sido una experiencia maravillosa enseñarte.

—Ah… me alegro —no sabía qué otra cosa decir.

Entonces, Bill hizo una pausa muy larga, y su voz sonó como la de mi padre cuando quiere tener una conversación importante.

—Charlie —dijo—, ¿sabes por qué te he dado tanto trabajo extra?

Negué con la cabeza. Aquella expresión en su cara me dejó sin palabras.

—Charlie, ¿sabes lo listo que eres?

Negué con la cabeza de nuevo. Estaba hablando en serio. Resultaba raro.

—Charlie, eres una de las personas con más talento que he conocido jamás. Y no lo digo en comparación con mis otros estudiantes. Lo digo en comparación con todas las personas que he conocido. Por eso te he dado ese trabajo extra. Quería saber si te habías dado cuenta.

—Supongo que sí. No lo sé —me sentía muy raro. No sabía a qué venía todo aquello. Solo había hecho algunas redacciones.

—Charlie. Por favor, no me malinterpretes. No intento hacerte sentir incómodo. Solo quiero que sepas que eres muy especial… y la única razón por la que te lo digo es que no sé si alguien más te lo ha dicho alguna vez.

Levanté la vista hacia él. Y entonces no me sentí raro. Sentí como ganas de llorar. Estaba siendo tan bueno conmigo… y la forma en la que su novia me miraba… supe que aquello significaba mucho para él. Y no sabía por qué.

—Así que, cuando el curso termine y deje de ser tu profesor, quiero que sepas que si alguna vez necesitas algo, o quieres descubrir más libros, o quieres enseñarme cualquier cosa que escribas o cualquier cosa en general, siempre puedes acudir a mí como un amigo. Te considero un amigo, Charlie.

Empecé a llorar un poco. De hecho, creo que su novia también. Pero Bill no. Parecía muy firme. Solo recuerdo las ganas de abrazarlo. Pero nunca lo había hecho antes, y supongo que Patrick y las chicas y la familia no cuentan. No dije nada durante un rato porque no sabía qué decir.

Así que, finalmente, me limité a comentar:

—Tú eres el mejor profesor que he tenido nunca.

Y él dijo:

—Gracias.

Y eso fue todo. Bill no insistió en que lo visitara el año que viene si necesitaba algo. No me preguntó por qué lloraba. Solo me dejó entender a mi manera lo que tenía que decirme y dejó las cosas estar. Aquello fue probablemente lo mejor.

Después de unos minutos llegó el momento de que me fuera. No sé quién decide estas cosas. Simplemente ocurren.

Así que fuimos a la puerta y la novia de Bill me dio un abrazo de despedida, que fue un detalle muy bonito teniendo en cuenta que no la conocía más que de ese día. Entonces Bill extendió la mano y yo se la agarré. Y nos dimos un apretón. E incluso le robé un abrazo rápido antes de decir «adiós».

Cuando iba conduciendo a casa, pensaba solamente en la palabra «especial». Y pensé que la última persona que había dicho eso de mí había sido mi tía Helen. Me sentía lleno de gratitud por haberla oído otra vez. Porque supongo que a todos se nos olvidan las cosas a veces. Y creo que todo el mundo es especial a su manera. Lo creo de verdad.

Mi hermano vuelve a casa esta noche. Y la graduación de todo el mundo es mañana. Patrick todavía no ha llamado. Lo llamé yo, pero seguía sin haber nadie en casa. Así que decidí salir y comprar regalos de graduación para todos. No he tenido tiempo de hacerlo hasta ahora.

Con mucho cariño,

Charlie