2 de Mayo, 1992
Querido amigo,
Hace unos días fui a ver a Bob para comprar más hierba. Quizá debería decir que siempre se me olvida que Bob no va al instituto con nosotros. Probablemente porque ve más televisión que nadie que conozca, y sabe cantidad de anécdotas triviales. Deberías verlo hablar de Mary Tyler Moore. Es bastante escalofriante.
Bob tiene una forma de vivir muy particular. Dice que se ducha un día sí y otro no. Pesa su «mercancía» todos los días. Dice que cuando estás fumando un cigarrillo con alguien, y tienes un mechero, deberías encender primero el cigarrillo del otro. Pero si tienes cerillas, deberías encender primero tu cigarrillo, para respirar el «azufre perjudicial» en su lugar. Dice que eso es lo educado. También dice que da mala suerte encender «tres con una cerilla». Lo oyó de su tío el que luchó en Vietnam. Porque fumar tres cigarrillos era el tiempo que hacía falta para que el enemigo te localizara.
Bob dice que cuando estás solo y enciendes un cigarrillo y el cigarrillo solo se te enciende a medias, significa que alguien está pensando en ti. También dice que cuando encuentras un penique, solo es «de la suerte» si está de cara. Dice que lo mejor es encontrar un penique de la suerte cuando estás con alguien y regalarle a la otra persona la buena suerte. Cree en el karma. También le encanta jugar a las cartas.
Bob va a tiempo parcial al centro local de formación profesional. Quiere ser cocinero. Es hijo único, y sus padres nunca están en casa. Dice que solía fastidiarle mucho cuando era más pequeño, pero ya no tanto.
Lo que pasa con Bob es que cuando lo conoces por primera vez es muy interesante porque sabe normas sobre cigarrillos y peniques y Mary Tyler Moore. Pero al cabo de un tiempo de conocerlo, empieza a repetirse. Durante las últimas semanas, no ha dicho nada que no le haya oído ya antes. Por eso fue tan impactante cuando me contó lo que había pasado.
Básicamente, el padre de Brad pilló a Brad y a Patrick juntos.
Supongo que el padre de Brad no sabía lo de su hijo porque, cuando los pilló, empezó a pegar a Brad. No en plan cachetada. En plan cinturón. En plan de verdad. Patrick se lo dijo a Sam, quien se lo dijo a Bob, que nunca había visto nada parecido. Así de terrible parece que fue. Quería decirle: «Para» y: «Lo vas a matar». Incluso quería sujetar al padre de Brad. Pero se quedó congelado. Y Brad no paraba de decirle a Patrick: «¡Sal de aquí!». Y al final, Patrick lo hizo.
Eso fue la semana pasada. Y Brad todavía no ha vuelto al instituto. Todo el mundo piensa que podrían haberlo enviado a una escuela militar o algo así. Nadie sabe nada seguro. Patrick intentó llamarlo una vez, pero cuando respondió el padre de Brad, colgó.
Bob dice que Patrick está «bajo de moral». No te imaginas la pena que me dio cuando me lo dijo, porque quería llamar a Patrick y ser su amigo y ayudarlo. Pero no sabía si debía llamarlo por lo que había dicho de esperar hasta que las cosas se calmaran. El caso es que no podía pensar en otra cosa.
Así que el viernes fui a The Rocky Horror Picture Show. Esperé hasta que la obra hubo empezado antes de entrar en el teatro. No quería arruinarles el espectáculo a todos. Solo quería ver a Patrick hacer de Frank’N Furter como siempre, porque sabía que, si lo veía, sabría que se iba a recuperar. Igual que mi hermana cuando se enfadó conmigo por fumar cigarrillos.
Me senté en la última fila y me quedé mirando el escenario. Faltaba todavía un par de escenas antes de que Frank’N Furter saliera. Entonces fue cuando vi a Sam haciendo de Janet. Y la eché muchísimo de menos. Y lamenté tanto haber estropeado las cosas… Especialmente cuando vi a Mary Elizabeth interpretando a Magenta. Todo era muy duro de contemplar. Pero entonces Patrick por fin salió a escena como Frank’N Furter y estuvo genial. De hecho, estuvo mejor que nunca en muchos sentidos. Fue tan bueno ver a todos mis amigos… Me marché antes de que acabara la obra.
Conduje a casa escuchando algunas de las canciones que escuchábamos aquellos días en los que éramos infinitos. Y fingí que estaban en el coche conmigo. Incluso hablé en voz alta. Le conté a Patrick que me parecía que había estado genial. Le pregunté a Sam por Craig. Le dije a Mary Elizabeth que lo sentía mucho y lo que me gustaba el libro de E. E. Cummings y que quería hacerle algunas preguntas sobre él. Pero entonces paré porque me había empezado a poner demasiado triste. Y también pensé que si alguien me viera hablando en voz alta estando solo en el coche, sus miradas podrían convencerme de que puede que lo que me pasa sea incluso peor de lo que creo.
Cuando llegué a casa, mi hermana estaba viendo una película con su nuevo novio. No hay mucho que contar, aparte de que se llama Erik, tiene el pelo corto y está en tercer curso de instituto. Erik había alquilado la película. Después de estrecharle la mano, les pregunté por la película, porque no me sonaba de nada salvo por un actor que salía en un programa de televisión, y no me acordaba de su nombre.
Mi hermana dijo:
—Es bastante tonta. No te gustaría.
Yo dije:
—¿De qué trata?
Ella dijo:
—Venga, Charlie. Ya casi ha terminado.
Yo dije:
—¿Os parecería bien si me quedara a ver el final?
Ella dijo:
—Puedes verla entera cuando hayamos terminado.
Yo dije:
—Bueno, ¿y si veo el final con vosotros y después la rebobino y veo hasta donde empecé a verla con vosotros?
Entonces fue cuando ella paró la película:
—¿No pillas las indirectas?
—Supongo que no.
—Queremos estar solos, Charlie.
—Ah. Lo siento.
Si te digo la verdad, sabía que mi hermana quería estar a solas con Erik, pero me moría de ganas de tener compañía. Sin embargo, sabía que no era justo arruinarle la noche solo porque echaba de menos a todo el mundo, así que le di las buenas noches y me fui.
Subí a mi habitación y empecé a leer el nuevo libro que me había dado Bill. Se llama El extranjero. Bill dijo que es «muy fácil de leer, pero muy difícil de “leer bien”». No tengo ni idea de lo que quería decir, pero por ahora me está gustando el libro.
Con mucho cariño,
Charlie