Información para el lector

El contenido de las memorias de Publio Cornelio Escipión aquí reproducido es una recreación elaborada por el autor de esta novela sobre los pensamientos íntimos de este gran personaje de la historia de Roma. Esta recreación es fruto de la imaginación del escritor, pero fundamentada en una escrupulosa investigación sobre la figura pública y privada de Publio Cornelio Escipión; por otra parte, los hechos históricos referidos —batallas, sesiones del Senado de Roma, negociaciones entre diferentes reinos del mundo antiguo, juicios públicos, etcétera— así como la mayoría de los personajes, son reales. Hay acontecimientos que están entre la historia y la leyenda y hay vacíos en la vida privada de Escipión que ha sido preciso completar por el autor de forma coherente con las costumbres y tradiciones de la época que se describe para mantener la trama del relato.

Publio Cornelio Escipión escribió sus memorias y, con toda probabilidad, lo hizo en griego, la lengua de comunicación y cultura más importante de su tiempo. Estas memorias se han perdido. ¿Cómo se perdieron? Se desconoce. Esta novela reconstruye fragmentos de esas memorias y, al tiempo, describe la parte más desconocida de la vida de Escipión y su familia, de la vida de Aníbal y otras grandes figuras de la Roma republicana como el senador y censor Catón, el dramaturgo Plauto u otros importantes senadores como Tiberio Sempronio Graco, o legendarios reyes de la época como el monarca Antíoco III de Siria, el rey Filipo V de Macedonia o el rey Eumenes de Pérgamo, entre otros muchos personajes que constituían el complejo universo del Mediterráneo a principios del siglo II a. C. Cabe indicar que al final de la novela se incorporan apéndices con un glosario, mapas y otros datos que pueden complementar la lectura de esta historia. Sólo queda dar la bienvenida al lector tal y como el propio Plauto haría al principio de una de sus representaciones:

Salvere iubeo spectatores optumos,

fidem qui facitis maxumi, et vos Fides (…)

Vos omnes opere magno esse oratos volo,

benigne ut operam detis ad nostrum gregem.

Eicite ex animo curam atque alienum aes

ne quis formidet flagitatorem suom:

ludi sunt, ludus datus est argentariis;

tranquillum est, Alcedonia sunt circum forum:

ratione utuntur, ludis poscunt neminem,

secundum ludos reddunt autem nemini.

Aures vocivae si sunt, animum advortite:

¡Salud al mejor de los públicos que tiene en tal alta estima a la Buena Fe y la Buena Fe lo tiene a él! (…) A vosotros todos quiero pediros encarecidamente que seáis amables y prestéis atención a nuestra compañía. Desterrad de vuestro espíritu las preocupaciones y, sobre todo, olvidaos de las deudas: que nadie tema a sus acreedores. Son días de fiesta; también lo son para los banqueros. Todo está en calma; en torno al foro se celebran las alcionias. Ellos (los banqueros) piensan con la cabeza: durante las fiestas no reclaman nada a nadie para, después de las fiestas… tampoco devolver nada a nadie.

Ahora, si vuestros oídos y ojos están desocupados, atended y leed con sosiego.

Plauto, de su obra Casina, versos 1-2 y 21-30