CAPITULO
30

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LAS OTRAS NACIONES

AMADICIA

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EMBLEMA

Una hoja de acanto roja sobre una estrella plateada de seis puntas; la Estrella y el Acanto.

ESTANDARTE

La Estrella y el Acanto en campo de franjas horizontales, tres azules y dos doradas.

CAPITAL

Amador.

Amadicia está al sur de las Montañas de la Niebla, entre Tarabon y Altara. Es donde están afincados los Hijos de la Luz, los cuales ejercen más poder allí que el "legítimo" gobernante. Esta monarquía ficticia se mantiene aunque sólo sea para evitar las áreas protocolarias a los Hijos, y el rey, Ailron en la actualidad, tiene cierta libertad de acción siempre y cuando no vaya en contra de los deseos de los Hijos. Su palacio de Serenda se encuentra a poco más de tres kilómetros de Amador y de la Fortaleza de la Luz, la actual sede de poder de los Hijos. Como para compensar su falta de verdadera autoridad, el rey se rodea de pompa y boato. Su corte está llena de damas a la moda con melenas rizadas, caballeros igualmente a la última con chaquetas largas de vivos colores y sirvientes deslumbrantes con sus uniformes rojos y dorados.

Como ya se ha dicho, en Amadicia está prohibido encauzar y la ley se aplica con todo rigor a quienes lo hacen. También se trata con mano dura a los ladrones. El primer robo se castiga marcando con un hierro candente al autor; el segundo, cortándole la mano derecha; y al tercero se le condena a la horca, sin que importe si el objeto hurtado era la corona real o una hogaza de pan. Tanto ladrones como Aes Sedai evitan pisar el país.

ALTARA

"Reclínate en tu cuchillo y deja libre tu lengua."

—Dicho popular altaranés.

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EMBLEMA

Dos leopardos dorados, uno sobre otro; los Leopardos Dorados; los Leopardos.

ESTANDARTE

Los Leopardos Dorados en campo escaqueado de cuatro por cuatro, rojo y azul; el escaque rojo de la fila superior es el pegado al astil.

CAPITAL

Ebou Dar.

Entre sus símbolos está el Trono de los Vientos.

Altara mira hacia el Mar de las Tormentas, encajada entre las más ponderosas de Illian y Amadicia, y su frontera septentrional linda con Murandy, Andor y Ghealdan. Es una nación unificada sólo de nombre, y la mayoría de sus habitantes prefieren que se los identifique como oriundos de una ciudad o como vasallos de un lord o lady en particular en vez de como súbditos de la reina o ciudadanos de Altara. Ni siquiera a los nobles parece importarles gran cosa su país; rara vez pagan impuestos y sirven a la corona sólo de boquilla.

EL TRONO INESTABLE

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El Trono de los Vientos es poco más que un botín para que se haga con él el noble más poderoso, aunque muchos de esos nobles han desdeñado tomarlo cuando han tenido ocasión de hacerlo. En los mil años transcurridos desde la muerte de Hawkwing, sólo una casa, la Todande, ha conservado el trono cinco generaciones, y cuando lo perdió su caída fue tan complete que la casa ha pasado a estar supeditada a todas las demás. Ninguna otra casa ha conseguido tener más de dos soberanos consecutivos en el trono. La actual dirigente, la reina Tylin Quintara de la casa Mitsobar, es la segunda de su linaje en ocupar el trono. Su único hijo superviviente, Beslan, es el heredero, pero de hecho sus posibilidades de sucederla son mínimas.

Mitsobar no era una casa ponderosa cuando el padre de Tylin subió al trono, y su control se extendía sólo a poco más allá de los muros de palacio. Debido a los esfuerzos de su padre y a los suyos propios, Tylin controla ahora la capital y las tierras que la rodean a lo largo de cien kilómetros, pero poco más. Altara sufre la presión de Amadicia; no hay duda de que los Hijos desean controlar Altara, pues su soberanía es lo único que evita que controlen el comercio fluvial del Eldar, o que marchen sobre Murandy y quizás incluso sobre Illian. Si no hubiera sido por la intervención de Illian durante la Guerra de los Capas Blancas, ya lo habrían conseguido. Una nación tan débilmente unida como Altara es un objetivo fácil para aquellos con el poder para tomarla.

Aun así Altara tiene cierto carácter nacional. Su pueblo, especialmente las mujeres, son feroces y audaces. Son extremadamente educados, si bien rápidos en responder a un insulto con acero. Nobles o plebeyos, hombres o mujeres, todos son iguales en el campo de duelos. Esto es más evidente en la capital Ebou Dar, centro de la cultura y el comercio de Altara.

EBOU DAR

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La ciudad de Ebou Dar se extiende a ambas orillas del río Eldar, frente a una gran bahía por lo general repleta de barcos. El río divide la urbe en dos sectores, uno que alberga los palacios, las casas y las tiendas de las clases media y alta, y el otro, llamado el Rahad, es el hogar de la clase más baja y de gente violenta.

La ciudad está surcada por canales así como calles con todo tipo de puentes. Gabarras y barcas de pasajeros se deslizan por los canales impulsadas por pértigas mientras que carruajes, carretas y peatones abarrotan calles y puentes. Todos los edificios son de color claro, ya sea piedra blanca o mármol pálido o ladrillos encalados. Muchos edificios grandes y palacios están emplazados entre otras construcciones más pequeñas, algunos adornados con minaretes o cúpulas en forma de pera y decoradas con franjas de color carmesí, azul o dorado. Una alta muralla de gran grosor y tan blanca como los edificios rodea la ciudad propiamente dicha. Tiene una serie de puertas en arco apuntado bajo los que pasan las vías que conducen al centro de la ciudad. Las plazas adoquinadas, repartidas por toda la ciudad, tienen una fuente de chorros cantarines, o una gran estatua o ambas cosas.

EL PALACIO DE TARASIN

La mayor de estas plazas es la de Mol Hara, pavimentada con baldosas de tono muy claro. En el centro se alza la colosal estatua de una mujer sobre un alto pedestal y con una fuente debajo; uno de sus brazos está lavantado y apunta hacia el mar, el corazón del comercio ebudariano. Todo un lado de la plaza lo dominan las cúpulas y los minaretes del palacio de Tarasin, residencia de los monarcas altaraneses. Tiene cuatro plantas y es de un blanco deslumbrante salvo por las franjas doradas y de colores que adornan las cúpulas. Dentro, sin embargo, todas las estancias rebosan color. Suaves tonos de azul, amarillo o rosa adornan paredes y techos, mientras que los suelos son baldosas de rombos jaqueados en diversos colores. En casi todas las mansiones y tiendas también abunda el colorido. Piezas de porcelana de los Marinos, de cristal y de bronce brillan en hornacinas en arco, y la mayoría de los tapices representan escenas marítimas.

Los jardines se encuentran en patios ubicados en el centro del edificio. En su mayoría, las ventanas que dan al exterior tienen echados los postigos, ya que el palacio está rodeado de casas y tiendas por tres lados. A diferencia de gran parte de las ciudades, el trazado de Ebou Dar no guarda un orden específico. Hay palacios rodeados de posadas y de comercios; establecimientos hosteleros, pescaderías y cuchillerías flanquean grandes mansiones. Abundan los comercios y las posadas, e incluso algunas tiendas están construidas en los laterales de los puentes más grandes.

Aunque muchas ciudades de Altara siguen la tendencia de Ebou Dar en las construcciones blancas, no todas tienen esa sencilla apariencia en el exterior, La ciudad de Remen, junto al río Manetherendrelle, está casi toda construida con piedra y tejados de llamativas tejas de todos los colores, Las calles también son inusuales; parten desde una única plaza central y se extienden en un enmarañado laberinto, Esos tejados, junto con los chillones chalecos y enaguas de sus habitantes, hacen que Remen parezca muy alegre a los forasteros, En general, cuanto más al norte de Altara, más aspecto andoreño tienen arquitectura y personas.

EL RAHAD

Al otro lado del río, hasta los cochambrosos edificios del Rahad son blancos, si bien el encalado está sucio y desconchado. En muchas de estas viviendas han saltado grandes trozos de la enyesadura, dejando al aire los toscos ladrillos que hay debajo. En este distrito proliferan los callejones angostos que ensombrecen las casas de cinco o seis pisos que se apiñan a ambos lados. El hedor a podrido satura el aire mientras las moscas y bichos prosperan en las basuras de las calles. Allí es donde la famosa fiereza ebudariana resulta más evidente, pues si bien los duelos forman parte de la vida altaranesa, en el Rahad ocurren a todas horas. Muchos adversarios ni siquiera siguen las formalidades de un duelo, sino que simplemente matan a su víctima de una cuchillada por la espalda. No es algo inusual que se mate a alguien por el mero hecho de llevar ropas buenas. En tales casos, el ladrón utiliza un cuchillo de hoja muy fina para no echar a perder la tela.

LA MODA ALTARANESA

A los altaraneses se los puede reconocer por el cabello y los ojos oscuros y la tez olivácea, pero a los de Ebou Dar también se los identifica por su característico atuendo, Los vestidos de las mujeres suelen ser de color claro, con corpiños ajustados y amplias faldas sobre enaguas de fuertes colores, Los escotes de las plebeyas son estrechos y profundos, mientras que os de las nobles son de corte redondo u ovalado, permitiendo así que las que llevan Cuchillo de Esponsales lo luzcan al máximo, y las que no, para que se vea que están disponibles, Entre las plebeyas, la falda se lleva siempre recogida por encima de una rodilla a fin de exhibir las enaguas de llamativos colores, mientras que las nobles la llevan recogida en el centro, Casi todas las mujeres y algunos hombres lucen grandes pendientes de aro, Tanto ellos como ellas llevan dagas curvas metidas en cinturones o fajines, y frecuentemente, también acostumbran a llevar un cuchillo de trabajo.

El sello característico de un ebudariano es el chaleco, largo y muy elaborado, Con frecuencia, estos chalecos son tan chillones como las ropas de los gitanos, y se llevan solos o sobre camisas claras de mangas anchas.

A veces, lo adinerados complementan su atuendo con una chaqueta de seda echada sobre los hombros; la prenda es decorativa, ya que se hacen deliberadamente pequeñas, demasiado para ponérselas al modo convencional. Esta "capa" se sujeta con una cadena de plata u oro que va prendida en las estrechas solapas bordadas, Cuando se lleva capa, por lo general va debajo una espada larga y fina, además de la habitual daga, Tanto hombres como mujeres se adornan las manos con anillos.

Como en casi cualquier cultura, los ricos visten sedas y brocados bordados y a menudo con gemas engastadas, mientras que los menesterosos y la clase media utilizan paño, latón y cuentas de cristal.

LOS DUELOS

Los ebudarianos se precian de la fiereza de sus mujeres y de su coraje en los duelos. Pocos hombres y mujeres llegan a la edad adulta sin haber sostenido al menos uno, y a esos pocos se les hace el vacío por ser cobardes. Mientras que en muchos lugares del mundo los hombres se baten en duelos por las mujeres, sólo en Ebou Dar es también corriente que las mujeres se batan en duelo por los hombres. En ambos casos el "premio" accede a irse con el ganador. Es más difícil que se desafía a mujeres casadas que a solteras, y es aun más infrecuente en el caso de las viudas contrarias a unirse de nuevo en matrimonio. La mayoría de las ebudarianas que llegan vivas al matrimonio consideran las cicatrices de duelos una especie de marca embellecedora. Las mujeres altaranesas afirman que sólo dañarán a un hombre si este las daña, las amenaza o las ofende, pero por ley la muerte de un hombre a manos de una mujer está justificada a menos que se demuestre lo contrario. Como resultado los hombres son muy solícitos con las mujeres.

En general, fuera del Rahad, muchos altaraneses son extremadamente educados, no vaya a ser que den motivos para un duelo. Todo lo dicho está sujeto al duelo a menos que una de las partes manifieste formalmente que el otro puede "reclinarse en su cuchillo", lo que significa que puede decir cualquier cosa y no se sentirá insultado. Muchos altaraneses, y todos los ebudarianos, van armados con al menos un daga curva de duelos a la cintura, siempre al alcance de la mano.

EL CUCHILLO DE ESPONSALES ALTARANÉS

En algunas zonas de Altara, especialmente en Ebou Dar, existe la costumbre de que la mujer casada o viuda lleve un "Cuchillo de Esponsales" colgado boca abajo de una gargantilla, Cuando una pareja contrae matrimonio, el hombre le regala el cuchillo a la mujer como parte de la ceremonia, Entonces le pide que lo utilice para matarlo si alguna vez incurre en su desagrado.

El cuchillo facilita mucha información sobre su portadora a cualquiera que le interese con sólo mirarlo, Una vaina blanca significa que la mujer está viuda y no tiene intención de volver a casarse, Si es de color azul indica que considerará las ofertas, Las piedras preciosas o las cuentas de cristal engastadas en el cuchillo representan los hijos de la portadora, las blancas por los hijos varones y las rojas por las hijas, Si un hijo varón muere en un duelo, el engarce de la piedra va esmaltado en rojo; si es una hija, va esmaltado en blanco, Si sus vástagos han muerto por cualquier otra causa, entonces el esmalte es negro, Muchas mujeres quitan las piedras que representan a sus hijos, repudiándolos de hecho, si estos no aceptan un duelo después de haber cumplido los dieciséis años.

Las damas nobles y aquellas que poseen fortuna llevan el Cuchillo de Esponsales en oro y piedras preciosas, mientras que los de las plebeyas son de latón con cristales de colores. Los materiales no cuentan tanto como el contenido, Las mujeres comprometidas lucen una gargantilla para que todos vean que se les ha prometido un Cuchillo de Esponsales.

SALIDAR: LA TORRE EN EL EXILIO

Ebou Dar es el centro político de Altara, pero una villa abandonada desde la Guerra de los Capas Blancas y casi olvidada ha adquirido tanta importancia recientemente que casi ha desplazado la preeminencia de la capital. Esa villa, Salidar, se encuentra a poco más de un kilómetro al este del río Eldar y de Amadicia. Antaño conocida por ser el lugar de nacimiento de Deane Ayman, la Aes Sedai que sucedió a Bonwhin en el puesto de Amyrlin y salvo la Torre de la destrucción a la que la había abocado su antecesora, Salidar ha sido durante un tiempo el domicilio de la Torre en el Exilio, formada por la mayoría de las Aes Sedai que huyeron del aparente golpe de estado que dividió la Torre Blanca en Tar Valon. Las hermanas reconstruyeron la villa e hicieron de ella una Torre de hecho. Aun está por ver si esta "Torre" fortalecerá la posición de la reina Tylin contra sus enemigos o si debilitará más la ya frágil nación.

MURANDY

"No confíes en nadie salvo en ti mismo, Y tampoco demasiado."

—Máxima lugardeña.

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EMBLEMA

Un toro rojo, el Toro Rojo.

ESTANDARTE

El Toro Rojo en campo de franjas verticales azules y blancas. Orlado en rojo cuando ondea donde está presente el monarca.

CAPITAL

Lugard

Justo al norte de Altara y al sur de Andor está la nación de Murandy. Como en Altara, las gentes de Murandy no respetan la identidad política de su nación tanto como respetan a la nobleza de su localidad. El rey Roedran gobierna oficialmente Murandy, pero el verdadero poder político está dividido entre todos los lores y ladys prácticamente independientes que dirigen sus propias parcelas del territorio. El rey rara vez tiene verdadero control en los acontecimientos de la capital, y mucho menos en los del resto del país. Muchos creen que la única razón de que los murandianos toleren tener un gobernante es porque sirve como elemento disuasorio contra las ideas de anexión de las naciones vecinas, ya que la falta de cohesión nacional no impide que la gente de Murandy sea sumamente desconfiada con los forasteros. La mayoría ve cada acción extranjera como parte de un complot. En especial desprecian a los andoreños, principalmente por la dilatada historia de disputas a lo largo de la frontera en común, y ello a pesar de que en las cercanías de la frontera es totalmente imposible distinguir a las gentes de uno y otro lado salvo por las ropas.

LUGARD

Localizada en el centro de Murandy, a orillas del río Storn, la ciudad de Lugard es al tiempo la capital y el centro de comercio de la nación. Ciertamente es el comercio lo que mantiene viva a Lugard. A pesar de los desacuerdos políticos y de la desconfianza, carretas de mercancías de todo tipo, tamaño y nacionalidad se apiñan en las parcelas de tierra reservadas para ellas dentro de la ciudad. Establos, corrales y posadas superan en número a casas y tiendas, y un denso tráfago discurre constantemente por las calles transportando mercancías a y desde Andor, Illian, Ghealdan, Altara y Arad Doman.

La reputación comercial de Lugard, aunque bien merecida, se empaña por su igualmente bien ganada reputación de libertinaje y latrocinio. Los lugardeños ven en cualquier forastero un buen blanco para el robo o el timo. El propio aspecto de la ciudad irradia un halo de degradación. Las altas y grises murallas se han derrumbado en muchos sitios quedando reducidas a pequeñas barreras simbólicas y un montón de escombros. La mayoría de las calles anchas no están empedradas, e incluso las que tienen pavimento están llenas de polvo. Los edificios de piedra gris, con sus tejados de tejas de fuertes colores, están cubiertos siempre por una sucia nube de polvo. Muros irregulares y descuidados surcan el trazado anárquico de la ciudad, marcando las divisiones reclamadas por nobles contendientes a lo largo de los años. De hecho, en más de una ocasión Lugard ha sido dividida entre esos nobles como un asado de carne mal trinchado.

ARAD DOMAN

"El hombre que hace tratos con una domani necesita sus cinco sentidos y diez más."

—Advertencia contra la necedad.

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EMBLEMA

Una mano plateada asiendo una espada también plateada, con la punta hacia arriba; la Mano y la Espada.

ESTANDARTE

La Mano y la Espada en campo de franjas horizontales, cuatro verdes y tres azules.

CAPITAL

Bandar Eban.

Los domani son famosos por su comida, generalmente trozos finos de carne con especias y verduras aliñadas con salsas, Sin embargo, se sabe que su método para comer ha hecho temer a los forasteros que morirían de hambre. En lugar de tenedores, o incluso cuchillos, los domani sólo utilizan dos finos palillos, llamados sursa, Estos palillos se sostienen con una mano y se manejan diestramente para coger trocitos de comida con delicadeza de los distintos cuencos.

Arad Doman se encuentra entre las Montañas de la Niebla y el Océano Aricio, justo al norte del llano de Almoth. Si bien dicho llano no pertenece oficialmente a nadie, Arad Doman ha maniobrado para controlarlo en detrimento de Tarabon. Los domani creen que son descendientes de quienes crearon el Árbol de la Vida, pero son las mujeres domani las que son legendarias. De tez cobriza y sumamente garbosas, se dice de ellas que son capaces de encandilar a un hombre con una mirada y de robarle el corazón con una sola sonrisa. Las ropas que llevan se consideran escandalosas por casi todos los otros pueblos. Los vestidos les cubren el cuerpo del cuello a los tobillos, pero son casi transparentes y se ajustan a todas las curvas, sin dejar nada a la vista mientras que insinúan todo. Sólo las mujeres de los marinos se mueven con más gracia sensual que las domani, y ninguna otra mujer puede compararse a una domani a la hora de practicar el arte de la seducción, algo que las madres empiezan a enseñar a sus hijas desde pequeñas. Casi todos los mercaderes domani son mujeres, y la nación debe su opulencia a su éxito. Pocos varones saldrán victoriosos en un trato con una domani, pero a menudo consideran que merece la pena perder por esa experiencia.

A los hombres domani se los reconoce por los largos y finos bigotes y los pendientes. Los nobles, hombres y mujeres, lucen joyas con el símbolo de su casa grabado o engastado. Tan famosas como son las mujeres por su belleza, lo son ellos por su temperamento. Se ha insinuado que es el trato con las domani lo que les hace tener ese genio. Otros dicen que se debe a comer con los sursa.

La capital de Arad Doman es Bandar Eban, y también su centro de comercio. Aunque a los domani no les gusta viajar por mar, llevan a cabo muchos de sus negocios con los Marinos, y después distribuyen las mercancías a los consumidores de tierra adentro. Tiene mucho comercio con Saldaea, así como con Tarabon, aunque con esta última podría declinar debido a la guerra. El actual dirigente de la nación es el rey Alsalam, que recientemente se halla acosado por la guerra civil, la guerra contra Tarabon y por el rumor de la desaparición de varios miembros de su familia.

TARABON

"El secreto más placentero de descubrir es el rostro tras el velo de una dama,

y el más peligroso es el de la chispa de un Iluminador."

—Dicho de Tanchico

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EMBLEMA

Un árbol dorado de tronco grueso y ramas extendidas que equilibran las raíces; el Árbol; el Árbol Dorado.

ESTANDARTE

El Árbol Dorado en campo de listas verticales, cuatro rojas y tres blancas.

ESTANDARTE Y EMBLEMA DE LA PANARCH

Iguales que lo de la nación, sólo que con un báculo verde detrás del árbol.

CAPITAL

Tanchico.

Entre sus símbolos está el Trono de la Luz.

Tarabon, una nación de considerable extensión, se halla al sur del disputado llano de Almoth. Los taraboneses se denominan el Árbol del Hombre y afirman ser descendientes de dirigentes y nobles de la Era de Leyenda. En los tiempos en que la nación Almoth existía, se rumoreaba incluso que Tarabon poseía una rama o un retoño de Avendesora. Su estandarte se diseñó originalmente para ensalzar tal hecho y su proclamado linaje, con el cielo azul, la tierra negra y la gran Árbol de la Vida uniéndolos.

Antaño una importante nación comercial, Tarabon era una destacada suministradora de alfombras de calidad, tintes, fuegos de artificio y otros artículos de lujo, pero ahora corren tiempos difíciles para esta nación que han puesto en peligro su comercio. Históricamente Tarabon ha pasado casi tres siglos peleando con Arad Doman por el llano de Almoth, pero esa pugna nunca pasó a ser una guerra total hasta este último año. Por desgracia, Tarabon también se ha visto obligada a entrar en contienda con los Juramentados del Dragón, y los dos conflictos resultantes han agotado los recursos de la nación y han provocado la guerra civil en sus ciudades.

REY, PANARCH Y ASAMBLEA

Tarabon está en teoría dirigida por un rey y una Panarch, a los que elige la Asamblea de los Lores. El rey y la Panarch tienen la misma autoridad. La Panarch recauda impuestos, derechos arancelarios y tasas, tiene el mando de la Fuerza Civil y controla los tribunales secundarios. Su guardia personal es la Legión de la Panarch. El rey es responsable del buen uso de las rentas públicas recaudadas, tiene el mando del ejército y controla el Tribunal Superior. Su guardia personal es la Guardia de Corps. La única función política importante de la Asamblea de los Lores es la elección del rey y la Panarch.

LA CORPORACIÓN DE ILUMINADORES

La Corporación de Iluminadores posee el secreto para producir iluminaciones, o fuegos artificiales lanzados al aire, La corporación fundó su primera casa capitular en Tanchico, y posteriormente estableció otra en Cairhien, aunque ahora las dos han desaparecido, Suelen trabajar para lores y reyes ofreciendo grandes espectáculos de iluminaciones, pero también venden fuegos de artificio más sencillos a otras personas. Éstos siempre llevan serias advertencias sobre el peligro de abrirlos y la catástrofe que podría desencadenar hacerlo.

Los Iluminadores protegen sus secretos a costa de lo que sea, incluso el asesinato, Nadie que no haya nacido en el gremio tiene acceso a sus conocimientos, Cada casa capitular —que se sepa no existe ninguna actualmente— está dirigida por una Superiora o Superior de la Casa; dicha persona es responsable ante el gremio de todo lo que ocurra en esa casa capitular.

Corren rumores de que la corporación está buscando un sitio para establecer una nueva casa capitular, posiblemente en Amadicia.

TANCHICO

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La capital de Tarabon tal vez sea una de las urbes más antiguas del continente. Sus historiadores afirman que la construcción de la parte del Palacio de la Panarch se remonta a la Era de Leyenda. La muralla de la ciudad tiene un antiguo friso en el que se representan animales que ninguna persona viva ha visto jamás, al igual que numerosos esqueletos de esos animales que se exhiben en exposiciones. Aunque con reservas, dicha antigüedad podría respaldar la afirmación de los taraboneses de ser descendientes de nobleza de esa era. Sin lugar a dudas, el Palacio de la Panarch, asentado en una de las colinas más altas de Tanchico, es una obra extraordinaria. Su sala central está jalonada de hileras de blancas columnas e iluminada por minúsculos tallados en las paredes, justo debajo del techo, y alberga una gran exposición de todo tipo de artilugios antiguos, sin par en el mundo entero. La exposición cuenta con piezas de valor inestimable, como figurillas de cuendillar, esculturas singulares e incluso un angreal. Está abierta al público, tanto nobles como plebeyos, tres días al mes además de los días festivos. Para más información sobre fechas exactas, hay que dirigirse por escrito al Palacio de la Panarch.

Mayor que Tear y posiblemente Caemlyn, Tanchico se extiende sobre empinadas Colinas que abrazan la bahía de Tanchico, en la desembocadura del río Andahar. Esta gran rada está normalmente abarrotada de embarcaciones de todo tipo. Tres penínsulas se adentran en la bahía, la de Verana al este, la de Maseta en el centro y, la más cercana al mar, la de Calpen. Estas penínsulas están protegidas por una docena de fortalezas que rodean la ensenada. Cada península tiene un "anfiteatro" o recinto de espectáculos entre los edificios. El más pequeño, el Gran Anfiteatro en la península de Calpen, tiene un aforo de miles de personas para presenciar carreras de caballos o exhibiciones de fuegos artificiales. El recinto más grande es el Anfiteatro Real, ubicado en la península de Maseta. El Anfiteatro de la Panarch es ligeramente más pequeño que el Anfiteatro Real y se encuentra en la península de Verana, al igual que el Palacio de la Panarch.

Cientos de palacios y edificios cubren las empinadas laderas de las Colinas, con su blanca piedra o encalado resplandeciendo al sol, y realzados por el destello de alguna que otra torre o cúpula dorada. Por desgracia, su prístina apariencia es engañosa. Con el paso de los años, los edificios de Tanchico han ido cayendo en el abandono hasta el punto de que el enlucido de la mayoría se ha resquebrajado y desconchado, dejando a la vista maderas viejas o ladrillo gastado, y la piedra de los palacios también está desconchada y resquebrajada. Esta fachada de blanco esplendor se está viniendo abajo para revelar una ciudad que se pudre por dentro. A causa de los recientes conflictos, el área de Calpen cercana al Gran Anfiteatro se ha convertido en la guarida de los refugiados sin techo. Todas las tiendas de la zona han cerrado. Asesinos y ladrones siempre han formado parte de la ciudad, pero ahora casi dominan las calles. Las guardias personales de los nobles se han convertido en una necesidad.

Los aspirantes al trono son una amenaza constante para el frágil equilibrio del poder, y las cabezas de los que son apresados se exhiben clavadas en picas en lo alto de la

Escalera de los Traidores, en Maseta, pero esas medidas no aseguran la supervivencia de esta Antigua ciudad ni de Tarabon.

LA MODA DE TARABON

En Tarabon se considera descortés descubrirse del todo la cara salvo para comer o beber, En consecuencia, tanto hombres como mujeres llevan velos transparentes en el rostro, Cuando el anonimato es necesario, se ponen incluso una máscara a fin de que sus rasgos queden totalmente ocultos.

Los taraboneses suelen dejarse crecer espesos bigotes que se vislumbran bajo el velo, y llevan un gorro oscuro y cilíndrico sobre el frondoso pelo. Tanto lores como plebeyos visten amplios pantalones blancos y chaquetas con bordados espirales en las hombreras, si bien las de los nobles normalmente son de telas mejores, y lo bordados, mucho más elaborados, de hilo de oro, Debajo de las chaquetas se llevan camisas amplias con la pechera bordada, Alguna que otra vez los pantalones también van bordados.

Las nobles se tapan la cara con velos, pero no son partidarias de ocultar la figura. Casi todas llevan vestidos ajustados de fina seda que son casi tan reveladores como los de las domani, Las campesinas también prefieren telas poco opacas, aunque sus vestidos son generalmente de deslucido paño, muy basto en comparación con los de las clases altas. Los sirvientes también visten paño, pero de mejor calidad que el que está al alcance de los campesinos, y con el emblema de la casa bordado en la pechera.

GHEALDAN

"a Luz bendiga el nombre del Dragón Renacido."

—Bendición del Profeta en Ghealdan

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EMBLEMA

Tres estrellas plateadas, una arriba y dos abajo; las Estrellas; las Estrellas Plateadas

ESTANDARTE

Las Estrellas Plateadas en campo rojo.

CAPITAL

Jehannah.

Entre sus símbolos está el Trono Bendito de la Luz.

La pequeña nación de Ghealdan está entre Amadicia y Altara, pegada al Muro de Garen. Hasta hace poco, Ghealdan era un país relativamente tranquilo y autosuficiente, gobernado por el rey Johanin desde el palacio de Jheda. Su mayor preocupación era seguramente la conquista por parte de Amadicia. Entonces el Profeta del Dragón Renacido llegó a Ghealdan, se desató el caos y el hombre que se sentaba en el Trono Bendito de la Luz cayó. Cuatro dirigentes han ocupado el solio en el corto espacio de medio año, y sólo la última, Alliandre Maritha Kigarin, lo ha conservado durante unos meses. Johanin murió, sospechosamente, en un accidente de caza. Su sucesora, Elizelle, ordenó al ejército que dispersara a las multitudes que acudían a ver al Profeta, pero los seguidores de éste pusieron en fuga a las tropas. Tras la aplastante derrota murió envenenada, suicidándose supuestamente. Su sucesora, Teresia, duró diez días en el cargo, hasta que se vio obligada a abdicar y contraer matrimonio con un rico mercader. En Ghealdan, casarse con un plebeyo significa renunciar a todo derecho al trono.

No cabe duda de que los lores de la Cámara Alta de la Corona de Ghealdan han tenido que ver con la eliminación o destitución de los dirigentes fracasados. Con los Capas Blancas aguardando la ocasión para caer sobre su presa y el caos apoderándose de una ciudad tras otra, no había muchas opciones. Alliandre ha sobrevivido sólo porque ha permitido al Profeta compartir su tierra en lugar de expulsarlo. El caos sigue reinando en las ciudades y los pueblos por los que pasa el Profeta, y fuera lo que fuese Ghealdan antes de su llegada, será algo muy diferente cuando se haya ido.

En todas las ciudades que visita, la gente abandona casa y familia para seguirlo. El número de sus seguidores ha aumentado hasta el punto de que constituye con desafío para los recursos de las ciudades más grandes de Ghealdan. Cuando llenan a reventar una urbe, se reparten a su alrededor hasta formar una segunda población que a veces rivaliza con la principal y otras la supera con creces. Ghealdan sigue siendo una nación, pero se halla sitiada desde dentro por ese hombre que afirma representar a la Luz encarnada en el Dragón Renacido.

Casi todas las ciudades de Ghealdan están amuralladas y la mayoría de sus edificios son de piedra, con techos de pizarra. En las urbes más grandes, las casas de varios pisos no son inusuales, y algunas tienen incluso palacios. Antes de la llegada del Profeta, los ghealdanos eran recelosos con los forasteros. Hoy en día, su país está casi invadido por gentes de otras tierras que afirman seguir al Profeta. Algunas ciudades, como Samara, han ardido en los disturbios causados por enfrentamientos entre los Capas Blancas y los seguidores del Profeta. Ambos bandos proclaman luchar en nombre de la Luz. Como siempre, es el pueblo el que sufre las consecuencias.

ILLIAN

"Podéis tener cualquier palacio que queráis, siempre y cuando no sea más grande que el mío."

—Palabras proféticas del primer rey de Illian

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EMBLEMA

Nueve abejas doradas dispuestas en figura de rombo 1 - 2-3 - 2-1; las Abejas Doradas.

ESTANDARTE

Nueve Abejas Doradas en campo verde oscuro. Orlado en oro si ondea donde está presente el soberano.

CAPITAL

Illian.

Entre los símbolos se incluye la Corona de Laurel.

Illian es una poderosa nación junto al Mar de las Tormentas y comparte frontera con las más débiles naciones de Altara y Murandy. Rica gracias al comercio marítimo, terrestre y fluvial, Illian protegió a la débil Altara durante la Guerra de los Capas Blancas a fin de asegurar que la otra nación siguiera haciendo de tope entre Illian y Amadicia. El actual dirigente es Mattin Stepaneos, que también reinaba durante la Guerra de los Capas Blancas. Su estandarte son los Tres Leopardos, plata y negro, y se rumorea que tiene una Aes Sedai de consejera, aunque pocos pueden decir que la han visto. Desde que Illian cayó en poder del Dragón Renacido, se desconoce el paradero de Mattin Stepaneos ni, a despecho de los rumores, si aún sigue con vida.

GOBIERNO TRIPARTITO

En Illian, el rey no es el único líder político de la nación. Está "asesorado" por un comité de lores llamado el Consejo de los Nueve. Históricamente, esos nueve lores suelen terminar pugnando con el rey por el poder. La autoridad del monarca está aún más debilitada por la presencia de un segundo grupo "consultivo": la Corporación. Sus miembros, elegidos por y entre los mercaderes y navieros de Illian, con frecuencia acaban también luchando por tener más poder en lugar de ofrecer asesoramiento al Consejo de los Nueve o al rey. El resultado es que ningún grupo o persona controla realmente el destino de Illian. Siempre se plantea un conflicto a tres bandas por cualquier procedimiento o legislación. Según muchos esto proporciona las comprobaciones y balances necesarios para prevenir la tiranía. Según otros, crea confusión innecesaria y atrasa cualquier acción útil.

En la capital, Illian, el Palacio Real y la Gran Sede del Consejo, ambas construcciones obra de los Ogier, atestiguan que esa lucha es tan antigua como la nación. Los dos enormes palacios se alzan a uno y otro extreme de la gran plaza central con columnas de mármol de Illian, la Plaza de Tammaz, y se parecen en todos los aspectos: columnatas, galerías abiertas, esbeltas torres y tejados púrpura. Sin embargo, existe una pequeña diferencia. El primer rey de Illian dijo al primer Consejo que podía tener el palacio que quisiera siempre y cuando no fuera más grande que el suyo. (Ya entonces el Consejo luchaba por tener más poder) El resultado fue que su palacio se construyó como una copia exacta al del rey, pero medio metro más pequeño en todas sus dimensiones.

Hasta el día de hoy, el Consejo de los Nueve y el rey mantienen esa pugna, y la Corporación con ambos. Por suerte, esta situación deja a la mayoría de los illianos en libertad para vivir su vida.

INDUMENTARIA ILLIANA

Casi todos los hombres de Illian llevan chaquetas largas de cuello alto y barbas que no cubren el labio superior. Muchos lores calzan botas ribeteadas de oro o plata.

Las mujeres, tanto de clase alta como baja, utilizan sombreros de ala ancha, sujetos con pañuelos largos que van enrollados al cuello de forma útil y decorativa, Las grandes damas calzan escarpines profusamente adornados con oro y plata; el largo de los vestidos está pensado para lucirlos todo lo posible, Por lo general los escotes son bajos para sacar el mejor partido de los atributos naturales de la dama.

LA CIUDAD DE ILLIAN

A diferencia de las capitales de todas las naciones, Illian no tiene muralla alrededor de su perímetro; sus torres y palacios de piedra clara se alzan en la enorme pradera pantanosa que ocupa el borde más meridional del país. Vista a cierta distancia, da la impresión de que sólo la componen palacios y torres, muchos con la marca inconfundible de los constructores Ogier y que empequeñecen la multitud de edificios más bajos que forman la mayor parte de la urbe. Los canales la cruzan a lo largo y a lo ancho, y discurren bajo puentes de todo tipo y tamaño, algunos incluso obra de los Ogier. Carretas, carruajes lacados y con los emblemas de las casas y palanquines circulan deprisa por tierra mientras que barcas de pasajeros y lanchones con carga llenan los canales que corren debajo.

Tan grande como Cairhien o Caemlyn, Illian es una ciudad portuaria de primer orden y un centro de manufactura de excelentes alfombras, textiles y artículos de cuero. Su producción de cuero acabado es la mayor del mundo.

Inmensas curtidurías ocupan varias de las pequeñas islas del humedal; en ellas se produce más cuero acabado en un día que el que preparan en meses las tenerías de la mayoría de los pueblos, e incorporan su tufo característico a los acres olores propios del pantanal.

El puerto alberga una gran flota pesquera que captura marisco suficiente para cubrir la demanda de Illian y exportar a naciones vecinas. Los pequeños pesqueros, los cargueros más grandes y los esbeltos barcos de los Marinos abarrotan el puerto. Los grandes astilleros de Illian construyen muchos de los barcos que fondean en el puerto, si bien ni sus mejores construcciones pueden igualar las de los Marinos.

El distrito portuario es muy grande. Conocido por el Barrio Perfumado —su "perfume" es el hedor a cáñamo, brea y al acre fango del puerto—, está prácticamente aislado del resto de la ciudad. Mientras no hagan algo que ofenda a un gran señor o una gran señora, se deja que los vecinos de ese distrito se arreglen por sí mismos. Incluso los magistrados rara vez se interesan por los sucesos del Barrio Perfumado

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LA GRAN CACERÍA DEL CUERNO

Hace mucho tiempo, según cuenta la leyenda, se escondió el Cuerno de Valere para mantenerlo a buen recaudo hasta que se necesitara en la Última Batalla, El Cuerno es mucho más que un simple instrumento musical, pues su sonido hace volver a los héroes muertos de sus tumbas para luchar contra la Sombra, Lleva una inscripción en la Antigua Lengua, Tia mi aven Moridin isainde vadin, que significa: La tumba no constituye una frontera a mi llamada, La profecía dice que se encontrará a tiempo para la Última Batalla, Entre el final de la Guerra de los Trollocs y el comienzo de la Guerra de los Cien Años, se convocó la Cacería, Muchos héroes buscaron el Cuerno y, aunque ninguno lo hallo, sus aventuras se convirtieron en leyendas que ahora forman parte de la Gran Cacería del Cuerno, un ciclo heroico trovadoresco que se tarda varios días en recitar entero.

Casi cuatrocientos años después de la última Cacería, se convocó otra en Illian en la Fiesta de Teven, Acudieron cazadores de todas las naciones del mundo para buscar el Cuerno o, al menos, la inmortalidad en relatos y cantos, La ciudad celebró la inminente aventura con un gran carnaval, fuegos artificiales, canciones, danzas y el relato de leyendas, Se entregaron premios a los juglares, el más importante otorgado a la mejor narración del ciclo de la Gran Cacería, Los cazadores prestaron juramento de comprometerse en la búsqueda y partieron de Illian en medio de gran pompa y boato.

Desde la marcha de los héroes han colorido rumores de la aparición del Cuerno en Shienar, y en Falme cuentan algunos que vieron un ejército de héroes de leyenda cargando a toque triunfal del Cuerno, pero hasta el momento nadie ha regresado con él a Illian.

LOS COMPAÑEROS

Aunque el poderío militar de Illian es formidable, sus mejores soldados son los que componen la unidad de élite llamada los Compañeros de Illian. Estas tropas de primera cabalgan tradicionalmente con el capitán general durante cualquier acción militar a fin de hacer uso de sus extraordinarias cualidades donde sean más necesarias, normalmente allí donde se disputa lo más reñido de la batalla. Durante la Guerra de los Capas Blancas, los Hijos de la Luz tendieron una trampa en Soremaine en la que cayó el rey Stepaneos y en la que habría acabado destruido todo su ejército de no ser por el valor de los Compañeros. Defendieron la posición el tiempo suficiente para que el resto del ejército se pusiera a salvo y de ese modo impidieron que Altara, así como Murandy e Illian, cayeran en manos de los Capas Blancas. Sin su intervención, seguramente Stepaneos no habría podido salir bien librado de la derrota de Soremaine.

TEAR

"Quienquiera que controle la Ciudadela de Tear es Señor de la ciudad y de la nación."

—Máxima teariana

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EMBLEMA

Tres lunas crecientes colocadas en diagonal; las Lunas; las Tres Lunas Crecientes.

ESTANDARTE

Tres Lunas Crecientes blancas, en diagonal sobre campo mitad rojo, mitad dorado,

CAPITAL

Tear.

Entre sus símbolos está la Ciudadela de Tear.

La nación de Tear se encuentra al este de Illian y tiene el puerto más importante del Mar de las Tormentas. Dicho puerto está ubicado bastante más arriba de la desembocadura del río Erinin, y lo guarda la antigua Fortaleza llamada la Ciudadela de Tear. Sin embargo, a diferencia de otros puertos principales, el de Tear no tiene fácil acceso desde el mar. Lo protege el dédalo de vías fluviales del vasto delta, en la desembocadura del Erinin, conocido como los Dedos del Dragón. Estas vías fluviales están bajo el control de los tearianos, que no permiten el paso de ningún barco en una u otra dirección sin que suba a bordo un piloto teariano. Tal vez los marineros sin experiencia podrían perderse sin ese piloto, pero para la mayoría de los navegantes, como los Marinos, tal precaución es ridícula.

La extensión de tierra entre el mar y la ciudad de Tear, en el río Erinin, es lo bastante grande para albergar varias ciudades, pero los Grandes Señores de Tear no permiten que haya siquiera el más pequeño pueblo entre la urbe y el mar a fin de evitar que cualquier población haga la competencia a la capital.

Todas las villas están controladas por los Grandes Señores, y se las castiga con el incremento de impuestos de construcción a medida que crecen, evitando así que cualquier urbe se haga muy grande excepto Tear. Únicamente se ha permitido que la ciudad de Godan siga en la bahía de Remara por su importante posición estratégica lindante con Mayene.

LOS GRANDES SEÑORES DE TEAR

A diferencia de casi todas las otras naciones, Tear no tiene dirigente, ni rey o reina. Un consejo llamado los Grandes Señores de Tear gobierna como un organismo. Los miembros del consejo tienen que ser de un rango concreto, pero no se establece el número determinado para componerlo, y ha habido tantos como veinte y tan pocos como seis. Todas las decisiones se presentan a la gente como unánimes. Los Señores de la Tierra —todos de la pequeña nobleza teariana— participan entonces hacienda cumplir los edictos de los Grandes Señores.

LA CIUDADELA DE TEAR

Los Grandes Señores gobiernan desde la Ciudadela de Tear, una inmensa fortaleza que domina la ciudad de Tear como una pequeña montaña. Se cree que la Ciudadela es una de las fortificaciones más antiguas de la humanidad. Se construyó en algún momento durante o poco después del Desmembramiento del Mundo, y se utilizó el Poder Único para hacerla. Se usaron flujos de Tierra, Aire y Fuego para extraer piedra de todos los rincones del mundo y fundirla en una única y maciza estructura sin junturas ni empalmes ni mortero. Quizá por esto, unido a su aspecto, a veces se alude a ella como la Piedra o la Roca, especialmente en escritos antiguos. La Ciudadela ha sufrido ataques y asedios en más de cien ocasiones, pero nunca había caído hasta que el Dragón Renacido y unos pocos centenares de Aiel la tomaron en una sola noche.

En el mismo centro de la fortaleza se encuentra la gran cámara abovedada llamada el Corazón de la Ciudadela. Allí, en medio de columnas de pulida piedra roja y lámparas doradas, está el lugar donde el poderoso sa’angreal en forma de espada, Callandor, permaneció suspendido en el aire con todo su radiante esplendor cristalino hasta que el Dragón Renacido lo tomó. También es allí donde los Grandes Señores llevaban a cabo el Rito de los Centinelas cuatro veces al año, proclamando que protegían al mundo entero contra el Dragón Renacido guardando a Callandor. Los Señores de la Tierra ascendían a Grandes Señores, y nadie salvo ellos podía acceder al Corazón de la Ciudadela. Incluso ellos sólo entraban en la gran cámara para cumplir con el Rito. En su mayoría, a los tearianos no les gustaba admitir que el Corazón de la Ciudadela ni Callandor existían. Ahora que el Dragón Renacido ha ocupado la Ciudadela y abierto el Corazón, ya no pueden negar ni lo uno ni lo otro.

TESOROS DE LA CIUDADELA

Callandor no es el único objeto del Poder que se guarda en la Ciudadela. En las entrañas de la fortaleza, debajo de los niveles de las mazmorras, hay una serie de polvorientos almacenes llenos de una colección de angreal y ter’angreal procedentes de todos el mundo. Esta colección rivaliza con la de la Torre Blanca, aunque nadie sabe si los tearianos acopian los artefactos para preservarlos o para esconderlos. Dejaron de incrementar la colección hace unos trescientos años y jamás han expuesto las piezas. Algunos opinan que la colección sólo existe para restar importancia a la presencia del artefacto más relevante, Callandor, ya que los tearianos detestan todo lo relacionado con el Poder Único o con las Aes Sedai.

EL PODER ÚNICO Y TEAR

Antes de la llegada del Dragón Renacido, encauzar estaba totalmente prohibido en Tear, si bien, a diferencia de Amadicia, se toleraba la presencia de las Aes Sedai siempre y cuando no encauzaran. Relatar las Profecías del Dragón o tener una copia de ellas se castigaba con la prisión. Se ignora si todo esto se debía al hecho de que la suerte de Tear formaba parte de las Profecías o simplemente por la arraigada desconfianza hacia todas las cosas relacionadas con el Poder. A las muchachas con capacidad de encauzar se las sigue enviando a Tar Valon el mismo día en que se descubre su don, con la recomendación de que no regresen.

LA CIUDAD DE TEAR

Fuera de la Ciudadela, la ciudad de Tear está construida en terreno llano. Una alta muralla de piedra gris protege la ciudad interior. Las mejores casas y palacios de cúpulas cuadradas se encuentran dentro de esa muralla, situados a lo largo de calles empedradas. Al otro lado de la muralla las calles no están pavimentadas, y siempre hay una capa de barro tan profunda que los palanquines y carruajes no se aventuran fuera de la ciudad interior. Los peatones deben llevar un tipo especial de calzado alto si no quieren acabar empantanados en el barro. Sólo los carros de bueyes y las carretas circulan por los distritos sin empedrado.

El barrio portuario se llama Maule y es una de las zonas más peligrosas de la ciudad. El distrito adyacente, con sus almacenes de piedra a lo largo de los muelles, se llama Chalm. Ambos tienen posadas, aunque se está apiñado en ellas y casi siempre son sucias, y en el Maule también hay tiendas donde se aprovisionan marineros y gente que trabaja en el mar.

La ciudad está protegida por los Defensores de la Ciudadela, una unidad militar de élite que tiene el acuartelamiento en la fortaleza, pero los menesterosos de Tear dicen que sólo aparecen cuando tienen que proteger a los ricos. No cabe duda de que aplicaban las leyes con doble rasero, porque, antes de que éstas se cambiaran, a los forasteros se les permitía llevar armas siempre y cuando su estancia fuera temporal, pero a todos aquellos ciudadanos que no fueran nobles y las llevaran se les aplicaba el castigo marcado por la ley. Los plebeyos tampoco tenían posibilidad de que les hiciesen justicia si eran víctimas de un desafuero por parte de un mercader o un noble. Cualquier plebeyo que insistiera en presentar acusaciones acababa en prisión o recibía otro castigo. Si había disturbios, se sofocaban de manera expeditiva por los Defensores. La llegada del Dragón ha empezado a cambiar las cosas y ha hecho que los nobles, antes intocables, se replanteen sus actos ya que ahora los plebeyos pueden llevarlos ante un magistrado sin temor a represalias, pero seguramente tendrá que pasar algún tiempo antes de que estos cambios surtan efecto en toda la nación.

LA INDUMENTARIA TEARIANA

En casi todos los países, la ropa de los plebeyos es de un estilo similar a la de los nobles, sólo que confeccionada con telas más toscas y baratas, sin embargo, en Tear la indumentaria de los nobles es muy distinta de la del pueblo llano; es un modo más de respaldar esa singular idea teariana de que los plebeyos son seres inferiores, poco más que animales.

Los lores tearianos visten chaquetas de tonos vivos hechas de seda acolchada o de brocado, con mangas abullonadas, en ocasiones con rayas de colores, Las calzas van ajustadas para que luzcan bien las piernas musculosas y a menudo son de tonalidades intensas.

Los soldados regulares van uniformados con chaquetas rojas de mangas anchas que acaban en puños blancos y ceñidos, Sobre la chaqueta va un peto reluciente, dejando las mangas bien a la vista, Las calzas son del mismo corte ajustado que las de los nobles, aunque no de colores tan vivos, y se llevan remetidas en las botas, altas hasta las rodillas, Los Defensores de la Ciudadela visten chaquetas negras y doradas, con mangas abullonadas; los cascos, redondos y con reborde, llevan plumas de distintos colores para oficiales y suboficiales. Los soldados de un noble lucen los colores de ese señor en las mangas abullonadas.

En contraste, los plebeyos llevan pantalones amplios, por lo general ceñidos a los tobillos y sujetos con anchos fajines de colores, Algunos —pocos— usan chaquetas, pero, a diferencia de la de un señor, son de corte largo y tonos oscuros, de mangas ajustadas, y ceñidas al torso para después ensancharse a partir de la cintura, A veces calzan zapatos o botas, pero es más habitual que vayan descalzos o con chanclos para caminar por el barro de los distritos más pobres, Casi todos los plebeyos llevan gorros de paño que caen a un lado de la cara, o anchos sombreros cónicos de paja para protegerse del sol.

Estibadores y jornaleros visten el mismo tipo de pantalón ancho, pero van con el torso al aire o con un chaleco largo en lugar de camisa.

Las damas de Tear llevan vestidos de escotes que dejan los hombres al aire e incluso buena parte del busto, La seda es el material preferido por casi todas las damas de alta cuna, y a menudo los vestidos van adornados con gorgueras de puntillas y una minúscula cofia a juego, Las tearianas viudas van de blanco, y se sabe de casos que se han puesto ese color estando vivos aún sus moribundos maridos, Ninguna dama que se precie de serlo va a ninguna parte sin su frasquito de porcelana con sales aromáticas.

Las plebeyas no se pueden permitir el lujo de las sedas ni llevar vestidos largos que se estropearían con el barro, siempre presente, Sus vestidos tienen cuellos que llegan a la barbilla y no muestran nada, y el largo de la falda es hasta los tobillos, A menudo usan delantales de colores claros como adorno, generalmente una combinación de dos o tres, cada uno de menor tamaño que el que va debajo. Los sombreros, cuando los llevan, son de paja y ala ancha, con frecuencia teñidos para ir a juego con los delantales.

Sea de la clase que sea, quien tenga que caminar por la ciudad exterior ha de ir descalzo o ponerse una especie de zuecos llamados chanclos, que en realidad son unas pequeñas plataformas de Madera ajustadas a las suelas del calzado que se lleva puesto, a fin de no hundirse en el barro. Muchos recurren a los bastones de bambú para facilitar la engorrosa tarea de transitar por las calles tearianas.

UNA NACIÓN RICA

Además de la Ciudadela, Tear es famosa por su aceite y sus caballos. El aceite se obtiene de olivares repartidos por todo el país y se exporta por el puerto. Los olivares no son propiedad de los campesinos que los trabajan, sino de los señores que se enriquecen con los beneficios. Su principal rival es la vecina Mayene, una minúscula ciudad estado, con su producción de aceite de pez clavo.

Debido al deseo de controlarlo todo, Tear se ha pasado gran parte de sus historia intentando anexionarse Mayene o controlarla, pero nunca lo ha conseguido. A consecuencia de ese fracaso se ha generado un odio nacional hacia Mayene que sólo supera el que inspira Illian.

En Tear sólo los plebeyos juegan a los dados, Los nobles que quieren apostar prefieren un juego de cartas llamado tajo. Los naipes están pintados a mano y representan distintos personajes; las figuras de la baraja dibujadas de manera que se parezcan a los que dirigen realmente las naciones en el momento de hacer esas cartas, reservando al dirigente de la propia nación el palo más alto, como el Soberano de Copas. En Tear, por supuesto, es un Gran Señor. Muchos nobles ociosos pasan la mayor parte de las horas que están despiertos jugando al tajo, y sólo lo dejan de lado por las mujeres o los caballos, y eso sólo temporalmente.

Tear no tiene rival en la cría de caballos de raza. Los corceles tearianos son sin discusión los mejores del continente por su velocidad, resistencia y belleza. Muchas zonas forestales, incluida la gran arboleda Ogier que había a las afueras de la ciudad, se han convertido en praderas para que pasten las grandes manadas de purasangres.

Los Dedos del Dragón son el hábitat de grandes bancos de muchos tipos de peces, de modo que la industria pesquera es próspera.

También exporta grandes cantidades de grano. Durante los últimos veinte años la mayor parte de la mies se ha vendido a Cairhien para suplir la falta de producción de ese país. Cuando la casa real cairhienina cayó a raíz de los disturbios, se interrumpieron las importaciones y Tear se encontró con una creciente reserva de grano para la que no había mercado. El Dragón Renacido obligó a los Grandes Señores a hacer envíos benéficos de cereales a Cairhien, para que así pudiera volver a comprarlos más adelante, y a vender los excedentes a su enemiga tradicional, Illian. Sólo una fuerte presión externa podía obligar a los tearianos a vender nada a Illian, ya que entre ambos países existe una larga y sangrienta historia de luchas armadas. Los tearianos siempre están dispuestos a entrar en guerra con Illian a despecho de que nunca ha habido un claro vencedor.

La riqueza generada por el comercio de sus productos es grande, pero los únicos que se lucran son los señores. En la capital, los plebeyos viven en la ciudad exterior a menos que sean sus sirvientes, mientras que en las zonas rurales viven en unas condiciones que en la mayoría de las naciones se considerarían inadecuadas para el ganado.

MAYENE

"Veré arder Mayene y todos sus barcos antes que un señor teariano pise mi ciudad."

—Berelain sur Paendrag, Principal de Mayene

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EMBLEMA

Un halcón dorado en vuelo; el Halcón Dorado.

ESTANDARTE

Un Halcón Dorado en vuelo sobre campo azul. A veces llamado Insignia de Paendrag por los mayenienses. Va orlado en oro cuando ondea estando presente el Principal.

CAPITAL

Mayene.

Mayene está en la punta de una península, en el Mar de las Tormentas, constreñida por la opresiva Tear al oeste y las Tierras Anegadas al norte. En la actualidad es una ciudad estado independiente, más que una nación, aunque Tear la considera una provincial a despecho de las protestas de Mayene. La frágil independencia que tienen los mayenienses se sostiene merced a su única y gran ventaja: los bancos secretos de peces clavo. El aceite para lámparas que se obtiene de esa especie rivaliza con el que se extrae de los Olivares de Tear, Illian y Tarabon, y es la principal fuente de ingresos de Mayene, así como el pilar en el que se apoya su independencia. A despecho de la reivindicación de Tear de ser una de sus provincias, ningún teariano sabe la localización de los bancos de peces clavo, y los mayenienses están decididos a que sigan en esa ignorancia.

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La familia dirigente de Mayene afirma descender de Hawkwing y utiliza el apellido Paendrag. Al hombre o a la mujer que gobierna Mayene se le llama Principal, que antaño significaba Supremo Señor o Señora. En la actualidad la Principal es Berelain sur Paendrag, una joven dirigente que también fue regente de Cairhien durante un tiempo. Antiguamente había también un único Viceprincipal, pero en los últimos cuatro siglos la tradición cambió, de manera que varios lores y ladys ostentan el título a la vez. En algunas ocasiones ha habido hasta nueve Viceprincipales.

Debido a la constante amenaza de asesinos tearianos, todos los nobles de alto rango conocen las técnicas de una defensa personal básica, a fin de no depender únicamente de su guardia personal. De la defensa de la ciudad estado en sí se encarga la Guardia Alada, que es a la vez la guardia personal de la Principal. Sus relucientes petos rojos y lanzas adornadas con cintas del mismo color han estado presentes en muchos conflictos a lo lago de la historia de Mayene.