LAS TIERRAS FRONTERIZAS
SHIENAR, ARAFEL, KANDOR Y SALDAEA
"La muerte es más liviana que una pluma, el deber más pesado que una montaña."
—Máxima de Shienar
En el extremo norte de nuestras tierras la corrupción de La Llaga lucha incesantemente por arrollar los frágiles asentamientos humanos que hay a lo largo de sus límites. Las criaturas de la Sombra se vieron obligadas a retroceder a La Llaga al final de la Guerra de los Trollocs, pero sólo la bizarría y la determinación de los guerreros de las Tierras Fronterizas las han mantenido reducidas allí. Shienar, Saldaea, Arafel y Kandor son naciones independientes y soberanas, pero comparten una causa común como guardianes contra la Sombra. Incluso cuando hay paz en el resto de nuestras tierras su batalla nunca acaba. Pero la lucha para conservar las frontera se cobra un alto precio. Hace sólo una generación eran cinco las naciones en lugar de cuatro. Torres derruidas y lagos infestados es todo cuanto queda ahora de la nación de Malkier.
Hubo un tiempo en que la desaparecida nación fronteriza, Malkier, prosperó bajo el estandarte de la Grulla Dorada, Era famosa por sus mil lagos y sus siete grandes torres, así como por sus héroes, Ahora todo cuanto queda de aquella nación es su rey no Coronado, al’Lan Mandragoran, hijo del último soberano reinante, al’Akir Mandragoran y heredero de trono perdido, Malkier sucumbió a La Llaga en 953 NE, el año en que Lan nació, Aunque era un infante sus padres lo ungieron Dai Shan, o Señor Tocado con la Diadema de Guerra, y lo consagraron rey, Se le entregó la antigua espada de los reyes de Malkier, un acero templado con el Poder, y se prestó el juramento comprometiendo su vida a "Luchar contra el Oscuro mientras el hierro conserve su dureza y haya piedras a mano, Defender a los malkieri mientras quede una gota de sangre en las venas y vengar lo que no pueda defenderse", Después, mientras ellos afrontaban su última batalla, lo mandaron fuera de la nación condenada acompañado por muchos que pagaron con sus vidas para salvar la suya.
El niño fue acogido y criado por los shienarianos, Jamás olvidó su juramento. A os dieciséis años inició su guerra particular contra la Llaga y la Sombra, Lan, Aan’allein o "el Hombre que es Todo un Pueblo", empuñando su espada forjada por el Poder, se convirtió en un maestro espadachín, Con toda seguridad habría continuado su desesperada lucha hasta la muerte de no ser por la intervención de Moraine Sedai en 979 NE, Ésta lo convenció de que serviría mejor a su propósito siendo su Guardián y lo vinculó.
Con el propósito de no correr la misma suerte, los hombres de las Tierras Fronterizas han levantado torres señalizadoras a lo largo de la Frontera de la Llaga a intervalos de menos de un kilómetro. Estas altas torres de piedra proporcionan buena visibilidad y están diseñadas para facilitar su defensa; disponen de un enorme espejo para mandar señales durante el día y un brasero grande de hierro para hacer señales con fuego durante la noche. Cuando los centinelas divisan un peligro potencial, envían señales a otra serie de torres situadas más lejos de la frontera, las cuales transmiten el mensaje a las fortalezas del interior. Entonces las fortalezas envían a sus lanceros para que rechacen a los asaltantes de vuelta a La Llaga. El mismo sistema de torres señalizadoras se utiliza para alertar a la población cuando debe refugiarse en el interior de la fortaleza.
Los centinelas mantienen una estrecha vigilancia, pero los Engendros de la Sombra siguen cruzando la frontera. Los Fados son especialmente difíciles de divisor a causa de su apariencia humana y su habilidad para desplazarse de sombra en sombra. Por esta razón existe una ley en todas las tierras de la Frontera de La Llaga de que nadie puede llevar echada la capucha o tapado el rostro dentro de las murallas de una ciudad. Un Semihombre sólo puede pasar desapercibido si lleva oculta la cara. Además, todas las calles y callejones están bien iluminados de noche para ahuyentar las sombras lo más posible. La batalla contra La Llaga es cosa de todos los ciudadanos. Si bien sólo unos pocos pueden ser guerreros, cada cual es muy consciente de que forma parte de la lucha.
A pesar de su causa común, o quizá debido a ella, las naciones de la frontera están muy orgullosas de lo que las diferencia unas de otras. La batalla es la misma y el código de honor similar, pero sus costumbres y prendas de vestir suelen ser muy distintas.
EL OJO DEL MUNDO
A menudo, los jóvenes de las Tierras Fronterizas suelen probarse a sí mismos emprendiendo a gran aventura de encontrar el Ojo del Mundo, del mismo modo que los de Illian van a la búsqueda del Cuerno de Valere, Lo único que se sabía sobre el Ojo era que se trataba de un gran objeto del Poder Escondido en algún lugar del interior de La Llaga y que lo guardaba el Hombre Verde en su arboleda encantada, Se decía que esperaba la llegada de aquellos cuya necesidad sería lo bastante apremiante.
Entre las leyendas de la arboleda hay una que dice que nadie puede encontrarla dos veces, ya que está en continuo movimiento, Los pocos que han estado allí cuentan que no es la arboleda la que se desplaza, sino más bien la posición de la persona que la necesita.
El Ojo es (o era) un estanque de pura esencia de Saidin, utilizable sólo por un varón, Fue construido en los primeros días del Desmembramiento por un centenar de Aes Sedai, hombres y mujeres, trabajando juntos, Murieron para crearlo en toda su pureza a despecho de la infección, Al Hombre Verde le encomendaron la tarea de preservarlo para las necesidades venideras conscientes de que iban a morir.
Noticias procedentes de Fal Dara afirman que el Ojo ya no existe, que la necesidad para la que fue creado ya se dio, Si tal cosa es cierta, los jóvenes de la Frontera tendrán que volver su mirada hacia otra meta para su gran aventura con la que probar su valía.
"Que la paz propicie el uso de tu espada."
—Bendición del guerrero shienariano
EMBLEMA
Un halcón negro abatiéndose; el Halcón
Negro.
ESTANDARTE
Un halcón negro abatiéndose en vuelo sobre campo de franjas horizontales, tres azules y dos blancas.
CAPITAL
Fal Moran.
Entre sus símbolos está el Ciervo Blanco, enseña personal del rey Easar.
Shienar es un lugar de fuertes contrastes. Limitado al norte con las Montañas Funestas y al este con la Columna Vertebral del Mundo, es el último bastión de la civilización que pende de un hilo entre la inhóspita corrupción de La Llaga y los peligros del Yermo de Aiel. Allí los inviernos son tan crudos que los árboles estallan al congelarse la savia y, sin embargo, a corta distancia La Llaga se asfixia con un calor que no es natural, tan sofocante y opresivo que agota la voluntad del más fuerte.
La lucha por la supervivencia en la Frontera de La Llaga influye en todos los aspectos de la vida y los pensamientos de un guerrero shienariano. Si se le pregunta a cualquiera de ellos qué tres cosas valoran más, casi con toda seguridad responderá: la paz, porque sólo ha conocido la guerra; la belleza, porque La Llaga rebosa fealdad; y, por encima de todo, la vida, porque ya se ha comprometido a morir. Para estos hombres la muerte es lo único seguro y, en consecuencia, lo que importa es la calidad de la vida, pero no de riquezas materiales sino del honor ganado. Todos vive cada día de su existencia preparados para la batalla, protegidos con ropas y armaduras pesadas, pero al morir se los entierra desnudos en la tierra acogedora de la tumba, sin féretro ni mortaja que protejan su cuerpo. Creen que todos proceden de la tierra y deben regresar como vinieron, desnudos y desarmados, al último abrazo de la madre.
A todos los guerreros shienarianos montados se los llama lanceros por las lanzas de combate que enarbolan. Sin lugar a dudas es la mejor caballería pesada de nuestra tierra. También se los reconoce fácilmente porque llevan el cabello recogido en una cola de caballo, con la cabeza afeitada parcialmente alrededor del mechón atado. Siempre tienen las armas a mano; la mayoría lleva una o dos espadas largas sujetas a la espalda, y todos portan sable, hacha o maza al cinto. Aun estando dentro de la fortaleza, las armas se hallan colgadas a mano en todas las paredes o en perchas cerca de cada cama. Por lo general la armadura es una combinación de cuero, cota de malla y peto, a menudo cubierta por una sobreveste con el Halcón Negro bordado. Los poderosos caballos de batalla también llevan armadura, con la barda de acero protegiendo las partes vulnerables: pecho, cuello y cabeza. La pérdida de un caballo puede significar la muerte incluso para un guerrero diestro en un combate contra trollocs.
Todas las principales ciudades shienarianas están diseñadas como fortalezas. Siempre que ello es posible, la población ocupa una elevación de terreno desde la que se domina los campos circundantes. Una franja de casi un kilómetro en torno a la ciudad se mantiene despejada para prevenir ataques por sorpresa, y no se deja crecer nada más alto que la hierba en ella. Esta falta de cobertura, así como las imponentes atalayas construidas en la muralla, hace imposible que nada se aproxime sin ser visto. Las formidables puertas de la ciudad están reforzadas con hierro a fin de que cualesquiera fuerzas hostiles que osen cruzar el tramo despejado no tengan fácil el acceso.
El rey Easar de la casa Togita gobierna Shienar desde la capital, Fal Moran, pero como casi todos los dirigentes de la frontera Easar pasa más tiempo en la silla de montar defendiendo su tierra junto a sus hijos que concediendo audiencias. Fal Moran es el corazón y el alma de Shienar, pero son las plazas fuertes más próximas a La Llaga, como Fal Dara, las que encarnan el verdadero espíritu de esta tierra en constante lucha.
Fal Dara se alza cerca de la frontera y es parte de la última línea defensiva entre La Llaga y las ciudades y alquerías localizadas en el interior del territorio. Su muralla, salpicada de torreones, circunda tiendas, posadas y casas que rodean la ciudadela. Sólo las comunidades agrícolas se encuentran fuera de sus muros protectores. La mayoría de las casas dentro y fuera de la muralla tienen el techo de ripias con pronunciadas vertientes que llegan casi al suelo. Este diseño angular previene el perjudicial acumulamiento de nieve y hielo durante el largo invierno. En el centro de Fal Dara, un foso seco, profundo y ancho, con afiladas estacas hincadas en el fondo y una segunda muralla tachonada con más torreones, protegen la ciudadela, una gran fortaleza construida en el punto más alto de la colina. La ciudadela es el hogar del señor de Fal Dara, Agelmar Jagad, así como de su familia, su guardia, sus guerreros y sus sirvientes. Tanto la ciudadela como las murallas que la protegen y la ciudad que las rodea están construidas pensando en su resistencia más que en su belleza; aun así hay una severa elegancia en las líneas austeras de cada pared y belleza en las macizas piedras.
En los años previos a la Guerra de los Trollocs la ciudad que ocupaba su emplazamiento se llamaba Mafal Dadaranell. Construida por los Ogier, contaba con grandiosas torres, elegantes edificios con arcos e intrincados palacios comunicados por anchas avenidas. Empero, nada era lo bastante fuerte para rechazar las riadas de Engendros de la Sombra que salían en tropel de La Llaga. Cuando por fin terminó la Guerra de los Trollocs, Mafal Dadaranell había desaparecido, arrasada hasta los cimientos. Los que sobrevivieron decidieron levantar otra ciudad en el emplazamiento de la antigua, pero los constructores Ogier habían desaparecido. En lugar de hacer una pobre imitación, la sencillez reemplazó el elaborado diseño; una única rosa sustituyendo a un jardín: la sencilla fortaleza de Fal Dara en lugar de la ciudad de Mafal Dadaranell.
Aunque no todas las ciudades y plazas fuertes shienarianas tienen historias tan interesantes, las une el vínculo de la amenaza compartida, que es más fuerte que el de la lealtad a una nación. Ankor Dail domina las marcas orientales y guarda la Columna Vertebral del Mundo. Otras fortalezas, como Mos Shirare, Fal Sion y Camron Caan son parte integrante de la defensa de Shienar y cada cual tiene sus propias historias y sus propios héroes.
"La danza es más dulce en el filo de una espada."
—Máxima de Arafel.
EMBLEMA
Una rosa roja y otra blanca; las Rosas.
ESTANDARTE
Tres rosas blancas y tres rojas sobre campo en cuadros rojos y blancos.
CAPITAL
Shol Arbela.
Arafel se encuentra al oeste de Shienar y su territorio es más agreste que el de la nación vecina. A los hombres se los reconoce fácilmente por su peinado característico. Llevan el cabello tejido en dos largas trenzas, por lo general con campanillas de plata en las puntas. Casi todos los nativos de Arafel son de tez pálida y suelen tener los ojos muy grandes. Como todos los habitantes de la frontera, los arafelinos mantienen una fuerte tradición militar para protegerse contra las criaturas de La Llaga. Los guerreros arafelinos son consumados espadachines. Siempre portan dos espadas, ambas sujetas a la espalda, con un puño asomando por encima de cada hombre, y saben utilizar las dos a la vez, una en cada mano. El actual dirigente de la nación es el rey Paitar Nachiman, cuya hermana, Kiruna, es una Aes Sedai del Ajah Verde.
EMBLEMA
Un caballo rojo encabritado; el Caballo Rojo.
ESTANDARTE
El Caballo Rojo en un campo verde claro.
CAPITAL
Chachin.
Kandor se halla entre las naciones de Arafel y Saldaea, a lo largo de la Frontera de La Llaga. Si bien las artes militares están tan desarrolladas como en cualquier nación fronteriza, los kandoreños también han desarrollado cierta habilidad para el comercio y de todas las naciones fronterizas es la única que ha establecido un gremio de mercaderes muy respetado. Si bien la cercanía de Chachin a La Llaga impide que se convierta en un centro de comercio, los mercaderes se han ganado un reconocido prestigio y han llevado consigo gran prosperidad y riqueza. Los kandoreños se distinguen fácilmente por sus peculiares barbas bifurcadas, así como por las cadenas de plata —de una a tres— que llevan sobre la chaqueta. Los kandoreños también suelen lucir una pendiente, y los de algunos mercaderes prósperos son bastante ostentosos. Los miembros de la nobleza también llevan cadenas sobre las chaquetas, y pendientes.
La actual dirigente de Kandor es la reina Ethenielle Cosaru Noramaga.
"Mi corazón se levanta con el sol. Con el resonar de las espadas muero al anochecer…"
—Poema saldaenino
EMBLEMA
Tres peces plateados, uno sobre otro; los
Peces Plateados
ESTANDARTE
Tres peces plateados en campo azul oscuro.
CAPITAL
Maradon.
Saldaea es la más grande de las naciones fronterizas. Se extiende desde lo ininterrumpidos acantilados en el Océano Aricio, conocidos como el Fin del Mundo, hasta el río Arinelle y el extremo septentrional de las Colinas Negras; ocupa más área que Shienar y Arafel juntas. Su dirigente, la joven reina Tenobia, posee algunas heredades que son mayores que toda la ciudad estado de Mayene. A sus gentes se las conoce por sus inconfundibles ojos rasgados así como por sus habilidades guerreras. La fiereza den la batalla de los saldaeninos es como poco equiparable a la de cualquier otra nación fronteriza, y su destreza ecuestre, muy superior. De hecho, la saldaenina es la mejor caballería ligera del mundo conocido.
Este cuerpo es capaz de realizar ejercicios y maniobras en una unidad de hasta nueve mil hombres sin que ni un solo jinete o caballo cometa un fallo. Estos hombres, que parecen sentirse más a gusto en la silla que en el suelo, realizan como algo rutinario acrobacias que sólo hacen los volatineros, sólo que encaramados a lomos de sus caballos al galope. Ponerse en la silla de pie o sobre las manos, cabalgar en dos caballos a la vez con un pie en cada uno, desmontar y montar en plena galopada, e incluso deslizarse por debajo del vientre del animal y pasar al otro lado son maniobras habituales.
El mariscal es el responsable de la defensa de Saldaea y de dirigir el ejército. El cargo lo ocupa actualmente lord Davram Bashere, que también es tío de la reina Tenobia. El anterior mariscal era Muad Cheade, del que se decía que estaba loco porque siempre sospechaba que alguien intentaba matarlo; no obstante, todas las batallas que dirigió acabaron con una victoria rotunda. Su desvaría se toleraba como un pequeño precio por su brillantez como estratega.
Paro los saldaeninos la guerra es un acontecimiento familiar, pues aunque las mujeres no participan en la lucha, las esposas de la mayoría de los oficiales y nobles acompañan habitualmente a sus maridos en todas las campañas militares salvo en las que se disputan dentro de La Llaga. Si bien a las muchachas no se les instruye en el arte de la esgrima, muchas son muy diestras con cuchillos o en la lucha cuerpo a cuerpo, y muchos relatos hablan de mujeres que tomaron las espadas de sus esposos caídos para conducir a los hombres de nuevo a la batalla. Sean o no verdaderas estas historias, lo cierto es que de una dama de alta cuna se espera que cabalgue toda una jornada de cacería mientras recita poemas, y que después toque la cítara por la noche mientras participa inteligentemente en discusiones sobre cómo contrarrestar incursiones de trollocs. El tipo habitual de vestidos de las mujeres refleja su fuerza de voluntad, con cuello alto y mangas largas. Las nacidas de alta cuna llevan generalmente complejos bordados en las mangas y los cuellos, y el tejido suele ser seda o brocado. Los vestidos de las muchachas de comunidades agrícolas tienen básicamente el mismo estilo, sólo que son de paño. Estas muchachas son tan fieras como las que pertenecen a clases más altas, y tienen fama de afeitar la cabeza a cualquier mujer que sea sorprendida intentando "cazar" al elegido por otra. Hombres y mujeres de todas las clases sociales suelen viajar armados al menos con un cuchillo, aunque en Saldaea nunca se desenvaina un arma salvo cuando se tiene intención de utilizarla.
La economía de Saldaea es fuerte, con un active comercio de pieles de los tramperos, de maderas nobles de los bisques y de cerecillas de las granjas. A menudo estas mercancías se transportan a lugares tan alejados como Mayene o Tear, donde alcanzan buenos precios por la demanda de la nobleza.
LA SA’SARA
A despecho de su, por lo demás, extraordinaria virtud, las saldaeninas pueden ser sumamente sensuales, Las damas de la corte son famosas por sus sutiles métodos de seducción, utilizando el lenguaje del abanico para comunicar sus pensamientos a los pretendientes, La mal afamada sa’sara es una danza prohibida por varias reinas saldaeninas por considerarla indecorosa, pero que, sin embargo, casi todas las nobles saben bailar, si bien sólo algunas lo admitirían púbicamente, La sa’sara, cuando la interpreta alguien que conoce los movimientos, al parecer tiene la facultad de enardecer a los hombres, La historia de Saldaea recoge tres guerras, dos rebeliones y cuarenta y siete uniones y rencillas entre las casas nobles, así como innumerables duelos desencadenados por mujeres al danzar la sa’sara, Incluso existe un relato sobre una reina derrotada que sofocó la rebelión al bailar la sa’sara para el general victorioso, Se dice que éste la desposó y le devolvió el trono, aunque todas las reinas saldaeninas han negado la veracidad de tal hecho.