LOS ATAJOS
Durante el Desmembramiento los pocos Ogier que permanecieron en sus steddings se encontraron con que estaban prácticamente confinados en ellos —los disturbios habían hecho de los viajes entre steddings una aventura peligrosa y casi imposible— de modo que los Ogier que siguieron en sus refugios se enfrentaron a un tipo de exilio diferente; la pérdida del contacto con sus congéneres de otros steddings.
Por aquel entonces, a muchos Aes Sedai que aún no habían sucumbido a la locura se les ofreció refugio en el interior de los steddings. Sólo allí podían liberarse de la infección que el Oscuro había introducido en el Saidin, En agradecimiento por esa protección, un grupo de Aes Sedai hizo un regalo para los Ogier, un regalo que les permitiría ir de un stedding a otro sin peligro: los "Atajos", unos caminos entre los steddings construidos con el Poder Único. Los Atajos eran un mundo aparte, pues aun cuando la zona entre dos steddings se sacudiera o se resquebrajara, los Atajos que los unían permanecían intactos, ajenos al Desmembramiento.
Finalmente, todos los varones Aes Sedai abandonaron los steddings impulsados por la necesidad de percibir la Fuente Verdadera y con la vana esperanza de que la infección del Saidin hubiera remitido. Antes de marcharse, dieron otro regalo a los Ogier: el Talismán del Nacimiento de Plantas o del Crecimiento.
El Talismán del Crecimiento es un ter’angreal que se pone en funcionamiento con cierto tipo de cántico, como el Canto al Árbol de los Ogier. Con él, los Ogier pudieron acrecentar los Atajos después de que los Aes Sedai se hubieran marchado. A medida que se iban encontrando más steddings, los Ogier creaban atajos hacia ellos. El Talismán no sirve para crear un Atajo completamente nuevo entre dos puntos, pero sí hacer que un ramal "crezca" a partir de un Atajo existente, y los Ogier pueden cantar este "nacimiento de una flor", la "flor" de una puerta de los Atajos, a única parte de estos caminos que se encuentra realmente en este mundo. Las puertas están realizadas con un intrincado detalle orgánico tal que semejan un seto de enredaderas y flores vivas, cubiertas por un polvo de piedra finísimo. Al activarse, por lo general al mover la "llave" esculpida como una hoja de Avendesora desmontable, el follaje labrado se convierte lentamente en un macizo de plantas vivas y las dobles hojas de la puerta se abren hacia fuera, dejando a la vista una barrera especular y permeable.
Cada puerta de los Atajos tiene dos llaves de hoja Avendesora, una en el exterior y la otra en el interior. Las puertas se pueden cerrar colocando ambas llaves del mismo lado, impidiendo de ese modo que se abra desde el otro de forma natural.
Puesto que los Atajos están construidos con el Poder Único, que no funciona dentro de los steddings, las puertas están ubicadas siempre en el exterior de los mismos, a corta distancia, pero también en grandes ciudades construidas por los Ogier para tener así fácil acceso a ellas. Los Ogier plantaron arboledas con gran variedad de plantas, incluidos los Grandes Árboles, fuera de las urbes para que los miembros de su raza que trabajaban en ellas tuvieran un lugar reconfortante donde no los aquejara la Añoranza. Los Atajos se extendieron hasta esas arboledas, muchas de las cuales han desaparecido desde entonces. La de Caemlyn fue engullida con la expansión de la ciudad, y la de Cairhien se desatendió hasta el punto de que ya no se distingue de cualquier bosque normal. La que había a las afueras de Tear es ahora un pastizal vacío, y la de Illian se ha remodelado en un parque real para el monarca y sus favoritos. No obstante, en todos los casos las puertas en sí todavía existen, aunque ahora pueden estar en un patio o incluso en el sótano de un edificio moderno.
Los Atajos están vivos de algún modo que ni siquiera entienden los Ogier y que las Aes Sedai han olvidado. Existen fuera de los confines normales del tiempo y el espacio mediante el Poder Único. Muchos Ogier creen que son un mundo en sí mismos, conectado únicamente por el Entramado. En cualquier caso, las normas físicas normales no rigen en la red de los Atajos. Rampas, plataformas y puentes parecen flotar en un vasto vacío, a veces unos sobre otros, sin soportes visibles. Direcciones como norte o sur, arriba o abajo, no tiene verdadero significado en los Atajos, y los caminos suben o descienden en espiral sin motivo aparente. Un día de marcha puede conducir al viajero a un punto de destino situado a más de doscientos o incluso novecientos kilómetros de distancia del punto de partida, dependiendo del camino que se tome. En todas las intersecciones de los múltiples Atajos existen guías —unas altas losas de piedra con inscripciones metálicas incrustadas— con escritura Ogier. Postes señalizadores de piedra señalan, también en escritura Ogier, la entrada de cada puente y rampa.
Según los diarios Ogier, los Atajos estaban bien alumbrados originalmente, de manera que el viajero divisaba miríadas de plataformas suspendidas en el vasto vacío. El día y la noche no tenían significado en los Atajos, porque en ellos siempre había luz. Las propias plataformas estaban cubiertas con alfombras de espesa hierba y diversos árboles frutales. Con un tamaño que oscilaba entre cincuenta y más de cien pasos de diámetro, esas plataformas variaban de forma, desde largos óvalos a círculos perfectos. Tenían barandillas alrededor del perímetro, quizá para evitar que un viajero o un animal de carga descuidado cayera accidentalmente por el borde. También los puentes tenían barandillas, pero las anchas rampas que conectaban plataformas y puentes, no, salvo una balaustrada de piedra blanca donde se unían puentes y rampas.
Los Ogier o los humanos guiados por Ogier eran los únicos que utilizaban los Atajos. Algunos documentos de las Aes Sedai sugieren que los varones Aes Sedai que crearon los Atajos podrían haber instalado trampas para cualquier Engendro de la Sombra que consiguiera acceder a ellos. Se han descubierto pruebas de dichas trampas, junto con restos de Engendros de la Sombra víctimas de ellas, pero existen razones para pensar que esas trampas ya no son tan eficientes.
Durante casi dos mil años, los Atajos proporcionaron un medio seguro para viajar a Ogier y humanos por igual. Entonces, durante la Guerra de los Cien Años, empezaron a cambiar y volverse oscuros, fríos y húmedos. El cambio fue tan lento que pocos repararon en ello hasta que la oscuridad envolvió los caminos. No todos los viajeros que entraban en los Atajos salían, y con el tiempo el número de viajeros desaparecidos pasó de unos pocos a muchos. Algunos que lo consiguieron se habían vuelto locos, y los que podían hablar desvariaban sobre el Machin Shin o de una presencia que acechaba en las sombras. Los Atajos se quedaron completamente oscuros. En la actualidad los Mayores Ogier prohíben viajar por ellos a Ogier y humanos, ya que la oscuridad y el ente que recorre los Atajos los han hecho mortíferos. Los pocos que se han arriesgado a viajar por ellos en los últimos años cuentan que la piedra orgánica, antaño suave y hermosa, ahora está picada y resquebrajada, a veces hasta el punto de que al tocarla se desmenuza. Los árboles y la hierba que adornaban las plataformas desaparecieron hace mucho, y la oscuridad es densa, más profunda que la noche e impenetrable, ya que es insensible a cualquier luz que se lleve para ahuyentarla.
Los Atajos fueron creados por Aes Sedai varones con el Poder Único y, por lo tanto, con el Saidin. El deterioro es, casi con toda seguridad, resultado de la infección de la mitad masculina de la Fuente que va impregnando lo que se hizo con ella, y no por influencia directa de la propia Sombra, aunque esta distinción no los hace menos letales.
MACHIN SHIN
Desde que la oscuridad se adueñó de los Atajos, hay algo merodeando por sus profundidades, Un viento frío que aula con voces de muerte y putrefacción sopla por los Atajos donde no debería moverse ni un soplo de brisa, Llamado el Machin Shin, el Viento Negro, por los Ogier, recorre los Atajos y se alimenta de los viajeros desprevenidos, Ni siquiera los Ogier saben qué es, Posiblemente, puesto que los Atajos se construyeron con la mitad infectada del Poder, el Viento Negro surgió también de la corrupción, Aun así, otros creen que es un vestigio de la Guerra de la Sombra que se ocultó en los Atajos y ya no encuentra el camino de salida, Sea cual sea su origen, lo indiscutible es que el Machin Shin devora mentes y almas, dejando a las víctimas como cáscaras vacías, No existe duda alguna de que esta criatura se ha apoderado de todos los viajeros que han desaparecido a lo largo de los años.