LAS RENEGADAS Y LOS AMIGOS SINIESTROS
La mujer más ponderosa entre las Renegadas, posiblemente la segunda más ponderosa de todos los Renegados después de Ishamael, era Lanfear, "Hija de la Noche" en la Antigua Lengua. Fue la única de los Renegados que eligió su propio nombre y reclamó el Mundo de los Sueños —el Tel’aran’rhiod— y los sueños de otras personas como su dominio. Alta y esbelta, de piel pálida y ondeante cabellera negra como la noche, se la solía ver con vestidos de un blanco inmaculado, a menudo ceñidos con un cinturón de plata tejida y joyas con motivos en forma de lunas y estrellas. Indiscutiblemente la más hermosa y seductora de las Elegidas. Lanfear probablemente fue la mujer más bella de su era e incluso de cualquier otra.
Nacida Mierin Eronaile, no era mundialmente famosa, pero sí tenía el respeto de sus colegas. Trabajaba en Collam Daan, el principal centro de investigación del Poder Único localizado en V’saine. Formaba parte del equipo que descubrió la prisión del Oscuro y abrió la Perforación al intentar encontrar la nueva fuente de poder que aparentemente podían absorber hombres y mujeres, sin la división del Saidin y el Saidar.
No cabe duda de que se sorprendió tanto como el resto del mundo al descubrir lo que había detrás del agujero que había ayudado a horadar, y tuvo la gran fortuna de ser una de las pocas personas que sobrevivieron al impacto de la reacción de contragolpe que destruyó el Sharom y gran parte de Collam Daan.
Por ciertos indicios parece que Mierin no estuvo entre los primeros en pasarse a la Sombra, pero cuando consagró su alma al Oscuro lo hizo por las razones más básicas: amor y odio.
Es indiscutible Lews Therin y Mierin tuvieron una corta aventura que Lews Therin cortó unos años antes de realizarse la Perforación, en parte porque, más que amar al hombre, lo que atraía a Mierin era relacionarse con el gran Lews Therin, y en parte porque lo veía como un camino hacia el poder. Mierin jamás quiso aceptar esa ruptura y siguió persiguiéndolo constantemente. Cuando unos cincuenta años antes del inicio de la Guerra de la Sombra, Lews Therin, tras rechazarla, se casó Ilyena Moerelle Dalisar, Mierin llegó a cometer excesos. Intentó desbaratar la ceremonia nupcial y durante el siguiente año hizo varias propuestas descaradas en público a Lews Therin, culpando a Ilyena de haberlo perdido. Poco después de esto abrazó la Sombra. Nunca dejó de reclamar como suyo a Lews Therin, el cual fue objeto de varios complots de los Renegados, principalmente para capturarlo o conseguir que cambiara de bando, y ella estuvo al frente de la mayoría de esos intentos.
Si bien nunca estuvo al mando de tropas, Lanfear resultó muy útil para el Oscuro antes y durante la Guerra de la Sombra. Valiéndose de los sueños, dirigió varias operaciones que pusieron a la gente en contra de la autoridad establecida, dando pie a grandes disturbios. Se la reconoce como artífice de la Victoria en varias batallas para la Sombra valiéndose de los mimos medios, y también de volver locas a varias personas y empujar a otras al suicidio, así como de cometer asesinatos en el Tel’aran’rhiod.
Aparte de los logros, Lanfear actuó como gobernadora de territorios conquistados al menos en una ocasión. Estuvo involucrada en muchas atrocidades, quizá más que la mayoría de los Renegados, pero la gente que tuvo bajo su gobierno afrontó más horrores de la Sombra de los habituales, ya que temía el propio sueño. La tasa de suicidios era extremadamente alta en su territorio, aun considerando el hecho de que el suicidio era endémico en todas las tierras ocupadas.
Además de su fuerza en el Poder y sus habilidades, su conocimiento sobre Lews Therin, al que estudió con la misma dedicación con que un cazador analizaría los hábitos de su presa, fue una gran baza para la Sombra.
Cuando Lews Therin selló la Perforación, Lanfear quedó enterrada muy profundamente en la prisión, sumida en un sueño sin sueños más allá del alcance del tiempo. El resultado fue que los largos años no afectaron a su belleza ni a la intensidad de su deseo de poder ni a su obsesión por Lews Therin. Al despertar en el mundo, adoptó el pseudónimo de Selene y buscó a Rand al’Thor, creyendo que estaba vinculado a Lews Therin, si es que no era su reencarnación. En consecuencia, centró casi todas sus energías en ganar su corazón y conseguir que se entregase a ella y a la Sombra. Aparentemente mató a Moraine Sedai cuando ambas cayeron a través de un umbral ter’angreal en Cairhien.
De todos los Renegados, la más llamativa y decadente era Graendal. Aunque no tan hermosa como Lanfear, resultaba deslumbrante a su modo. Rubia y algo rellenita si se la comparaba con su rival morena, enfundaba su cuerpo voluptuoso con vestidos ceñidos que dejaban poco a la imaginación, se peinaba el cabello rubio rojizo con complejos rizos adornados con joyas, y se rodeaba de guapísimos sirvientes medio desnudos que complacían todos sus caprichos.
Aunque volcada en los placeres sensuales al convertirse en una de las Elegidas, fue muy diferente antes de la Perforación. Kamarile Maradim Nindar era una renombrada asceta que no sólo llevaba una vida sencilla sino que preconizaba que los demás deberían hacer otro tanto. Kamarile Maradim era famosa y querida en todo el mundo, aunque al parecer más por la gente que había oído hablar de ella que por quienes la conocían en persona. Dedicada a sanar a los aquejados por enfermedades mentales en las que ni el Poder Único ni la Curación daban resultado, posiblemente era la mejor especialista en manipular sutilmente la mente humana que jamás había existido. A menudo a los que la conocían bien no les gustaba. Mientras que en sus llamamientos públicos a llevar una vida sobria era moderada, en privado se mostraba invariablemente brusca y cortante con cualquiera que no vivía de acuerdo con sus ideales, lo que venía a significar todo el mundo.
En la primera década posterior a la Perforación, Kamarile Maradim sufrió una metamorfosis completa, convirtiéndose en todo lo contrario de lo que había sido. Un hedonismo extremo reemplazó a su ascetismo. Sus ropas sencillas fueron sustituidas por prendas de la moda más actual y atrevida, escogidas para realzar su aspecto. Los placeres sensuales y sexuales cobraron primacía sobre todo lo demás.
No hay pruebas de que este cambio lo causara el Oscuro. Más bien, parece que se debió a que comprendió que el mundo no podía vivir conforme a sus ideales. Pudo ser su forma de demostrar al mundo su desprecio por su forma de vivir, y que ahí cayera en el extremo, aunque se cuenta que disfrutaba enormemente de esos placeres.
Considerando los problemas que azotaban el mundo en aquel momento, el extraño comportamiento de aquella mundialmente famosa mujer apenas llamó la atención, y es una pena. Casi con certeza Kamarile Maradim pudo haber sido una de las primeras personas en descubrir a lo que se enfrentaba el mundo, y no años después, con su cambio de comportamiento, cuando el Segundo de los que se conocieron como los Renegados decidiera servir al Oscuro. Visitó Shayol Ghul para prestar su juramento en el curso de los primeros veinticinco años del Colapso.
Incluso después de su metamorfosis, siguió conservando su fama mundial e hizo uso de ella, ya que su nueva afiliación no se supo hasta que se manifestó públicamente. En muchos aspectos, su declaración al mundo marcó el inicio de la guerra, ya que antes de que hubiese terminado el día, Devaille fue tomada por humanos adeptos a la Sombra, secundados por el primer ejército de trollocs que se dejó ver.
Tanto antes como después de su revelación, demostró ser experta en la intriga, e hizo uso de sus habilidades y conocimientos de la mente a favor de la causa del Oscuro. Se la pueden achacar no sólo gran parte del malestar general sino varios disturbios tremendamente destructivos previos a la guerra, y posiblemente el comportamiento prejudicial de diversos altos cargos, así como algunos suicidios de personas clave.
Aunque no ejerció como mando militar durante la guerra, al parecer Graendal fue responsable de algunas conquistas importantes y del éxito de varios actos subversivos. Una fuente dice: "Es incuestionable que Graendal conquistó territorios como cualquier general de la Sombra, si bien sus batallas se libraron en las mentes de sus enemigos.
Tras despertar del largo sueño dentro del sellado, Graendal ocupó un palacio de Arad Doman, lo llenó de sirvientes capturados entre los miembros de familias ricas y ponderosas de la zona y, haciéndose pasar por la renqueante lady Basene, se lanzó a la conquista del poder.
En el momento de escribir esto sigue viva y se cree que en libertad.
En tanto que Graendal fue una sanadora de la mente sin par, la mujer conocida como Semirhage, entonces Nemene Damendar Boann, fue una sanadora del cuerpo igualmente renombrada. Inusualmente alta, de ojos oscuros, dueña de una excepcional calma y elegancia. Nemene Damendar era famosa por su habilidad para curar cualquier herida, incluso por salvar a gente al borde de la muerte cuando cualquier otro método habría fracasado. Su presencia se requería a menudo en todo el mundo para que se ocupara de los casos más difíciles, en particular de los relacionados con el cerebro.
Además de Regeneradora, también era sádica.
Con frecuencia satisfacía esa tendencia mientras realizaba las curaciones. Un poco más de dolor físico y mental era un pequeño precio por la supervivencia. La mayoría de sus pacientes se sentían tan agradecidos de estar vivos que no comentaban nada sobre el sufrimiento que soportaban en sus manos. Sin embargo, aquellos que en su opinión no eran imprescindibles para la sociedad no tenían tanta suerte. Si no morían por la tortura, los mataba después. Disfrutaba dándoles lo que opinaba era su merecido… hasta que la Antecámara de los Siervos descubrió su perversión.
Fue poco después de la apertura de la Perforación cuando se supo el secreto de Nemene Damendar, aunque ciertamente sus inclinaciones eran muy anteriores a la influencia del Oscuro en el mundo. Encausada por una delegación de la Antecámara, se le dio una elección: aborrecer la violencia, lo que equivalía a no volver a experimentar su perverso placer, o ser seccionada del Poder Único y expulsada con oprobio de los Aes Sedai. Para ella no era una opción válida. Fue una de las primeras en realizar el viaje a Shayol Ghul y consagrar su alma al Gran Señor de la Oscuridad.
Indudablemente contribuyó en gran medida al caos durante la segunda mitad del Colapso. En un lado de la balanza estaba el efecto de la revelación pública de que alguien tan preeminente como ella se hubiese pasado a la Sombra. En el otro, su trato a los miembros de la Antecámara de los Siervos raptados. Furiosa con la Antecámara por atreverse a valorar más a sus víctimas que a ella, Semirhage utilizó su alianza con el Señor Oscuro para que lo pagaran. Usó sus conocimientos del cuerpo humano y su destreza para manipular placer y dolor como medios de tortura extremadamente eficaces. Se cobraba venganza cada vez que otro consejero de la Antecámara declaraba públicamente su adhesión a la Sombra después de recibir sus atenciones. Pocos se retractaban de esa adhesión, y sólo después de un largo tratamiento en manos de Regeneradores. Incluso los que fueron finalmente Restaurados se mostraron, durante el resto de sus vidas, más asustados de caer de nuevo en sus manos que de cualquier otra cosa.
Durante la guerra ostentó el mando de varios ejércitos, demostrando ser sólo una mediocre general. Gobernó varios territorios conquistados, y su administración estuvo marcada por un nivel de violencia y crueldad que destaca incluso entre los Renegados. Obligó a los habitantes de algunas ciudades tomadas a torturarse unos a otros hasta la muerte. Empero, si bien esas miles de muertes brutales fueron muy altas en cifras, quedaron muy por debajo en crueldad comparadas con algunas de sus otras actividades. Con pequeños grupos de personas hizo del dolor lo que podría llamarse un arte. Pasó muchas horas "estudiando" los modos con los que el dolor podía romper la voluntad y la dignidad humanas, y lo que podía obligar hacer a la gente con tal de evitar más sufrimiento. Afirmaba que no había límites, excepto con aquellos que conseguían escapar de ella al morir. Semirhage practicaba las técnicas perfeccionadas con miembros de la Antecámara de los Siervos mientras se la buscaba durante el Colapso, y con soldados y civiles capturados que después enviaba en misiones contra sus antiguos compañeros. Dichas misiones se llevaban a cabo invariablemente a menos que se descubrieran antes. Le entregaban siempre a los prisioneros importantes para que los doblegara y se pasaran a la Sombra. Fue Semirhage la que descubrió que con un círculo de trece, utilizando trece Myrddraal como una especie de filtro, se podía convertir a la Sombra a cualquiera que encauzara, aunque siempre prefería ocuparse personalmente de los Aes Sedai. Odiaba a todo aquel que se denominara así, y le producía un gran placer quebrantarlos incrementando el dolor lentamente para que así fueran totalmente conscientes de lo que les ocurría hasta el final.
Semirhage dirigió asimismo una organización destinada a descubrir traidores y espías, no sólo en las tierras conquistadas, sino también entre los partidarios del Oscuro. Su reputación era tal que tuvieron que tomarse precauciones especiales para evitar que los prisioneros se suicidaran al enterarse de que los iban a entregar a ella, tanto si eran servidores de la Sombra como de la Luz.
Prefería vestir de negro su proporcionada figura, posiblemente tanto porque Lanfear iba de blanco como para intimidar a sus "pacientes". Podía adoptar actitudes tan dispares como severa o maternal y afable. Cuando el sellado la liberó, despertó en un mundo lleno de gente aun más sensible a sus habilidades que la de su propia era. Está viva y en libertad.
A diferencia de Semirhage o Graendal, la Elegida llamada Mesaana se pasó al Señor Oscuro porque no era la mejor en su profesión. De talla media y aspecto normal, Saine Tasarind era práctica, realista e inteligente, aunque a menudo se la creía distraída a causa de su introspección. Se ha dicho que siempre le interesó el verdadero poder, no el aparente. Las apariencias nunca contaron para ella. Ansiaba ser una investigadora de éxito, y pasó su juventud trabajando con esas miras, apuntando hacia la vanguardia de la investigación. Pero sus sueños se hicieron añicos cuando se le denegó una plaza en Collam Daan. La junta la catalogó como "no apta para la investigación", pero accedió a que enseñara a estudiantes.
Se encontró dando clases sobre descubrimientos hechos por otros, divulgando viejos conocimientos cuando lo que ansiaba era hallar los nuevos. Fue una insignificante profesora… hasta que se pasó a la Sombra, y como Mesaana encontró el modo de darles una lección a todos.
Durante la guerra estuvo al mando de varias campañas para la Sombra, demostrando ser un general aceptable en el mejor de los casos, pero como gobernadora de territorios conquistados desarrolló todo su potencial. Su administración era ordenada y eficiente, tal y como entienden tales cosas los Renegados, lo que significa que las atrocidades estaban tan bien reguladas como los impuestos o la retirada de basuras. A las barbaridades habituales, Mesaana añadió las de su propia cosecha. Apelando a sus considerables dotes como profesora, instauró sistemas educativos que después copiaron otros Renegados; también es posible que administrase la educación en territorios distintos a los suyos.
Estas escuelas corrompieron o dañaron gran parte de una generación de chiquillos de las tierras conquistadas. Se les exigía desde temprana edad que se espiaran, e informaran, no sólo los unos a los otros, sino a sus padres y vecinos; y éste fue el menor de los males. Bajo su dirección, se animó a grupos de niños y adolescentes a destruir cualquier cosa que les pareciera que podría menguar la gloria del Oscuro, en especial museos, biblioteca y centros de investigación. Había que arrancar de raíz y destruir el orden antiguo, el viejo mundo. Esas cuadrillas daban caza a profesores de antiguas escuelas e instituciones de enseñanza superior, a científicos de los centros de investigación, a bibliotecarios y a conservadores de museo, y a cargos del antiguo gobierno. Muchos miembros de estas cuadrillas traicionaron a sus propios padres y familiares, y en la segunda mitad de la guerra incluso llevaron a cabo ejecuciones, a menudo en el acto, pero en ocasiones utilizando "tribunales" compuestos totalmente por chiquillos. La impronta perdurable en la memoria humana se puede constatar en un hecho: durante el Desmembramiento, bandas de forajidos saquearon, asesinaron y destruyeron casi como si tomasen parte en una carrera para ver si podían arrasar el mundo antes de que lo hicieran los Aes Sedai. A estos forajidos se los conocía como los "Niños de Mesaana".
En el momento de cerrarse la Perforación se creía que Mesaana era una mujer de mediana edad, algo más de trescientos años. Tras escapar del sellado, se infiltró en la Torre Blanca, donde se supone que sigue.
Moghedien, la Araña, también evitaba correr albures o riesgos de cualquier tipo, aunque esa actitud no se debía a una prudencia innata. De cabello oscuro y a su modo atractiva poseía una constitución recia. La llamaban la Araña porque prefería acechar en las sombras sin ser vista hasta que su presa quedaba atrapada en su tela sin peligro, en lugar de encarar cualquier clase de enfrentamiento abierto.
Antes de unirse a la Sombra, Lillen Moira era una "asesora de inversiones", una profesión que ninguna fuente explica. Fuera lo que fuese esto, se tiene constancia de que fue amonestada varias veces —e incluso sancionada— por violar la ética y las reglas que lo regían.
Se pasó a la Sombra mucho antes de que comenzara la Guerra del Poder, pero se las ingenió para mantener su alianza en secreto hasta varios años después de que estallara la encarnizada contienda. Durante este tiempo actuó como espía y agente provocador, habiendo conseguido un puesto de nivel medio en la estructura del personal del Estado Mayor. Varios desastres importantes en los primeros años de la guerra se pueden atribuir a sus maquinaciones.
Moghedien ha sido descrita como una acechadora innata y como una redomada cobarde que se mofaba de los que se exponían a correr riesgos, pero que al mismo tiempo envidiaba sus logros y los odiaba porque estaba convencida de que la despreciaban por no dar la cara. Es sabido que varios de los otros Renegados la menospreciaban, si bien quienes no la tenían en cuenta solían acabar lamentándolo antes o después. Muchos no vivieron para ello. Si bien nunca se ha enfrentado abiertamente a un enemigo a menos que lleve ventaja o que se vea obligada a ello, se dice que sólo olvidará un desaire cuando la Rueda del Tiempo deje de girar.
Se ignora cómo se descubrió que era una seguidora de la Sombra, pero sí hay personas, entre ellas muy pocas que estuviesen relacionadas con el intento de detenerla, murieron de resultas de una maniobra de diversión durante su huída, un sabotaje en el sistema de transporte público.
Es sabido que dirigió una red de inteligencia y sabotaje muy eficiente, la cual podría haber estado su control mucho antes de que ocurriese esto. Algunas fuentes afirman que se le pueden atribuir tantas muertes como a cualquier general de la Sombra, si bien pocas de sus víctimas eran soldados.
Su mejor don es su gran destreza en el Mundo de los Sueños, el Tel’aran’rhiod. Dentro de las dimensiones del mismo, sus habilidades superaban incluso a las de Lanfear, a pesar de la afirmación de soberanía de esta última. Jamás osó enfrentarse o desafiar a Lanfear en el mundo físico, pues en él no podía hacerse ilusiones de igualar la fuerza superior de Lanfear.
Tras escapar de la Perforación, se la ha visto haciéndose pasar por una sirvienta en Tanchico y Amador. Capturada por Nynaeve, estuvo cautiva bajo el nombre de Marigan, y después fue liberada por la persona conocida como Aran’gar. Se cree que anda suelta.
Los dos nombres añadidos a la lista de Renegados no corresponden a nuevos miembros de los trece, sino que el Gran Señor de la Oscuridad dio vida y cuerpos nuevos a dos de los que murieron. Se desconocen cuáles eran sus identidades anteriores al renacimiento, salvo el dato de que ambos eran varones. Fueron arrancados del sueño de la muerte e introducidos en cuerpos robados en las Tierras Fronterizas, uno de un hombre, al que se le dio el nombre de Osan’gar, y otro de una mujer, Aran’gar. Ambos son la prueba de que el nombre de Señor de la Tumba es apropiado para el Oscuro, ya que puede derrotar incluso a la muerte, siempre y cuando no se haya producido por fuego compacto.
Se les puso esos nombres por las dagas de mano izquierda y mano derecha que se utilizaban en un antiguo y mortal tipo de duelo que gozó de gran popularidad poco antes de la Guerra del Poder. Osan’gar es un hombre de mediana edad y aspecto bastante corriente. Por el contrario, Aran’gar es una belleza. Sus chispeantes ojos verdes y su brillante cabello negro hacen resaltar el rostro ovalado, y su cuerpo exuberante e insinuante sería perfecto para una danzarina daien.
Son los primeros Renegados a los que dio nombre el Señor Oscuro. Su fin es ser herramientas para su uso, algo así como las dagas envenenadas cuyos nombres llevan.
Hombres y mujeres que no podían encauzar también fueron seducidos por las promesas de poder e inmortalidad. Avivadas las pasiones más bajas —como la codicia y la envidia— por la influencia del Oscuro, hubo muchos dispuestos a prestar juramento. Al principio, se hacían llamar Amigos de la Sombra, pero en la actualidad se les conoce como Amigos Siniestros. Surgieron con el roce del Oscuro a través de la Perforación, como los Renegados, si bien, a diferencia de éstos, no han conocido la inmortalidad, pero han subsistido como organización durante más de tres mil años, sirviendo y a la espera del Tarmon Gai’don: la Última Batalla.
Hay muchos niveles de compromiso entre los Amigos de la Sombra. En un extremo están los entregados a lograr la libertad del Oscuro y, por ende, la inmortalidad y el dominio para sí mismos, en tanto que los que ocupan el nivel más bajo desean simplemente formar parte de algo más grande que ellos mismos, algo siniestro y malo. Muchos de estos últimos no creen realmente que se les pueda obligar a cumplir su juramento. Quizás algunos ni siquiera crean en la existencia del Oscuro.
Aunque en la era actual hay relativamente pocos Amigos de la Sombra que estén realmente entregados si se comparan con los que sólo son simpatizantes, en conjunto alcanzan un porcentaje de la población pequeño pero significativo. Todas las ciudades importantes tienen células de Amigos Siniestros. En una urbe de cien mil habitantes probablemente haya de quinientos a mil Amigos Siniestros. Todas las ciudades pequeñas o pueblos por los que pasan caravanas de mercaderes probablemente alberguen una célula. Aparte de su afinidad con la Sombra, los Amigos Siniestros tienen poco en común. Los hay de alta posición, poderosos, así como sirvientes e incluso mendigos. El rango entre los Amigos Siniestros tiene poco que ver con el que ocupan en el mundo; el noble más poderoso podría tener que obedecer a un mendigo si éste hiciera las señas correctas. Ni siquiera los Hijos de la Luz —supuestamente dedicados a la erradicación de todos los Amigos Siniestros— ni las actuales Aes Sedai son invulnerables a la infiltración de los aliados del Oscuro. Como protección para no ser descubiertos, la mayoría de los Amigos Siniestros sólo conocen a uno o dos de los suyos, y muy a menudo ni siquiera por su verdadero nombre. Aquellos que son vulnerables por su posición asisten a las reuniones cubiertos con capas y velos.
Durante la Guerra del Poder había muchos más Amigos entregados seriamente al Gran Señor que en la actualidad, debido principalmente a la gran notoriedad del liderazgo de los Renegados y a las numerosas figures de alto rango que se unían públicamente a la Sombra. Tampoco era tan imprescindible guardar el secreto, las fronteras estaban claramente delimitadas y sólo los espías tenían que mantenerse ocultos. Los Amigos de la Sombra actúan como luchadores, espías y sirvientes para el Señor Oscuro y sus superiores.
Aunque era sabido que los Amigos de la Sombra podían repudiar su juramento, ya que "ningún hombre puede permanecer tanto tiempo al socaire de la Sombra como para no tener la posibilidad de hallar de nuevo la Luz", muy pocos buscaron la redención. El miedo a la venganza de sus superiores por romper el juramento al Oscuro actuaba como un poderoso elemento disuasorio. Los castigos por el fracaso o un trabajo descuidado ya eran bastante malos de por sí, ni siquiera a los más valientes les gustaba pensar la sanción por romper el juramento. Había que alimentar a los trollocs y a otras criaturas, y un Amigo de la Sombra abjurado saciaría el estómago de los Engendros de la Sombra tan satisfactoriamente como cualquier otro humano.
Además, la renuncia al Oscuro no significaba que se perdonaran los delitos podían hallar la redención, pero probablemente también podían acabar castigados, a menudo con la muerte, por sus crímenes. Para la mayoría de ellos, la idea de alcanzar la redención sólo para acabar en la tumba las más de las veces, les llevaba a la decisión de seguir al servicio del Oscuro. La vida bajo la Sombra no dejaba de ser vida.