CAPITULO
4

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LA CAÍDA EN LA SOMBRA

El Creador dejó confinado fuera del tiempo al Oscuro

En el momento de la creación.

No se sospechó la verdad sobre el Oscuro hasta que un malhadado proyecto de investigación produjo la Perforación. Nadie conocía su existencia ni percibía su presencia durante la Era de Leyenda.

Vistos desde la perspectiva actual, los logros de esa era perdida parecen infinitos, pero en aquel tiempo muchos Aes Sedai se sentían frustrados por las severas limitaciones impuestas por las restricciones naturales del Saidin y del Saidar, y algunos soñaban con una fuente de poder que salvara dichas limitaciones.

Un equipo de Collam Daan —entre ellos Mierin Eronaile y Beidomon, ambos Aes Sedai— creyó haber hallado esa fuente. (Al parecer el equipo estaba formado por más miembros, pero sus nombres no han perdurado. La documentación existente tampoco explica la posición de Mierin en el grupo, pero al menos una de las fuentes menciona a Beidomon "ayudándola").

Habían descubierto un punto tenue en el Entramado que parecía tapar una fuente indivisa de Poder Único, ajena a la Fuente Verdadera. Ésta energía no parecía tener las restricciones convencionales del Poder, en el sentido de que daba indicios de ser apta tanto para hombres como para mujeres. Una fuente semejante, disponible sin limitaciones, permitiría a los encauzadores de ambos sexos unirse en modos imposibles hasta entonces. Podrían llevar a cabo logros muy por encima de las posibilidades existentes. En apariencia era inaccesible con los medios utilizados en el Poder Único, pero sólo tenían que abrir un pequeño agujero en el Entramado para llegar a ella. Usando el Poder Único en la que —esperaban— sería la última vez que el Saidin y el Saidar actuarían por separado, Mierin y el equipo abrieron un agujero hasta las emanaciones del inusual Poder.

La consiguiente reacción de contragolpe hizo estallar el flotante Sharom como el huevo que semejaba y produjo ondulaciones en la urdimbre de la realidad cuando las arrolladoras ondas expansivas de la ruptura sacudieron el Entramado. No era una fuente indivisible del Poder Único lo que el equipo había descubierto, sino el lugar fuera del Entramado donde el Oscuro permanecía encerrado desde el momento de la creación. Las emanaciones que Mierin y los demás habían percibido con tanta expectativa eran sus oscuras energías, atrapadas al otro lado de aquel punto débil de la urdimbre que tapaba su prisión. El agujero que hicieron se ha conocido desde entonces como la Perforación.

Uno de los descubrimientos más importantes de los últimos años —y quizás uno de los más importantes desde el Desmembramiento— es, nada menos, que un fragmento de la historia del mundo desde la Perforación abierta en la prisión del Oscuro hasta el final del Desmembramiento. El original parece datar de principios del primer siglo DD, si bien no se han encontrado documentos relativos a la publicación de esa historia, y casi con toda seguridad ha subsistido exclusivamente en meras copias.

Descubiertas en un almacén polvoriento de Chachin, las páginas se encontraban dentro de un baúl lleno de antiguos recibos, factures, cuadernos escolares y diarios privados, la mayoría tan ajados por el tiempo y con la tinta tan borrosa que resultaban ilegibles. El fragmento era, aunque a duras penas, legible, pero seguían estando presentes los problemas típicos, aparte de las dificultades de traducción y los errores cometidos por copistas a lo largo de siglos; sin duda, una historia así debería ser amplia, una obra de varios volúmenes. Sin embargo, de las doscientas doce hojas que se encontraron, la mayor serie de páginas consecutivas es de seis, y en ningún otro caso se superan las dos. Las fechas reflejadas resultan totalmente incomprensibles, ya que nunca se ha encontrado un calendario de la Era de Leyenda.

Muchas páginas se refieren a sucesos catastróficos (ciudades destruidas por el fuego compacto durante la Guerra de la Sombra, regiones enteras engullidas por terremotos o cubiertas por el mar casi de la noche a la mañana), pero generalmente faltan aquellas que debían contar exactamente dónde ocurrieron esas cosas, cuál fue su especial trascendencia y la solución o resultado final. Entonces ¿por qué es tan importante este hallazgo? A pesar de ser incompleta, la colección contiene más información sobre la Guerra de la Sombra que cualquier otra fuente conocida, y en ciertos aspectos quizá tanta como todas las demás juntas. Aún más importante es el hecho de que las seis páginas consecutivas y otras que son casi correlativas a ellas contienen la única reseña conocida de los acontecimientos que rodearon lo que sin duda deber ser el evento más trascendente por sí solo de la historia del mundo, de cualquier era: el sellado de a Perforación por Lews Therin Telamon y los Cien Compañeros.

Hasta ese momento, los habitantes del mundo sólo habían tenido que vérselas con el mal que había en su interior; si las motivaciones para la guerra y el odio se habían erradicado, por ende ocurría otro tanto con las actividades consiguientes. La Perforación cambió todo eso. Como un pequeño agujero del grosor de un índice abierto en la pared de una celda, la Perforación no era lo bastante grande para que el Oscuro escapara, pero sí para que tocara el mundo. Su contacto alteró sutilmente cuanto estaba al alcance de su influencia. Todas las motivaciones más bajas y todos los problemas emocionales de la humanidad se acentuaron al ser manipulados, y la envidia, la avaricia y la cólera se acrecentaron a pesar de no haber razones verdaderas que las justificara. Creció el descontento de todos los que se sentían insatisfechos con el papel que les había tocado en suerte. Los robos, las agresiones, los asesinatos e incluso las guerras empezaron a darse con mayor frecuencia.

Las medidas establecidas para tratar con los problemas esporádicos de una estructura social pacífica resultaban inadecuadas para afrontar esos nuevos conflictos. La estructura de la sociedad empezó a desmoronarse ante la arremetida de la influencia del Oscuro. Gran parte del horror tenía su origen en el simple hecho de que durante muchos años nadie supo por qué estaba ocurriendo aquello; el caos parecía brotar de la nada, sin causa. Algunos empezaron a sospechar —y finalmente descubrieron— la causa, pero por desgracia la mayoría eran personas que vieron la posibilidad de sacar provecho personal con la libertad del Oscuro. Antes de que el resto del mundo hubiese llegado más allá de sospechar a lo que se enfrentaba, el creciente número de partidarios del Oscuro empezó a organizarse y quizás a comunicarse con él; que después hicieron esto último no cabe duda, desde luego.

Aquellos que se sentían insatisfechos con sus vidas o que aspiraban a alcanzar más poder tenían una oportunidad ahora. Cualquiera que pensara que le habían tratado mal o le habían pasado por encima, así como muchos que simplemente buscaban un cambio, se vieron atraídos a las filas del Oscuro, que ofrecía favores y posición por encima de lo que esas personas podrían conseguir por otros medios. A quienes servían a su causa les prometió la inmortalidad, siempre y cuando él quedase en libertad. El Señor de la Oscuridad prometió rehacer el mundo a su imagen y semejanza una vez que saliera de su prisión. Todos los que estuviesen de su parte serían recompensados entonces por su ayuda. Incluso algunos Aes Sedai, atraídos por promesas de poder, inmortalidad y, en ciertos casos, venganza, se unieron a las filas de seguidores del Oscuro, prestando así gran fuerza a su causa. A estos Aes Sedai se los llegó a conocer "Señores del Espanto".

Las filas del Oscuro sembraban complots y contra complots en las agitaciones que ya azotaban la sociedad como una plaga. Fue durante este periodo cuando estuvieron en boga deportes brutales como el sha’je. Este tipo de duelos, celebrados en Qual, implicaba el uso de dagas a dos manos, la de la izquierda llamada osan’gar y la de la derecha aran’gar, con las puntas impregnadas de veneno. Rara vez había un claro vencedor puesto que lo habitual era que ambos participantes sucumbieran, ya fuera acuchillados o envenenados. No obstante, existían competiciones peores. En algunas partes del mundo, en los años inmediatamente anteriores al hundimiento definitivo en la Guerra, los asesinatos, las violaciones e incluso las torturas se convirtieron en parte habitual de muchos deportes de espectáculo.

Los Amigos de la Sombra, como se llamaban a sí mismos, actuaban con gran diligencia para reclutar más seguidores. Se cree que en algunos casos obligaron a personas situadas en posiciones clave del poder a que se uniesen a ellos valiéndose de la tortura, la Compulsión, o una forma de vinculación que convertía en seguidor de la Sombra a cualquiera que pudiese encauzar, aun en contra de su voluntad.

Ese periodo de creciente y terrible caos duró aproximadamente entre cien y ciento diez años después de la apertura de la Perforación y en varias Fuentes de las más antiguas se hace referencia a él como "el Colapso". El nombre no puede ser más apropiado, ya que la civilización estuvo al borde del desmoronamiento; desde luego, el orden y la paz del mundo de la Era de Leyenda se vinieron abajo.

Finalmente los leales a la Sombra se sintieron lo bastante fuertes para actuar. En un rápido ataque intentaron liberar definitivamente al Oscuro y hacerse con el control. Este suceso fue el que dio comienzo a la Guerra de la Sombra, que enfrentó a seguidores y esbirros del Oscuro contra aquellos que luchaban por resistir, y a no tardar el conflicto se extendió a nivel mundial. Durante los subsiguientes diez años de la lucha, todas las facciones olvidadas de la Guerra se volvieron a descubrir, en muchos casos deformadas por el Oscuro.

Aterradoras criaturas que parecían salidas de pesadilla y armas malignas cayeron sobre una población poco o nada preparada para tal atrocidad. Ante la arremetida de las fuerzas de la Sombra, los defensores se vieron obligados a utilizar su tecnología en la fabricación de armas de guerra. Los autocarros se blindaron y se les equipó con armas; los deslizadores se transformaron en mortíferas máquinas voladoras capaces de atacar desde el aire. Se construyeron las lanzas de descarga y otros instrumentos de destrucción de largo alcance, junto con las armaduras correspondientes. El pañovivo, anteriormente utilizado para prendas de moda, se convirtió en un material para capas de camuflaje en combate y su uso resultó inestimable en el campo de batalla.

Algunos deportes, como la esgrima, antes considerados una simple disciplina de ejercicio, resurgieron como mortíferas artes marciales. A los niños se les entrenaba desde los diez años para ser soldados. Hombres y mujeres aprendían tácticas de combate y estrategias de defensa cuando antes estudiaban arte y música. Al igual que el mundo entero había vivido una paz antaño, ahora estaba preparado para la guerra.

El Poder Único, previamente utilizado sólo para el bien, se convirtió en un arma mortal: Ésta podría ser la razón de que al conflicto se lo conozca también como la Guerra del Poder. Aire, Agua, Tierra, Fuego y Energía causaban efectos devastadores, pero estos flujos eran armas ligeras comparados con el vasto poder destructor desatado cuando los encauzadores de ambos bandos descubrieron el fuego. El candente fuego líquido era invencible, consumiendo hasta la inexistencia de cuanto tocaba.

Este arma fue utilizada sin cortapisas por ambos bandos durante un año, hasta que descubrieron el alto precio oculto que conllevaba su uso. La abrasadora energía del fuego compacto no se limitaba a matar o destruir, sino que calcinaba hilos del Entramado, de manera que todo lo aniquilado de este modo dejaba de existir antes del momento de su eliminación, quedando sólo el recuerdo de acciones que ya no se habían realizado y de almas erradicadas del Entramado para siempre. Y no sólo eso; tampoco tenían lugar los resultados que eran consecuencia de esas acciones borradas. Cuanto mayor fuera el poder del fuego compacto, más retrocedía en el tiempo el momento en que su víctima dejaba de existir. Durante el año de uso sin restricciones, ciudades enteras se consumieron en el Entramado, y el mundo y su universo se vieron amenazados a causa de los hilos rotos y aflojados. La propia realidad corrió peligro de desintegrarse.

Enfrentados a la posible desaparición de la existencia, ambos bandos, sin mediar acuerdo formal o tregua, dejaron de utilizar el fuego compacto. No tenía sentido conquistar un mundo si éste quedaba completamente destruido en el proceso. Incluso los que apoyaban al Señor de la Oscuridad querían que quedase algo que gobernar.

Aun sin un arma tan destructiva, el Oscuro disponía de vastos medios a los que recurrir. Sus ejércitos de feroces criaturas inhumanas, a menudo equipadas con armas mortíferas hechas a costa de almas humanas, y combinados con los poderosos Aes Sedai que se habían pasado a su causa, derrotaban de forma aplastante y rutinaria a las fuerzas que intentaban oponérseles. Aunque atrapado fuera del Entramado, el Oscuro infundía lealtad incondicional y miedo en aquellos a los que tocaba.

Al comienzo de la Guerra la gente se volvió hacia los Aes Sedai para que la defendiera y la guiara. El hombre que ocupaba la Sede Suprema de la Antecámara de los Siervos por aquel entonces era Lews Therin Telamon, Señor de la Mañana, al que se dio en llamar el Dragón. Al ser el hombre más poderoso de su tiempo, fue elegido, para dirigir a los Ogier (que demostraron ser tan feroces en la guerra como dotados para las canciones en la paz), a los guerreros armadas con nueva tecnología y a los Aes Sedai en la lucha para impedir que el Oscuro se liberara de su prisión. Habían perdido su idílica paz y su inocencia. Ahora, bajo el mando del Dragón, combatían para salvar de la destrucción total lo que quedaba.

Sólo los Da’shain Aiel, que servían a los Aes Sedai y al Lord Dragón que los dirigía, permanecieron apartados de la lucha. Su compromiso, la Filosofía de la Hoja, les impedía tomar las armas ni siquiera para salvar la vida. Los Aes Sedai a los que servían protegían con cello tanto a ellos como su compromiso, si bien aceptaban su servicio en todos los asuntos no militares. En muchos aspectos los Aiel representaban para ellos lo mejor de todo lo que se había perdido cuando se abrió la Perforación. Quizá fue este servicio mutuo y la protección bajo el mando de Lews Therin lo que llevó a que a los Da’shain se les llamara el Pueblo del Dragón.

La Guerra de la Sombra fue una sucesión de alternativas. En los primeros tres años, extensas partes del mundo cayeron bajo el dominio del Oscuro, aunque indirectamente, ya que lo hizo a través de sus representantes humanos. Durante los cuatro años siguientes, bajo el liderazgo de Lews Therin, se reconquistó gran parte de esos territorios, aunque no sin descalabros. En esa coyuntura se llegó a un punto muerto que duró casi un año. Entonces la Sombra volvió a avanzar otra vez, lentamente al principio pero con progresiva rapidez. Según el desconocido escritor de la fragmentada historia "era como si con cada paso dado hacia adelante por la Sombra el desorden y el caos crecieran y, alimentándose con eso, la Sombra se fortaleciera, de manera que el siguiente paso era más largo, y el siguiente sería más largo aún".

Finalmente el conflicto creció hasta sumir al mundo entero en la contienda. Grandes extensiones quedaron devastadas según la arrolladora marea de la guerra avanzaba o retrocedía en oleadas, sin bien es escasa la información que queda sobre batallas concretas. Se menciona que el Dragón infligió una severa derrota a Elan Morin Tedronai, el "Traidor de la Esperanza", a las puertas de Paaran Disen, pero todos los demás detalles concernientes a esa batalla se han perdido, salvo que Elan Morin sobrevivió a la derrota. En general, parece que Lews Therin se encontró luchando por una causa perdida. Algunos de los generales que gozaban de su confianza, incluidos los favoritos Tel Janin Aellinsar y Barid Del Medar, lo traicionaron para unirse a la Sombra y utilizaron sus considerables dotes y fuerza en su contra.

En los últimos años de la guerra, la Sombra parecía estar en el camino de una victoria inevitable. No reparaba en hacer pasar hambre o matar a la mayoría de la población de sus territorios conquistados con tal de hacer valer su dominio, y las fuerzas de la Luz ya no podían sostener la prolongada guerra más tiempo, encaminándose hacia la derrota a marchas forzadas. Si querían tener una oportunidad de ganar, tendrían que lanzar una única y decisiva ofensiva que pusiera fin a la guerra rápidamente.

Uno de los planes más audaces, propuesto por Lews Therin, giraba en torno a realizar un ataque directo contra la propia Perforación con el propósito de sellarla y cortar el acceso del Oscuro al mundo. Sin el contacto de la Sombra, e mundo tendría una oportunidad de volver a la normalidad. Había siete discos de indestructible cuendillar —hechos con el Poder Único y estampados con el sello de los Aes Sedai— listos para funcionar como "puntos focales" (no parece haber una traducción mejor del vocablo en la Antigua Lengua). El ataque se llevaría a cabo en Shayol Ghul, el único lugar del mundo donde esa "tenuidad del Entramado" hacía perceptible la Perforación. Una fuerza de asalto compuesta por soldados, para protección y refuerzo, y un círculo de trece Aes Sedai —siete féminas y seis varones— viajarían hasta allí y colocarían sellos sujetos y asegurados por los puntos focales.

El plan era arriesgado por varias razones. Todos sabían que el Oscuro ejercía cierto influjo directo en el área que rodeaba Shayol Ghul —su contacto ya la había transformado, y de ser una isla idílica en un mar frío se había convertido en un desolado yermo—, por lo que era muy probable que cualquier intento de encauzar allí fuera detectado de inmediato, y el grupo de asalto, aniquilado. Lo que era peor, varios expertos mantenían que si los sellos no se colocaban con rigurosa precisión, la tensión resultante, en lugar de cerrar la Perforación, la desgarraría totalmente, dejando libre al Oscuro.

Otro plan giraba en torno a dos colosales sa’angreal, uno de ellos en armonía con el Saidin y el otro con el Saidar, ambos tan poderosos que utilizarlos sin peligro requería ter’angreal especiales —una versión en miniatura de los sa’angreal grandes— construidos especialmente con ese propósito. Este plan también tenía sus detractores, ya que se pensaba que los sa’angreal eran tan poderosos que cualquiera de ellos podría hacer que una sola persona encauzase suficiente Poder Único para destruir el mundo, y que los dos juntos sin duda lo harían. Algunos dudaban que tanto Poder pudiera manejarse con seguridad. En contra de esto, estaba la certeza de que al usarlos juntos propiciarían bastante Poder para derrotar definitivamente a las fuerzas de la Sombra y levantar una barrera alrededor de Shayol Ghul hasta que se decidiera un modo seguro de ocuparse de la Perforación. Muchos de los partidarios de este plan desconfiaban del otro, y no tenían intención de abordar el sellado de la Perforación en un futuro inmediato; temían que se produjera un error y la colocación no fuera exacta.

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Se cree que Callandor, uno de los sa’angreal masculinos más poderosos jamás creados, se construyó durante la Guerra del Poder. En forma de espada de cristal con la hoja curva, que se sepa es el único sa’angreal que se hizo en forma de arma. Posiblemente superado sólo por las gigantescas estatuas masculina y femenina, se cree que puede encauzar suficiente Poder para arrasar una ciudad. Quizás al ser conscientes del peligro que representaba tal arma, sus creadores la dejaron en la Ciudadela de Tear y la protegieron de un modo especial en algún momento durante el Desmembramiento, probablemente en un intento de protegerla de los dementes Aes Sedai varones.

El apoyo en la Antecámara de los Siervos para el segundo plan y la oposición al primero se centraba en torno a una mujer llamada Latra Posae Decume. Al parecer, una oradora de considerable elocuencia y poder de persuasión, que agrupó a muchos partidarios a su alrededor, pero lo que le aseguró la victoria fue un acuerdo que alcanzó con todas las mujeres Aes Sedai fuertes en el Poder que estaban en el bando de la Luz. (En el manuscrito a este acuerdo se le llama "la Concordia Fatídica", si bien es dudoso que fuera ese el nombre por el que se conocía en general). El plan de Lews Therin era demasiado precipitado, demasiado peligroso, y ninguna mujer tomaría parte en él. Puesto que la idea general era que para conseguir un emplazamiento preciso se necesitaba un círculo de siete mujeres y seis hombres —todos con una fuerza en el Poder muy superior a la media—, la Concordia echaba por tierra, aparentemente, el plan. Los trabajos en los dos gigantescos sa’angreal, que tendrían forma de estatuas, se aceleraron.

Acababan de terminarse los sa’angreal cuando ocurrió el desastre. Los ter’angreal que se necesitaban para utilizarlos se estaban hacienda en un sitio a bastante distancia de los sa’angreal por el peligro de "resonancias incontroladas durante las fases finales", y esa zona fue invadida por fuerzas de la Sombra al mando de Sammael. Por suerte, los ter’angreal se habían Escondido y el lugar donde se crearon se destruyó antes de la invasión (toda la operación había sido un secreto desde el principio), de manera que ni Sammael ni ningún otro partidario de la Sombra sabían que había nuevos instrumentos de Poder al alcance de su mano. El bando de la Luz seguía teniendo en su poder los sa’angreal, pero no disponía de un modo seguro de utilizarlos; sin los ter’angreal era obvio que incluso los Aes Sedai más fuertes se consumirían por el inmenso flujo de Poder Único, probablemente en cuestión de minutos.

Lews Therin abogó de Nuevo por su plan, reconociendo los riesgos pero argumentando que ya era la única opción que quedaba; sin embargo, Latra Posae se mantuvo firme en su oposición. La creencia de que existía el peligro de colocar mal los sellos se había propagado, y más mujeres Aes Sedai se habían sumado a la Concordia Fatídica, incluso muchas que estaban muy lejos de ser lo bastante fuertes para acceder al círculo. Latra Posae se las ingenió para mandar espías al territorio controlado por la sombra donde estaban los ter’angreal de acceso, en un intento de sacarlos a escondidas.

Casi pisándole los talones a Sammael en su avance y mucho antes de que los espías de Latra Posae tuviesen tiempo de alcanzar su objetivo, ejércitos al mando de Demandred y de Be’lal acometieron con fuerza, poniendo en peligro (aunque probablemente sin saberlo) los grandes sa’angreal. A estas alturas del conflicto, frenar el avance de la Sombra era lo máximo a lo que se podía aspirar; hacía más de dos años que el bando de la Luz no reconquistaba ningún territorio ocupado. Las fuerzas de Lews Therin lograron contener a duras penas esas dos ofensivas, pero Demandred y Be’lal siguieron presionando. Sammael inició una nueva ofensiva, frenada también con gran dificultad, y se menciona una intense actividad militar en otros lugares. Saltaba a la vista que la derrota definitiva era inminente; si cualquiera de las tres ofensivas principales comandadas por los Renegados abría brecha en las defensas, el final sólo sería cuestión de tiempo, quizás en el corto plazo de unos meses. Disturbios masivos azotaron varias ciudades que aún conservaba el bando de la Luz, a medida que el pánico se apoderaba de la gente al prever la victoria de la Sombra. La propia Antecámara de los Siervos fue arrasada por los que antaño fueron leales a Lews Therin, y reapareció "la facción de la paz", que según parece era un grupo que exigía negociar con los Renegados.

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LOS SIETE SELLOS

La mayor parte de las menciones hechas sobre los sellos se refieren a los siete discos del tamaño de la palma de una mano y marcados en la parte superior con el antiguo símbolo de los Aes Sedai, que está dividido en dos por una línea de blanco puro. De hecho, cada uno de estos discos sólo sirve como foco para los verdaderos sellos que cierran la prisión del Oscuro, que son tejidos del Poder. Los propios discos son ter’angreal hechos con cuendillar —o "piedra del corazón"— diseñado para absorber cualquier fuerza utilizada en su contra, incluido el Poder Único, y volverse más resistente con el ataque en lugar de romperse. En los últimos años estos sellos han empezado a fallar. Los que se han encontrado ya no son indestructibles. Considerando la conexión entre los discos físicos y los sellos verdaderos, resulta aterrador considerar las implicaciones que esto tiene en el estado de la prisión del Oscuro

Las pruebas disponibles no establecen si hubo varias facciones de paz a lo largo de la Guerra o fue sólo una cuyo destino sufrió muchos altibajos. No era la primera vez que una facción había presionado para hacer las paces con los Renegados, ya que el manuscrito deja muy claro que este grupo, actuando por cuenta propia, envió representantes a los Renegados en varias ocasiones con el propósito de negociar un acuerdo. No obstante, en todos los casos se descubrió posteriormente que, tras su regreso, miembros de esas delegaciones actuaban en apoyo a la causa del Oscuro. Por lo visto no tuvieron en cuenta un dicho que se originó supuestamente en esa época: "Nunca hay paz con la Sombra".

A despecho de estos sucesos, Latra Posa siguió oponiéndose al plan del Dragón, y las mujeres Aes Sedai —quizás a semejanza de los animales que al ver caer rodando un peñasco ladera abajo se quedan paralizados en el camino de la destrucción, incapaces de apartarse— mantuvieron su compromiso, imposibilitando así la creación del círculo. Lews Therin sabía con certeza que era imposible conservar los gigantescos sa’angreal en poder de su bando el tiempo que haría falta para sacar a escondidas los ter’angreal de acceso, eso contando con que dicha empresa tuviera éxito. En su opinión ya no había ninguna otra alternativa, y decidió llevar a cabo su plan inicial, sin contar con las mujeres.

Lo que ninguno de ellos sabía en aquel momento era que todos los espías encargados de recuperar los ter’angreal habían sido capturados y asesinados, y que las miniaturas de acceso se encontraban separadas a gran distancia, en territorios dominados por la Sombra. La noticia de esta tragedia no se recibió hasta mucho después de que los acontecimientos hubiesen rebasado con creces los planes de cualquiera.

Un grupo de poderosos varones Aes Sedai jóvenes, que se hacía oír en las reuniones de la Antecámara de los Siervos hasta el punto de interrumpirlas, había apoyado a Lews Therin durante su controversia con Latra Posae. A este grupo se lo conocía popularmente como los Cien Compañeros, aunque de hecho su número ascendía a ciento trece en ese momento. Con los Cien Compañeros y una fuerza de unos diez mil soldados, Lews Therin lanzó el planeado ataque contra la Perforación.

Si bien nunca se sabrá con exactitud lo acontecido aquel día, al menos se han conservado algunos detalles. El Dragón y sus compañeros llegaron a Shayol Ghul y se encontraron con un premio adicional inesperado: en ese momento se hallaban los trece líderes más poderosos de los Renegados en la Fosa de la Perdición, en las entrañas del macizo, quizá convocados por el Oscuro para celebrar una reunión.

Los Compañeros atacaron rápida e implacablemente y sellaron la Perforación con impecable exactitud, sin causar el desgarro que abriría la prisión del Oscuro, como habían temido sus detractores. Cuarenta y cinco Compañeros murieron en la batalla, al parecer los soldados tuvieron un porcentaje de bajas muchísimo más alto. El ataque dejó atrapados en el espacio sellado a todos los Renegados asistentes a la reunión, eliminando de un golpe el contacto de la Sombra en el mundo y a sus líderes. Una vez colocados y asegurados los sellos, se escondieron los discos de cuendillar con gran celo.

Tras unos cien años del Colapso y diez de sangriento conflicto, la Guerra de la Sombra había terminado. Aunque la mayor parte del mundo seguía controlado por el Oscuro, muchos creyeron que sin líderes sus seguidores empezarían a tambalearse y las tierras sometidas se reconquistarían fácilmente, extinguiendo por completo a la Sombra. Después de todo, su mano ya no tocaba el mundo, o eso parecía.

Nadie había contado con el contragolpe del Oscuro.