LA RUEDA Y EL ENTRAMADO
LA Rueda del Tiempo gira, y las Eras llegan y pasan, dejando tras de sí recuerdos que se convierten en leyenda. La leyenda se difumina, deviene en mito, e incluso el mito se ha olvidado mucho antes de que la Era que lo vio nacer retorne." Así comienza cada libro del Mundo de la Rueda, un universo en el que el principal factor de control es la Rueda del Tiempo y el Gran Entramado que teje. Un entramado en el que la luz y la oscuridad, el bien y el mal, lo masculino y lo femenino, y la vida y la muerte se afanan por alcanzar el equilibrio intrínseco en la urdimbre del destino.
¿Qué es la Rueda del Tiempo? Imagina un gran telar cósmico con forma de rueda de siete radios que gira lentamente a través de la eternidad, tejiendo la urdimbre del universo. La Rueda, generada y dispuesta por el Creador, es el propio tiempo, siempre girando y retornando. La urdimbre que teje está formada por hilos de vidas y de sucesos que se entrelazan en un diseño, el Gran Entramado, el cual es la totalidad de la existencia y la realidad, pasado, presente, y futuro.
La influencia de esta Urdimbre de las Eras no alcanza sólo a lo que es la materia del mundo físico, sino a otros mundos y universos, otras dimensiones, otras posibilidades. La Rueda afecta a lo que podría ser, lo que podría haber sido, y lo que es. Repercute en el Mundo de los Sueños al igual que en el mundo de vigilia.
En este mundo no hay principio ni final, cada radio de la gran Rueda representa una de las siete Eras en su retroceso hacia el pasado y su vuelta al futuro a medida que la Rueda gira, y la urdimbre de cada una de ellas sólo cambia su tejido y su diseño a su paso en cada vuelta. Con cada uno de esos pasos los cambios varían en un grado progresivamente mayor. Existe un diseño único y distinto para cada una de ellas —el Entramado de la Era—, que forma la esencia de la realidad de esa era. Tal diseño está determinado por la Rueda y sólo cambia parcialmente merced a esas vidas que componen los hilos del tejido.
Nadie sabe cuánto tiempo tarda la Rueda en dar una vuelta completa, ni si hay un periodo fijado para cada Era. La única certidumbre es que todo volverá a acontecer, si bien mucho después de que su recuerdo se haya perdido en la memoria humana, e incluso en la reminiscencia de la leyenda. No obstante, ese conocimiento proporciona la base para la filosofía y la historia del mundo conocido. Ningún final, ni siquiera la muerte, es necesariamente definitivo en el eterno girar de la Rueda. La reencarnación es parte de la esencia del mundo. Las profecías se creen y se toman en consideración puesto que revelan tanto lo que fue como lo que será. La incógnita es saber cuándo y cómo se manifestarán.
En un mundo así, el cambio es simplemente una parte predeterminada del mecanismo. Sólo unos pocos individuos, seres especiales conocidas como ta’veren, pueden hacer que la urdimbre se pliegue a su alrededor, de modo que cambian el tejido. Los hilos de dichos ta’veren se hilan como hebras clave en torno a las cuales se tejen los hilos de las vidas que las rodean —y en algunos casos los de todas las vidas— para producir el cambio. A menudo, estas hebras clave originan variantes de gran importancia en el Entramado de una Era. En la Antigua Lengua estos cambios fundamentales se llaman ta’maral’alien, o "Trama del Destino".
Incluso los ta’veren y la Trama del Destino tejida a su alrededor están sujetos a la Rueda y al Gran Entramado; se cree que la Rueda hila ta’veren cada vez que el tejido empieza a alejarse del Entramado. Los cambios que ocasionan, aunque a menudo drásticos y perturbadores para los que viven en esa Era, se cree que forman parte de propio mecanismo corrector de la Rueda. Cuanto mayor es el cambio se necesario para devolverle el equilibrio al Gran Entramado, más ta’veren surgen en el mundo.
La Gran Rueda es el mismísimo corazón de todos los tiempos. Pero incluso la Rueda requiere energía para mantenerse a sí misma y a su urdimbre. Esta energía proviene de la Fuente Verdadera, de la que se extrae el Poder Único. Tanto la Fuente Verdadera como el Poder Único están conformados por dos partes opuestas aunque complementarias: el Saidin, la mitad masculina, y el Saidar, la mitad femenina. Ya funcionen en coordinación u oponiéndose dentro de la Fuente Verdadera, son el Saidin y el Saidar los que proporcionan la fuerza impulsora que hace girar la Rueda del Tiempo.
Las únicas fuerzas conocidas a parte de la Rueda y el Entramado son: el Creador, que formó la Rueda; el Poder Único que la mueve —así como el plan para el Gran Entramado—; y el Oscuro, encerrado por el Creador fuera del Entramado en el momento de la creación. Nadie que sea parte del Entramado o esté en él puede destruir la Rueda ni cambiar el destino del Gran Entramado. Incluso los que son ta’veren sólo pueden alterar, aunque no cambiar completamente, el tejido. Se cree que si el Oscuro escapa de su prisión, al ser una entidad o una fuerza independiente de la creación, tiene capacidad para rehacer la Rueda y toda la creación a su oscura imagen y semejanza. En consecuencia, todas las persona, en especial las nacidas ta’veren, deben esforzarse en cumplir lo mejor posible su destino a fin de asegurar el equilibrio y la continuidad del Gran Entramado.