Al final de los tiempos,
cuando los muchos se conviertan en uno,
la última tormenta concentrará sus vendavales violentos
para destruir una tierra ya moribunda.
Y en el centro de la tempestad
el ciego estará de pie,
erguido sobre su propia tumba.
Allí volverá a ver,
y llorará por lo que se ha hecho.
De Las Profecías del Dragón,Ciclo Essanik.
Traducción oficial de Malhavish,
Archivo Imperial de Seandar,
Cuarto Círculo de Ascensión.
Final
del Duodécimo Libro de
La Rueda del Tiempo