La Rueda del Tiempo gira y los vientos del destino soplan arremolinados por el mundo.

Rand al'Thor se esfuerza para unir a las naciones y hacer frente al Oscuro en la Última Batalla, y también lucha por desbaratar las trampas que los Renegados inmortales tienden a la desprevenida raza humana.

Pero el Dragón Renacido no sólo ha de luchar contra estas adversidades. Pedron Niall, capitán general de los Hijos de la Luz, está empeñado en desprestigiarlo y unificar bajo su mando a todos los países para dirigir él la batalla contra la Sombra y sus huestes, emulando a un gran líder del pasado, Artur Hawkwing.

Por su parte, las Aes Sedai, tanto las que siguen fieles a la Torre Blanca como las rebeldes, se proponen llegar hasta Randa para, supuestamente, ofrecerle su apoyo, aunque él sospecha, y con razón, que la verdadera intención de las Aes Sedai es someterlo y utilizarlo para sus propios fines.

Los Renegados, entre tanto, preparan su ofensiva. Visitan Shayol Ghul por separado, sin informar a los demás, buscando que el Oscuro los nombre Nae'blis, título que ostentará la persona que tendrá poder absoluto sobre el mundo, una vez que las tinieblas hayan triunfado.

La influencia del Oscuro en el mundo se hace más evidente a medida que pasan los meses y se refleja en el cambio drástico de la meteorología. El intenso calor del estío se ha prolongado a pesar de ser pleno invierno, y la sequía se está convirtiendo en un terrible azote para la humanidad. A través del Mundo de los Sueños, Elayne y Nynaeve han descubierto un ter'angreal con el que se podría acabar con la alteración anormal del tiempo, pero para ello sería necesario que las Aes Sedai aunaran sus fuerzas con un varón capaz de encauzar el Poder: Rand Al'Thor. Sin embargo, las intrigas de las delegaciones de Aes Sedai, tanto la enviada por la Torre Blanca como la que representa a las rebeldes de Salidar, provocan un enfrentamiento con el Dragón Renacido.

Mientras tanto, la amnistía de Rand desemboca en la creación de un pequeño ejército de varones con capacidad para encauzar el Poder; su instructor, Taim Mazrim, los prepara para convertirlos en armas letales. Estos hombres, los Asha'man, los «Custodios» en la Antigua Lengua, orgullosos de ser lo que son, dan un nombre muy peculiar a la granja en la que viven y se entrenan: la Torre Negra.