Hallazgo Del Diamante
Informe del subalterno del Sargento Cuff (1849)
El veintisiete de junio último recibí del Sargento Cuff la orden de seguir a tres hombres, hindúes los tres, a quienes se suponía autores de un asesinato. Se los había visto esa mañana en la Tower Wharf en el momento de embarcarse con destino a Rotterdam.
Yo partí de Londres en un vapor perteneciente a otra compañía, en la mañana del jueves 28.
Al arribar a Rotterdam tuve la suerte de dar con el capitán del vapor que partiera el día miércoles. Me comunicó él mismo que los hindúes habían viajado, en efecto, en calidad de pasajeros a bordo de su nave… pero tan sólo hasta Gravesend. Cerca de este lugar uno de los tres hombres preguntó a qué hora llegarían a Calais. Al ser informado que el buque se dirigía hacia Rotterdam, el intérprete del grupo expresó la más grande sorpresa y disgusto por el error que habían cometido él y sus dos amigos. Los tres (manifestó) se hallaban dispuestos a perder su dinero, siempre que el capitán los dejara en la costa. Compadeciéndose de su situación de extranjeros en una tierra extraña y no teniendo motivo alguno para detenerlos, el capitán señaló hacia uno de los botes de desembarco y los tres hombres abandonaron la nave. Como resultaba evidente que esta actitud de los hindúes había sido planeada de antemano por ellos, para evitar que les fuera seguida la pista, resolví yo de inmediato regresar a Inglaterra. Abandoné la nave en Gravesend y me enteré allí que los hindúes se habían dirigido desde ese lugar hacia Londres. Allí me puse de nuevo sobre su pista y supe que habían partido hacia Plymouth. En esta última ciudad me informaron que cuarenta y ocho horas antes habían partido a bordo del Bewley Castle, buque mercante de la línea de la India, que se dirigía directamente hacia Bombay.
Al recibir este informe, dispuso el Sargento Cuff ponerse en comunicación por vía terrestre con las autoridades de aquella ciudad, de manera que la nave pudiera ser abordada por la policía en cuanto entrara a puerto. Cumplido este último requisito, mi misión, respecto de este asunto, quedó terminada. Y no he vuelto a oír desde entonces nada que se vincule con el mismo.