Imprudentemente, Santa le trajo a Jaime un osito de peluche, sin pensar que hacía unas cuantas semanas sintió en la cara los dientes de un oso pardo mascar.
Imprudentemente, Santa le trajo a Jaime un osito
de peluche, sin pensar que hacía unas cuantas semanas
sintió en la cara los dientes de un oso pardo mascar.